Por Anjuly Castillo
Es un poco difícil explicar la
complejidad de la realidad venezolana a un extranjero. Se necesita tiempo y
paciencia para hacerles entender cómo poco a poco nos hemos acostumbrado a la
escasez, la delincuencia y la corrupción. Anécdotas personales y ajenas
ilustran el cuadro que torpemente intentamos dibujar. El contexto sobrepasa los
adjetivos. Tarea aún más complicada resulta
exponer los motivos que han conducido a miles de estudiantes y población civil
a volcarse a las calles desde el pasado mes de febrero en Venezuela. Un país
“rico” con los bolsillos vacíos, con miedo a que lo secuestren o maten, es la
metáfora que se me ocurre para explicar la situación.
La respuesta ante las decenas de
protestas no ha sido otra sino la represión. Cientos de denuncias de tortura y
maltratos e irrespeto a los derechos humanos. El gobierno, siguiendo la
tradición autoritaria y militarista del extinto Comandante, habla cínicamente
de “paz y diálogo”.
Mientras tanto, en una cómoda
oficina de la Universidad Drexel en la ciudad de Filadelfia (USA), y lejos del
humo tóxico de las bombas lacrimógenas, el profesor y PhD en ciencias
políticas, George Ciccariello-Maher, se dedica a hacer un extenso “análisis” de la situación
en Venezuela.
En un amplio artículo publicado
en el sitio web ROARMAG.ORG, el mencionado profesor e “iluminado” del
anarquismo, comienza sus líneas con un abierto ataque a la labor de los
compañeros del periódico “El Libertario”.
La obertura de su pieza se inicia
con un párrafo que sentencia a El Libertario como una publicación “ Liberal-
clase media, y que representa una traición al ideal anarquista, pues se ha
aliado a una élite de movimientos reaccionarios”.
Continúa su arremetida acusando a
El Libertario de ser un “simple espectador” ante las luchas del pueblo
venezolano y adolecer de una verdadera perspectiva de lo que ocurre en el país.
Caricaturiza las protestas y se
atreve a insinuar que los innumerables reportes de abusos policiales no son
ciertos pues “la mayoría de éstos no han sido denunciados ante las autoridades
competentes”.
Frente a semejante aseveración,
el señor Ciccariello-Maher desdeña la tarea de las organizaciones defensoras de
los derechos humanos en venezuela, como PROVEA, asegurando que la labor de
éstas es cuestionable.
Más adelante, la embestida
es contra de Rafael Uzcátegui, a quien
de una manera despectiva cataloga de “sifrinito, hijito de papá”, proveniente
de una familia adinerada, y por lo tanto, ajeno a la lucha popular. En el mismo
saco mete a todos los colaboradores de El Libertario. También lo acusa de “demonizar” a
las “organizaciones revolucionarias populares” (colectivos); grupos
paramilitares armados y entrenados por órdenes del Fallecido Comandante y ahora
al servicio de Maduro.
En ese mismo espacio ataca a otro
compañero, Rodolfo Montes de Oca, de quien dice “apoya abiertamente la tesis de
que es la clase media quien debe liderar
la lucha popular". Su arrogancia le permite añadir
que El libertario no es vocero de las luchas populares pues “siempre ha estado
ausente en la lucha de calle, nunca ha estado en el barrio, aislado del pueblo”
.
Todo esto como un accesorio para
elogiar las actividades de el colectivo la piedrita y las corrientes
guevaristas bolivarianas, además del único órgano que merece el respeto del
señor Ciccariello-Maher: la extinta Federación Anarquista Revolucionaria de
Venezuela (FARV), quienes en una histórica contradicción manifestaron su apoyo
al concepto de Estado Bolivariano, a pesar de declararse como una organización
anarquista (¿?).
Prosigue su “análisis” con más
ataques y acusa a los compañeros de El
Libertario de tener “ciertas posturas trokistas para enmascarar una perspectiva
burguesa”, concluyendo que el anarquismo “liberal” de ellos está en contra “ de
la revolución (bolivariana), contra las luchas populares y en contra del
anarquismo en sí “
¿Quién es el señor George
Ciccariello-Maher? En un breve repaso por su
trayectoria “política” encontramos que es un ferviente estudioso y
admirador del fallecido Hugo Chávez, a quien le dedicó un amplio centimetraje
de odas y elogios en su libro “ We created Chavez: A people’s history of the
venezuelan revolution” (Duke University press, 2013). Colaborador en artículos
pro-chavistas en páginas web del régimen, especial mención merece aquella
auspiciada por la señora Eva Golinger, entusiasta defensora y muy bien pagada
proselitista del chavismo.
Aún cuando el profesor
Ciccariello-Maher trabaja en una universidad abiertamente burguesa y
capitalista, se siente con suficiente autoridad “moral” para señalar con su
dedo acusador la actividad de
divulgación de ideas libertarias y autogestionarias que por más de dieciocho
años han venido haciendo los compañeros de El Libertario.
A pesar de auto-proclamarse
“anarquista”, Ciccariello-Maher defiende apasionadamente un régimen autoritario
y profundamente estatista- militarista. Excusa la represión y tortura de estos
días, acusando a quienes protestan de “burgueses, hijitos de papá”. Desdeña los motivos que tienen
miles de venezolanas y venezolanos de protestar porque no son parte “de luchas
verdaderamente populares”. En su retórica, peyorativa y
resentida, se diluye lo que pudo haber sido un análisis objetivo de la
situación venezolana actual.
En su cómoda oficina del campus
universitario en Filadelfia no se cuela el humo que asfixia a quienes disienten
de un Estado corrupto que silencia y tortura, que engaña y se burla sin
remordimiento del pueblo.
Es nuestro compromiso defender a
los compañeros y compañeras de El Libertario ante ataques como el anteriormente
expuesto y que personajes como Ciccariello-Maher no distorsionen ni manchen el
trabajo que, de manera autogestionada y altruista, han logrado por casi dos
décadas.
Salud!
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