Declaración de la Red Latinoamericana Antimilitarista por el día mundial de acción contra el gasto militar
La
Red Latinoamericana Antimilitarista, red definida como una coordinación que
promueve a través de diversas acciones el antimilitarismo en la sociedad,
cuestionando la estructura militar y las prácticas de dominación en la región;
hace un llamamiento a celebrar el día mundial contra el gasto militar diciendo:
No queremos más armas para
Latinoamérica.
El gasto militar sigue estando en la agenda de los Estados Latinoamericanos como un punto importante en materia económica sin tener ningún motivo lógico, por lo menos desde el punto de vista de la sociedad civil. El aumento del gasto militar en la región se justifica en los preceptos militares de la disuasión y prevención de “posibles ataques” a través de la compra de armamento más moderno y peligroso para el posible enemigo, argumento que se desvaloriza cada vez más debido a la cooperación regional y la interdependencia entre los países, lo que confirma que América Latina está muy lejos de la posibilidad de conflictos armados entre países en la región.
Desde la década de los 80’, en contexto de guerra fría, Latinoamérica sufrió un aumento en el gasto militar a la sombra del rol intervencionista que ha jugado EEUU. La influencia económica, política y militar de este país en la región todavía se mantiene de manera calcada en países como Colombia con la llamada “guerra a las drogas” y con la existencia de bases militares de EEUU en todo el continente. Sin embargo, EEUU no es el único país con fuerte interés en la región. Europa y Rusia han mostrado gran interés por Latinoamérica, demostrándolo en el hecho que en los últimos diez años es Rusia, y no EEUU, quién ha vendido más armas a países de Latinoamérica.
El gasto militar sigue estando en la agenda de los Estados Latinoamericanos como un punto importante en materia económica sin tener ningún motivo lógico, por lo menos desde el punto de vista de la sociedad civil. El aumento del gasto militar en la región se justifica en los preceptos militares de la disuasión y prevención de “posibles ataques” a través de la compra de armamento más moderno y peligroso para el posible enemigo, argumento que se desvaloriza cada vez más debido a la cooperación regional y la interdependencia entre los países, lo que confirma que América Latina está muy lejos de la posibilidad de conflictos armados entre países en la región.
Desde la década de los 80’, en contexto de guerra fría, Latinoamérica sufrió un aumento en el gasto militar a la sombra del rol intervencionista que ha jugado EEUU. La influencia económica, política y militar de este país en la región todavía se mantiene de manera calcada en países como Colombia con la llamada “guerra a las drogas” y con la existencia de bases militares de EEUU en todo el continente. Sin embargo, EEUU no es el único país con fuerte interés en la región. Europa y Rusia han mostrado gran interés por Latinoamérica, demostrándolo en el hecho que en los últimos diez años es Rusia, y no EEUU, quién ha vendido más armas a países de Latinoamérica.
Otro tema no menor es el uso de armas para la represión interna en el continente, que se asemeja a las estrategias de las dictaduras militares en Latinoamérica como historia común. Por medio de la criminalización de la protesta se usan armas en pos de la represión interna, por ejemplo a comunidades indígenas en defensa de sus tierras y en lucha de resistencia a los proyectos extractivistas, y de igual forma a cualquier movimiento social que no comparta la lógica gubernamental y se atreva a discrepar. La búsqueda permanente de una enemigo, hace que las democracias sean más militarizadas, pero ahora con ropa de civil.
Aunque
no se registran golpes militares en la región durante décadas, sí se han dado
golpes de Estado como en Honduras y en Paraguay, los cuales nos recuerdan que
las prácticas golpistas todavía son una realidad.
Aumentar
la participación militar en la asistencia humanitaria se ha convertido en otra
forma de justificar el gasto militar. Es así como se han usado fuerzas
militares para enfrentar catástrofes naturales o por medio de intervenciones de
“paz” en el continente.
En
el continente han aparecido países ¨líderes¨ en la producción militar como es
el caso de Brasil, y otros donde su gasto
es considerable en la compra de arsenal militar, destacándose Chile,
Venezuela, Colombia y el ya nombrado Brasil.
Todo
esto nos hace decir hoy más que nunca: NO AL GASTO MILITAR Y SI A LA INVERSIÓN SOCIAL.
Te
invitamos a sumarte al Día Mundial de Acción Contra el Gasto Militar el 14 de
abril y juntos/as decir…
¡No queremos más armas
para Latinoamérica!
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