Redacción
Burócrata ejemplar por el día, dandy y anarquista por las noches, el francés Félix Fénéon (1861-1944) es una de las personalidades más extrañas y asombrosas de la literatura europea del siglo XX.
A los veinte años entró a trabajar en el Ministerio de la Guerra, donde se hizo célebre por la facilidad con que se prestaba a redactar las notas de sus compañeros, para quienes el solo hecho de escribir suponía un esfuerzo insufrible. Pronto llamó la atención su estilo claro, preciso, con concordancias de ritmos bizarros, así como su capacidad para escribir como un redactor de códigos.
Se comprometió con el movimiento anarquista desde 1886, y colaboró en diversos diarios y revistas libertarias, llegando a ejercer temporalmente de director de una de ellas. En 1894 fue acusado de perpetrar el célebre atentado contra el restaurante Foyot, ya que, tras registrar su domicilio y la oficina que tenía en el ministerio, encontraron mercurio, elemento con el que supuestamente podría haber fabricado una bomba. Numerosos artistas clamaron su inocencia. Él declaró que el mercurio también permitía fabricar barómetros, y consiguió ser absuelto gracias a lo persuasivo de su carácter.
Continuó con su carrera periodística —fue jefe de redacción de la célebre Revue Blanche—, creó la editorial Éditions de la Sirène —fue el primero en traducir al francés a Joyce— para luego llegar a ser director de la galería Bernheim-Jeune. Fénéon fue conocido en vida sobre todo como crítico de arte y descubridor de nuevos talentos, tales como Seurat o Matisse.
Secundario de lujo en el panorama artístico, promotor de Gide, Proust y Schwob, el periódico Le Matin le encarga entre mayo y noviembre de 1906 la elaboración de la página de sucesos: allí bregará con accidentes, peleas, tumultos, incendios y asesinatos. Fénéon cambia totalmente el anodino estilo de redacción de la columna de "faits-divers" por uno que se sirve de la retórica, el ritmo y la prosodia para relatar concisamente, sucesos cargados de sarcasmo y humor negro, acontecimientos truculentos y triviales, pequeñas cápsulas de vida de alto contenido explosivo, que reciben el título sugestivo de “Nouvelles en trois lignes”, escritas con un máximo de 135 caracteres tipográficos. El resultado fue de centenares de textos breves que llegan a nosotros con una frescura y un descaro que todavía hoy nos parecen sorprendentes.
Los "tweets" de Félix Feneón
“Catherine Rosello, vecina de Tolón, madre de cinco hijos, quiso esquivar un tren de mercancías. La atropelló un tren de pasajeros”.
“Un quincuagenario desconocido, enorme y además hinchado tras un mes ininterrumpido de permanencia en el agua ha sido pescado en La Frette por el señor Duquesne”.
“Louis Lamarre no tenía ni trabajo ni vivienda, pero sí algún dinero. Compró en una tienda de ultramarinos de Saint-Denis un litro de petróleo y se lo bebió”.
“Desde su infancia, la señorita Mélinette, de 16 años, cosechaba flores artificiales en las tumbas de Saint-Denis. Se acabó: ahora está en el depósito de cadáveres”.
“Una loca de Puéchabon (Hérault), la señora Bautiol, despertó a sus suegros a mazazos”.
“El párroco de Monceau tiene un grave impedimento para decir misa. Unos ladrones le han robado sus objetos de culto”.
“Fuertemente escoltado por beatos, el alcalde de Longechenal (Isère) ha vuelto a colocar en la escuela el crucifijo que el maestro retirara”.
"El metro 61, de la línea Nation-Dauphine, ha arrollado a Joseph Guérin que, habiendo dejado que su bastón cayera sobre la vía, quería recogerlo".
"El cadáver del sexagenario Dorlay se balanceaba en un árbol, en Arcueil, con esta pancarta: 'Demasiado viejo para trabajar'."
"La enfermera Elise Bachmann, que tenía ayer su día de salida, se manifestó loca en la calle".
"¡Morir a lo Juana de Arco!', decía Terbaud desde lo alto de una hoguera hecha con sus muebles. Los bomberos de Saint-Ouen se lo impidieron".
"El artillero Buffet huyó de la prisión de Brest con los centinelas. Sólo él ha sido capturado".
"Cuatrocientos eclesiásticos recibieron en la estación de Moulins a Monseñor Lobbedey, su nuevo obispo. Cinco de ellos fueron detenidos en pleno furor sagrado".
