Armando Vergueiro
[Tomado de El Libertario, # 71, Nov./Dic. 2013, www.nodo50.org/ellibertario.]
Múltiples indicadores estadísticos, reportes de prensa, anuncios oficiales, hechos innegables, rumores confirmados y cualquier otra fuente que se considere (ver por ejemplo las webs Red Observatorio Crítico de Cuba, Havana Times, Café Fuerte y Economía Cubana) parecen confirmar que el Estado cubano ha emprendido la vuelta al redil del capitalismo con predominio – o al menos fuerte presencia - de la empresa privada, habida cuenta del callejón sin salida al que llegó en su ensayo de capitalismo burocrático centralizado por más de cinco décadas.
Ese modelo socio-económico en buena medida pudo mantenerse tanto tiempo, primero por el respaldo que venía del imperio soviético hasta el inicio de la década de 1990, y luego – entrando al S. XXI – por el soporte financiero de un gobierno venezolano que ha gozado del lucro rentista petrolero más cuantioso en la historia del país, lo que permitió que se llegase a subsidiar a la economía y al Estado cubano por montos de magnitud equivalente a los que en su momento se recibían de la Unión Soviética. Por supuesto, antes y ahora el gobierno castrista ha procurado ser discreto en cuanto a difundir cifras que evidencien esa condición parasitaria de la cual ha dependido su sobrevivencia, sigilo que han compartido sus benefactores. Pero no han faltado investigadores que han expuesto una realidad que pese a los disimulos no puede borrarse, siendo muestras recientes de trabajos esclarecedores y ricos en datos, extraídos de las maquilladas estadísticas oficiales, los de Carmelo Mesa-Lago <http://bit.ly/X4GXRn>, Rolando H. Castañeda <http://bit.ly/GIOq6N> y Emilio Morales <http://cafefuerte.com/cuba/economia-y-negocios/2775-cuba-la-crisis-en-venezuela-y-el-fantasma-del-periodo-especial/>.
Tiburones infestando el “Mar de la Felicidad”
A pesar de los juramentos de “fidelidad al socialismo” y a las promesas reivindicando “una revolución sin vuelta atrás”, demasiados signos anuncian que las empresas privadas avanzan en Cuba para convertirse en factor esencial para la economía y la sociedad, de un modo equivalente a lo sucedido en lugares como Vietnam o China, que no por casualidad hoy se promocionan desde la propaganda oficial como modelos de futuro deseable. Ahora bien, ello requiere la existencia de propietarios de capital, tanto transnacionales como origen local, por lo que es obvia la pregunta: ¿de dónde emergerán esos empresarios cubanos si por tantas décadas el Estado proclamó su empeño por evitar al capitalismo privado?
La respuesta sale rápido, tanto de la experiencia de lo ocurrido con los viejos regímenes del capitalismo burocrático reconvertidos al neoliberalismo como de lo que a ojos vistas sucede en la isla: es desde las élites del poder estatal, a quienes el socialista antiautoritario cubano Pedro Campos llama la buro-burguesía <kaosenlared.net/america-latina/item/61582-la-encrucijada-cubana.html>, donde se gesta el núcleo básico de los nuevos capitalistas privados, pues tienen a su disposición las herramientas de poder político y financiero, legales y (supuestamente) ilegales, para facilitar su viraje de “luchadores abnegados por la revolución socialista” a “capitanes de la libre empresa”. Sobre cómo va ahora mismo ese feliz pasaje de buro-burgueses estatistas a castroburgueses privatistas, veamos parte de una crónica reciente de Iván García <www.desdelahabana.net/la-high-society-verde-olivo>, quien reseña lo que sucede en La Habana con esos altos cargos a quienes él etiqueta como “la high society verde-olivo”:
«En el siglo 21 son empresarios de éxito. Los diversos ‘business’ montados con socios capitalistas se nutren de miembros de las fuerzas armadas y el ministerio del interior. Igual que la ‘industria’ nacida a partir del incremento de las remesas familiares enviadas del exterior. La nueva burguesía criolla apuesta hoy por el mundo de los negocios. Asesorar a los camaradas venezolanos y conseguir cargos en embajadas europeas. Ya los Ladas rusos no están de moda. Ahora se presume con un Audi o jeep Hummer. El béisbol nacional les aburre. Por la antena satelital prefieren ver en vivo juegos de las Grandes Ligas, partidos de fútbol de la Champions o play-offs de la NBA. Jugar golf o cazar torcazas en un coto exclusivo. Cenan como si vivieran en Londres o París. Tienen internet en casa y por Skype hacen videoconferencias de trabajo o charlan con sus hijos en la Florida. Vástagos de estos nuevos ricos han estudiado o estudian en universidades de Estados Unidos o Europa. Otros, más parecidos a su tiempo que a sus padres, prefieren vivir en el exilio. De noche, la élite burguesa se mueve por los restaurantes donde mejor se come en La Habana y por las discotecas de pegada. Visten ropa de marca, tal vez facturada en lúgubres maquilas de Bangladesh. Usan perfumes franceses y relojes suizos. De día participan en actos revolucionarios con guayaberas blancas.»
