Tamoa Calzadilla
La oscuridad se apoderó de la Cadena Capriles desde el 31 de mayo de 2013. Nos enteramos por twitter de la noticia y supe que las cosas habían cambiado para mal. Miguel Ángel Capriles López, hasta entonces dueño (con sus seis hermanas) y presidente de la corporación vendió "a alguien" la empresa, en la que se sostienen el diario de mayor circulación en el país: Últimas Noticias, el periódico económico El Mundo Economía y Negocios y el deportivo Líder. Allí trabajé con convicción durante 15 años.
La oscuridad se apoderó de la Cadena Capriles desde el 31 de mayo de 2013. Nos enteramos por twitter de la noticia y supe que las cosas habían cambiado para mal. Miguel Ángel Capriles López, hasta entonces dueño (con sus seis hermanas) y presidente de la corporación vendió "a alguien" la empresa, en la que se sostienen el diario de mayor circulación en el país: Últimas Noticias, el periódico económico El Mundo Economía y Negocios y el deportivo Líder. Allí trabajé con convicción durante 15 años.
1.- Los 15 grados hacia el chavismo
Con mucha opacidad se planteó que una asociación de empresas
extranjeras (Hansom Group y Latam Media Holding) - cosa que no permiten las
leyes venezolanas- sería el comprador. No obstante, se coló el nombre de un
conocido banquero (tampoco lo permite el marco legal). Se conoció de sus
reuniones con directores, especialmente con el de Últimas Noticias, Eleazar
Díaz Rangel (EDR), en las que habló de su tendencia partidista con desparpajo,
sus negocios y la necesidad de girar "15 grados hacia el chavismo" la
línea editorial de los medios. Una parte de la nómina pasó al Banco Occidental
de Descuento. Cada vez se
hablaba con más relajo del personaje como amo y señor de este
"juguete", pero nunca vimos un documento que mostrara el nombre del
propietario. El término de "bajarle dos" se hizo popular. El
director, otrora profesor de periodismo, lo hizo suyo. "En tu caso no son
dos sino cuatro", bromeó alguna vez conmigo. Le pedí que se abstuviera de
hablarle a los periodistas en esos términos y propiciar la autocensura. Él no
estuvo de acuerdo y me insistía: "Ellos tienen que saber que son nuevos
tiempos, esta gente no es Michu (apodo de Miguel Ángel Capriles López).
Las portadas
"Maduro dice", "Maduro promete", "Maduro pondrá mano
dura", se convirtieron en pan de cada día. Sin embargo, el entonces
director de El Mundo, Omar Lugo, no sucumbió. Siguió fiel al periodismo en el
que creemos y tituló con una verdad imbatible, amparada en cifras de las
reservas internacionales del propio Banco Central de Venezuela, por aquellos
días de bajones de precios: "Las rebajas llegaron al BCV". Eso le
costó la cabeza.
Para ese momento en la directiva figuraba Carlos Acosta como
presidente, terciado por dos hombres del alto mando del BOD: Diego Lepage y
Pedro Rendón, a quienes sí conocimos en la redacción. La orden del despido de
Lugo venía de bien arriba.
Siguieron días duros pero en la Unidad de Investigación nos
abríamos paso con trabajos como el descubrimiento de los consultorios
clandestinos donde colocan biopolímeros; el especial multimedia de motorizados,
y la demostración de la asignación de divisas Cadivi a Daka, entre otros.
Siempre con discusiones directamente con EDR, a quien me unió una relación
cordial y respetuosa. Por esos días me pidió que no hablara en la reunión de
jefes de los lunes sobre temas que él no hubiera aprobado antes: "no vaya
a ser que te tenga que decir que no van".
2.- El Psuv en la redacción
La era "BOD" duró 8 meses. Entre los cambios que
se produjeron en ese periodo fue nombrada como "Consejera editorial"
Desiré Santos Amaral, diputada por el Partido Socialista Unido de Venezuela
(Psuv), funcionaria (Presidenta de Radio Nacional de Venezuela-RNV) y amiga de
la familia presidencial. Nunca se establecieron sus funciones pero siempre
participaba en la discusión de los contenidos que aparecerían en portada. El 12
de febrero de 2014, luego de las primeras muertes ocurridas en el centro de
Caracas durante las protestas (Juan Montoya y Bassil Dacosta), la diputada
llegó a la redacción gritando: "¡Esto es el 11 de abril y nos están
matando a nosotros, pero no nos vamos a dejar tumbar, yo estoy dispuesta a lo
que sea por defender esta revolución!", temblaba.
