Por: Alexander Luzardo Nava
El batiburrillo de
lugares comunes que se identifica con un
"no a las Reservas de Biosferas" y que firma un autodenominado "Movimiento Ecosocialista por la
Vida" es un monumento a la
ignorancia, que en el fondo pretende justificar un mal llamado "Programa
de la Patria 2013-2019", a pesar de que su denominación correcta, de acuerdo a la Constitución de 1999, es Plan
Económico Social de la Nación, el cual requiere ser discutido y aprobado por la
Asamblea Nacional previa discusión pública.
El tal "plan de la patria" abre el camino a la
depredación y la entrega de la base de recursos del país
y la biodiversidad, sacrifica las
tierras de vocación agrícola, promueve la minería y la explotación a mansalva
de la Faja Petrolífera del Orinoco, con sus daños irreversibles ya visibles en
los Llanos del oriente y en el Delta, sacrificando a nuestro río padre,
el Orinoco.
No solo se entrega la soberanía de la patria, sino que le
promete algo peor, su destrucción, pues
ya no podrá ser recuperada. Ya lo dice el hermoso y visionario lema de los
Parques Nacionales de Venezuela, "defender la Naturaleza es defender la
Patria". La defensa de los Parques Nacionales, las Reservas de Biosfera,
los Monumentos Naturales, Zonas Protectoras, Reservas Forestales, constituye un
verdadero objetivo estratégico para el país,
la humanidad y el planeta.
Pretenden asumir causas desarrollistas lanzando al cesto de
la basura importantes conquistas de la humanidad, bien sea a través de la
UNESCO, la UICN, el poderoso movimiento mundial de ONG ambientales, sociales e indígenas, incluyendo los
partidos verdes europeos, universidades,
investigadores latinoamericanos, que en
conjunto han materializado grandes logros por la preservación de la Amazonía
(49 % del estado Amazonas venezolano, está cubierto de Parques Nacionales,
Monumentos Naturales y por la Reserva de
Biosfera Alto Orinoco - Casiquiare, las
cuales se pretenden desmontar para la minería del capitalismo chino)
El llamado "plan de la patria", expresión muy parecida al conocido "Plan
Patriota", es la continuación de la
profundización del extractivismo, y para lograrlo requieren penetrar, desmontar y desafectar los Parques Nacionales, Reservas
de Biosferas y demás Áreas Bajo Régimen de Administración Especial y de
especial importancia ecológica.
Para tales fines buscan justificar esa penetración a través
de una reforma de la Ley Orgánica de Ordenación del Territorio, no para mejorarla, actualizarla, sino para facilitar la minería y otras actividades extractivas,
violando la Constitución, los convenios internacionales, las tierras y hábitat indígenas.
Necesitan igualmente
de tontos útiles que presten su opinión, por muy modesta, importante o
disparatada que sea, en términos de su
cualidad académica, social, ambiental o
política, para darles un barniz
ambiental, "ecologista", "alternativo", a los planes desarrollistas, tal como fue el
modelo depredador puesto en práctica en
el caso de la Reserva Forestal de Imataca (profundizado en el gobierno de Hugo
Chávez), el tendido eléctrico a Brasil, el Caura, la Sierra de Perija, y ahora
los planes para el Ávila-Waraira Repano, las islas caribeñas y Mochima, estos últimos asociados al reparto
de áreas de influencia para obtener contratos y comisiones, derivados de los mega-obras, sobre todo por parte de los nuevos
funcionarios vinculados o asociados con
empresas de la construcción, algunas europeas, como es el caso de la nueva
autopista hacia La Guaira y los 10 túneles
que atravesarían el Waraira Repano, autentica fabrica de desastres
socionaturales.
La destrucción del planeta
se produce con todas las formas
de producción dominantes, tanto capitalistas como socialistas, ambas basados
en el uso de combustibles fósiles,
energía nuclear, extractivismo, consumo insustentable, incluyendo las versiones
mixtas, estatistas y depredadoras como la venezolana, cuyo "plan de la
patria" se propone "convertir
a Venezuela en un país potencia" y
"consolidar el papel de Venezuela
como potencia energética mundial" (sic), en otras palabras, mas producción petrolera, mas combustibles
fósiles, con sus nefastos impactos sobre el clima planetario. En consecuencia,
lo que menciona dicho proyecto sobre "contribuir con la preservación de la
vida en el planeta y la salvación…" y obtener "la máxima
felicidad" (sic) se lograría bañados en petróleo y destruyendo el
patrimonio natural, lo cual significa además profundizar el modelo de economía
rentista, sumiéndonos en la insustentabilidad más profunda.
El único y verdadero "plan de la patria" posible
es la Constitución de 1999, cuyo encabezamiento del artículo 127 establece
"es un derecho de cada generación proteger el ambiente en beneficio de sí
mismo y del mundo futuro".
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