Acción Libertaria (Puerto Rico)
Sabemos que al pueblo de Puerto Rico, a la ciudadanía, como también al ciudadanx mundial, se le sigue incitando a votar, con el propósito de mantener un “status” que hoy no favorece a nadie que no tiene poder monetario y político. Entendemos que con el acto de votar lo que se esta haciendo es una plena exhortación a que los mismos que votan continúen corroyendo su propia sociedad, tanto puertorriqueña como mundial. Los partidos políticos, las industrias privadas y públicas y la gran mayoría de las iglesias ejercen presión para que la gente vaya a las urnas. Todas ellas se convierten en los cómplices de lo que nosotrxs lxs anarquistas puertorriqueños llamamos un suicidio colectivo, en el que se encuentra sumida la humanidad actual gracias al Capitalismo y ala
Estructura Estatal.
Sabemos que al pueblo de Puerto Rico, a la ciudadanía, como también al ciudadanx mundial, se le sigue incitando a votar, con el propósito de mantener un “status” que hoy no favorece a nadie que no tiene poder monetario y político. Entendemos que con el acto de votar lo que se esta haciendo es una plena exhortación a que los mismos que votan continúen corroyendo su propia sociedad, tanto puertorriqueña como mundial. Los partidos políticos, las industrias privadas y públicas y la gran mayoría de las iglesias ejercen presión para que la gente vaya a las urnas. Todas ellas se convierten en los cómplices de lo que nosotrxs lxs anarquistas puertorriqueños llamamos un suicidio colectivo, en el que se encuentra sumida la humanidad actual gracias al Capitalismo y a
El proceso de votar cada cuatro años está convirtiendo, bajo la crisis que se
arrastra desde hace muchos años, en victimas a millones de puertorriqueñxs, que
sufren los efectos de la falta de participación sobre sus propias vidas.
Igualmente, esta realidad no sólo se presenta en la isla sino en todo el mundo,
simplemente hay que ver las noticias para darse cuenta que estamos en una
crisis gigantesca, que no se puede arreglar esperando un cambio de gobierno por
medio de unas elecciones, así como se espera un milagro. Cada partido que ha
tenido la oportunidad de tomar el poder ha violado abiertamente los principios
de democracia, de justicia y de libertad; sus propuestas son nulas, sus leyes
suelen estar contra la vida social y buscan la forma de invalidar nuestros
derechos más sagrados.
Sin reparo alguno decimos que el voto es un arma que apunta
contra el que la sujeta. No sirve para cambiar algo, sino para destruir
cualquier motivo de bienestar y libertad.
Es mentira decir que en el voto reside el poder político de
la gente. Si entendemos el voto como la idea en la que se aprueba algo por el
que se requiere la deliberación de más de una persona, entonces veremos que es
tan sólo una forma simbólica, por lo que creer que el voto es realmente el
único poder político es un error, y que la acción de deliberar se ejerce
siempre en nuestra vida cotidiana. Realmente el poder de la mayoría, es decir
de nosotrxs, queda reducida a cero cuando deposita su libertad y su poder al
ejercer el voto. A la mayoría de la gente se les ha enseñado a creer que con el
voto ha construido el poder político, pero realmente no es así. La mayoría se
reduce a la minoría que es el partido al que se afilia, en el que delegaron su
poder y quien decide cómo es ejercido el poder político o qué decisiones tomar.
Por esto decimos que la mayoría se convierte en nada, ya que cuando culminan
las elecciones los vencedores velaran por su agenda y no por las necesidades de
los que le votaron. Recordemos que cada partido planifica la conquista del
Estado (Gobierno), y los políticos saben que para no levantar revuelo entre la
gente deben triunfar a través de las elecciones. Sabemos que los partidos,
desde el poder del Estado construyen las leyes y los derechos que gobiernan al
pueblo sin considerar realmente al pueblo. Teniendo en cuenta todo lo dicho, es
lógico concluir que las elecciones no son más que una farsa, debido a que
cuando se obtiene el poder por medio de las urnas, los políticos entienden
innecesario consultar nuevamente al pueblo a la hora de tomar decisiones. Al
votar se le otorga un cheque en blanco a la minoría al poder de hacer o
deshacer sin necesidad del aval o consentimiento de los demás.
La gente vota creyendo que su voto forma parte de la
decisión final en las cosas públicas. Sin embargo, al delegar el poder político
desde la urna, en el cuerpo estatal (que está compuesto en partes por los
partidos políticos y socios capitalistas), transforma esta participación en
algo banal. Esto hace que pierda sentido; se convierte en algo vacío. Pero ésta
no es la única razón, sino que también pierde sentido desde que se entiente que
la finalidad de los partidos es conquistar el poder del Estado y nada más.
Claramente no están pensando en que se haga valer la participación de cada
persona sobre las cosas de interés común, nos enseñan la historia y la
experiencia, sino simplemente obtener el control del poder político, para luego
continuar el juego de espejos, apariencias, uso y abuso de dicho poder.
