Anónimo Marabino
Si algo ha sido efectivo en los últimos quince años en
la historia de este país, ha sido la propaganda. En tiempos de lo que algunos llaman «cuarta
república», la propaganda política se reducía al espacio de tiempo que duraban
las campañas políticas. No así en lo que
otros llaman «quinta república», donde la propaganda fue tomando dimensiones
cada vez más invasivas, desde la valla publicitaria en avenidas y carreteras,
hasta las a veces interminables cadenas de radio y televisión impuestas por el
gobierno. Algún día –que espero no sea
muy lejano- esta invasión de la propaganda debe ser analizada desde el punto de
vista de los Derechos Humanos, específicamente desde el derecho a la intimidad,
que pone coto a cualquier tipo de invasión a la esfera privada del ser humano.
Es precisamente en el contexto anterior desde donde
debe ser leída la afirmación «protesta de sifrinos». Es cierto que buena parte de las
manifestaciones de oposición y de las protestas en general en Maracaibo, se han
llevado a cabo en la emblemática Plaza de la República. Ahora bien, esto merece un
análisis que lleve a superar el simplismo «protesta de sifrinos». Maracaibo es una ciudad con un urbanismo poco
regular. Aquí no es fácilmente
distinguible un «norte» o un «sur» desde el punto de vista social. En el norte de la ciudad, por ejemplo, se
encuentra enclavado el centro de Maracaibo, que no es una zona de gente de
clase media o alta. La inmensa mayoría
de la gente de clase media se encuentra en el norte de la ciudad, es cierto,
pero también en el norte hay barriadas populares significativas. Lo mismo pasa con el «sur» de la ciudad,
específicamente en el Municipio San Francisco.
Es cierto que en este municipio se encuentran buena parte de los sectores
populares de Maracaibo, pero también existe una urbanización de clase media –
alta, como lo es la Urbanización
Coromoto.
En la
Plaza de la
República , en los distintos actos y manifestaciones de la
oposición, es fácilmente identificable gente procedente de todos los estratos
sociales. Es un caso similar a lo que
sucede, por ejemplo, con la Plaza Francia ,
en Altamira. Ambos son lugares donde
confluyen personas que proceden de todos los estratos sociales con un único
punto en común: ser opositores del gobierno.
De este modo, decir que en Maracaibo sólo protestan los «sifrinos»
porque se congregan en la Plaza
de la República ,
es un simplismo que debe ser leído, como dije, desde el contexto de la agresiva
propaganda del oficialismo. Si bien es
verdad que el oficialismo cuenta con el grueso del apoyo de los sectores
populares, también es cierto que este apoyo va sufriendo el menoscabo
suficiente como para pensar que ya no existe una plena identificación de estos
sectores con el proyecto actual de gobierno.
Pero existe un dato más en el marco de las protestas
ocurridas en Maracaibo. En los últimos
días las protestas se han desplazado de la Plaza de la República al centro de Maracaibo, concretamente a
las inmediaciones de la Avenida Padilla ,
al Elevado de Delicias y a las Torres del Saladillo. A esto se suma la enérgica protesta de los
sectores de Veritas y Belloso, sectores que, dicho sea de paso, constituyen un
icono del Maracaibo tradicional. Pero lo
importante es destacar que en la Avenida
Padilla , en los sitios aledaños al Elevado de Delicias, en
Veritas, en Belloso y en las Torres del Saladillo no viven personas de clase
media o alta, sino personas que bien pueden ser identificadas con sectores
populares de la sociedad zuliana. Las
Torres del Saladillo fueron construidas como torres de apartamentos de interés
social, habitados en su mayoría por pequeños comerciantes y comerciantes
informales que trabajan en el centro de Maracaibo. Nada más alejado al perfil del «sifrino» que
el de las personas que viven en el centro de Maracaibo.
Pero añadamos un dato más. El Municipio San Francisco –al que no se
puede deslindar fácilmente del Municipio Maracaibo en muchos aspectos- tiene
como alcalde al economista Omar Prieto.