[Tomado de El Libertario, # 71, Nov./Dic. 2013, www.nodo50.org/ellibertario.]
Múltiples indicadores estadísticos, reportes de prensa, anuncios oficiales, hechos innegables, rumores confirmados y cualquier otra fuente que se considere (ver por ejemplo las webs Red Observatorio Crítico de Cuba, Havana Times, Café Fuerte y Economía Cubana) parecen confirmar que el Estado cubano ha emprendido la vuelta al redil del capitalismo con predominio – o al menos fuerte presencia - de la empresa privada, habida cuenta del callejón sin salida al que llegó en su ensayo de capitalismo burocrático centralizado por más de cinco décadas.
Ese modelo socio-económico en buena medida pudo mantenerse tanto tiempo, primero por el respaldo que venía del imperio soviético hasta el inicio de la década de 1990, y luego – entrando al S. XXI – por el soporte financiero de un gobierno venezolano que ha gozado del lucro rentista petrolero más cuantioso en la historia del país, lo que permitió que se llegase a subsidiar a la economía y al Estado cubano por montos de magnitud equivalente a los que en su momento se recibían de la Unión Soviética. Por supuesto, antes y ahora el gobierno castrista ha procurado ser discreto en cuanto a difundir cifras que evidencien esa condición parasitaria de la cual ha dependido su sobrevivencia, sigilo que han compartido sus benefactores. Pero no han faltado investigadores que han expuesto una realidad que pese a los disimulos no puede borrarse, siendo muestras recientes de trabajos esclarecedores y ricos en datos, extraídos de las maquilladas estadísticas oficiales, los de Carmelo Mesa-Lago <http://bit.ly/X4GXRn>, Rolando H. Castañeda <http://bit.ly/GIOq6N> y Emilio Morales <http://cafefuerte.com/cuba/economia-y-negocios/2775-cuba-la-crisis-en-venezuela-y-el-fantasma-del-periodo-especial/>.
Tiburones infestando el “Mar de la Felicidad”
A pesar de los juramentos de “fidelidad al socialismo” y a las promesas reivindicando “una revolución sin vuelta atrás”, demasiados signos anuncian que las empresas privadas avanzan en Cuba para convertirse en factor esencial para la economía y la sociedad, de un modo equivalente a lo sucedido en lugares como Vietnam o China, que no por casualidad hoy se promocionan desde la propaganda oficial como modelos de futuro deseable. Ahora bien, ello requiere la existencia de propietarios de capital, tanto transnacionales como origen local, por lo que es obvia la pregunta: ¿de dónde emergerán esos empresarios cubanos si por tantas décadas el Estado proclamó su empeño por evitar al capitalismo privado?
La respuesta sale rápido, tanto de la experiencia de lo ocurrido con los viejos regímenes del capitalismo burocrático reconvertidos al neoliberalismo como de lo que a ojos vistas sucede en la isla: es desde las élites del poder estatal, a quienes el socialista antiautoritario cubano Pedro Campos llama la buro-burguesía <kaosenlared.net/america-latina/item/61582-la-encrucijada-cubana.html>, donde se gesta el núcleo básico de los nuevos capitalistas privados, pues tienen a su disposición las herramientas de poder político y financiero, legales y (supuestamente) ilegales, para facilitar su viraje de “luchadores abnegados por la revolución socialista” a “capitanes de la libre empresa”. Sobre cómo va ahora mismo ese feliz pasaje de buro-burgueses estatistas a castroburgueses privatistas, veamos parte de una crónica reciente de Iván García <www.desdelahabana.net/la-high-society-verde-olivo>, quien reseña lo que sucede en La Habana con esos altos cargos a quienes él etiqueta como “la high society verde-olivo”:
«En el siglo 21 son empresarios de éxito. Los diversos ‘business’ montados con socios capitalistas se nutren de miembros de las fuerzas armadas y el ministerio del interior. Igual que la ‘industria’ nacida a partir del incremento de las remesas familiares enviadas del exterior. La nueva burguesía criolla apuesta hoy por el mundo de los negocios. Asesorar a los camaradas venezolanos y conseguir cargos en embajadas europeas. Ya los Ladas rusos no están de moda. Ahora se presume con un Audi o jeep Hummer. El béisbol nacional les aburre. Por la antena satelital prefieren ver en vivo juegos de las Grandes Ligas, partidos de fútbol de la Champions o play-offs de la NBA. Jugar golf o cazar torcazas en un coto exclusivo. Cenan como si vivieran en Londres o París. Tienen internet en casa y por Skype hacen videoconferencias de trabajo o charlan con sus hijos en la Florida. Vástagos de estos nuevos ricos han estudiado o estudian en universidades de Estados Unidos o Europa. Otros, más parecidos a su tiempo que a sus padres, prefieren vivir en el exilio. De noche, la élite burguesa se mueve por los restaurantes donde mejor se come en La Habana y por las discotecas de pegada. Visten ropa de marca, tal vez facturada en lúgubres maquilas de Bangladesh. Usan perfumes franceses y relojes suizos. De día participan en actos revolucionarios con guayaberas blancas.»