Trataron de tranquilizarla varias veces. Pero ella recibía
llamadas y se alteraba aún más, decía: "a los estudiantes sifrinos sí los
llaman 'estudiantes' y los de nosotros, por pata en el suelo, son los
violentos" y cosas por el estilo. Antes de irse esa noche gritó "¡me
voy a defender mi radio¡", se refería a RNV, que supuestamente estaba
siendo atacada. Argumentó que se iba de la Cadena Capriles, porque allí
"se pasan la ética por el culo". Ante las ofensas, la vicepresidenta
de medios, Nathalie Alvaray, dijo que
esa señora no volvía a pisar la redacción por irrespeto a los periodistas. Y
así fue. nunca más volvió. Su lugar pasó a ocuparlo Marco Tulio Páez,
periodista que antes trabajó con David de Lima, en la gobernación de
Anzoátegui, y con Juan Barreto, en la alcaldía Metropolitana, entre otros.
3- El video del 12 F
Luego de un trabajo meticuloso la Unidad de Investigación
produjo un reportaje escrito y un video que obligaría al Gobierno venezolano a
cambiar su versión sobre las circunstancias en las que fue asesinado el joven
Bassil Dacosta en el centro de Caracas, después de la marcha del 12F. Como
siempre, le expliqué al director lo que habíamos logrado y advertí lo delicado
del tema: en las imágenes aparecen funcionarios del Servicio Bolivariano de
Inteligencia disparando a los manifestantes. Horas más tarde Díaz Rangel me
informó que se había comunicado con la fiscal, Luisa Ortega Díaz, para pedirle
que viera la investigación que se publicaría ese domingo 16 de febrero.
Las presiones que constantemente recibía el
"dueño" de parte de la ministra de Comunicación e Información, Delcy
Rodríguez, y otros funcionarios tocaron techo la mañana de la publicación.
Fueron horas de mucha tensión, en las que Eleazar Díaz Rangel aceptó las órdenes
superiores de sacar el video de la edición digital de Últimas Noticias. Pero
todos los directores que comandan la Redacción Única se oponían a la medida. La
noticia ya no se podía ocultar. Se había viralizado y la cantidad de visitas
mantenían el reportaje en un lugar privilegiado de la web, entre "Lo más
visto". Esa tarde, el presidente Nicolás Maduro se refirió al tema en una
alocución televisada y admitió que funcionarios del Sebin incumplieron órdenes
de acuartelamiento y serían investigados. Volvió el oxígeno a la nueva
directiva pero no por mucho tiempo: 10 días después (26/2/14), todo el combo
del BOD salió del edificio de la Cadena Capriles y tuvimos un nuevo
madrugonazo: el político David de Lima fue nombrado nuevo Presidente-Editor. El
gobierno no estuvo satisfecho nunca con los "15 grados a favor".
Luego del video, una portada con el título "Regulan compras en Pdval"
descompuso una vez más al poder.
4.- Dueños encapuchados
El jueves 6 de marzo
fue otro día de sombras en la redacción. David De Lima se reunió primero con
los directivos, luego con jefes y coordinadores y finalmente en asamblea con
periodistas para explicar la nueva línea editorial. El nuevo presidente tiene
en su haber varios saltos de talanquera: fue gobernador de Anzoátegui por el
Movimiento Al Socialismo (MAS), y aliado del chavismo, luego furibundo opositor
en 2002 y convertido a chavista nuevamente emprendió una campaña feroz contra
el candidato presidencial Henrique Capriles Radonski. Mucha política y cero
periodismo en su discurso. De esto último mostró poco entendimiento y bastante
prejuicio, con conceptos que disparó a una impávida audiencia: los periodistas
han servido históricamente para que unos dueños se llenen los bolsillos, entre
otras perlas.
