Humberto Decarli
[Tomado de El Libertario, # 70, julio-agosto 2013, p. 12]
El
reciente fallecimiento en prisión del antiguo dictador argentino Jorge Videla
nos hace rememorar la tragedia latinoamericana por tratarse de un significante
de la experiencia política en el cono sur. Representó la figura del militar
pretoriano típico con su estela de violaciones de los derechos humanos,
desaparecidos, torturados, heridos, muertos y niños raptados a sus madres en
cautiverio. El Plan Cóndor en la zona meridional de Suramérica fue un proyecto
represivo enmarcado en el contexto de la guerra fría. Se articularon todos los
cuerpos policiales de las naciones bajo la égida de los militares. Argentina,
Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil se coaligaron para coordinar información
acerca de los exiliados y proceder a asesinarlos.
Los designios de
la Guerra Fría
La
confrontación Este-Oeste llevó a los Estados Unidos a diseñar políticas para la
región y asegurarse no repetir el caso cubano. Se implementó la Alianza para el
Progreso, iniciativa financiera en el área social para realizar reformas y
adelantarse a conflictos sociales. El llamado cuerpo de paz se hizo presente a
través de activistas en las zonas populares así como esfuerzos de espionaje
sociológico para medir la capacidad de resistencia de la gente. Para llevar a
cabo estos programas contaron con la colaboración de diferentes tipos de
gobernantes, civiles o castrenses. El llamado club del Caribe, conformado por
Pepe Figueres, Grau San Martín, Muñoz Marín, Rómulo Betancourt, Juan Bosch y
Haya de la Torre, fue una opción de los políticos socialdemócratas y
populistas. Fueron aptos para administrar la gobernanza en Venezuela, Colombia,
Costa Rica, Puerto Rico y República Dominicana.
Frente
a ese liderazgo civil se instalaron dictaduras militares de larga data como la
de Somoza en Nicaragua, Trujillo en República Dominicana, Duvalier en Haití,
Odría en Perú, Strossner en Paraguay, Pérez Jiménez en Venezuela y Rojas
Pinilla en Colombia, fueron los dictadores clásicos de post guerra. Algunos
países de la región tuvieron experiencias civiles efímeras como Arnulfo Arias
en Panamá o Velasco Ibarra en Ecuador; otras más extensas como Belaúnde Terry
en Perú, las administraciones de Alessandri, Frei y Allende en Chile; Juscelino
Kubisheck, Getulio Vargas, Janio Quadros y Joao Goulart en Brasil; y la
trayectoria de los colorados y los nacionales en Uruguay.
Casos especiales
Argentina,
México, Colombia y Venezuela expresan una tendencia distintas al esquema
binario militar-civil. Resultaron manifestaciones relativamente permanentes, en
especial los tres últimos países. A pesar de la aparente solvencia en estos
países no hubo un crecimiento institucional sino el empleo de algunos factores
como las bonanzas económicas, el liderazgo carismático de un caudillo y los
pactos políticos con aceptación de la corrupción, apoyados por los
administradores de la violencia del Estado, sirvieron como andamiaje de
gobierno.
El
peronismo fue el mecanismo de gobierno dominante en Argentina durante unas
décadas. Fue un fenómeno de naturaleza populista-fascista alrededor del carisma
del general Juan Domingo Perón y de Evita. Pero tenían un soporte sindical en
las originarias 62 organizaciones con una base social profunda. Empleó la
bonanza emergida del alza de precios de la carne vacuna y el trigo después de
la segunda guerra mundial para junto a su ostensible liderazgo construir una
plataforma de gobernabilidad.
México
después de la revolución devino en una alianza de militares y civiles alrededor
del P.R.I. Constituyó una estructura estable conjugando la corrupción y el
autoritarismo y una política exterior con cierta autonomía como lo demostró
haber albergado a muchos españoles después de la guerra e incluso la presencia
de León Trotsky en su territorio.
Ulterior
a la defenestración del régimen perezjimenista se pactó en Venezuela un modelo
democrático representativo mediante la conjunción de cinco factores de poder.
Fue difícil por las simpatías golpistas en las fuerzas armadas porque realmente
el dictador huyó y dejó intacta su estructura. Pero vino en auxilio del
proyecto el incremento del barril de petróleo en 1973 consecuencia del embargo
petrolero por la guerra del Yonkipur y hubo un gran equilibrio. De no haber
acaecido esa entrada espectacular de dinero seguramente hubiéramos sido una
dictadura como las de Cono Sur.