Del verde-oliva a Armani, con escala en Caracas
Por supuesto, habrá quien rechazará tal descripción pues debe ser obra de un lacayo del imperialismo y la derecha exiliada de Miami, igual que lo asomado en los artículos "El lujo en Cuba" de Alejandro Armengol y "Vuelve el ‘glamour’ a La Habana" de Sandra Weiss (ambos accesibles vía Internet), pero resulta que en su esencia concuerdan con lo que afirma una declaración emitida por un vocero de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación <laguarura.net/2013/06/18/replica-al-g2-cubano>, grupo venezolano pro-chavista, que se reclama dentro de la más estricta ortodoxia marxista, leninista y guevarista, haciendo gala de sus añejas relaciones con el gobierno cubano. En ese documento, se refiere cómo llegan de Cuba «los burócratas del partido, los asesores y representantes de compañías que vienen hacer negocios, a vendernos a sobreprecio todo lo que nuestra economía de puerto importa para satisfacer las necesidades del país,» quienes «cada vez hablan menos de política, del compromiso con la construcción del socialismo, de luchar por los derechos del Pueblo, de organizar la clase obrera, de enfrentar la corrupción, de impulsar el desarrollo industrial del país. Cada vez hablan más de negocios, de comprar en el exterior a través de las empresas de sus testaferros las mercancías que luego sin concurso ni licitación le venden al Estado, bueno, mejor dicho, prácticamente es de lo único que hablan.» Así mismo, como ejemplo de negociados de corrupción en Venezuela donde se han envuelto los burócratas cubanos, desde las FBL destacan: «El de los paneles solares, que fueron comprados en Francia y revendidos a exorbitantes precios en Venezuela. O el tufillo de PDVAL, en el que buena parte de los alimentos que se perdieron fueron vendidos por empresas relacionadas a dirigentes cubanos. O, etc., etc., etc.»
Este rezongo de camaradas da una pista valiosa de lo que queremos destacar aquí: la renta petrolera venezolana está sirviendo a las mil maravillas para que esa burocracia en tránsito a burguesía lleve a cabo su caribeña “acumulación originaria de capital”, con una velocidad y comprendiendo montos que serían impensables dentro de los limitados recursos a exprimir de la desprovista economía cubana. Para hacerse una indicación cuantitativa de a qué aludimos, citemos al trabajo de Castañeda antes referido:
«Cuba recibe ayuda económica de Venezuela a través de tres canales principales. Haciendo un estimado de esos tres canales se puede calcular en más de US$8.000 millones. (1) Unos US$1.018 millones de la mitad de la factura petrolera por la venta de unos 93.000 bd a US$60 el barril a 25 años con 2 años de gracia y 1% de interés … (2) Unos US$2.000 millones de los acuerdos de inversión en proyecto de desarrollo. (3) Unos US$5.000 millones que Cuba recibe en pagos excesivos por el personal de la salud en Venezuela. … En el 2009 esos US$8.000 equivalen a más del 14% del PIB cubano, casi 3 veces las exportaciones de bienes y más 66% de las importaciones de bienes, utilizando los estimados de esas tres variables del Country Report del EIU de mayo del 2009. Para Venezuela, utilizando estimados Country Report del EIU de junio del 2009, corresponden al 2.8% del PIB, al 15% de las exportaciones de bienes y de los gastos corrientes del gobierno central.»