"El sexagenario Gallot, de Saint-Ouen, fue detenido cuando se dedicaba a trasmitir a unos soldados su antimilitarismo".
“Una vez más, Cristo está en las paredes de las escuelas de Ruaux (Vosgos), por mediación del alcalde Paul Zeller, que es adepto suyo”.
"A los ochenta años, la señora Saout, de Lambézellec (Finisterre), comenzaba a temer que la muerte la olvidase; cuando su hija salió, se colgó".
"En Trianon, un visitante se desvistió y se acostó en el lecho imperial. Se pone en duda que sea, como él dice, Napoleón IV".
"El criado Silot instaló en Neuilly, en la casa de su señor ausente, a una mujer divertida, y después desapareció llevándose todo, salvo a ella".
“Fue en la bolera que la apoplejía derrumbó el Sr. André, 75 años, de Levallois. Tiró una bola que aún rodaba cuando él dejó de existir”.
"Las chicas de Brest vendían ilusión bajo los auspicios también del opio. En casa de algunas de ellas la policía requisó pasta y pipas".
"El médico encargado de hacerle la autopsia a la señorita Cuzin de Marsella, muerta misteriosamente, concluyó: suicidio por estrangulación".
"En Clichy, un joven elegante se arrojó bajo un carruaje recauchutado, y a continuación, indemne, bajo un camión, que lo trituró".
"Unos colegiales de Vibraye (Sarthe) intentaban circuncidar a un niño. Fue liberado, pero ya tenía una peligrosa incisión".
"En Nîmes, seis toros fueron estoqueados por los matadores madrileños Machaquito y Regasterín, en provecho de la prensa local".
"Apenas casados, los Boulch, de Lambézellec (Finisterre), estaban ya tan borrachos que hubo que meterles en chirona de inmediato".
"Scheid, de Dunquerque, disparó tres veces contra su mujer. Como nunca la acertaba, apuntó a su suegra: el tiro dio".
"Abandonada por Delorce, Cécile Ward se negó a volver con él, salvo en matrimonio. Pareciéndole esta cláusula escandalosa, él la apuñaló".
"Explosión de gas en casa del bordelés Larrieu. Él resultó herido. Los cabellos de su suegra llamearon. El techo reventó".
"Con un lazo en la mano y aullando, Kieffer, de Montreuil, tres veces internado en dos años, galopaba. Se le perdió la pista. Se habrá colgado".
"En la región de M.-et-L. los alcaldes no se cansan de reponer al Altísimo en la pared de las escuelas, ni el prefecto de suspender a esos alcaldes".
"Señales distintivas de un desconocido sacado de las aguas del embalse de Bezons: la pierna izquierda anquilosada, un soldadito tatuado en el brazo derecho".
"Entre árabes de Douaouda: un par de ellos capturó a un galanteador demasiado audaz y lo mutiló, anulando para siempre su concupiscencia".
"En vano unos torpederos intentaron remontar el estrecho de Lorient: unos torpedos estaban allí dormidos, pero con un sueño ligero".
"Juzgando a su hija (de 19 años) demasiado poco austera, el relojero estefanés Jallat la mató. Es verdad que le quedan once hijos más".
"En los Jobards (Loiret), el señor David, furioso de que su mujer sólo le amase a él, la mató a golpes de horquilla y tiros".
"Encendido por su hijo de cinco años, un cohete de señales ferroviarias estalló bajo las faldas de la señora Roger, en Clichy; el estrago fue considerable".
"El mendigo septuagenario Verniot, de Clichy, murió de hambre. Su jergón ocultaba 2000 francos. Pero no hay que generalizar".
"El cuerpo de San Antonio de Padua fue fracturado en Saint-Germain-l'Auxerrois. El santo busca a su violentador".
"La solicitud de la policía versallesca obró con rigor sobre diecisiete menesterosos, que dormirán menos mal en prisión que en la estación donde se les detuvo".
"Con un cuchillo para el queso, Coste, del extrarradio de Marsella, mató a su hermana, que, tendera como él, le hacía la competencia".
"Un buzo de Nancy, Vital Frérotte, que regresó de Lourdes curado para siempre de la tuberculosis, murió el domingo por error".
"Las mujeres rojas de Hennebont saquearon los víveres aportados por las mujeres amarillas a los obreros que habían vuelto al trabajo en las herrerías".
