Por Covicil
El Comité de Víctimas
Contra la Impunidad
del estado Lara, se pronuncia ante el
recrudecimiento de la violencia en Venezuela y en la región, la cual se traduce
en el desmembramiento de familias enteras que ven con estupor el asesinato de
sus hijos y padres, ante la inacción de un Estado que lejos de garantizar la
seguridad a los ciudadanos, pareciera
propiciar la criminalidad y la impunidad, quedando esto evidenciado en el
incremento desproporcionado de las víctimas de la violencia.
En el caso
particular del estado Lara, el COVICIL, primeramente, ratifica lo que hasta hoy
ha sido una cuestión de principios para nuestra organización: Rechazamos y condenamos el asesinato y la violencia
desplegada contra cualquier ciudadano de
este país. En este contexto el asesinato a mansalva de dos agentes
de las FAP-Lara y el dolor que sienten los familiares de los asesinados, no nos
resulta ajeno. Desde noviembre del 2004 este Comité ha denunciado la ejecución
de más de 400 personas por parte de los diferentes cuerpos de seguridad del Estado,
sin que hasta hoy, los culpables paguen
por las muertes ocasionadas; ni siquiera los que han sido juzgados y sentenciados por los tribunales
respectivos están en las cárceles.
Las noticias de sucesos que a diario
estremecen a los larenses son expresión
de una realidad que desde hace años venimos advirtiendo: la violencia y la
muerte, ante la impunidad prevaleciente, acabaría por abrazar, progresivamente,
todos los escaños de la sociedad.
En reiteradas
oportunidades hemos denunciado la complicidad de los cuerpos policiales, mafias
de abogados y tribunales con el delito; sin duda este contubernio alcanzaría también a quienes señalamos como protectores y
cómplices de delincuentes y que luego los suplantarían. Tristemente se hace realidad
una denuncia que en su momento no pasó de considerarse un eufemismo de la
violencia desatada, la cual podemos corroborar en el creciente delito de
homicidios contra funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado que se
registran en toda la nación y que en el caso del nuestro estado Lara es apenas
una advertencia, de los costos sociales a mediano y largo plazo de la impunidad
como política de Estado.
En el caso que nos
ocupa, destaca la eficacia y rapidez con
que los cuerpos policiales, en especial el CICPC, esclarecieron en menos de 24
horas el crimen, ubicando y dando muerte “en enfrentamiento” a los presuntos culpables.
Nadie se sorprende de ello, tampoco de la larga lista de antecedentes penales
que se les atribuyen a los miembros de la banda señalada por los propios organismos
de investigación como responsables de la ejecución de los dos policías. A esos
mismos cuerpos de investigación le hacemos las siguientes preguntas: ¿Cómo es
que con semejante prontuario estos delincuentes continuaban en las calles
atentando contra ciudadanos?, ¿Tenía que resultar gravemente afectada una
institución policial para que, los llamados a resguardar la seguridad actuaran?
, pero lo más importante ¿Gozaron los
integrantes de la banda de “El Chueco Osman” de alguna protección policial y
judicial que les garantizaba la impunidad de sus crímenes? ¿Quién les
otorgó beneficios procesales y libertades una y otra vez?
Son apenas algunas
de las preguntas que nos hacemos los ciudadanos “de a pié” ante el asesinato de
miles de venezolanos, la mayoría pobres y trabajadores, cuyos casos continúan en
más de un 80 % en absoluta impunidad. Por ejemplo, el sicariato de nuestro hermano
de luchas, Mijaíl Martínez que, a casi cuatro años, continúa impune.
Estamos en
presencia de un Estado que ha burocratizado el sistema penitenciario, convirtiendo
las cárceles en fábricas de delitos, desde las cuales se extorsiona, se asesina
y secuestra, bajo la mirada cómplice del Estado. Un Estado que habla y se reúne
con PRANES, más no con las víctimas.
Un Ministerio Público
sometido a los caprichos del Ejecutivo Nacional, que se desdibuja como
institución rectora del Estado de Derecho, al garantizar a los victimarios lo
que a las víctimas se les niega.
Un Poder Judicial,
que actúa con lenidad ante el delito y que está penetrado por la corrupción, la
burocracia y el servilismo político.
Consideramos una
burla al pueblo venezolano la nueva misión que anuncia el Ministro de Interior
y Justicia Tarek El Aisami de “censar” a
las víctimas de la delincuencia en Venezuela. Bastaría alzar una cruz entre las
doscientas mil víctimas de la violencia en Venezuela para clavarla en el
corazón del pais, y sentir su sangre inundando las calles. Inmoral y electorero
discurso que debemos condenar. ¿Dónde quedan las denuncias por cientos de miles,
que reposan en el Ministerio Público? ¿Las causas abiertas y en procesos?