Esto ha hecho que ese municipio sea identificado como uno de los
bastiones más duros del chavismo en el Zulia.
Sobre Omar Prieto pesan serias sospechas de estar incurso en delitos que
hasta ahora no han sido denunciados. Es
raro encontrar a alguien en San Francisco que no se haga lenguas de las
actividades ilícitas del su alcalde, antes y durante sus gestiones de gobierno. Pero está claro que todo esto queda en el
ámbito del chismorreo y de la cotilla de pueblo porque, como digo, hasta ahora
no se ha hecho una denuncia en su contra y tampoco se le ha seguido un proceso
penal. Lo que sí fue evidente en su
primer período de gobierno –este es el segundo- fue el fuerte cordón de
seguridad de que disponía ese alcalde, hasta llegar a incluir en su séquito una
ambulancia que lo acompañaba. En muchas
ocasiones las calles y avenidas de San Francisco eran trancadas por policías
motorizados, después de lo cual se veía pasar la caravana de siete camionetas
«Tahoe», de color blanco, escoltadas por motorizados y por la ambulancia. Este derroche de seguridad se acabó cuando el
mismo Chávez le hizo la observación a Omar Prieto.
Otra de las cosas sobre las que se comenta en voz baja
con mucha frecuencia, es la actuación de la policía municipal de San Francisco,
cuyo director es Danilo Vílchez. Lo que
un día comenzó siendo «Polisur» -una policía bastante profesional para el
momento de su fundación- en el sentir de mucho pasó a ser un organismo policial
con agentes de muy dudosa reputación. De
hecho, hace algunos años, esta policía se vio envuelta en un estruendoso escándalo
de tortura policial, en el que un joven de 20 años fue sometido a un trato
cruel por parte de unos funcionarios que le introdujeron un bastón extensible
por el recto. Lamentablemente la prensa
local poco y nada se hizo eco de esta situación.[1] Este caso, como muchos otros, pasó
inadvertido.
Lo que sí es evidente y está fuera de toda duda es que
el alcalde, a través de la policía municipal, tiene sometida a amedrentamiento
a las personas de oposición en San Francisco.
Esto quedó evidenciado el pasado 14 de abril, después que el Consejo
Nacional Electoral dio los resultados de los comicios electorales celebrados
ese día. Muchas personas residentes en la Urbanización
Coromoto salieron a los frentes de sus casas a protestar,
tocando cacerolas y pitos, al igual que otras personas de una zona popular
llamada Ciudad El Sol. También aquí cabe
destacar que no son sólo los residentes de la Urbanización Coromoto
los que protestan, sino también muchas otras personas de sectores populares. Esa misma noche y a través de policías y
motorizadas, las personas que protestaban fueron reprimidas y
amedrentadas. Esto explica en buena
medida el por qué las personas del Municipio San Francisco tienen miedo de
expresarse a través de la protesta.
Hoy, 14 de marzo, cuando escribo estas páginas, fue
convocada una protesta pacífica en las inmediaciones del semáforo de la fábrica
de cemento «Vencemos Mara». Al lugar de
la protesta sólo llegaron diez personas, quienes con sus pancartas se apostaron
en el semáforo, de forma pacífica, sin obstaculizar la vía. Las personas que pasaban por allí en carros,
manifestaban su apoyo tocando corneta.
Pero sólo pudieron estar quince minutos en ese lugar, porque de
inmediato llegaron unos motorizados que, con gesto amenazante, mandaban a los
manifestantes a retirarse de allí.
Después de los motorizados llegaron unas patrullas de la policía y los
manifestantes no tuvieron más alternativa que retirarse del lugar, a pesar de
que intentaron hablar con los motorizados y con los funcionarios
policiales. Después de esto, los
manifestantes caminaron y se fueron de ese lugar, pero con las pancartas en
alto. Nuevamente se presentaron los
mismos motorizados, esta vez acompañados con camionetas de lujos que
transportaban personas que amenazaban a los manifestantes, quienes no tuvieron
más remedio que guardar sus pancartas y regresar a sus casas.
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