La opinión pública dominantemente sometida a la orientación de los pesimistas y obstaculizadores medios masivos colombianos frente a los procesos políticos vigentes: en Colombia esto significa hablar de la paz en la actualidad. Realidad que para la gran masa de habitantes del territorio nacional no ha sido conocida por generaciones.
La década de opresión uribista sobre la sociedad aún no permite la reacción de la ciudadanía, quien no descifra en su cotidianidad la manera en la que la paz es un asunto que le compete. Igual que el torturado pierde control sobre su conciencia después de una sesión de maltrato, la sociedad colombiana víctima del modelo de resistencia contra la organización social y de los pueblos, en reacción al avance de una multiculturalidad activa para transformar las relaciones sociales en esta esquina del sur americano, a las formas de transformación de la estructura de poder político en la república señorial, entregó a los hijos del pueblo a la sed de sangre inducida por métodos de entrenamiento, armas y narcóticos, instrumentos macabros, de los que la sociedad aún no se recupera y cobra la capacidad para detener tan demencial máquina. La violencia sigue siendo durante toda la historia de la República de Colombia el modo de administración del estado, acceso a la propiedad, y distribución de la renta por excelencia.
Hacen falta los ejercicios de movilización social alternativos, capaces de salir de la monotonía propuesta por los sectores burocratizados de los movimientos sociales, quienes al día de hoy no lideran la movilización más que de sus propios afiliados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.