Rafael Iribarren
Elecciones locales; el verdadero mapa socio-político, de
la gente
Una primera lectura. No definitiva. Las elecciones locales,
a pesar de la idea de que interesan menos a la gente; en realidad, mejor que
las regionales y que las nacionales, reflejan más concretamente sus verdaderas
actitudes políticas; habiendo diferencias, aunque siempre siendo ese reflejo,
entre los resultados para alcaldes y los para concejales. Los concejales
electos, lógicamente, muestran más fielmente la verdadera composición política
de la base ciudadana. La polarización real o inducida, en la medida de que se
da; se muestra al máximo en las
elecciones nacionales, menos en las regionales, menos aún en las municipales y
mínima en las de concejales Una lectura definitiva de los resultados del 8D,
cerniendo el fraude, se podrá cuando se
disponga de las totalizaciones detalladas de los cerca de 2.800 concejales que
resultaron electos entonces.
Las premisas de esta reflexión
De entrada, preciso las premisas de que parto para esta
primera lectura de los resultados de las votaciones del 8D: 1.- El
CNE-SMARTMATIC, armadura básica del sistema electoral nacional; es un sistema
técnico, operado a discreción por el chavismo; sin ningún tipo de
contraloría; absolutamente cerrado
montado y perfeccionado para el fraude; cualitativa y cuantitativamente, el que
sea “necesario”. Hasta ahora no hay criterio serio para definir límites que
tiene para producir los resultados que se requieran. 2.- La dimensión y la
estructura del fraude a implementar, sería predeterminada condicionadamente a
los requerimientos posibilidades y
limitaciones políticas y sociopolíticas en cada evento; y a las metas y
prioridades concretas de cada evento. La tercera fase de la “victoria perfecta”
que Chávez programó para estas elecciones municipales, que iban a ser en
febrero pasado; en la situación actual del chavismo y del país; se hicieron
inviables. 3.- La primera prioridad, por encima de cualquiera otra, para estas
elecciones, del madurismo-chavismo fue la relegitimación del CNE; en función
del efecto retroactivo de la legitimación del 14A y de la suya propia; y de su
efecto prospectivo en futuros eventos. Y, 4.- el cuadro y mapa resultantes del
8D fueron pre-cantados por el ex-rector Germán Yépez en entrevista al diario
“Panorama” de Maracaibo, (N24 / 30.09.13). En la que “previó” y que finalmente
fueron, unos resultados “creíbles y aceptables” tanto por las oposiciones como
por los chavismos.
En función de producir tales resultados “creíbles y
aceptables”, obviamente se implementó un fraude cuidadosamente distribuido
y administrado; ajustable sobre la
marcha; cuyo carácter predeterminado, de su estructura y mapeo, se evidencian
al establecer correlaciones entre los resultados variables de las cuatro
últimas elecciones. Entre los de ésta
última del 8D y los de las anteriores del 14A,
el 16D y el 8O pasados. Aparte de que la verdadera cuantificación del
que electoralmente sería el mapa sociopolítico nacional; se lograría
aplicándole a los resultados oficiales del CNE, en definiéndolos, dos factores
de corrección: uno de fraude y otro de la abstención real.
En el contexto que habría con Chávez vivo, los resultados
del domingo pasado habrían sido cuantitativa y cualitativamente diferentes a
los que se van conociendo Habrían sido similares a los de las presidenciales del 8O y
del 16D, las primeras dos fases de “la victoria perfecta”; en las que Chávez y
el chavismo “arrasaron”. Siendo
imposible, increíble y peligroso, que hoy
fuera así; porque no hay ni las condiciones ni capacidad de entonces
para jugársela; entonces, lo que
interesa aquí, para ponderar la incidencia en la dinámica política actual, de
los resultados oficiales es, primero, determinar lo que realmente significan,
desde el punto de vista de las condiciones en que está el chavismo; o, los
chavismos en el contexto nacional. Y segundo, identificar las determinantes que
impusieron que se armaran así; las claves para administrar, mapear e ir ajustando el fraude
como finalmente se hizo. Esto, sobre
todo, en función de lo que viene.
