Carlos Crespo Flores
A principios del pasado año, en un
evento en el consejo universitario de la UMSS, por los 20 años de cooperación
suiza apoyando el tema agua en Cochabamba, el presidente de la empresa Misicuni
fue invitado como orador; en la fase de preguntas, el que suscribe estas líneas
sintetizó las dudas, incertidumbres y denuncias que varios profesionales,
ambientalistas, entes colegiados, políticos han señalado respecto a este
proyecto soñado por la cochabambinidad.
Mientras prometía que el proyecto estaría concluido a fines del pasado año, el
Ing. Alvarado acusó de “especulador” a las observaciones realizadas,
exactamente como hoy se estigmatiza a quienes han expresado disidencias respecto
al proyecto mismo, y la forma como se lo ha manejado.
La presa no se ha concluido en la
fecha prometida, por tanto las dudas y preguntas quedan y se ahondan. Esta vez
deseo referirme a otro aspecto de la tragedia Misicuni. El misterioso señor Martin
Rovira.
Los que escuchamos el informe del
Ing. Jorge Alvarado ante la asamblea departamental hace dos semanas, acerca del
estado de la obra y el proceso de rescisión del contrato con el consorcio
múltiple Misicuni, hemos salido preocupados, mucho más luego de escuchar las
denuncias del asambleísta Henri Paredes. Veamos.
Que tienen en común el mega
proyecto hidroeléctrico Rositas/Rio Grande, el parque Eólico Collpana, la
carretera Toledo - Ancaravi y el proyecto múltiple Misicuni? Que en todos estos
proyectos aparece el nombre de Martin Rovira Rada como responsable legal o de
negocios de las empresas contratistas. Como es posible aquello?
Paredes, con documentos en mano, señaló los vínculos y negocios del Sr Rovira. Efectivamente, más allá de que la denuncia haya sido presentada por un miembro de la oposición, Rovira es el personaje que puede dar luces sobre una trama oscura, que puede tener conexiones con las más altas esferas de gobierno.
Como se sabe, Rovira Rada es el representante legal del consorcio Misicuni, con quien hoy el gobierno, a través de Alvarado, está negociando la rescisión del contrato. En más de una oportunidad la empresa y la misma prensa local ha informado la dificultad de ubicar al misterioso Sr. Rovira; pero, el mencionado está vivito y al parecer pasándola bien.
Martin Rovira es representante de una empresa que a estas alturas del partido, se puede afirmar, ha estafado al departamento de Cochabamba. Al estilo del consorcio Aguas del Tunari, creado en un paraíso fiscal con un capital simbólico para adjudicarse una empresa de agua que valía millones de dólares, uno de los orígenes de la guerra del Agua, el de Misicuni tiene entre sus socios empresas que tienen como oficina central la misma dirección en Bogotá, aunque un par de ellas se dice que son venezolanas (Vialpa SA, Change Consulting Group Colombia SA, Gerencia de Contratos y Concesiones y Obresca CA) . El viejo estilo de sociedades "truchas" para hacer negocios en Bolivia se reproduce.
Lo interesante es que el año 2009, la empresa CCI SRL (con la cual Rovira participa en el consorcio múltiple Misicuni) junto con Grandi Labori, la empresa italiana socia mayoritaria del consorcio, y la empresa Bartos, se adjudicaron la construcción de la carretera "Toledo- Ancaravi, por un monto de casi 24 $US millones; el representante legal era Martin Rovira. Al igual que en Cochabamba, a pesar de haber recibido un adelanto, las obras no avanzaron, teniendo que rescindir el contrato. Que poder tiene esta empresa para no ser penalizada por tales incumplimientos?
Ahora, la cereza en la torta. En
premio a sus acciones en Cochabamba y Oruro, Rovira hoy es representante de
negocios en Bolivia de la empresa Hydrochina, la misma que ha construido el
parque Eólico de Collpana con un valor de $US 7.6 millones –cuando en realidad
vale $US 7 millones-, y acaba de adjudicarse el proyecto hidroeléctrico de
Rositas en el Rio Grande, En el caso de Rositas, proyecto con un valor de
aproximadamente $US 1500 millones, Hydrochina ha elaborado gratis el proyecto
de factibilidad, donde elevan la capacidad de la planta, de 400 a 600 MW; que
buenas personas los chinitos, no? En realidad los costos de esta fase serán compensados
en la siguiente, de implementación y funcionamiento. Se sabe que Hydrochina
está negociando la adjudicación de otro megaproyecto hidroenergético, Cachuela
Esperanza. La pregunta inmediata es, quien es este señor Rovira que parece
tener influencia enorme en las redes del poder gubernamental para estar
involucrado en los proyectos energéticos más grandes de este país? Quien está
detrás de él?
Por su parte, Cochabamba sigue
ilusionada con el proyecto Misicuni, hoy convertido en coto de caza electoral
de moros y cristianos. A pesar del optimismo de Alvarado, quien ha prometido a
la asamblea departamental que en octubre-noviembre estará concluida la presa,
no hay que ser ingeniero para darnos cuenta que es solo una retórica electoral,
pues el consorcio saliente seguirá dando batalla jurídica, mientras tanto es
difícil reiniciar obras normalmente; no es posible realizar las obras
paralelamente; si se logra terminar la represa debe acumular agua, proceso que
dura no menos de 5 meses. El 2016 recién podemos hablar de un final feliz de
esta segunda etapa del proyecto -la primera fue el túnel; pero esto no lo dirán
nuestros gobernantes. Mientras tanto el costo de la presa seguirá creciendo
(hoy en más de $US 90 millones; de hecho, Alvarado adelantó que requerirá
nuevos $US 40 millones), y los decididores de la obra seguirán acusando a los
críticos de este nuevo engaño, como "aventureros",
"especuladores". Pero la pregunta continuará: quien es el Sr. Martin
Rovira Rada?
Imágenes de arriba abajo: Proyecto hidroeléctrico Rositas en el Rio Grande. 2.Parque Eólico Qollpana. 3. Proyecto Múltiple Misicuni. En todos estos proyectos, corruptos, Martin Rovira es representante legal o de negocios.
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