Por June Fernández
El Gobierno de Cuba ha establecido una nítida separación
entre quienes defienden el socialismo y los partidarios del intervencionismo
estadounidense. Aún así, hay grupos que mantienen posiciones críticas para
fortalecer las libertades y conquistar derechos.
Revolucionarios o disidentes. A simple vista parece que en
Cuba no haya más opciones que ensalzar el sistema cubano o tildarlo de cruenta
dictadura. Quien discrepa es tachado de contrarrevolucionario desde las filas
oficialistas, y quien defiende el socialismo, calificado de cómplice del
régimen por una oposición procapitalista. Sin embargo, en ese clima polarizado
afloran colectivos que arremeten contra la falta de libertades y el
autoritarismo del Gobierno desde un discurso anticapitalista y
antiimperialista. Redes de activistas y blogueros critican la visita del Papa,
claman contra el racismo y la homofobia, alertan de la deriva de la política
económica de Raúl Castro y difunden en la isla las movilizaciones del 15M.
Sobre todo, exigen poder organizarse sin ser controlados por el Gobierno cubano
ni utilizados por el estadounidense.
Internet, una esperanza
El tímido avance en el uso de internet (minoritario y
precario; pero la información se expande mediante las socorridas memorias USB)
es uno de los elementos que han permitido consolidar espacios autogestionados
como el Observatorio Crítico, una especie de paraguas de proyectos autónomos
que promueven la participación ciudadana desde discursos emancipadores como el
feminismo, el ecologismo, el antirracismo el anarquismo.
Apuestan por un proceso revolucionario que se aleje del
estalinismo, en el que se hagan efectivas la igualdad, el respeto a las
libertades y la autogestión. Difunden por email compendios de artículos,
celebran foros sociales y debates sobre temas tan diversos como los
transgénicos, el transfeminismo o el reguetón y la cultura popular, y organizan
acciones en espacios públicos, en las que se cuelan (ocurrió en un debate con
una activista del 15M) tanto agentes de la Seguridad del Estado como
periodistas “independientes” –de la disidencia oficial–.
Observatorio Crítico nació de la Cátedra Haydée Santamaría,
creada dentro de la Asociación Hermanos Saiz (AHS, la institución de jóvenes
artistas y escritores) para investigar las transformaciones de la sociedad
cubana. En 2010, cuando sus propuestas empezaron a resultar incómodas, AHS
comunicó que sus integrantes habían superado la edad para permanecer vinculados
a la institución. “Entonces ya no hubo la necesidad de ser políticamente
correctos en cuanto a la crítica a las instituciones”, señala una de sus
integrantes, Yasmín Silvia Portales Machado, lo que convirtió al Observatorio
en uno de los colectivos más contestatarios de la isla. Varios de sus
integrantes participan también en la comunidad Bloggers Cuba y como columnistas
del diario digital Havana Times, dos espacios que aportan pluralidad y debate
sosegado frente a la “ciberguerra” declarada entre webs oficialistas y
disidentes.
Estos grupos exigen poder organizarse sin ser controlados
por el Gobierno ni utilizados por la oposición procapitalista
Aunque esos espacios puedan resultar innovadores e
ilusionantes, su incidencia es muy limitada. ¿Por qué no existen en Cuba
movimientos sociales autónomos? El bloguero y miembro de Observatorio Crítico
Rogelio M. Díaz Moreno cita el discurso oficial de que el concepto sociedad civil
es “burgués, subversivo y una estrategia de EE UU para penetrar en el Tercer
Mundo”, mientras que “las organizaciones de masas incorporan en sus estatutos
el liderazgo del partido”. Dado que muchas asociaciones “no son más que
grupúsculos promovidos por EE UU”, el bloguero considera imprescindible que ese
país renuncie a promover un cambio de régimen en Cuba: “Entonces veríamos qué
voluntad tiene el Gobierno de dejar de ejercer sus férreos controles”.