Resultados predeterminados; prioridad: relegitimar al
CNE-SMARTMATIC
Consciente de su verdadera situación; de su mengua
sociopolítica inercial; de su crisis y
agotamiento internos; y en el marco de una crisis nacional general que no logra manejar; frente a un
rechazo nacional mayoritario; la cúpula
del madurismo-chavismo, asumió limitarse en estas elecciones del 8D, a solo una
“victoria semi-perfecta”; enmarcada en unos resultados “creíbles y aceptables”;
a un “mitad y mitad” con la oposición; reconociendo su inocultable crecimiento,
sobre todo del antichavismo; pero exhibiendo, particularmente ante sus propias
bases; alguna mayoría en que basar
seguirse declarando la primera fuerza político-electoral del país;
seguirse declarando, de alguna manera,
ganador; quién conserva “la hegemonía”.(Ver “LO QUE SERA EL 8D” en mi
rafaelsiribarrendice.blogspot.com). Enmarcado en un cuadro de resultados así;
sin arrasar ni ser arrasado; sin mayores riesgos; se lograría el objetivo
estratégico central de legitimar al CNE; a quién ha tocado, toca y seguirá
tocando, armar y cantar la base de la legitimación electoral de su continuidad
en el Poder. Con los efectos retroactivos igual estratégicos, de las
legitimaciones, de los resultados del 14A; y, sobre todo, de la elección de
Maduro como presidente. Y, con los efectos en perspectiva, de pre-legitimar las
futuras actuaciones y resultados del CNE, en el 2015, de las próximas
elecciones parlamentarias; y, en tal caso del referendo revocatorio que eventualmente
sea inevitable convocar y realizar en el 2016.
Desde el 2004; cada vez más sobradamente, con más pulso y sofisticamiento, los resultados de
casi todas la votaciones, con excepciones específicas; evidentemente fueron
pre-programados. Disponiendo el chavismo, como
dispone, del control y el absoluto hermetismo de todo el sistema; sin
ningún tipo de auditoría consistente en ninguna fase ni área ni instancia. Y
del aval de los técnicos de la oposición. Ahora para el 8D, como siempre, el
CNE simplemente puso en práctica la estrategia electoral-institucional definida
y que se le instruyó; con los resultados que se van conociendo. Según los que,
el chavismo “gana” un 73% de las alcaldías del país; ello, por cierto, tan
creíble como que en diciembre del 2012 el chavismo “ganó” 20 de las 23
gobernaciones. Pero, según, contrapesadas con
el 22% de ganadas por la oposición; entre las que están 7 de las 10
principales concentraciones urbanas del país y las tres mayores. Y los
principales municipios urbanos, capitales de estados, en los que se
asienta cerca de las dos terceras partes
de la población nacional. Municipios capitales y centros urbanos; algunos
emblemáticos; reconocidos a la oposición; la mayoría predominante y
crecientemente antichavistas; en los que siéndole ya imposible aparecer
ganando; optó por perderlos, por “entregarlos”
aunque “por ñingita”. Resultados tales que, aparte de ser obviamente
aceptados por la oposición; según,
constituyen la muestra irrefutable de la
supuesta imparcialidad del CNE.
Correlacionar los resultados y sus cambios de una a otra
elección, en varias circunscripciones; proporciona indicios claros de la
manipulación discrecional por CNE-SMARTMATIC, de las votaciones y sus resultados. Se entiende
perfectamente la desencajada negativa de las rectoras
electorales a auditar ni siquiera mínimamente el material electoral del 14A.
Cuando en definitiva, ni un centro electoral, ni una máquina captahuellas,
permitieron auditar realmente.
