Opción Obrera
No ha transcurrido un mes desde que el patrono de CIVETCHI,
Flavio Falsiroli, con la conformidad de CORPIVENSA –representa la porción
mayoritaria del Estado en la empresa mixta–, obligara, bajo coacción, a renunciar a 5 trabajadores activos con la
amenaza de involucrarlos en la amañada “estafa” que le achaca a 8 trabajadores detenidos
en el penal de Tocuyito, cuando otro trabajador, Alvin Silva, recibe la visita
en su sitio de trabajo, el viernes 18 de octubre, del abogado de la empresa
junto a otros similares del bufete que tiene contratado CIVETCHI y el gerente
del área al cual está adscrito.
El motivo de la visita fue para “invitarlo” a renunciar a la
empresa en vez de cumplir la amenaza de llevarlo a Tocuyito al igual que los 8
que están allí recluidos en espera del juicio que dictamine la supuesta “estafa
en flagrancia” armada como trampa con el apoyo del SEBIN.
Los abogados del patrono en CIVETCHI saben que los
procedimientos para despedir justificadamente a un trabajador están claramente
expuestos en la vigente LOTTT. Un expediente debe ser suficientemente
sustentado para ser presentado ante la Inspectoría del Trabajo correspondiente
para que sea esa institución quien declare su procedencia. Como hay una clara
intensión por parte del patrono de deshacerse de todo aquel trabajador que
perturbe sus derechos a ser explotado, la coacción entonces es el recurso previo
como con los otros cinco que fueron obligados a renunciar en septiembre pasado
por haberse solidarizado en abril con los 8 detenidos hoy en el penal de
Tocuyito. El recurso final quizás sea otra trampa como les sucedió a ellos, si
el trabajador insiste en su derecho al empleo como en efecto lo hizo al negarse
a renunciar.
El alegato para la coacción es un tweet enviado por Alvin
Silva a los 7 que sigue, al presidente Nicolás Maduro y otros tantos
funcionarios públicos de relevancia: “Presidente si quiere luchar contra la
corupcion investige al empresario FLAVIO FLASIROLI tiene la empresa CIVETCHI”.
Eso fue en fecha 16 de octubre, 8 meses después del anterior lamentando el
fallecimiento de Hugo Chavez en marzo. En otras palabras, para el patrono
Flavio Falsiroli, un tweet de escasa relevancia es más que suficiente para
despedir a un trabajador, envalentonado por ser propietario del 49% de las
acciones de Civetchi en la empresa mixta con representantes del chavismo del
Ministerio de Industrias y el PSUV del estado Carabobo. Descubre, además, la
actitud fascista que junto a sus secuaces abogados representa el hecho de tener
investigados hasta el mínimo detalle a cada uno de los trabajadores, algo que
está claramente tipificado en la LOTTT como acoso laboral al perturbar “el
ejercicio de sus labores y poniendo en peligro su trabajo o degradando las
condiciones de ambiente laboral”.
Las demostraciones de acoso laboral por parte del patrono en
CIVETCHI no se detienen. Alvin Silva y otros dos trabajadores habían sido
despedidos injustificadamente a mediados del año pasado por haber firmado el
anteproyecto de organización sindical introducido ante la Inspectoría del
trabajo en Valencia. Anteproyecto que fue anulado al ser devuelto 3 veces por
la institución con el alegato de “requiere subsanación” sin explicar qué cosa
en realidad había que subsanar. En realidad la negativa a admitir una matrícula
sindical en la empresa mixta CIVETCHI era exigida tanto por el patrono privado
Falsiroli como por la parte del Estado. Según Flavio Falseroli en la denuncia
que coloca en el SEBIN para que éste cuerpo de inteligencia policial actúe en
el supuesto de estafa en que habrían incurrido los 8 trabajadores presos en
Tocuyito, el Ministerio de Industrias, ente al cual está adscrita CORPIVENSA,
lo instruyó a impedir por cualquier medio o modo que se constituyera un
sindicato. Los estafadores son evidentemente otros, Flavio Falsiroli y
CORPIVENSA, que niegan un derecho claramente instituido en la LOTTT, aprobada
el 7 de mayo de 2012.