Añadiremos lo que se dice en el texto de Emilio Morales: «Hoy [refiriéndose al año 2011] la economía de la isla tiene una gran dependencia de la ayuda venezolana (42.29 % de las exportaciones y 28.42 % de las importaciones)». Siendo así, es claro que en el último decenio ha llegado a Cuba (y continuará llegando mientras gobierne el chavismo) una parte de esa cuantiosa renta petrolera que ha servido para que se enriquezcan los parásitos de la boliburguesía venezolana, quienes no han dudado en favorecer con una adecuada porción a esos serviciales compinches ahora en tránsito a castroburgueses.
Por supuesto, habrá quien rechazará tal descripción pues debe ser obra de un lacayo del imperialismo y la derecha exiliada de Miami, igual que lo asomado en los artículos "El lujo en Cuba" de Alejandro Armengol y "Vuelve el ‘glamour’ a La Habana" de Sandra Weiss (ambos accesibles vía Internet), pero resulta que en su esencia concuerdan con lo que afirma una declaración emitida por un vocero de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación <laguarura.net/2013/06/18/replica-al-g2-cubano>, grupo venezolano pro-chavista, que se reclama dentro de la más estricta ortodoxia marxista, leninista y guevarista, haciendo gala de sus añejas relaciones con el gobierno cubano. En ese documento, se refiere cómo llegan de Cuba «los burócratas del partido, los asesores y representantes de compañías que vienen hacer negocios, a vendernos a sobreprecio todo lo que nuestra economía de puerto importa para satisfacer las necesidades del país,» quienes «cada vez hablan menos de política, del compromiso con la construcción del socialismo, de luchar por los derechos del Pueblo, de organizar la clase obrera, de enfrentar la corrupción, de impulsar el desarrollo industrial del país. Cada vez hablan más de negocios, de comprar en el exterior a través de las empresas de sus testaferros las mercancías que luego sin concurso ni licitación le venden al Estado, bueno, mejor dicho, prácticamente es de lo único que hablan.» Así mismo, como ejemplo de negociados de corrupción en Venezuela donde se han envuelto los burócratas cubanos, desde las FBL destacan: «El de los paneles solares, que fueron comprados en Francia y revendidos a exorbitantes precios en Venezuela. O el tufillo de PDVAL, en el que buena parte de los alimentos que se perdieron fueron vendidos por empresas relacionadas a dirigentes cubanos. O, etc., etc., etc.»
Este rezongo de camaradas da una pista valiosa de lo que queremos destacar aquí: la renta petrolera venezolana está sirviendo a las mil maravillas para que esa burocracia en tránsito a burguesía lleve a cabo su caribeña “acumulación originaria de capital”, con una velocidad y comprendiendo montos que serían impensables dentro de los limitados recursos a exprimir de la desprovista economía cubana. Para hacerse una indicación cuantitativa de a qué aludimos, citemos al trabajo de Castañeda antes referido:
«Cuba recibe ayuda económica de Venezuela a través de tres canales principales. Haciendo un estimado de esos tres canales se puede calcular en más de US$8.000 millones. (1) Unos US$1.018 millones de la mitad de la factura petrolera por la venta de unos 93.000 bd a US$60 el barril a 25 años con 2 años de gracia y 1% de interés … (2) Unos US$2.000 millones de los acuerdos de inversión en proyecto de desarrollo. (3) Unos US$5.000 millones que Cuba recibe en pagos excesivos por el personal de la salud en Venezuela. … En el 2009 esos US$8.000 equivalen a más del 14% del PIB cubano, casi 3 veces las exportaciones de bienes y más 66% de las importaciones de bienes, utilizando los estimados de esas tres variables del Country Report del EIU de mayo del 2009. Para Venezuela, utilizando estimados Country Report del EIU de junio del 2009, corresponden al 2.8% del PIB, al 15% de las exportaciones de bienes y de los gastos corrientes del gobierno central.»
Añadiremos lo que se dice en el texto de Emilio Morales: «Hoy [refiriéndose al año 2011] la economía de la isla tiene una gran dependencia de la ayuda venezolana (42.29 % de las exportaciones y 28.42 % de las importaciones)». Siendo así, es claro que en el último decenio ha llegado a Cuba (y continuará llegando mientras gobierne el chavismo) una parte de esa cuantiosa renta petrolera que ha servido para que se enriquezcan los parásitos de la boliburguesía venezolana, quienes no han dudado en favorecer con una adecuada porción a esos serviciales compinches ahora en tránsito a castroburgueses.