En tal caso, no dos sino
tres países
Según muchos, entre los que están Capriles su comando y la
MUD; sus politólogos y psico-politólogos; el país está “dividido en dos”, o,
“hay dos países”. Según, los venezolanos estamos polarizados. Sin embargo, ni
los números ni los resultados en cuanto a candidatos electos, dicen eso. Para
el momento de escribir esta nota, y según la vicepresidenta Oblitas el CNE; por
el PSUV y la MUD y sus aliados votaron,
respectivamente, 5,277, y 4,423 millones y algo más; para unos 54% y 44%
respectivamente; el 2% restante habría sido de “otros”. Pero !ojo!: de
votantes. No de los electores. Con
respecto a los 19 millones de electores del RE; los 10 millones o menos, que
habrían votado el 8D; solo algo más del 50%; el peso porcentual real de las
votaciones de los dos bloques, está solo algo por encima y algo por debajo del
25% de los electores. La abstención oficial según el CNE está en un 40% de los
electores; del RE. Según, por encima de
los votos contabilizados, al PSUV y a la
MUD.
De forma que cuando se haga el análisis, sobre todo, de los concejales electos; no tanto ya de los
alcaldes; con sus identificaciones político-partidistas concretas aparte las
alianzas en que participaron; se verá que en un porcentaje alto de casos, la
identificación con uno u otro polo, no
la hubo o fue básica y circunstancialmente electoral; pragmática, franquiciada.
Lo que quiere decir que si las bases votacionales del oficialismo y de la
oposición; en el supuesto negado de que fueran homogéneas; pueden ser
consideradas “dos países”; entonces Venezuela estaría dividida realmente en tres; con un tercer país, por
cierto mayoritario, superior a los otros dos; igual de homogéneo y/o
heterogéneo; que sería la abstención.
Contra la leyenda negra anti-abstencionista
Que la abstención; que 10 millones de venezolanos iguales a
todos los demás; entre un tercio y la
mitad o más de mayores de 18 años, decidan no votar; sea objeto de todo tipo de
descalificación, política, ética y hasta religiosa; es demostrativo de que “la
política” en Venezuela se pretende que siga siendo dictada desde el Poder; desde los factores de Poder; dictada y hecha
por pretendidas élites, doctas y mesiánicas; por los “liderazgos políticos”.
Como si siguiéramos en el siglo XIX. Se ha hecho en vivo, una leyenda negra
sobre la abstención en Venezuela; tema de manipulación mediática de nuestros
politólogos y psico-politólogos, cuentacuentos activistas de partido, muchos
tarifados; o del “staff”. Y de militantes de a pie, tan buenas-gentes como
mediatizados que predican las letanías anti-abstencionistas que escuchan de
aquellos. Leyenda a partir de la que no se da respuesta; uno, al hecho de que
abstenerse, como votar, es un derecho que se ejerce o no a voluntad; y que se asume
mayormente a conciencia y a partir de una postura política; tan respetable, y
mayormente, tanto o más consistente, o inconsistente, políticamente, como la de
quienes votan. Dos, a que
demostradamente la abstención, salvo situaciones concretas, en nuestra propia
experiencia nacional, afecta, tanto o más a quién está en el poder; que a la
oposición. Como se viene demostrando en las últimas elecciones en las que ha
afectado determinantemente al chavismo. Y tres; a que a contrapelo de la
chantajista manipulación mediática anti-abstencionista; armada a partir de la
masiva abstención nacional, absolutamente consciente, política y explicable; en
las parlamentarias del 2005; la asamblea nacional actual electa en el 2010;
ganada en votación por la oposición, pero minoritaria en parlamentarios
electos; como grotescamente se está demostrando; es, tanto o más instrumento de
uso discrecional por el autoritarismo más ramplón, como la electa
entonces.
Vienen al caso estas consideraciones en atención a que; en
contra de la manipulación electorera que se hace de ella; la abstención de al
menos la mitad de los electores, mayormente política; maquillada naturalmente y
base de manipulación por el CNE; que,
aunque incide en la votación oposicionista; sobre todo, en los
últimos eventos electorales, viene tumbando la chavista.
