Prensa Provea
Provea ha señalado que en los más recientes
acontecimientos de conflictividad y protesta social en el país, se ha añadido
un explosivo y peligroso elemento a la confrontación política polarizada de los
últimos años: la actuación de grupos paramilitares para disolver
manifestaciones.
Si bien, como hemos registrado en nuestro Informe Anual
sobre la Situación de los Derechos Humanos, en años anteriores se había
registrado su intervención para enfrentar protestas de trabajadores del sector
salud y de la economía informal, estas actuaciones habían sido puntuales y
minoritarias.
Hoy, la evidencia de su despliegue en varias ciudades del
país y en diferentes momentos, podría inaugurar una tendencia que sugeriría el
despliegue de una política de Estado violatoria a los derechos humanos.
A continuación reproducimos una nota publicada en el Diario
zuliano La Verdad, en la que se recoge el testimonio de la ciudadana Belinda
Alvarado, habitante de la Urbanización La Trinidad, en Maracaibo, estado Zulia,
luego que un grupo de civiles armados identificados como presuntos grupos
paramilitares, atacaron a los residentes de dicha urbanización después para
reprimir la protesta que desde hace varios días se desarrolla en la zona.
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“Belinda Alvarado ofreció su identidad tímidamente. Lloraba
mientras habla por teléfono. Le temblaba la voz, la respiración, el alma,
mientras toma aire y cuenta a La Verdad cómo un grupo de 10 hombres y una
mujer, con la venia de la Guardia Nacional Bolivariana, se metió en su casa a
la fuerza y la asaltó a ella en presencia de sus padres y sus hermanos. Ocurrió
a las 5 y 30 de la tarde aproximadamente en el Bloque 18, apartamento 21 de la
Urbanización La Trinidad.
“Nosotros vimos como desde temprano los motorizados
escoltados por la Guardia Nacional Bolivariana se metieron en Palaima, vimos
como saqueron la panadería y como quemaron los carros en el estacionamiento de
La Trinidad”, narra la muchacha.
El caos recrudeció después. Los motorizados llegaron a la
urbanización y querían meterse en los apartamentos.
“A nosotros nos iban a tumbar la puerta. Nos amenazaban con
tumbarla y quemarnos vivos. Yo les dije que le abriríamos, pero que no nos
hicieran daño. Yo me fui al cuarto a esconder la laptop. Cuando abrí entraron
como locos. Lo primero que me hicieron fue arrebatarme una cadena que llevaba,
una cadena de fantasía”.
Los delincuentes ingresaron directo para robar. Sacaron
electrodomésticos. “Me preguntaban que qué más había y dieron con la laptop.
Dos de ellos se pusieron a pelear entre ellos por ella”, relata. Los vecinos
trataron de ayudar al grupo familiar y enfrentar a los que Belinda identificó
como Tupamaros. “Algunos llevaban capucha, otros no”.
La situación los puso más violentos. “Yo les dije que si
iban a salir con rehenes como decían por favor que me llevaran a mí y no a mi
papá. Me pusieron un cuchillo en el cuello y me sacaron poco a poco. Yo les
pedía que no me mataran. Mis vecinos les gritaban, les lanzaban cosas y ellos
vinieron y agarraron también a mi hermana”.
Los delincuentes huyeron en motos y con el respaldo de otros
supuestos miembros de colectivos. “Lo que no saben ellos es que un vecino los
grabó en video”. (Raúl Semprún, Diario La Verdad, 28.03.14)
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