Un periodista francés ha remitido para un trabajo de
investigación algunas preguntas al miembro de El Libertario Rafael Uzcátegui sobre
la situación actual en el país y el escenario electoral. Compartimos sus
respuestas.
1. ¿Maduro es la continuación de Chávez o hay una
fractura?
R: Maduro intenta basar su legitimidad como presidente en ser la continuación del proyecto bolivariano construido por Hugo Chávez (HCF), tanto en lo político como en lo simbólico. Ha asumido el programa de gobierno “Plan Patria 2013-2019” con el que HCF ganó las elecciones el pasado mes de octubre y repite cada vez que puede que representa su legado. Se ha hecho llamar a sí mismo “El hijo de Chávez” e intenta imitar su estilo y maneras de gobierno, lo que a corto plazo ha podido capitalizar políticamente, pero que, debido a una ausencia de personalidad propia, resentirá a mediano plazo. No obstante, hay diferencias porque el escenario político es otro. La presencia física de HCF fue determinante para la actuación de los diferentes actores políticos y sociales en el país entre los años 1998 y 2012, por lo que su ausencia modifica cualitativamente la política y lo político en Venezuela. Nicolás Maduro sufre las consecuencias de un movimiento basado en el culto a la personalidad y su autoridad sobre todas las partes del universo bolivariano está cuestionada, dimensión estimulada por la pérdida de un número importante de votos en las elecciones del pasado mes de abril, que han sido los peores resultados electorales para el movimiento bolivariano en toda su trayectoria. La debilidad del liderazgo de Maduro ha estimulado a su vez la lucha de los diferentes sectores del chavismo, cada uno intentando hegemonizar el legado político de Hugo Chávez. A diferencia de con un HCF vivo, cuando la actuación del gobierno era monolítica y arrasadora, las decisiones actuales lucen erráticas y sus partes actúan, en ocasiones, de manera contradictoria. A la crisis política se le suma la crisis económica, debido a la alta inflación, la especulación en el mercado negro de dólares y el desabastecimiento de alimentos. Si bien antes habían diferentes niveles de acuerdo con el sector privado, Nicolás Maduro ha acudido abiertamente a los sectores económicos no estatales para el aumento de la producción de alimentos. Una tercera diferencia es que antes HCF controlaba al sector de las Fuerzas Armadas. Actualmente, son evidentes las presiones militares y el protagonismo que poseen para el mantenimiento de la gobernabilidad.
R: Maduro intenta basar su legitimidad como presidente en ser la continuación del proyecto bolivariano construido por Hugo Chávez (HCF), tanto en lo político como en lo simbólico. Ha asumido el programa de gobierno “Plan Patria 2013-2019” con el que HCF ganó las elecciones el pasado mes de octubre y repite cada vez que puede que representa su legado. Se ha hecho llamar a sí mismo “El hijo de Chávez” e intenta imitar su estilo y maneras de gobierno, lo que a corto plazo ha podido capitalizar políticamente, pero que, debido a una ausencia de personalidad propia, resentirá a mediano plazo. No obstante, hay diferencias porque el escenario político es otro. La presencia física de HCF fue determinante para la actuación de los diferentes actores políticos y sociales en el país entre los años 1998 y 2012, por lo que su ausencia modifica cualitativamente la política y lo político en Venezuela. Nicolás Maduro sufre las consecuencias de un movimiento basado en el culto a la personalidad y su autoridad sobre todas las partes del universo bolivariano está cuestionada, dimensión estimulada por la pérdida de un número importante de votos en las elecciones del pasado mes de abril, que han sido los peores resultados electorales para el movimiento bolivariano en toda su trayectoria. La debilidad del liderazgo de Maduro ha estimulado a su vez la lucha de los diferentes sectores del chavismo, cada uno intentando hegemonizar el legado político de Hugo Chávez. A diferencia de con un HCF vivo, cuando la actuación del gobierno era monolítica y arrasadora, las decisiones actuales lucen erráticas y sus partes actúan, en ocasiones, de manera contradictoria. A la crisis política se le suma la crisis económica, debido a la alta inflación, la especulación en el mercado negro de dólares y el desabastecimiento de alimentos. Si bien antes habían diferentes niveles de acuerdo con el sector privado, Nicolás Maduro ha acudido abiertamente a los sectores económicos no estatales para el aumento de la producción de alimentos. Una tercera diferencia es que antes HCF controlaba al sector de las Fuerzas Armadas. Actualmente, son evidentes las presiones militares y el protagonismo que poseen para el mantenimiento de la gobernabilidad.
2. Con la nueva ley habilitante, la lucha contra los
sindicatos, ¿Podemos decir que hay un viraje, un cambio autoritario?