Que los patronos muevan cielo y tierra para impedir el
derecho a la sindicalización de los trabajadores va en el mismo sentido que el
acoso laboral claramente impuesto al trabajador que recurre a un tweet para
denunciar lo que es harto evidente: la corrupción que se esconde, y ha
escondido, detrás de las importaciones indiscriminadas de vehículos chinos y de
repuestos y su posterior comercialización en el país.
El trabajador, Alvin Silva, sujeto a acoso laboral por parte
del patrono Flavio Falsiroli, logró el reenganche luego de un año de
incontables gestiones ante la Inspectoría del Trabajo de Valencia. El patrono
admite el reenganche de él y de los otros dos despedidos injustificadamente en
julio de este año, pero la arremetida patronal no cesa. No es colocado en su
antiguo puesto de trabajo sino que es enviado a un almacén, externo a la planta
de CIVETCHI, ubicado en San Diego. Alvin Silva y otro de los reenganchados
junto a un vigilante de otra empresa son la plantilla de trabajadores del
almacén donde entran y salen los kits SDK de partes de los vehículos a ser
ensamblados en la planta en la Zona Industrial de Valencia. EL nuevo sitio de
trabajo es evidentemente parte del acoso laboral instituido desde un año antes.
El patrono Falsiroli no quiere por ningún motivo que estos trabajadores
reenganchados puedan tener algún roce junto a sus otros compañeros de trabajo
en la planta. La “afrenta” de verse obligado a reenganchar a los trabajadores
por órdenes de la Inspectoría del Trabajo, la compensa con el “destierro” que
les impone. Por eso no es el tweet lo que le molesta con Alvin Silva, es
haberse visto obligado a su reenganche y lo del tweet, insólito y ridículo, es
ahora como cualquier otra, circunstancia para amedrentar y buscar la salida de
este trabajador.
CIVETCHI representa un clásico ejemplo del parasitismo de la
burguesía respecto a su Estado. En el apartado siguiente se detalla una crónica
demostrativa de este hecho.
POR EL DERECHO A LA SINDICALIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE
CIVETCHI
FUERA LA INJERENCIA DEL SEBIN EN LOS CONFLICTOS
OBRERO-PATRONALES
CIVETCHI, CRÓNICA DEL DEMOSTRADO PARASITISMO DE LA BURGUESÍA
RESPECTO A SU ESTADO
“El Consorcio Industrial Venezolano de Tecnología China
(Civetchi), pertenece a la Organización Dino Falsiroli, grupo empresarial
venezolano dedicado al sector automotriz que se inició en el año 1994 con el
nacimiento de Dincar Aragua, la cual desde esa fecha hasta el presente, ha
mantenido el liderazgo nacional en la comercialización de la marca italiana
Fiat. El Grupo Falsiroli posee otras
cuatro concesionarias de las marcas
Renault y Chevrolet, con posiciones de liderazgo nacional en ventas y en los actuales momentos abre dos para la
marca Nissan, que en total suman siete concesionarios multimarca en el país”.
(Consorcio industrial venezolano invertirá más de 100 millones de $ en sector
automotriz; 04/10/2007; http://encontrarte.aporrea.org/noticias/n7172.html).
En esa misma noticia se menciona que Civetchi invertirá “más
de 100 millones de dólares en el país, en el ensamblaje de camiones livianos, medianos y pesados, así
como en volteos y autobuses, para los
mercados de Venezuela, Colombia y Ecuador”. De ese capital OFD pondría el 25% y
la banca el restante 75%, con el fin que “Para la segunda mitad del año 2009
comenzará en Venezuela la producción de los productos Dongfeng” en las instalaciones del antiguo
local de Industrias Metalmecánicas Ferrum en la Zona Industrial de Valencia.
Civetchi se registra como empresa para aprovechar las
facilidades dadas a través del gobierno bolivariano cuando éste trata de
diversificar el ensamblaje de vehículos distintos a los monopolios extranjeros
de la Ford, Chrysler, GM, Toyota, con marcas de origen chino o de otros países
europeos, y para frenar el abultado crecimiento en la importación de los
mismos. Civetchi, como empresa privada negocia con Donfeng una carta de
intensión para montar una planta en el país con este fin. Todo eso se da
durante 2007 y 2008. Lo que sería una empresa privada con capitales de ODF y la
banca privada, en 2010 por boca del propio Chavez se convierte en una empresa
mixta, o sea, con obvia ayuda del gobierno bolivariano, le coloca el pulmón de
oxígeno que no tiene el capital criollo para hacerle frente a los monopolios
extranjeros.