Con todos los
recursos que dispone el Estado encontramos un Ministerio, garante de la
seguridad y la justicia, pero que pretende desconocer el costo de esta guerra
social que alcanza a millones de venezolanos. ¿Será que el ciudadano Ministro quiere
que levantemos las manos para contar cuántos quedamos vivos?
Otro atropello
para el estado Lara, es contar entre los
aspirantes a la gobernación, con un
individuo que habiendo detentado el cargo, ha sido señalado, reiterada y
públicamente, de estar incurso en la autoría intelectual de asesinatos, de ser el
responsable político de actos violatorios a los DDHH de cientos de ciudadanos y de encubrir
a su comandante de policía sentenciado por la propia Contraloría Nacional de la República , y que es
incapaz de enfrentar con pundonor semejante señalamiento. Muy por el contrario,
tiene el atrevimiento de cerrar programas de opinión, amedrentar a productores
y sin mayor empacho pretende gobernar por tercera vez los destinos del estado
Lara.
Así mismo, la
designación del nuevo Jefe del CORE 4, debe ser motivo de preocupación para
todos los larenses. El historial del general Chacón Guzmán, durante su pasantía
en la Comandancia
de Policía, está vinculado a hechos trágicos en el estado. Al frente de la
comandancia de policía y con el apoyo del ex gobernador Reyes Reyes se
cometieron en tan solo 10 meses cuatro masacres (Quíbor, Loma de León,
Chabasquén y Urdaneta) en las cuales participaron funcionarios de la policía
que comandó. En tres de estas masacres, el entonces coronel Chacón justifico
estos crímenes, aduciendo que los asesinados “se habían enfrentaron con la
policía”, protegiendo a los funcionarios homicidas que fueron luego
sentenciados por los tribunales del estado Lara. Así mismo gracias a la nefasta
gestión dé Chacón Guzmán, otro colectivo para la defensa de los DDHH surgió en
Lara a raíz del asesinato de los hermanos Pérez Heredia. En todos estos casos
el entonces coronel Chacón Guzmán siempre defendió y justificó a los autores
materiales de los crímenes denunciados y
criminalizó a las víctimas.
El General Chacón
Guzmán ofrece instaurar en Lara una política de “amansamiento”, y ante el
crimen cometido contra los dos funcionarios policiales, funcionarios policiales activos hacen
circular en redes sociales, a manera de
“cadenas”, llamados a “[…] hacer
grupos pequeños otra vez y hagamos respetar nuevamente nuestra investidura sin
firmar actas ni reportar nada dejándolos por ahí como antes (…) A partir de hoy
porcada policía GNB CICPC muerto, nos vamos a coletear a 10 de ustedes sean o
no sean implicados” (Sic).
¿Sera la reedición de los
grupos de exterminio en los cuerpos policiales, como ocurrió en épocas pasadas,
parte de esta política de amansamiento, lo que nos promete el General Chacón?
A partir de este lamentable crimen se
pretende crear no solo la anterior matriz de opinión que justifique el desborde
de la violencia policial, sino que de inmediato se trata de
reeditar el conflicto político entre el ex gobernador Reyes Reyes y el
gobernador Henry Falcón, conflicto en el cual la Guardia Nacional
Bolivariana es parte activa, tal como ocurrió en la época del General Bohórquez.
Ayer en nombre de ese conflicto se propició el intento de la toma de la policía
del estado, precisamente por parte de funcionarios policiales expulsados, que en su oportunidad, fueron parte del
entorno del general Rodríguez, Figuera y del propio ex gobernador Reyes Reyes.
En medio de este funesto escenario nos encontramos todos los
larenses, totalmente indefensos ante la violencia e inseguridad desatada. Por
ello el llamado es a permanecer alertas, a mantener viva la memoria y en ningún
caso dejarnos manipular por los hechos, haciéndonos eco de matrices de opinión
que justifiquen la acción criminal de grupos cuyos oscuros intereses ya han
sido suficientemente develados en el pasado y que hoy de la manera más
descarada se pretenden reeditar.
¡¡GUARDAR SILENCIO ANTE LA IMPUNIDAD ES ACTUAR A
SU FAVOR!!
COMITÉ DE VICTIMAS CONTRA LA IMPUNIDAD DEL ESTADO
LARA (covicil)
Barquisimeto, julio de 2012.
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