A pesar de polarización de las cúpulas el proceso no se
polarizó.
Como todo autoritarismo, o mesianismo, el chavismo se
estabilizó en el Poder, induciendo mediáticamente la polarización; a la que
siempre contribuyó continuada y determinantemente, la oposición. La
polarización en cualquier circunstancia se pauta a cuatro manos. Su punto
máximo en los últimos quince años fue en
el 2004; cuando el RR. Desde entonces acá; a pesar de la de las cúpulas que sí
están polarizadas; y a pesar de su inducción mediática continua, intensa; al
nivel concreto de la gente vino reduciéndose; hasta las últimas circunstancias
y eventos electorales; y hasta esta campaña municipal del 8D, en la que
prácticamente no hubo; aunque mediática y retóricamente se promovió, igual, a
cuatro manos.
Las campañas locales son despolarizadas por naturaleza; en
los casos en que hay polarización en ese contexto, en general porque inducción;
se desnaturaliza artificialmente el sentido concreto que tiene, a ese nivel,
la movilización y formación de criterios de la gente. Para éste 8D, por
parte del chavismo, propiamente del madurismo; se promovió la idea de que, por
encima de cualquier tema e interés, se
votaba, según, por “la revolución” y “por lealtad a Chávez”. Pretendiendo
subsumir lo local en “lo estratégico”,
en “lo nacional”; en “lo histórico” A partir de lo que impuso a dedo los
candidatos a alcaldías, especialmente a las más importantes. Capriles por su
parte planteó exactamente lo mismo; aunque, obviamente, en sentido opuesto. El
8D, según, era para “salvar al país”, etcétera; de forma que lo local había que
supeditarlo a ese objetivo estratégico. concretamente a que él, Capriles,
sacara a Maduro del Poder.
A pesar de la constante movilización de Capriles por todo el
país; y del abuso mediático y la utilización de todo tipo de recurso de poder o
institucional, por parte de Maduro; la campaña no se polarizó. Aunque hubo los
dos bloques candidaturales principales: el del PSUV-GPP y el la MUD; ambos se
conformaron, solo en términos de alianza exclusivamente electoral; pragmática;
sin real coherencia política concreta ni programática; menos ideológica; ni
siquiera en el de los chavismos. Unas 97 organizaciones vinculadas a ellos,
postularon candidatos e hicieron campaña; sacando, en suma unos 1,2
millones de votos. De más de 16.000 candidatos inscritos en el CNE, no
más de 4.500 fueron del PSUV-GPP y de la MUD; más del 70% eran independientes
de ellos.
Aunque, en algún grado, aún local, el voto siempre tiene
o puede tener el contenido de ejercerse
en contra; a pesar de todo y dentro del incremento nacional del antichavismo;
notoriamente los candidatos antichavistas, de oposición, que resultaron
electos; mayormente lo fueron por su calidad como candidatos locales; lo que
dificultó localmente el fraude; además de por serlo de la Unidad; no por que
fueran de Capriles, ni porque él los promoviera. Claro que igual, puede decirse
de los candidatos chavistas; aunque en menor grado; por la incidencia del
factor fraude en su elección; que en buena parte de ellos tiene que haber sido
decisiva.
A pesar de la estrategia polarizante; y también
plebiscitarizante de Maduro; de pretender que se votaba “por la revolución” y
“por lealtad a Chávez”; según, contra la derecha personificada en “la trilogía
del mal”. Estrategia a la que Capriles su comando electoral y sus socios en
trilogía; jugaron igual, polarizantemente, al pretender que se votaba era
“contra el comunismo”, por “salvar la Patria”, etcétera; que se trataba de un
plebiscito. A pesar de ambos impulsos polarizantes; y, aparte fraude
naturalmente; la gente que votó, mayoritariamente lo hizo por candidatos
locales; determinantemente en función de sus problemas concretos; aunque a conciencia
de su contextualización en la crisis nacional total nacional actual
Chavismo políticamente el gran perdedor; doblemente
perdedor.
