Fuente: CEPAL
La región de América Latina y el Caribe recibió en 2012 un
nuevo monto récord de inversión extranjera directa (IED) de 173.361 millones de
dólares (6,7% más que en 2011), pese al contexto externo de marcada reducción
de estos flujos mundiales, informó hoy la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas.
Estas cifras se explican por el sostenido crecimiento
económico de la región, los altos precios de las materias primas y la elevada
rentabilidad de las inversiones asociadas a la explotación de recursos naturales,
señala el informe La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe
2012 presentado en la sede del organismo en Santiago de Chile.
Para este año, la CEPAL proyecta que las entradas de IED a
la región se ubicarán en un rango que oscila entre una caída de 3% y un aumento
de 7%.
"Los resultados obtenidos en materia de inversión
extranjera directa dan cuenta del buen momento que atraviesa la economía de
América Latina. Sin embargo, no vemos indicios muy claros de un aporte
relevante de la IED a la generación de nuevos sectores o a la creación de
actividades de alto contenido tecnológico, considerando que uno de los
principales desafíos que enfrenta la región es un cambio en su estructura
productiva", dijo la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
Según el informe, la IED se va orientando cada vez más hacia
la explotación de recursos naturales, en particular en América del Sur. El peso
de la manufactura es bastante limitado en las entradas de IED, con la excepción
de Brasil y México.
Por otra parte, las utilidades de las empresas
transnacionales que operan en América Latina y el Caribe (también denominadas
rentas de IED) se incrementaron 5,5 veces en nueve años, pasando de 20.425
millones de dólares en 2002 a 113.067 millones de dólares en 2011. En promedio,
las empresas transnacionales repatrían a sus casas matrices una proporción de
sus utilidades ligeramente superior (55%) a la que reinvierten en los países de
la región donde fueron generadas (45%).
El crecimiento tan marcado de estas utilidades tiende a
neutralizar el efecto positivo que produce el ingreso de la inversión
extranjera directa sobre la balanza de pagos, dice el organismo. Entre 2006 y
2011 las rentas de IED en la región han promediado 92.000 millones de dólares
anuales, 92% del valor de las entradas de inversión extranjera directa en el
mismo período.
Brasil sigue siendo el principal receptor de IED, pese al
leve descenso de 2% registrado en 2012, cuando recibió 65.272 millones de dólares,
41% de los flujos regionales. En 2012 los aumentos más importantes se
concentraron en Perú (que recibió 12.240 millones de dólares) y en Chile
(30.323 millones de dólares), transformándose este último en el segundo destino
más importante de IED.
Otros países que mostraron incrementos respecto a 2011
fueron Argentina (27%), Paraguay (27%), Bolivia (23%), Colombia (18%) y Uruguay
(8%). En Centroamérica, se destacan los resultados de El Salvador (34%),
Guatemala (18%), Costa Rica (5%), Honduras (4%) y Panamá (10%), que sigue
siendo el principal receptor de esta subregión.
México experimentó una caída importante respecto a 2011, que
se explica en buena medida por la salida a bolsa del 25% de la filial del banco
Santander de España por 4.100 millones de dólares. Otros países que mostraron
disminuciones en 2012 fueron Ecuador, Venezuela y Nicaragua.
Los flujos de IED hacia el Caribe aumentaron por tercer año
consecutivo, pero siguen por debajo del máximo alcanzado en 2008. El principal
receptor es República Dominicana, donde los ingresos crecieron 59% en 2012.
Estados Unidos y los países de la Unión Europea continúan
siendo los principales inversores en América Latina y el Caribe, destacándose
también Canadá y Japón. No obstante, en 2012 creció de forma importante la
proporción de IED procedente de los propios países de la región (14% del
total). Un alto porcentaje de la inversión recibida no puede adscribirse a
ninguna economía por la práctica cada vez más común de las transnacionales de
canalizar sus inversiones en el exterior mediante filiales en terceros países.
En su informe, la CEPAL también realiza una primera
aproximación a los efectos de la IED en los mercados de trabajo, basándose en
los empleos directos anunciados por los inversionistas para proyectos de
ampliación de la capacidad productiva. Las actividades de comercio y de
construcción son las que crean más empleo (siete puestos por cada millón de
dólares de inversión), seguidas por la industria manufacturera y los servicios
(tres puestos). Las actividades mineras (incluido el petróleo) crean un puesto
de trabajo por cada dos millones de dólares.
El organismo resalta, por otro lado, la consolidación del
proceso de expansión de las empresas transnacionales latinoamericanas
(translatinas), varias de las cuales en el último año han absorbido o comprado
paquetes controladores de empresas europeas, expandiéndose hacia ese continente
y otros mercados.
La inversión directa de las economías de América Latina y el
Caribe en el exterior creció 17% entre 2011 y 2012, hasta alcanzar los 48.704
millones de dólares. Esta cifra es 2% superior al máximo histórico de 2010. En
la última década, la mayor parte de estas inversiones provinieron de Brasil,
Chile, Colombia y México, pero en 2012 se concentraron casi exclusivamente en
México y Chile.
El informe también analiza por primera vez los flujos de
inversión extranjera directa dirigidos al sector agrícola de América Latina, el
cual juega un papel estratégico frente a los desafíos demográficos y climáticos
que enfrenta la región.
"Resulta cada vez más necesario aprovechar las ventajas
que presenta la región como destino de la IED para mejorar la matriz productiva
de los países. Esto es posible tanto a través de un mayor esfuerzo para
canalizar una parte de la renta de las transnacionales hacia la creación de
fondos destinados a políticas de desarrollo productivo, como por medio de
iniciativas que permitan orientar la IED hacia sectores considerados
prioritarios por los países de la región", concluye el informe.
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