Burócrata ejemplar por el día, dandy y anarquista por las noches, el francés Félix Fénéon (1861-1944) es una de las personalidades más extrañas y asombrosas de la literatura europea del siglo XX.
A los veinte años entró a trabajar en el Ministerio de la Guerra, donde se hizo célebre por la facilidad con que se prestaba a redactar las notas de sus compañeros, para quienes el solo hecho de escribir suponía un esfuerzo insufrible. Pronto llamó la atención su estilo claro, preciso, con concordancias de ritmos bizarros, así como su capacidad para escribir como un redactor de códigos.
Se comprometió con el movimiento anarquista desde 1886, y colaboró en diversos diarios y revistas libertarias, llegando a ejercer temporalmente de director de una de ellas. En 1894 fue acusado de perpetrar el célebre atentado contra el restaurante Foyot, ya que, tras registrar su domicilio y la oficina que tenía en el ministerio, encontraron mercurio, elemento con el que supuestamente podría haber fabricado una bomba. Numerosos artistas clamaron su inocencia. Él declaró que el mercurio también permitía fabricar barómetros, y consiguió ser absuelto gracias a lo persuasivo de su carácter.
Continuó con su carrera periodística —fue jefe de redacción de la célebre Revue Blanche—, creó la editorial Éditions de la Sirène —fue el primero en traducir al francés a Joyce— para luego llegar a ser director de la galería Bernheim-Jeune. Fénéon fue conocido en vida sobre todo como crítico de arte y descubridor de nuevos talentos, tales como Seurat o Matisse.
Secundario de lujo en el panorama artístico, promotor de Gide, Proust y Schwob, el periódico Le Matin le encarga entre mayo y noviembre de 1906 la elaboración de la página de sucesos: allí bregará con accidentes, peleas, tumultos, incendios y asesinatos. Fénéon cambia totalmente el anodino estilo de redacción de la columna de "faits-divers" por uno que se sirve de la retórica, el ritmo y la prosodia para relatar concisamente, sucesos cargados de sarcasmo y humor negro, acontecimientos truculentos y triviales, pequeñas cápsulas de vida de alto contenido explosivo, que reciben el título sugestivo de “Nouvelles en trois lignes”, escritas con un máximo de 135 caracteres tipográficos. El resultado fue de centenares de textos breves que llegan a nosotros con una frescura y un descaro que todavía hoy nos parecen sorprendentes.
Los "tweets" de Félix Feneón
“Catherine Rosello, vecina de Tolón, madre de cinco hijos, quiso esquivar un tren de mercancías. La atropelló un tren de pasajeros”.
“Un quincuagenario desconocido, enorme y además hinchado tras un mes ininterrumpido de permanencia en el agua ha sido pescado en La Frette por el señor Duquesne”.
“Louis Lamarre no tenía ni trabajo ni vivienda, pero sí algún dinero. Compró en una tienda de ultramarinos de Saint-Denis un litro de petróleo y se lo bebió”.
“Desde su infancia, la señorita Mélinette, de 16 años, cosechaba flores artificiales en las tumbas de Saint-Denis. Se acabó: ahora está en el depósito de cadáveres”.
“Una loca de Puéchabon (Hérault), la señora Bautiol, despertó a sus suegros a mazazos”.
“El párroco de Monceau tiene un grave impedimento para decir misa. Unos ladrones le han robado sus objetos de culto”.
“Fuertemente escoltado por beatos, el alcalde de Longechenal (Isère) ha vuelto a colocar en la escuela el crucifijo que el maestro retirara”.
"El metro 61, de la línea Nation-Dauphine, ha arrollado a Joseph Guérin que, habiendo dejado que su bastón cayera sobre la vía, quería recogerlo".
"El cadáver del sexagenario Dorlay se balanceaba en un árbol, en Arcueil, con esta pancarta: 'Demasiado viejo para trabajar'."
"La enfermera Elise Bachmann, que tenía ayer su día de salida, se manifestó loca en la calle".
"¡Morir a lo Juana de Arco!', decía Terbaud desde lo alto de una hoguera hecha con sus muebles. Los bomberos de Saint-Ouen se lo impidieron".
"El artillero Buffet huyó de la prisión de Brest con los centinelas. Sólo él ha sido capturado".
"Cuatrocientos eclesiásticos recibieron en la estación de Moulins a Monseñor Lobbedey, su nuevo obispo. Cinco de ellos fueron detenidos en pleno furor sagrado".