En mi escrito, “8D LA SANGRE NO LLEGARÁ AL RIO”,
(rafaelsiribarrendice.blogspot.com), de antes del 8D; en el que predije el cuadro resultante de un “mitad y mitad”;
decía que no habría ganador ni perdedor; lo que junto al resto de las
predicciones expuestas en él, resultó cierto. Aunque hay que precisar que
nadie, “ganó” ni ‘’perdió”, neto; encomillado, al tratarse, reitero, de una
gran manipulación electoral hecha ejecutar por el CNE; de la que los resultados
no muestran la verdadera voluntad de la gente.
Electoralmente, en los números del CNE, el chavismo “ganó”;
terminó con más votos y con más alcaldías. Cierto. Pero político-electoralmente
fue el perdedor absoluto; y, doblemente perdedor. Primero, porque aunque
terminó con más alcaldías; las más importantes fueron “ganadas” por la
oposición. Como arriba señalo; con 5,3 millones de votos el chavismo; y menos de 4,5 la oposición; luego de 15 años
en el Poder, de 10 de las misiones y los últimos 3 de clientelismo desaforado;
además de haberse llamado a votar “por lealtad a Chávez”. Que su base
sociopolítica concreta, electoral; a pesar del ventajismo y el fraude; y de
haber tenido que ser remolcada bajo chantaje; no llegue a un 20% de la
población nacional; quiere decir que, aunque aún mantengan el poder fáctico;
los chavismos están en su fase terminal. Que, además; hayan tenido que ceder los, principales
centros urbanos, de mayor peso e importancia, política, económica,
demográfica; cuando un año antes, y, según, había “ganado” 20 de las 23 gobernaciones del país;
”perdiendo” las otras tres, según, solo
“por ñingita”; es estar entrampado en su propio fraude. Y es que sus
propios números fraudulentos gruesos, radiografían ese entrampamiento. Pues, y
sin entrar a discutirlos: que con esos cinco millones de votos y algo más, el
chavismo tenga 247 alcaldías; que corresponden al 40 o 45% de la población; mientras que la
oposición, con cuatro millones y medio; siempre según el CNE-SMARTMATIC; no tenga ni 80 alcaldías; pero en las que
está el 55 o 60 % de la población urbana nacional; fotografían, tales números
oficiales, aparte el malabarismo retórico que sea; el verdadero mapa de la distribución
socio-política real actual del
país.
Segundo; y más de fondo; la clave; el chavismo es el gran
perdedor político; porque, estando contra la pared; se vio forzado a pre-determinar, el “mitad y mitad”. A
descartar que el CNE-SMARTMATIC produjera la tercera fase de la “victoria
perfecta”. Que a sabiendas de que
hubiera sido un resultado increíble e inaceptable nacional e
internacionalmente; optara por no correr el riesgo de una reacción de rechazo total que le iba a
resultar muy, demasiado costosa; y casi imposible de confrontar; es la muestra
de la fase terminal en que políticamente está.
Capriles y el
caprilismo, perdedores; enemigos perfectos de Maduro y el madurismo
Pero, que el chavismo sea políticamente el gran perdedor; no
implica que la oposición, la MUD haya ganado. Igual en dos sentidos. El uno de
fondo; el otro de circunstancia.