Los
liberales y conservadores colombianos se avinieron para alcanzar un pacto en la
antigua Nueva Granada. Lograron alternarse para conservar el nivel apto para
mantener la dominación. Las dictaduras quedaron atrás aunque se manifestó la
violencia y la desigualdad social. Las formaciones guerrilleras de distinto
signos (las procomunistas F.A.R.C., el castrista E.L.N., el maoísta E.P.L., el
rojaspinillista M-19 y el aborigen Quintín Lame), mantuvieron en jaque a los
diferentes gobiernos así como las organizaciones del narcotráfico y los
paramilitares.
La brutalidad
tangible en el Cono Sur
El
terror reinó en la zona meridional de América del Sur. Isabelita Perón, con sus
horripilantes asesinatos ejecutados por la Triple A y el brujo López Rega, fue
depuesta por el gorilismo más terrible con la condena de la socialdemocracia y
la democracia cristiana continental a pesar de la estela sangrienta dejada por
ella. Se instalaron los personeros castrenses Videla, Massera y Galtieri,
culminado el período con la derrota ante los británicos en la guerra de las
Malvinas.
En
Chile sobrevino al golpe militar de Pinochet un lapso corto de dificultades
económicas pero cuando los Chicago boys intervinieron su economía lograron
equilibrarla dándole oxígeno suficiente para permanecer muchos años en el poder
dejado sólo con una negociación que hizo renacer la democracia representativa previa
impunidad a los policías y militares.
Uruguay,
la llamada Suiza americana, devino en un autogolpe del presidente Juan María
Bordaberry. Luego los milicos defenestraron a su socio civil y lideraron una
horrible dictadura que competía con sus pares argentinos y chilenos en torturas
y matanzas.
Perú
tuvo unas dictaduras nacionalistas y reaccionarias. Las experiencias de Velasco
Alvarado y Francisco Bermúdez y después la resurrección del fenómeno Bordaberry
con el autogolpe fujimorista, coronaron el término dictatorial del país
incaico.
Fin del conflicto
Este-Oeste
La
caída del Muro de Berlín dio al traste con los gobiernos fácticos orientados
desde los grandes centros mundiales de poder. Utilizaron el cartabón de la
democracia formal como sucedáneo de las asonadas. Sólo quedó el caso aislado de
Cuba como reliquia del final del siglo veinte como lo conceptuaba el
historiador británico Erick Hobsbawm, muerto hace pocos meses, para quien la
implosión del imperio soviético dio por concluido el siglo XX.
El
modelo nacido de la revolución gloriosa inglesa se impuso en el hemisferio. Los
otrora regímenes gorilas quedaron para la historia y emanaron gobierno
electorales, de izquierda o de derecha, porque para los efectos del dominio
planetario no importa la postura ideológica, lo relevante es su administración.
Es válido el priismo en México, el sandinismo en Nicaragua, el chavismo en
Venezuela, la derecha chilena o la colombiana, el partido del Trabajo en Brasil
y demás efluvios políticos de América Latina encargados de gerenciar el poder.
El 11 de abril de 2002, día de los atentados contra las torres gemelas, se
suscribió la Carta Democrática donde se coloreaba esta modalidad del origen de
los regímenes.
Todo
el continente se encuentra bajo la égida de torneos comiciales, fuerzas armadas
complacientes con el establecimiento, crisis de la representación reflejada en
los partidos políticos y sindicatos y presión mediática al servicio de la autorictas. Además, cumpliendo el rol en
materia económica asignado desde el eje de la sumisión, esto es, el aporte de commodities o materias primas requeridas
por las economías desarrolladas. Petróleo en Venezuela, Ecuador y México; café
en Colombia, turismo en Costa Rica, Cuba y República Dominicana, cobre en
Chile, gas en Bolivia; y en general, agricultura en varias naciones. Debido a
la desaceleración de China y la India se augura un decaimiento de las economías
latinoamericanas por el bajo requerimiento de las naciones asiáticas. La región
está organizada en acuerdos como el Alca, el I.I.R.S.A., el plan Mesoamérica y
uniones económicas como el Mercosur y la del Pacífico. Son manifestaciones
institucionales de los planes del Council
on Foreign Relations y demás entidades de los dueños del orbe.
Videla
simbolizó un esquema empleado por los factores mundiales de poder en el entorno
de la confrontación inmediata a la segunda guerra. Está agotado y emanan nuevos
paradigmas de sumisión basados en la democracia representativa y el control de
los medios sobre la gente, a través de la socialdemocracia, la derecha
tradicional y los socialistas autoritarios. Quizá por esa razón su deceso pasó
con más pena que gloria.
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