Habló mucho y dijo poco. Sorteó de todas la maneras posibles
la interrogante repetida: ¿Quién es el dueño de la Cadena Capriles ? ¿Quién la
compró? Incluso en mi turno de preguntas le increpé: "¿Qué porcentaje de
las acciones tiene usted?" y respondió con sorna que "son tan
chiquitas que me da pena decírtelo y prefiero esperar a tener más plata y
comprar más". Comentó en la asamblea, horas más tarde, que el resto de los
accionistas se acogen cláusula de confidencialidad que él no puede violar.
También negó que el banquero Víctor Vargas hubiera sido dueño alguna vez.
Deslizó en su discurso que cree en el periodismo y que
"corrupción probada, corrupción publicada". Desde entonces comencé a
pensar qué papel tendría yo al frente de la Unidad de investigación, revelando
corrupción y operaciones oscuras, si la Cadena Capriles estaba envuelta en una
y a esas alturas ni siquiera sabía quién pagaba mi sueldo. ¿Quién está detrás
de David de Lima?
5.- El silencio de Díaz Rangel
En medio del estupor que aún causaban las palabras de De
Lima en algunos miembros de la Redacción, al día siguiente renunció Nathalie
Alvaray, la vicepresidenta y líder indiscutible de la integración de las
marcas, el proyecto multiplataforma y de transformación que vivió la empresa en
15 años. El enlace entre lo editorial y la gerencia. "El periodismo
primero", fue la frase con la que se despidió en twitter. Eleazar Díaz
Rangel guardó silencio durante las conversaciones con el nuevo presidente editor,
incluso cuando "se excedió", según me confesó luego. Estuvo callado
mientras De Lima despotricaba del anterior manejo editorial y de Miguel Ángel
Capriles López, quien trajo a EDR a dirigir Últimas Noticias hace más de una
década. Calló cuando el nuevo presidente pedía un profesor de periodismo que le
aclarara lo que yo acababa de decirle: "el periodismo es antipoder y si
debe ponerse de algún lado es el de los débiles y de las minorías".
El otrora defensor de derechos de los periodistas, también
hizo mutis ante la salida de Nathalie Alvaray, como ya lo había hecho tras el
despido de Omar Lugo. En su columna no mostró mayor perturbación por los
cambios en la Cadena Capriles. Sí lo hizo, en cambio, en su artículo del 9 de
junio de 2013 cuando acababa de anunciarse la venta de la empresa y estaba
asustado, pues no se sabía la tendencia política de los recién llegados.
Advirtió entonces que era necesario "aprobar una cláusula de conciencia
que proteja a los periodistas de los cambios editoriales". Pero el color
rojito de los propietarios le traería sosiego y flexibilizaría muchas de sus
convicciones. Se lo reproché, siempre con afecto y firmeza, en reuniones que
sosteníamos en su oficina. Nuestra relación iba más allá de correos
electrónicos.
6.- Guarimbas de mi tormento (o la pauta de De Lima)
En su encontronazo en la Redacción Única, el nuevo
presidente del "grupo invisible" comentó que sería bueno investigar
"quién financia esas guarimbas". Se dedicó a fustigarlas, a decir que
estaban contra la Constitución, que perseguían un Golpe de Estado y que el
periódico debía "condenarlas". Acuñó que la portada era su asunto y
que los periodistas podían escribir sus notas "adentro". No recuerdo
que haya criticado -al menos con ese ímpetu- a los grupos armados que
amedrentan y asesinan, identificados con el chavismo.
El domingo 8 de marzo EDR escribió en su columna cuál sería
la primera pauta de investigación de la nueva gerencia: "Guarimbas. El
nuevo presidente de la Cadena Capriles, Dr. David De Lima, hablando de las
guarimbas comentaba que eran buen tema para la investigación periodística.
Partiendo de la articulación que existe en sus acciones, así como los destrozos
causados, los métodos usados y sus reales propósitos, oportuno es averiguar
cuántas operan en las principales ciudades, y aquí en Caracas, cómo han
coincidido en horarios de acción, quién o quiénes les suministran materiales
para obstruir avenidas, cómo y dónde planifican nacionalmente, cómo se
comunican, quién o quiénes las financian, etc. "
Esta es la misma persona que escribió que mis razones en la
discusión eran más políticas que periodísticas. Por cierto, argumento habitual
con el que EDR intenta despachar y anular a cualquier interlocutor que lo
confronte.