¿Capitalistas?: ¡en los cuarteles más que en Miami!
Dentro del Estado cubano - y en vistas a sus funciones de vigilancia, control y represión - nadie como los cuadros dirigentes del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas para tener ventajas en la pugna por salir adelante en la carrera por los dólares y para “resolverse” en el nuevo escenario. Especialmente bien ubicados estarían los milicos, sobre quienes nos dice un reportaje aparecido en la edición en castellano de Le Monde diplomatique <www.lemondediplomatique.cl/Cuba-los-frijoles-y-la-reforma.htm>:
«Aun cuando no está disponible ninguna cifra oficial, se dice que el Ministerio de Defensa (MINFAR) controlaría más o menos directamente el 50% de la economía cubana. ... Celebradas por The Economist [Londres, 3/8/2006] como los “pioneros del capitalismo cubano”, las Fuerzas Armadas se presentan como un laboratorio para la “modernización” de la sociedad cubana.»
Para profundizar en este punto, remitiremos a tres textos interesantes y documentados sobre la estructura empresarial que se ha constituido desde el aparato de seguridad y el ejército cubano, cómo se conforma y quienes la dirigen: <ctp.iccas.miami.edu/FOCUS_Web/Issue46.htm>; <cubadata.blogspot.com/2006/02/military-involvement-in-cuban-economy.html>; y <www.thecubanhistory.com/2013/04/green-businesses-in-cuba-cimex-s-a-los-negocios-verdes-de-cuba-el-cimex-s-a>.
Concluyamos reafirmando nuestra convicción en cuanto a que, sea bajo las rudas botas de la burocracia o las refinadas zapatillas de la castroburguesía, nada bueno puede esperar ese pueblo cubano obligado por unos u otros a andar en chancletas, para quien la alternativa real frente a la opresión, la explotación y la desigualdad está en organizarse para la acción directa, el apoyo mutuo y la autogestión.
Anexo - Empresas cubanas activas en Venezuela
(Lista parcial, pues habrá otras sobre las que no obtuvimos información)
- CUPET: integrante del consorcio mixto VENANGOCUPET (con las petroleras estatales de Angola y Venezuela) que recibió un bloque de la Faja del Orinoco.
- GeoMinSal: área de geología, minería y salinas.
- FARMACUBA: comercializadora de productos farmacológicos.
- LABIOFAM: distribución de productos para nutrición, veterinaria y fitosanidad (dirigida por sobrino de los Castro).
- CATEC: comercialización de productos y servicios para el agro.
- ASPORT: opera vía la empresa mixta ASTIMARCA y de Puertos del ALBA S.A. (51 % de capital venezolano y 49 % cubano), monopolio que controla los puertos del país.
- Internacional Marítima: asociada con PDVSA, a través de la empresa naviera mixta TransALBA.
- Cubana de Aviación S.A.: transporte aéreo
- Cubatur: agencia de viajes.
- Cubacontrol S.A.: supervisión y asesoría para importaciones, en particular de alimentos.
- Alimport: comercialización de alimentos.
- Banco Exterior de Cuba: opera dentro del sistema bancario local desde 2005, con el nombre de Banco de Exportación y Comercio.
- ALBET Ingeniería y Sistemas S.A.: compañía de informática. Recibió en 2007 la concesión para emitir la cédula venezolana.
- COPEXTEL: comercialización de software y hardware.
- ACITED: impresos de seguridad.
- ETECSA: telecomunicaciones; asociada a CANTV en la empresa mixta Telecomunicaciones Gran Caribe S.A.
- EcoSol Energía: relacionada a la fabricación nacional de paneles solares (¿serán los mismos cuya importación fraudulenta denuncian las FBL?).
- Técnica Hidráulica S.A.: vía Consorcio Aguas del Valle, registrado en Colombia y del cual es uno de los propietarios, recibió el contrato para el Sistema de Riego Yacambú, en Lara.
- SOCIVIRECA: sector de la construcción.
- Caribbean Overseas Constructions S.A.: curiosa “compañía privada” cubana, asociada a un banco estatal venezolano en la empresa mixta Constructora del Alba Bolivariana C.A.
- Laboratorio Latinoamericano para la Protección contra los Virus Informáticos: seguridad informática *
- HCSM: importadora de productos medicinales *
- Corporación de Servicios de Holguín: área de software *
* Compañías que, según se señala en <blogs.eluniversal.com/blogs/sobre-la-marcha/130528/venezuela-tomada-por-cuba-2003>, habrían sido las primeras en establecerse en Venezuela y son manejadas por el G2 cubano.
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