De fondo. Forzado el chavismo a no imponer la tercera fase
de la “victoria perfecta”; asumió a cambio, lograr el objetivo estratégico de
la legitimación del CNE-SMARTMATIC; con las implicaciones, clave, retroactivas
y prospectivas que ello tiene; y a las que arriba se hace referencia. Hoy el
CNE, siendo el mismo desde el 2004; peor; sin embargo, relancinamente; y en cualquier
contexto, nacional e internacional, luego de este 8D, está absolutamente
legitimado. De entrada, al la oposición aceptar participar, a pesar del 14A,
sin cuestionamientos de fondo, en la campaña electoral local bajo su rectoría;
de hecho legitimó sus actuaciones previas. Y ahora, concluida, al aceptar y
avalar sin más los resultados dados, tan
trampeados como los anteriores; “creíbles y aceptables”, como fueron
pre-determinados; lo legitima en términos absolutos. Obviamente de la
legitimación del “arbitro” como lo llamaba Chávez; con todo lo que ello
implica; retrospectiva y prospectivamente; la clave era, y ahora, luego del 8D
fue, precisamente, su aceptación por la oposición en general y concretamente
por la MUD.
Y en lo circunstancial post-electoral. ”La oposición”,
específicamente la MUD, su cúpula, excluyente y sectarizada; descaradamente
anti-unitaria; y Capriles, su comando y equipos electorales; y su partido;
resultaron también derrotados, tanto electoral como políticamente. Con los
efectos negativos; lo verdaderamente lamentable; que ello conlleva para la
oposición y el antichavismo en general; en términos, si no de retroceso; sí de
pérdida, de desperdicio, de las posibilidades de haber avanzado muchísimo más, en este proceso
local; en el marco de la crisis del chavismo; si no se hubiera jugado a la
polarización.
Capriles, apoyado por la cúpula reducida de la MUD, por su
partido y los factores de poder que impulsan su proyecto candidatural de
mediano plazo; a pesar de tratarse de
unas elecciones locales; asumieron convertirlas, desnaturalizándolas al menos
mediáticamente, en la prolongación de las presidenciales, del 14A, y del 8O.
Convertirla en otra campaña de él, de Capriles; y de hecho, reduciendo a los
candidato de oposición a alcaldes, en
candidatos suyos; que en tal caso serían electos, con sus votos de él; que,
según, él había producido en abril y octubre anteriores. Se autonombró jefe de
las campañas de los 335 municipios; se dedicó a recorrer el país; y declaró que
el 8D era para sacar a Maduro a partir de él enfrentarlo. Que se trataba de un
plebiscito. El proyecto del caprilismo; no pasó de la dimensión
mediática. Sus recorridos, en competencia cerrada, con los de López y Machado,
se proyectaron diariamente como la noticia principal de campaña en cualquier
parte del país; en general en los medios impresos y televisivos; pero,
significativamente, también en los oficialistas. Evidentemente el mayor acierto
de la campaña de Maduro y los chavismos; fue, precisamente, polarizar con Capriles; con lo que proyectó una imagen caprilizada de toda la oposición; de toda.
Sin embargo el verdadero alcance y
aporte, de la estrategia polarizante, por parte, de Capriles mismo de
caprilizar la campaña; se mostró el 23 de noviembre cuando él, y en presencia
de solo parte de la cúpula de la MUD; asumió anunciar el cierre nacional de
campaña; convocando, él, a 335 concentraciones simultáneas en todo el país; con
lo que, según, se mostraría la verdadera voluntad nacional contra Maduro. Un
fracaso. En Caracas, una de las pocas ciudades en que se concretó algo; con su
participación; no llegó a haber 3.000 personas. Lo que motivó a la corresponsal
de la BBC aquí; luego de comentar que tiene en Twiter el doble de seguidores
que Maduro; a titular su nota preguntándose, “Capriles, ¿Dónde están los votos,
en las redes o en la calle ”.
La oposición tenía la ventaja de que, mayormente, sus
candidatos fueron escogidos en primarias; aunque a casi dos años; en febrero
del 2012; y, aunque luego de ese tiempo, muchas candidaturas habían perdido
calidad; terminando muchas desconocidas y derrotadas. Pero, a pesar de eso; la
calidad electoral y política, insuperable por el chavismo, en general de las
candidaturas de oposición; estaba en que eran locales, realmente vinculadas a
la gente a su vida y problemas concretos; precisamente en un proceso electoral,
local. Local. Calidad político-electoral, ventaja sobre las candidaturas
chavistas en general; que sin embargo no se activó; al contrario se desperdició
y puso en segundo plano; cuando Capriles, equiparándose y polarizando con
Maduro; promovió que la campaña de la oposición era nacional; como la del
chavismo o madurismo. No local.