Un año después Civetchi informa que tiene prevista una
inversión de 30 millones de dólares en Colombia. La nota de prensa que recoge
un diario ecuatoriano, fechada el 05/09/2008 en Bogotá da por cierto que “El
Consorcio Industrial Venezolano de Tecnología China (Civetchi), que ensambla
camiones chinos de la marca Donfeng, invertirá $30 millones en la apertura del
mercado colombiano”. Además que “Entre sus proyectos figura la posible
construcción de una planta de ensamblaje en Colombia en el 2010”, y de los 100
millones de dólares que hablaban en el 2007, al parecer seguían intactos porque
“Civetchi, distribuidor de Donfeng para Venezuela, Colombia y Ecuador, tiene
previsto invertir este año un total de $100 millones en los tres países”.
(Civetchi de Venezuela invertirá 30 millones dólares en mercado Colombia;
05/09/2008;
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/civetchi-de-venezuela-invertira-30-millones-dolares-en-mercado-colombia-303766.html).
Lo cierto es que el tiempo transcurriría hasta 2010 cuando
Chavez acepta hacer una empresa mixta del Estado con Civetchi. De ensamblar
camiones Donfeng, aquí o en Colombia, por su propia cuenta y el apoyo de la
banca, se convirtieron en meros importadores de los mismos con las bondades del
dólar preferencial.
No debía ser muy santo el negocio de la importación, que
alguien denuncia a Flavio Falsiroli en noviembre de 2009 de triangular por
Panamá las importaciones con permisos hasta por 27.000 unidades y con un
recargo de 35% en los camiones y de 100% en los repuestos. El intermediario
sería una empresa que fungiría de mampara de nombre SHANGHAI GLOBAL TRUCKS
CORP. El denunciante anónimo dice: “en la mayoría de las importaciones de
repuestos hechas por esta empresa ( sin SENCAMER) los códigos arancelarios son
cambiados, metiendo productos por otros. En el caso de los Camiones, estos
muchas veces vienen con mercancía de contrabando”. El denunciante pide que
alguien investigue. (Atencion Señor Presidente de todos los Venezolanos;
25/11/2009; http://www.antiescualidos.com/pag/index.php?idmen=85&idn=4401)
En junio de 2010 Chavez anuncia la conformación de empresas
mixtas con China y Francia para el ensamblaje de vehículos. “También he
autorizado la firma de acuerdos con empresas ensambladores de origen chino que
están en el país con empresas de capital venezolano asociadas con el Estado. La
Civetchi, Jack, ZGT, incluso con empresa de propiedad social, son de la más
grandes para producir camiones y vehículos”, nos relata una nota de prensa de
ABN que recoge Aporrea. (Gobierno aprueba acuerdos con ensambladoras de
vehículos de China y Francia e inicia conversaciones con la Renault; 07/06/2010;
http://www.aporrea.org/actualidad/n158837.html). El solo hecho que un grupo
empresarial se planteara competir con los monopolios internacionales del
ensamblado de vehículos en el país, asociado con la banca criolla y con ínfulas
de obtener hasta un 7% del mercado de camiones en Ecuador, Colombia y
Venezuela, para terminar “asociado” al Estado, indicaba con interés que una
investigación detallada había que haberse hecho.
El 06/04/2011 con la presencia de Chavez, Yuri Pimentel por
Corpivensa y Flavio Falsiroli por Civetchi, se firma “constituir una empresa
conjunta para el ensamblaje de Vehículos Comerciales marca Dongfeng”. La
participación del Estado Venezolano equivale a un 51% y un 49% corresponde a
capital privado de Civetchi. Se estima que las operaciones de producción inicie
el 4to trimestre de ese año, tendrá una capacidad de producción por turno de 75
unidades diarias, en una primera etapa y se estima laboraran alrededor de 200
trabajadores directos en las áreas administrativas de producción y mantenimiento. La noticia es recogida por la
web de Civetchi (http://www.civetchi.com.ve/modules.php?name=News&file=article&sid=6).