- R: Nicolás Maduro intenta disimular sus debilidades
políticas con gestos autoritarios. Mientras flexibliza en materia económica,
dialogando con el sector privado de la economía y facilitándole el acceso a las
divisas extranjeras y las condiciones para el aumento de sus inversiones, se
muestra discursivamente como radical e intransigente en lo político. Maduro
intenta apoyarse en el sector militar, al cual le ha dado un mayor protagonismo
en la toma de decisiones políticas en el país. Por estas razones el gobierno
militarizará todos los conflictos sociales que amenacen la producción, como
parte de los convenios suscritos con el sector privado, y que amenacen con
mostrar las debilidades internas del gobierno. El gobierno de Nicolás Maduro es
la fase terminal de la hegemonía política del bolivarianismo, por lo que pueden
ocurrir muchas cosas en aras del mantenimiento del poder.
3. ¿Las medidas contra la inseguridad están satisfactorias?
- R: No lo fueron durante el gobierno de HCF y tampoco lo
son en el gobierno de Maduro. La única novedad ha sido la militarización de los
operativos callejeros para la lucha contra la inseguridad, el llamado “Plan
Patria”. Sin embargo, todos sabemos que lo represivo no disminuye, sino que
aumentan los problemas estructurales que originan la violencia urbana y la
inseguridad. Además de la injusta distribución de la riqueza en un país
petrolero, se encuentra la actuación del sistema de justicia que asegura la
impunidad para los funcionarios y condena a personas de los sectores populares
a cárceles que son depósitos humanos en las peores condiciones imaginables. Por
otro lado la inseguridad ha sido desplazada de las preocupaciones de la gente
por la insuficiencia de los salarios y el desabastecimiento.
4. ¿Podemos pensar que las penurias y inflación favorece
la oposición por el 8 de diciembre?
- R: El resultado de las próximas elecciones dará un dato
cuantitativo acerca de la fortaleza del movimiento bolivariano sin la presencia
física de su líder. Es por eso que estadísticamente son importantes y
cualtitativamente diferente a las que ocurrieron entre 1998 y 2012. Las
elecciones han sido convertidas en una suerte de plebiscito sobre la
popularidad del gobierno, por lo que la pelea definitiva será por la cantidad
de votos totales que acumule cada sector. Los resultados catalizaran o
ralentizarán el proceso de fragmentación del movimiento bolivariano. En el peor
de los resultados para Maduro, ser superado holgadamente en votos totales por
la oposición, se abrirá el escenario para la convocatoria a un referendo
presidencial en tres años. Institucionalmente no hay posibilidad de un cambio
de presidente en el corto plazo. Sin embargo, la oposición también sufre una
crisis de liderazgo. Construyeron su propuesta política en base a sacar a HCF
del poder, y ahora que no está, es evidente que no cuentan con una propuesta de
país –salvo su antichavismo- bajo la cual puedan construirse y mantenerse como
una nueva mayoría. Sigue siendo una interrogante cuál será el comportamiento
electoral de las diferentes partes del chavismo en las próximas elecciones
(¿votarán?, ¿aplicarán el voto castigo?, ¿se abstendrán?), pero teóricamente la
crisis económica profundiza la crisis política y podría mantener alejados a los
bolivarianos de los votos oficialistas el próximo mes de diciembre.
5. Hay nueva divisiones al dentro del PSUV?. Desde
Francia yo veo un pais que va de peor a peor... La izquierda (por fin) empieza
a preguntarse si es el bueno camino
- R: Ahora mismo comienzan a ser visibles las pugnas
internas dentro del chavismo, y como sugeríamos anteriormente, estas peleas
pueden ser aumentadas si los resultados de diciembre reflejan que Maduro
continúa perdiendo significativamente apoyo popular. Comienzan a difundirse
denuncias sobre corrupción en funcionarios gubernamentales, casi todas
referidas al acceso a los llamados dólares preferenciales y su especulación en
el mercado paralelo, y es evidente que estas denuncias forman parte de las
peleas sectoriales dentro del bolivarianismo. Algunos analistas del propio
chavismo han comenzado a mostrar distancias del estilo de gobierno de Nicolás
Maduro, y hay una discusión muy intensa de cómo enfrentarse a la crisis
económica. Hay que tener claro que independientemente de lo que pase en los
próximos meses, el chavismo seguirá siendo un actor político dentro del escenario
venezolano. Sin embargo, la eclosión de su hegemonía actual depende de su
fragmentación. Dentro del PSUV existen divisiones entre los sectores más
pragmáticos y entre los más ideológicos, estos últimos los promotores radicales
del control del Estado comunal y el llamado poder popular sobre el resto de la
sociedad. También hay niveles de conflicto entre el PSUV y los llamados “partidos
aliados”, como el PCV, La Causa R y Redes. La ausencia de Chávez y la crisis
económica, no obstante, ha alejado al chavismo popular de las organizaciones
partidarias del bolivarianismo. El comportamiento del chavismo “popular”, que
no milita en ninguna organización formal y tenía una relación de afinidad sólo
con HCF, es electoralmente la clave para el triunfo en las urnas del chavismo
el próximo mes de diciembre. Este sector es el cuantitativamente más grande, y
según mi hipótesis, el que no votó por Nicolás Maduro el pasado mes de abril.
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