Maduro máximo beneficiario de la polarizar con Capriles
Ni exageración ni especulación, señalar que en la
consolidación del liderazgo interno de Maduro; y en hacer creíbles los
resultados dados por el CNE; polarizar a cuatro manos con Capriles, fue
determinante. Si hasta entonces no tenía ni tiene fuerza propia en el chavismo;
hoy, son maduristas buena parte de los
alcaldes electos el 8D. Todos puestos a dedo por él, y/o, negociados en la
cúpula del PSUV; muchos, militares retirados y muchos, sacados expresamente del
cuerpo diplomático, en el que eran sus subalternos; para ser impuestos como
candidatos. Maduro y la cúpula psuvista, volvieron a negarse; ahora sin el brujuleo de cuando Chávez; a hacer primarias,
internas y del GPP. En el marco de la crisis nacional; hasta, precisamente hoy
luego del 8D; el problema político más difícil que ha tenido que manejar; como
llegó a ser para Chávez; es el interno; de los chavismos. Problema que se
activó, incluso más que en la oposición, a raíz de la cuestión de las
candidaturas a alcaldías y concejalías. La disidencia candidatural chavista fue
tanta o mayor que la oposicionista. Inevitablemente, porque en ambos casos se
activó la contradicción entre las bases, locales y regionales; y las cúpulas y
burocracias nacionales y regionales. Entre los liderazgos locales vinculados
concretamente a los problemas de la gente; y los burócratas y/o sus adláteres,
paracaidistas, puestos a dedo; sin nada que ver con la entidad en que fueron
candidateados.
Efectivamente, la sangre no llegó al rio. Hay son
chavismos y oposiciones
Como asenté en mis reflexiones previas, el 8d “la sangre no
llegó al rio”. No pasó nada de lo que se pretendía que sucedería. No hubo
arrase, ni plebiscito ni afirmación de hegemonía. Ni polarización. Ni golpe. Se
perfiló más aún el rechazo de la inmensa mayoría de los venezolanos al autoritarismo
en cualquiera de sus variantes; en ejercicio y en lista de espera. Se expresó
el rechazo nacional al chavismo; pero igual al puntofijismo. La dinámica
política se horizontalizó a pesar del protagonismo de ambas cúpulas.
Propiamente, siguió horizontalizándose; la gente desentendiéndose, sacudiéndose
de cúpulas y vanguardias, de élites de liderazgos y mesías por consagración o
designación; se mueve hacia promover nuevas relaciones con el poder.
Y al sostener que tampoco la oposición, fue la triunfadora;
aunque le haya ganado espacio político;
me refiero a que, así como el chavismo no existe ya; sino que lo que hay son
chavismos. Tampoco existe la, oposición; que por lo demás, realmente nunca ha
llegado a existir; a pesar de sus recientes logros unitarios; la MUD inicial,
las primarias. Lo que hay, igual, son, oposiciones. Un mosaico de grupos y
liderazgos circunscritos; que se
personifican en los alcaldes y concejales no chavistas electos ahora el 8D;
diversidad y pluralidad nacional; muy fluida
y sin estructuras nacionales; sino en tal caso locales y regionales.
Cuadro que aunque ni tan visible ni tal
fluido; es similar en los chavismos. Bueno para el país; muy bueno; lo mejor;
que ni en los chavismos ni en las oposiciones, hoy hay líderes “nacionales”. Ni
puede haberlos ni tiene porque pretenderse que los haya; que en tal caso sería,
como está siendo, a punta de billete y manipulación mediática.
Caracas diciembre 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.