El lunes (9/3/14) en reunión con directores y jefes de mesa
manifesté mi preocupación porque sentí la presión de una pauta tendenciosa para
"condenar" de antemano a una de las partes del conflicto y envié dos
correos con precisiones a corresponsales, reporteros de mi equipo y al
director. Pero el martes recibí una comunicación (que efectivamente transcribió
EDR en la columna dominical que dedica a explicar el acto de censura) donde el
director insiste en los términos editoriales de la pauta: "¿cómo se
financian?" (las guarimbas) y propone dividir el trabajo en dos
entregas. Es decir, Últimas Noticias
dedicaría dos ediciones de domingo (día de mayor circulación del periódico) a
"condenar a las guarimbas".
7.- Lo que no dice el director
Lo que no dice el director en su columna "La otra versión"
(22/3/14) es que al recibir el correo subí enseguida a su oficina y tuvimos una
larga y precisa conversación sobre el tema del financiamiento de esas
protestas. Le dije que para poder confirmar su teoría, la Unidad de
Investigación debía dar con alguna prueba contundente: una partida secreta, un
registro de movimiento bancario, un cheque cobrado y comprobar con fotos o
videos que alguien de estos grupos de manifestantes recibe el dinero y lo
distribuye, porque de otro modo era irresponsable incluir esa acusación en el
reportaje. Es lo mismo que aplica para poder decir que alguien financia a los
colectivos o motorizados armados: si no hay pruebas, no se puede escribir. Lo
aceptó, pero me pidió que recogiera en el trabajo las declaraciones del ministro
del Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, en las que denunciaba
que a los "guarimberos" del Táchira les pagaban 5 mil bolívares por
protestar. Lo discutimos: le dije que para colocar eso debíamos contar con la
reacción de la contraparte, que seguro lo negaría. Y ahí quedamos. En efecto,
la periodista encargada de investigar la historia, Laura Weffer, les preguntó a
los manifestantes sobre el supuesto financiamiento y sus respuestas forman
parte del trabajo que el director censuró. De ese encuentro, que no menciona el
director en su columna, salí aliviada y se lo comenté a mi equipo. Decidimos
entonces, limitarnos a contar "Lo que hay detrás de las guarimbas".
Tampoco cuenta EDR que en esa y otras reuniones mostré
preocupación por los nuevos dueños, por aquella reunión con De Lima, por el
destino del periódico, por las intenciones de convertir al "diario del
pueblo" en un órgano oficial de la presidencia de la República. Le
pregunté si a él no le incomodaba la situación o si acaso sabía quién era el
nuevo dueño de la Cadena Capriles. ¿Es el gobierno directamente el propietario?
¿Algún funcionario? ¿Esto es una expropiación? Me respondió una y mil veces que
no lo sabía:"ya se conocerá".
En vista de la pérdida de equilibrio que ya mostraba el periódico, y en
mi cargo de coordinadora de la edición de Domingo, le pregunté también por qué
no se le dedicaba la entrevista de dos páginas de la edición dominical a un
líder de oposición como Henrique Capriles. Ya sabía, por fuentes vinculadas al
mundo político, que Díaz Rangel había impedido la publicación de una entrevista
a Leopoldo López. Aunque él nunca me lo confesó.
Lo justo habría sido que además de revelar el correo privado
que me envió con la pauta - para hacer ver que mi renuncia respondía a un simple
"incumplimiento de tareas" o a un asunto "cotidiano" propio
de cualquier redacción- el director comentara nuestras conversaciones y mi
inquietud constante, mis reclamos sobre la opacidad de las cosas que estaban
ocurriendo. Lástima que esos lectores de ÚN a quienes me debí por años no
leerán en las páginas del diario "mi versión" de lo ocurrido ni la
crónica de Laura Weffer. En los tiempos que corren, tendrán que encontrarla por
los caminos verdes, como se buscan hoy en día muchas de las noticias que
conmocionan a Venezuela.
8.- "Entonces, no sale publicado"
Tres días antes de la publicación, el jueves 3 de marzo, le
presenté el trabajo final y él hizo varias observaciones, como era usual. El
viernes le reenvié el texto con todas las correcciones.
