Domingo Alberto Rangel Mantilla
Recluido en casa pude escuchar la cadena nacional que sirvió
de plataforma para el lanzamiento de la Misión “A toda vida Venezuela”.
A este respecto confieso que una vez más coincido con el
diagnóstico de Hugo Chávez, pero no con las medidas que ofreció el Presidente a
guisa de soluciones a un problema que en el caso de la inseguridad va en
escalada.
Esta vez el Presidente, haciendo gala de sus cualidades de
comunicador fue didáctico cuando a través de los medios radioeléctricos hizo un
retrato del sistema de justicia y especialmente de nuestro Poder Judicial con
todos sus problemas. De no ser que Chávez lleva catorce años en el poder provocaría
aplaudir, pero no sería justo aceptar que el incumbente hable como si fuese
candidato opositor.
Con sesenta asesinados por cien mil habitantes es un fracaso
que Venezuela ocupe el quinto lugar en tan macabra estadística. También es un
mal manejo de las políticas de seguridad, pero sobre todo la prueba fehaciente
de que en muchos aspectos no ha habido cambios, el que el Presidente señale que
la mitad de los policías están dedicados a “otras cosas”, como servir de
espalderos de personalidades políticas o de adinerados que le pagan bajo cuerda
a los jefes policiales por poner uno o dos policías como guardaespaldas.
Pero el Jefe de Estado no solo contó las cuitas del
Ejecutivo porque acompañado de otros poderes señaló lo que es obvio aunque la Fiscalía por boca de la
doctora Ortega nunca admita que es un fracaso el que solo el ocho por ciento de
los detenidos en flagrancia son acusados y solo la mitad de este escuálido
porcentaje termina condenado.
Si la doctora Morales del TSJ hubiera seguido el camino de
la fiscal el país que generalmente no está atento a lo que sucede en el Sistema
de justicia y más bien huye de la policía, se habría enterado que los jueces no
pueden atender la demanda que significan miles de expedientes que deben ser
atendidos por un personal que en la mayoría de los tribunales no pasa de tres
burócratas no todos abogados. Expedientes desatendidos significa que para la
inmensa mayoría no hay justicia en nuestro país.
En una sociedad clara con sus intereses, los datos del
comandante habrían provocado un cataclismo porque una población medianamente
enterada de las prioridades que se deben cumplir para garantizar la vida en
paz... habría salido a la calle a protestar contra todos los poderes. Federales
y descentralizados.
Nadie salió porque setenta u ochenta años de renta petrolera
convirtieron nuestra sociedad una de las más laxas con la corrupción y más
habladora de tonterías a la hora de ir al fondo de los problemas.
Quizás pidan operaciones de senos gratuitas en vez de más
tribunales, fiscales, cárceles y policías.
Sabiendo esa condición el Presidente tras un excelente
diagnóstico ofreció soluciones insuficientes cuando no equivocadas.
El paquete de la misión “A toda vida Venezuela” ofrece un
Copp que liberará presos en pocos días. Prohibir la venta de armas y municiones
por un año, municipalizar los tribunales e indemnizar las víctimas de la
violencia que fue una oferta demagoga de la oposición. Son medidas que generan
votos.
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