Mas sin embargo, debemos ver que si el voto no es válido, se
convierte en una agresión a la sociedad. En el seno de cada legislación, cada
plan de gobierno, de cada proyecto y en cada escaño, siempre se encuentra una
provocación o una ofensa para toda la población, porque el Estado ha dictado
autoritariamente, aunque diga que es en nombre de la voluntad general, todo
cuanto le convenga para los mismos permanecer en el poder y así seguir
enriqueciéndose a costa de los ciegos que le dieron el triunfo en la elecciones.
Demás está decir, creemos, que la sociedad debería estar en
una lucha incesante en contra del Estado y el Capital. Principalmente porque
choca con el Estado cada vez que se quiere manifestar el poder popular contra
los intereses del Capital o la autoridad, cosas que día tras día se encuentran
concentradas en la manos de unos pocos. Con el voto renace esta pelea, porque
habrá quienes se opongan a ello, como nosotrxs lxs anarquistas, y habrá quienes
engañarán a las masas para conseguir lo que quieren, como hacen todos los
partidos políticos, los ricos y las iglesias que tienen y quieren el control
social. Cuando se ejerce el voto realmente no se está luchando contra la
tiranía, sino todo lo contrario, se justifican los principios por los que se rige
el Estado y el Capitalismo: el control económico y la autoridad total de la
vida social sobre los marginadxs y explotadxs. Votar es entregar la libertar a
un pequeño grupo que explotará a su favor la vida del pueblo.
Todos los gobiernos del mundo, sean repúblicas o monarquías
democráticas o populistas, tienen como la base fundamental en su mecánica de
vida al Estado, como cuerpo, a la propiedad privada, como razón de ser, a la
fuerza bruta, como herramienta contra los opositores, y el voto, como su disfraz
de libertad. En Puerto Rico y en todos los países del mundo esto sigue siendo
así.
La violencia del Estado toca no sólo a sus disidentes, sino
a todos los ciudadanos que no pertenecen a la clase social que apoya
monetariamente a los que se encuentran en el poder. Los gobiernos tienden a no
discriminar con los que lo mantienen y tienden a discriminar contra todos
aquellxs que no les apoyan. Esta clase social suele ser, en la mayoría de los
casos, lxs pobres, lxs trabajadorxs y otrxs marginadxs. Por otro lado, si
observamos atentamente encontraremos el objetivo de todo partido en poder:
manipular la opinión pública e individual hasta inducirla a adherirse a un
objetivo propio que a menudo no es provechoso para tan siquiera la mayoría en
un país. De hecho, El partido, ahora llamado Estado, ejerce el engaño y la
fuerza bruta hasta lograr que haya sumisión y acuerdo en el país mas hacen
leyes que que reglamenten el castigo para quienes protesten contra él.
Controlar todas las esferas sociales es parte de su finalidad y quehacer. Con
todo esto, se logra enajenar al individuo para que crea que los procesos
deliberativos simbólicos (las elecciones) son el ejercicio del poder político
de cada uno y la forma de cambiar el destino de su vida, descartando en la mayoría
de los casos las reivindicaciones sociales autogestionarias y decentralizadas.
Lo que hasta ahora sabemos es que el voto es imposible sin engaño e innecesario
sin opresión. Si la gente no vota y participa directamente en el quehacer de
sus decisiones, entonces es realmente posible que el derecho tenga sentido y
razón de ser, ya que trabajarán para mantener la igualdad, la fraternidad y la
libertad del pueblo que sea, como lo puede ser Puerto Rico. Igualmente, cuando
los individuos toman decisiones realmente libres de engaño, los Estados están
totalmente demás en la vida pública de un país.
En conclusión, entendemos que cada persona debería
abstenerse de votar en las siguientes elecciones. Entendemos que en cada
sociedad, la paz social depende de que se involucren cada uno de sus
participantes y no la mera acción de los partidos sobre cuestiones
trascendentales que afectan a la vida social del país en el que se vive.
Sabemos que los partidos políticos han y seguirán construyendo un andamiaje de
control, de agresión y de violencia que no puede representar las bases
naturales de las relaciones sociales: la libertad de cada individuo, la
autogestión de las necesidades de cada uno de los grupos que conviven y el
apoyo mutuo como estructura fundamental en la vida humana. Todo lo contrario,
los partidos solamente buscan destruir con la ley, el falso derecho y la fuerza
bruta toda verdadera felicidad humana, que radica de la LIBERTAD. El voto no
es participación, sino una herramienta del Estado y lxs Empresarixs, quienes
perpetúan la desigualdad, la injusticia y falta de libertad en todas sus
formas. Por este y otros motivos, promovemos un repensar de la constitución de
la sociedad, porque pensamos que el voto es una aberración práctica como lo es
el Estado una aberración histórica y política. Aspiramos a que el poder
político se reconcentre en cada puertorriqueñx para que se haga de veras una
democracia participativa y directa, y para que ello sea posible es preciso que
nos libremos de ser meros electores.
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