"El sexagenario Gallot, de Saint-Ouen, fue detenido cuando se dedicaba a trasmitir a unos soldados su antimilitarismo".
“Una vez más, Cristo está en las paredes de las escuelas de Ruaux (Vosgos), por mediación del alcalde Paul Zeller, que es adepto suyo”.
"A los ochenta años, la señora Saout, de Lambézellec (Finisterre), comenzaba a temer que la muerte la olvidase; cuando su hija salió, se colgó".
"En Trianon, un visitante se desvistió y se acostó en el lecho imperial. Se pone en duda que sea, como él dice, Napoleón IV".
"El criado Silot instaló en Neuilly, en la casa de su señor ausente, a una mujer divertida, y después desapareció llevándose todo, salvo a ella".
“Fue en la bolera que la apoplejía derrumbó el Sr. André, 75 años, de Levallois. Tiró una bola que aún rodaba cuando él dejó de existir”.
"Las chicas de Brest vendían ilusión bajo los auspicios también del opio. En casa de algunas de ellas la policía requisó pasta y pipas".
"El médico encargado de hacerle la autopsia a la señorita Cuzin de Marsella, muerta misteriosamente, concluyó: suicidio por estrangulación".
"En Clichy, un joven elegante se arrojó bajo un carruaje recauchutado, y a continuación, indemne, bajo un camión, que lo trituró".
"Unos colegiales de Vibraye (Sarthe) intentaban circuncidar a un niño. Fue liberado, pero ya tenía una peligrosa incisión".
"En Nîmes, seis toros fueron estoqueados por los matadores madrileños Machaquito y Regasterín, en provecho de la prensa local".
"Apenas casados, los Boulch, de Lambézellec (Finisterre), estaban ya tan borrachos que hubo que meterles en chirona de inmediato".
"Scheid, de Dunquerque, disparó tres veces contra su mujer. Como nunca la acertaba, apuntó a su suegra: el tiro dio".
"Abandonada por Delorce, Cécile Ward se negó a volver con él, salvo en matrimonio. Pareciéndole esta cláusula escandalosa, él la apuñaló".
"Explosión de gas en casa del bordelés Larrieu. Él resultó herido. Los cabellos de su suegra llamearon. El techo reventó".
"Con un lazo en la mano y aullando, Kieffer, de Montreuil, tres veces internado en dos años, galopaba. Se le perdió la pista. Se habrá colgado".
"En la región de M.-et-L. los alcaldes no se cansan de reponer al Altísimo en la pared de las escuelas, ni el prefecto de suspender a esos alcaldes".
"Señales distintivas de un desconocido sacado de las aguas del embalse de Bezons: la pierna izquierda anquilosada, un soldadito tatuado en el brazo derecho".
"Entre árabes de Douaouda: un par de ellos capturó a un galanteador demasiado audaz y lo mutiló, anulando para siempre su concupiscencia".
"En vano unos torpederos intentaron remontar el estrecho de Lorient: unos torpedos estaban allí dormidos, pero con un sueño ligero".
"Juzgando a su hija (de 19 años) demasiado poco austera, el relojero estefanés Jallat la mató. Es verdad que le quedan once hijos más".
"En los Jobards (Loiret), el señor David, furioso de que su mujer sólo le amase a él, la mató a golpes de horquilla y tiros".
"Encendido por su hijo de cinco años, un cohete de señales ferroviarias estalló bajo las faldas de la señora Roger, en Clichy; el estrago fue considerable".
"El mendigo septuagenario Verniot, de Clichy, murió de hambre. Su jergón ocultaba 2000 francos. Pero no hay que generalizar".
"El cuerpo de San Antonio de Padua fue fracturado en Saint-Germain-l'Auxerrois. El santo busca a su violentador".
"La solicitud de la policía versallesca obró con rigor sobre diecisiete menesterosos, que dormirán menos mal en prisión que en la estación donde se les detuvo".
"Con un cuchillo para el queso, Coste, del extrarradio de Marsella, mató a su hermana, que, tendera como él, le hacía la competencia".
"Un buzo de Nancy, Vital Frérotte, que regresó de Lourdes curado para siempre de la tuberculosis, murió el domingo por error".
"Las mujeres rojas de Hennebont saquearon los víveres aportados por las mujeres amarillas a los obreros que habían vuelto al trabajo en las herrerías".
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