Sin embargo, el sábado en la tarde el director aún no le
daba el visto bueno a la publicación ¿La estaba evaluando alguien más? Cerca de
las 6 pm recibí la llamada telefónica. Era Díaz Rangel para decirme: "ese
trabajo no me gusta nada". Lo atajé: "Hicimos absolutamente todos los
cambios que nos pediste. ¿Qué es lo que no te convence?"... "Que no
está la pauta: lo del financiamiento"... " y De Lima dijo bien claro
que se deben condenar las guarimbas y esto es una exaltación", contestó.
Tuvimos una fuerte discusión. Recuerdo que argumenté que no
volvería 30 años atrás cuando en algunas redacciones se le pedía a un redactor:
"haz un trabajo sobre Jesucristo y la Semana Santa" y el reportero
preguntaba "¿a favor o en contra?". Que yo no aceptaba esas pautas
para "condenar o favorecer a alguien" y que periodísticamente no
tenía cómo complacerlo, que no iba a pedirle a mis reporteros que torcieran algo en contra de los
manifestantes. Fue cuando comenzó a gritar, en medio de la redacción, y a
pedirme que no los llamara "manifestantes", que usara un calificativo
peyorativo para referirme a ellos "¡son unos guarimberos!". La
guardia de ese sábado puede dar fe de eso. Él dejaba escuchar sus frases
altisonantes: "no me vengas a dar clases de periodismo", "sí
puedes condenarlos, claro que sí puedes hacerlo", "lo que pasa es que
tú estás de acuerdo con las guarimbas y tu posición es política". Se
plantó: si no se le hacen correcciones, entonces no sale publicada.
Esas "correcciones" giraban en torno a tres
puntos: decir que los jóvenes que protestan son tarifados (financiamiento),
descalificarlos ("no son manifestantes") y que la conclusión del
trabajo los "condenara". Me negué.
"Entonces, no
sale publicado", dijo antes de cortar la llamada.
El lunes siguiente
(17/3/14) puse mi renuncia en sus manos y me despedí: "ya no me necesitas
en este puesto, necesitas una operadora política, alguien experto en propaganda
oficial y sabes que esa no soy yo". Por primera vez no me invitó a
sentarme en su oficina. Nos despedimos y escribí en twitter: "El
periodismo primero".
9- Mi gente (lo más grande de este mundo)
Si hago pública esta historia es para que se conozcan
algunas de las situaciones que se viven actualmente dentro de los medios del
país, donde trabaja muchísima gente valiosa, que no se rinde, que pelea todos
los días por hacerlo mejor. He visto a periodistas tragarse lágrimas por la
imposición del director de vetar en la portada, por ejemplo, las denuncias de
las violaciones de Derechos Humanos realizadas por el Foro Penal, para
privilegiar la versión oficial que las minimiza. He visto gente indignarse
después de una derrota editorial y sentarse otra vez a batallar, a investigar,
a pautar, a vibrar. He visto asambleas donde los periodistas hacen valer el
código de ética que estipula su derecho a participar de la línea editorial de
los medios. He compartido con otros las caras largas por titulares que no son
noticia sino adulación al Gobierno, que, por cierto, nunca se da por
satisfecho.
En distintas fuentes les juro que hay gente que valora a las
audiencias, las respeta y si no renuncian a sus puestos de trabajo es por
ellas. Así lo hice durante estos 15 años: por las cosas que sí podíamos
decirles, por esta bendita vocación; porque los diarios de la Cadena Capriles
cuentan con unos hermosos consejos de lectores que vigilan, sugieren y celebran
los trabajos que elaboran esos periodistas que se quedaron ahí.
Mi equipo de investigación es invaluable. Buenos seres humanos,
brillantes profesionales y con una mística a prueba de todo. César Batiz,
Lisseth Boon, Laura Weffer, Airam Fernández, Albinson Linares, Jesús Alberto
Yajure, Cristina González, Carjuan Cruz. Y compañeros de otras mesas. Son la
cara amable de este país. No todo está perdido. A ellos les pido que rescaten a
esos periódicos del lápiz rojo para la gente, que es a quienes pertenecen. Como
les dije en cada abrazo: hasta donde puedan, hasta que pisen su raya amarilla.
10.- A los nuevos dueños
¡Quítense la capucha!
El periodismo se hace
con transparencia o no se hace.
Me llevo todo lo bueno,
El periodismo primero.
Tamoa Calzadilla
Periodista
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