Para el momento en que se concreta la empresa mixta los
trabajadores de Civetchi se venían planteando la necesidad de organizarse en un
sindicato. La respuesta de la empresa, bajo el patrocinio de Corpivensa y el
Ministerio de Ciencia y Tecnología, fue la de encausarlos hacia un consejo de
trabajadores que tenía todo el esquema burocrático y desde arriba tal como
dictan los manuales sobre los mismos del mencionado ministerio. Los
trabajadores recurren a la ayuda de los sindicatos del ramo en Valencia como
los de Ford y General Motors. El patrono, por su parte, insiste que lo que
quiere Ciencia y Tecnología es un consejo de trabajadores.
Para marzo de 2012, desde un pase al ministro Menéndez
durante una cadena del sistema nacional de medios públicos y privados en las
instalaciones de Civetchi, informa “que el 15 de julio comenzará la producción
de 40 vehículos al día” y “producirá este año 4.950 unidades (camiones y
camionetas), de una capacidad instalada de 31.020 al año”. Aporrea recoge la
nota de prensa del Correo del Orinoco. (Empresa mixta chino-venezolana Civetchi
ensamblará este año 4.950 vehículos, entre camiones y camionetas; 08/03/2012;
http://www.aporrea.org/tecno/n200444.html). Menéndez mintió con descaro
respecto a la fecha del arranque de la producción. No podría ser por menos que
por la ya tradicional incapacidad financiera por parte de los dueños de la
empresa mixta. Desde 2008 estaban diciendo que la producción de vehículos
ensamblados comenzaría año tras año. El capital no estaba para tanto si el
negocio primordial era la importación de los mismos. Menéndez pretendió hacerle
creer a Chavez que los recursos puestos por el Estado ahora si estaban dando
sus frutos en materia de producción. Sí estaban dando sus frutos, pero para el
patrono privado con más y más importaciones.
Para esta misma época los trabajadores introducen ante la
Inspectoría del Trabajo Pipo Arteaga de Valencia el proyecto de
sindicalización. Como es ya tradición, la Inspectoría se los devuelve porque lo
deben subsanar. Flavio Falsiroli como patrono en funciones aprovecha para
despedir injustificadamente a tres trabajadores que habían apoyado con su firma
el proyecto. Durante el año 2012 tres veces fue reintroducido el proyecto de
sindicato ante la Inspectoría y otras tantas fue devuelto a ser subsanado. Al
cubrir los trabajadores las tres oportunidades que tenían de enmendarlo ante la
Inspectoría, el patrono Falsiroli despide injustificadamente a 6 de los
integrantes del comité ejecutivo propuesto. Para ese momento cualquier
posibilidad de insistir con un nuevo proyecto estaba virtualmente
imposibilitado porque la arremetida del patrono Falsiroli se manifestaba con el
acoso laboral descarado a los trabajadores. Para el socio público ya no era
solamente la indiferencia ante esto lo que se mostraba. Era la aceptación del
curso que se habían impuesto las partes patronales, con la exigencia a la
institución laboral del Estado a que les negara de plano cualquier iniciativa
sindical a los trabajadores.
Es así como se llega al año 2013. FalsIiroli sabía que los
despidos podían ser anulados por la Inspectoría. Con insistencia los convoca a
llegar a un acuerdo para “solventar” la situación. Con todo y el acoso laboral
impuesto al resto de los trabajadores, estos no estaban satisfechos con que el
sindicato hubiese sido anulado. El clima laboral, como consecuencia del
terrorismo patronal de Falsiroli y sus esbirros, estaba cada vez más
enrarecido. Había entonces que darle un escarmiento ejemplar a los explotados
que habían cuestionado el papel explotador del patrono. Más, si fuese como
fuese, la producción debía arrancar luego de tantos anuncios en falso y
bastantes dólares preferenciales recibidos para importar los vehículos que
debían haber sido ensamblados en el país.
