Por nosotroslospobres
Hace dos semanas, Nosotros los Pobres tuvimos la buena
fortuna de poder presentar un taller que contaba con dos integrantes de la
Federacion de Estudiantes Libertarios de Chile, con quienes tuvimos un
intercambio sumamente productivo de ideas.
Pocos días después, llegue a ver una declaración publicada por la FEL en
la cual afirmaban su apoyo al “pueblo venezolano “ en su lucha contra el
golpismo. Como miembro de Nosotros los
Pobres, quería compartir algunas reflecciones sobre lo que pasa en Venezuela,
tanto ahora como a través de los últimos 15 años; espero que sean de interes
para mis compañeros especifistas como también para las personas que
generalmente se han preocupado por el caso venezolano.
La primera observación, que la doy en respuesta a las
afirmaciones de mis compas chilenos, es que, en Venezuela no va a haber un
golpe de estado. Mi hijo, ¿y con que ejército? El ejército venezolano, que
siempre ha sido una de las principales bases del poder chavista, se ha purgado
e ideologizado a tal punto que no se parece a ningún otro ejército
latinoamericano. Es posible que una
facción de los mismos chavistas haga un intento contra la facción de Maduro,
pero no lo harían en conjunto ni con López, ni con Machado ni con el MUD.
Segundo, la “revolución bolivariana” no es igual al
socialismo, ni siquiera el socialismo estatal de la China de Mao o la Rusia de
Stalin. Entre los rasgos más destacados
del estado bolivariano en la práctica, a pesar de toda retórica, se encuentran
la propiedad privada y la participación entusiasta en el capitalismo global,
hasta el punto de la dependencia. No es
que el chavismo no haya mejorado la vida de la clase trabajadora en
Venezuela—sí, lo ha hecho, según los datos sobre pobreza, empleos, etc. Hasta se han solidarizado, Chavez y su
partido, con la causa de la verdadera autonomía—al dar, por ejemplo, el apoyo
material al autogestionado Hotel Bauen en Buenos Aires. Pero al fin y al cabo, el chavismo en la
práctica es una especie de capitalismo populista, solo que lo populista se ha
actualizado para incluir el apoyo a movimientos como el autónomo. Digamos que tiene un parecer al peronismo—el
cual, no se nos olvide, también mejoró de forma significante la vida de la
clase obrera argentina de su época. Igual
que el peronismo, el chavismo ha facilitado la creación de una nueva elite (la
llamada “boliburguesía”), y ha instituído las relaciones de represión y
clientelismo dentro del movimiento obrero y de los otros movimientos sociales. De especial preocupación es la represión en
contra de los pueblos indígenas cuya idea del desarrollo no coincide con la del
gobierno.
Dicho todo esto, las protestas que se llevan a cabo en
Venezuela en estos momentos pertenecen a la derecha radical y los sectores
populares que han podido llevarse con ellos—sin prescindir del apoyo
imperialista, ya que el gobierno norteamericano les ha dado una notable
inyección de fondos a las organizaciones estudiantiles venezolanas. No tengo fuente, pero me parece más que
probable que la escasez de necesidades básicas se deba a las manipulaciones de
los capitalistas opositores del régimen—de ese tipo de maniobra los compañeros
chilenos conocerían demasiado bien los precedentes historicos. Pero lo que es más importante es que la clase
trabajadora no está en la calle con los manifestantes. Esto se trata de una movilización de la clase
media; los proponentes de la autogestión obrera no tenemos nada que hacer ahí.
