Dámaso Jiménez
A quién cobrarle la historia de dolor y humillación vividos
por la etnia Wayuu en su obligado desplazamiento del Guasare y la inolvidable
pérdida de los bosques del Socuy y sus reservorios de agua dulce. Ahora menos
que nunca que quebraron las empresas del carbón.
La explotación carbonífera solo favoreció realmente los
bolsillos de los altos funcionarios de los gobiernos de turno que se
aprovecharon de su afán de enriquecimiento instantáneo con las negociaciones
que se realizaron con las transnacionales del imperio.
Son más de 100 años de explotación de un recurso casi
olvidado pero que ha dejado una estela de innumerables daños a la ecología y el
hábitat de esta etnia indígena que nunca ha sido resarcida, salvo por la visita
que cada 12 de octubre llegó a realizar en sus momentos de mayor esplendor el
presidente Hugo Chávez Frías, para transportar tanta rabia e indignación desde
esta era de la ineptitud revolucionaria hacia el pasado más remoto de los 500
años de conquista española.
No hubo resistencia indígena, en 13 años de revolución jamás
se dejó de explotar los yacimientos de esta arrasada zona.
Pero la historia de la estupidez humana tiene sus ironías.
Es justamente en este gobierno cuando las empresas carboníferas del Zulia
quiebran. Las operadoras Carbones del Guasare de capital mixto y Carbones de la Guajira , estatal manejada
por Corpozulia, revelan sus pérdidas y enfrentan la peor crisis gerencial que
haya tenido la explotación de este mineral en la región.
Guasare tiene 8 meses operando con menos 30 por ciento de su
capacidad operativa. La empresa que hasta el 2007 mantenía un producción de 5
millones de toneladas al año, no ha sido capaz de extraer 3 mil toneladas de
carbón.
Carbones de la
Guajira descuidó las asesorías técnicas abandonando un plan
de relanzamiento que era hasta hace 6 meses su posible salida. Actualmente no
ha sido capaz de producir 50 mil toneladas al mes, cuando su proyección era
llegar a un millón de toneladas al año. La nómina de esta empresa roja rojita
llegó a pagar hasta 4 millones de bolívares fuertes al mes, sin sumar otros 7 u
8 millones de bolívares en gastos de funcionamiento (equipos e insumos), con lo
cual no dieron abasto para cubrir las necesidades de la empresa.
Los recursos del carbón han sido desviados de forma
irregular para sostener la carga burocrática de Corpozulia, inclusive para
cancelar nóminas de proyectos productivos que después fueron abandonados sin
considerar las recientes pero excesivas inversiones que se han hecho a costa de
tanta improvisación.
Las ganancias de este recurso por ejemplo han sido
utilizadas para mantener el personal adscrito a las haciendas expropiadas en el
sur del lago.
Desde diciembre del 2011 los trabajadores no cobran su
fideicomiso, no tienen acceso a la caja de ahorro y denuncian que desde hace
meses se canceló cualquier bono de ayuda que solicitaran.
Para el cierre del tercer trimestre del 2011, la producción
se mantuvo en ascenso de manera muy conservadora, ajustados a un plan aprobado
para garantizar los compromisos asumidos y pagar sueldos y salarios. El plan de
producción inicial se encontraba en 1.050.000 TM para caer poco después en el
orden de los 400.000 TM.
Hace un año se produjo un cambio súbito de administración
por conflictos internos entre los 2 sectores chavistas que se pelean los
negocios de la revolución en la región (Arias Cárdenas y Arévalo Méndez),
quedando pendientes en caja 10 millones de dólares para la inversión de
maquinarias y repuestos, pero al colapsar la producción de carbón fueron
consumidos para pagar la nómina o cualquier otra desviación de recursos no
registrada.
Los clientes italianos, Energicoal y la norteamericana
Transcoal decidieron no comprar más carbón por el incumplimiento en los plazos
de entrega.
Aunque en Miraflores nadie presta atención a lo que ocurre
realmente con el carbón porque ya no produce dividendos, hay quienes aconsejan
privatizarlo a un consorcio africano que desea invertir en el problema, a
cambio de manejar la administración de ambas empresas totalmente quebradas por
la gerencia incompetente del Gobierno, a pesar que con el incremento de los
precios del petróleo, el carbón extraído de los yacimientos Paso El Diablo y
Mina Norte llegó a ser muy cotizado en los mercados internacionales.
Las comunidades cercanas a ambas minas se quejan porque
tienen más de 7 meses que no reciben ayuda de la empresa en materia ambiental,
escuelas y carreteras. El socialismo solo dejó mayor precariedad.
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