La tramoya elaborada no sólo incluyó al cuerpo de
inteligencia del Estado, también contó con el beneplácito del Ministerio de
Industrias y de Corpivensa. Falsiroli urde una conspiración con el apoyo del
Sebin. Se arma todo un plan que haga ver que los trabajadores lo están
extorsionando cuando quienes estaban siendo extorsionados eran los
trabajadores. Falsiroli los convoca al Aero Club del aeropuerto cercano a la
planta el 25 de abril. Les graba la conversación sostenida a los 6 despedidos
injustificadamente, y en el colmo de tan diabólica urdimbre, les exige que las
condiciones acordadas deben incluir a otros dos trabajadores que aún están
activos en la planta.
Al día siguiente la trampa fue colocada con testigos y todo.
Estos testigos voluntarios, según se expresa en el acta del Sebin, circulaban
por el frente de la sede del concesionario Donfeng en la Avenida Lara. Testigos
que, por cierto, tienen la peculiaridad de tener su sitio de votación electoral
en una comandancia policial en el estado Aragua donde sólo acostumbran votar
funcionarios policiales. Al bajar a la planta baja de la concesionaria desde
las oficinas donde “formalizarían” la extorsión los trabajadores despedidos, el
Sebin los “captura” en flagrancia. Para darle forma a todo esto, Flavio
Falseroli introduce ante el Sebin la denuncia de la supuesta extorsión y como
prueba de la misma, deja la grabación que les realiza el día anterior, a la par
que también explica que sólo estaba siguiendo las instrucciones que desde
Corpivensa y el Ministerio de Industrias le habían dado respecto a la negativa
total a que en la empresa se constituyera un sindicato.
Los trabajadores afectados por la conspiración patronal sólo
pretendían negociar su retiro de la planta al sentirse coaccionados por
Falsiroli al impedirles regresar a sus labores, a pesar de que tenían orden de
reenganche por parte de la Inspectoría del Trabajo. Éste no sólo les niega el
derecho a la compensación por el despido injustificado, también con
ensañamiento los manda a poner presos, algo que la juez de control en la
audiencia de presentación no tuvo el menor reparo en aceptar. Los trabajadores
son puestos en detención en la sede del Sebin en Naguanagua por orden de la
juez.
En los cuatro meses que han transcurrido desde esa fecha, el
patrono admitió el reenganche de los tres primeros trabajadores despedidos
injustificadamente, la planta comenzó a producir, y la juez de control se tomó
todo el tiempo que le pareció para convocar la audiencia de ir o no a juicio.
Que ésta se haya hecho fuera de los lapsos procesales y además la juez les
recomendara a los trabajadores el declararse culpables para conseguir una pena
concreta con tiempo encarcelados seguramente menor a verse pudrirse en la cárcel, mientras se les
retarda el proceso, gastan dinero en defensa y en mantenimiento por protección
en la cárcel, indica en mucho las condiciones extorsionadoras de todas las
instituciones del Estado involucradas.
Enviarlos Para
Tocuyito fue la decisión de la juez, como escarmiento por haberse
atrevido a cuestionar el poder del patrono y “su derecho” a explotarlos como le
venga en gana. Que otra vez les toque a los trabajadores esperar a que la
justicia se dé el postín para convocar al juicio formal, no es sino un grano de
arena más en las playas de la justicia de clase que impide el derecho a la organización
sindical.
Producto de la inexperiencia, los familiares de los 8
trabajadores presos fueron engañados por una abogada, les saco cientos de miles
de bolívares ofreciéndole que llegaría a un acuerdo con la jueza para que
salieran en libertad, no sólo no presentó defensa sino que se cogió los reales
ante la promesa incumplida que de esa manera se arreglaría todo. Esta abogada
será denunciada, por los familiares de los detenidos, ante el colegio de
abogados para evitar que siga dañando a trabajadores desprevenidos.
En septiembre 2013, FalsIroli siguió procediendo no sin el
apoyo de sus socios de Corpivensa. Cinco trabajadores activos que hicieron
pública en abril su solidaridad para con los 8 trabajadores detenidos, también
han sido extorsionados por el patrono. Tuvieron que renunciar por el chantaje
que les había impuesto, el de asociarlos con la “extorsión” que sólo el patrono
y las instituciones pudieron armar por la conspiración de los explotadores por
sobre los explotados.
Opción Obrera
20/10/2013
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