Por otra parte, decir, con los compañeros de la FEL, que
apoyamos al “gobierno legítimo” de Nicolás Maduro, es una abdicación de nuestra
responsabilidad de iluminar las funciones actuales del estado y el
capital. Es triste, compas, pero ¿en
verdad no podemos predecir con casi perfecta certitud el destino del estado
bolivariano? Hemos visto lo suficiente
en América Latina de los movimientos populistas de retórica anti-imperialista
como para ya saber hacia donde van, trátese de la Argentina después de Perón,
del México del PRI, del Perú pos-Velasco; o si quieren un ejemplo más
actualizado se puede señalar al Brasil de Dilma Rousseff. El mismo Leonel Fernández y sus cómplices
vienen de la misma mata, solo que Juan Bosch no tuvo tiempo suficiente en el
poder como para dejar el tipo de huellas en la conciencia de la clase
trabajadora dominicana como las que dejó Perón en la conciencia de la
Argentina. A pesar de las diferencias
ideológicas, y de condiciones históricas, todos esos movimientos dejaron un
legado común a sus sociedades respectivas—el legado de la oligarquía.
Pongamos que si, que al difunto Hugo Chávez le preocupaba
mucho la cuestión de justicia social, y la de la desigualdad (y que se sepa que
yo no estoy necesariamente convencido de eso).
Ahora que se ha muerto, su movimiento se va a ir alejando de esos
ideales. Los “pragmáticos” (léanse,
ambiciosos, oportunistas) irán subiendo a la cima. ¿Por qué?
Porque el cambio no lo hacen los individuos con sus buenas intenciones,
el cambio es producto de la lucha de clases—y nadie que tenga el uso de la
razón puede sostener que la clase trabajadora es la que tiene el poder en
Venezuela. Chávez siguió el viejo camino
del cambio populista desde arriba, y es por eso que, al morir, dejo a una clase
militar, intelectual y burguesa controlando a la sociedad venezolana.
No es decir que el pueblo venezolano no intentara defender
los logros materiales de los últimos 15 años.
Es a través de ese proceso que podemos comenzar a identificar los
elementos a los cuales lo podemos apoyar plenamente, para así, lejos de afirmar
nuestro apoyo abstracto al “pueblo venezolano” (identificado con el movimiento
de Chávez), podremos trabajar materialmente para efectuar cambios para ese
pueblo. En lo que los chavistas se
trasladan hacia la derecha, vendrán oportunidades, y veremos corrientes como
las que se han visto en Bolivia, donde el mismo movimiento que le dió vida a
Evo Morales se ha resistido repetidas veces a que el lo coopte (gasolinazo
2011, como ejemplo). Son esas las
corrientes que tenemos que identificar, y con las cuales nos debemos
aliar. No es que podemos esperar
encontrar un movimiento de masas que comparta toda nuestra visión. Sin embargo, sí se puede esperar, en una
situación como la de Venezuela, esperar encontrar sectores importantes de los
movimientos populares que están comprometidos a cierto grado a la democracia
decentralizada y la economía autogestionada.
Es muy diferente eso al salir a la calle junto a la derecha,
como lo han sugerido algunos compañeros venezolanos y diferente, también, al
defender al gobierno venezolano de un golpe de estado fantasma. Hoy es la derecha la que esta en la calle. Pero las protestas comenzaron por un
incidente de acoso sexual en la universidad en Tachira. Seguro que no queremos estar en la posición
de tener que aceptar el acoso sexual porque de lo contrario le estamos haciendo
el juego a la derecha y dándole “apoyo material al imperialismo”. Compas, el estar complícito en otro
movimiento populista que al fin del cabo llevará a la clase trabajadora al
cinismo y la desilusión, no seria otra forma de brindarle apoyo material al
imperialismo? Si se tratara de un golpe
en verdad, talvez se tendría que apoyar a Maduro para evitar algo peor. Si embargo en estos momentos nos parece más
adecuado quedarnos a un lado, esperar y observar, para ver si comienza a
desarrollarse una corriente autónoma genuina, a la cual la podemos apoyar para
defender a Venezuela tanto de la oligarquía como del imperialismo. Si seguimos en la sombra de un movimiento
anti-imperialista que nos odia, detrás de un movimiento autoritario que no
comparte nuestros valores, si no logramos ofrecerle una alternativa a los
caminos que ya nos han fallado a la clase trabajadora, que no nos extrañe
cuando lo que conseguimos se parece igualito a lo que siempre hemos conseguido.
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