Se refiere entre otras cosas a la conjunción de trabas
burocráticas y falta de voluntad política que hacen prácticamente imposible
constituir asociaciones. Si bien la Constitución reconoce en su artículo 54 los
derechos de reunión, manifestación y asociación –aunque el artículo 62,
advierte que es punible ejercer esas libertades contra “la existencia y fines
del Estado socialista–, para que el Ministerio de Justicia autorice la
inscripción de una asociación, ésta tiene que recibir el aval de una entidad
estatal “que la controla y atiende”, explica Dmitri Prieto, fundador del
Observatorio Crítico. El registro tarda años en llegar (cuando llega), así que
los colectivos optan por fórmulas como crear cátedras académicas o proyectos
adscritos a centros culturales: “Mientras no hay confrontación con el sistema
actual, las autoridades no ponen impedimentos, pero pueden toparse con
incomprensión, falta de recursos y poca visibilidad”, señala. “Toda iniciativa
individual asociativa se demoniza sistemáticamente, más si es de carácter
político. Cuestionar de fondo las estructuras políticas y sociales es muy
difícil, y además es suicida”, lamenta Portales.
Feminismo y diversidad sexual
Una estrategia reciente del Gobierno, según Rogelio, ha sido
la de “canalizar inteligentemente las tensiones sociales”. El caso paradigmático
es el del movimiento LGTB. El Centro de Educación Sexual (Cenesex), adscrito al
Ministerio de Salud, promueve redes de gays, lesbianas y transexuales que, si
bien se movilizan por sus derechos, lo hacen tuteladas por la institución.
Fuera de la institución, el Gobierno frenó iniciativas como
el boletín electrónico NotiG.Se informó de que no podía circular sin estar
inscrito en el Registro Nacional de Publicaciones Seriadas. “Aceptamos el aval
Del Cenesex, pero seguimos esperando respuesta”, cuenta Isbel Díaz, uno de sus
promotores, que se unió al proyecto para encontrar “un espacio de mayor
libertad, no mediatizado”. Isbel –impulsor también de El Guardabosques, un
proyecto ecologista contra la deforestación– y Yasmín se han embarcado en una
nueva aventura: Proyecto Arcoiris, adscrito al Observatorio Crítico. Quieren
ofrecer asesoría legal sobre discriminación y promover debates contra los
prejuicios heteronormativos.
En el caso del feminismo, el discurso oficial mantiene que
no hace falta un movimiento autónomo, puesto que existe la Federación de
Mujeres Cubanas. Sin embargo, esta organización de masas no afronta con
valentía problemas como la violencia machista o la presión policial hacia las
prostitutas. En 1993 se formó Magín, la asociación de mujeres comunicadoras que
aglutinó a un centenar de periodistas, artistas, científicas e incluso
políticas. No duró mucho: en 1996 se les informó de que no podían seguir
funcionando, bajo el argumento de que se temía que Estados Unidos las utilizase.
Desde hace año y medio, el foro feminista Mirar desde la
Sospecha se ha convertido en un espacio de debate interesante, promovido por
tres comunicadoras feministas con el respaldo de una ONG legalizada y de la
Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. “Podíamos habernos reunido en
nuestras casas, pero nos interesaba penetrar en el espacio institucional”,
explica Danae C. Diéguez, una de sus impulsoras. En todo caso, varias de las
participantes habituales fantasean con la idea de crear una red de
comunicadoras autónoma y transgresora, como lo fue Magín.
PASOS ADELANTE: CUATRO EXPERIENCIAS
‘HAVANA TIMES’
El diario digital Havana Times publica en castellano e
inglés artículos de actualidad; aporta informaciones sobre cuestiones que los
medios oficiales silencian (los derrumbamientos de edificios o el misterioso
cable de fibra óptica) y entrevistas para dar a conocer a nuevos talentos de la
cultura.
ANTIRRACISMO
La Cofradía de la Negritud es el proyecto más potente de los
ligados a Observatorio Crítico. Critica las formas de racismo social e
institucional que persisten en la sociedad cubana y construye la memoria
histórica de una comunidad ignorada a menudo en los relatos oficiales.
FEMINISMOS
Feministas institucionales y autónomas debaten en Mirar
desde la Sospecha, un espacio promovido por tres comunicadoras dentro del
programa Género y Cultura, que cuentan con el respaldo legal del Grupo de
Reflexión y Solidaridad Monseñor Óscar Arnulfo Romero.
BLOGGERS CUBA
Esta comunidad de blogs nació con la vocación de romper con
la dicotomía entre la experiencia de vida en la isla y su escaso reflejo en los
medios nacionales y extranjeros. La mayor parte de sus integrantes defienden el
socialismo y se distancian así de blogs anticastristas como el de Yoani
Sánchez.
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