Capi Vidal
http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/2011/10/proudhon-y-el-principio-de-autoridad.html
Proudhon consideraba que el progreso de la sociedad llevaría a la superación del principio de autoridad, el cual delega a determinados dirigentes el derecho a la verdad. Su confianza en la ciencia social, entendida como acumulación y ordenamiento del material empírico encontrado, además de como cierta visión histórica, le hacía ver una incompatibilidad entre ella y ese principio de autoridad (según expone en Révolution sociale). Además, en un artículo publicado en 1849 enla Voix
du Peuple, fundamenta la opinión de que la concepción de la autoridad es
similar a la de la divinidad, ninguna de las dos tienen cabida en la ciencia,
ya que ambas pertenecen al dominio de la fe. No obstante, recordaremos que
Proudhon aceptaba la complejidad de la sociedad humana y las deficiencias de
las ciencias sociales, por lo que el principio autoritario (jerárquico y
centralista) debe ser enfrentado a un principio adverso. La filosofía
proudhoniana se basa en el equilibrio de fuerzas antagónicas, presentes siempre
en esa complejidad social de manera insoluble, y a pesar de su confianza en el
estudio histórico y en la ciencia empírica, considera que "la fecundidad
de lo imprevisto supera con mucho la prudencia del estadista y, cuanto más se
legisla, más litigios surgen" (El principio federativo).
Proudhon consideraba que el progreso de la sociedad llevaría a la superación del principio de autoridad, el cual delega a determinados dirigentes el derecho a la verdad. Su confianza en la ciencia social, entendida como acumulación y ordenamiento del material empírico encontrado, además de como cierta visión histórica, le hacía ver una incompatibilidad entre ella y ese principio de autoridad (según expone en Révolution sociale). Además, en un artículo publicado en 1849 en
Sin rigidez alguna, podemos observar la historia como una
pérdida progresiva de la fe, por parte de la humanidad, en el principio de
autoridad. Gracias a la razón y a la ciencia, el hombre pasa de la obediencia al
cuestionamiento de las motivaciones de la autoridad, hasta llegar al punto en
que no la reconozca ya en absoluto. No obstante, a pesar de que el principio de
autoridad es inapropiado para la vida social, el sistema conceptual autoritario
acaba transformándose históricamente en un prejuicio social. Este prejuicio
sobre lo necesario de la dominación arraiga profundamente en la conciencia y
moldea el pensamiento. Ello explica que, durante tanto tiempo en la historia,
se hiciese imposible otra concepción. Tal como expresa Proudhon en Idée
génerale, hasta los pensadores más atrevidos que habían considerado el Estado
una maldición y un castigo para la humanidad, lo consideraron siempre un mal
necesario.
Resulta primordial, y muy significativo de cara a comprender
la filiación anarquista de Proudhon, que su antiautoritarismo se dirige, no
tanto a combatir un orden social existente, y sí a ese prejuicio sobre la
necesidad de la autoridad. El anarquismo proudhoniano, puede decirse, se
proyecta más sobre el principio que pretenden expresar las instituciones
autoritarias. En sus Confesiones, reprocha a la Revolución Francesa
el haberse volcado en castigar a personas y en transformar las instituciones en
lugar de haberse esforzado en acabar con ese principio, en vez de destruir la
dominación misma. De nuevo hay que reconocer en Proudhon el germen de la visión
anarquista, la cuestión no será transformar o suavizar un régimen estatal, sino
cuestionar la autoridad pública de cualquier tipo. La estructura jerárquica de
una sociedad basada en el principio de autoridad se funda en la autoenajenación
del hombre a favor de los depositarios de la soberanía. El principio jurídico,
basado en la razón de Estado, es objeto de todas las críticas de Proudhon en su
obra Justice, ya que se coloca sobre el individuo en nombre del privilegio
acabando con toda dignidad humana.
Proudhon, y el anarquismo, tienen una concepción pluralista
de la sociedad, por lo que resulta inadmisible una totalidad y unidad basadas
en un sistema unitario y piramidal. El Estado se funda en un orden social
vertical normativo en lugar de estarlo en la cooperación horizontal de las
distintas partes de la sociedad. De nuevo el pensador francés desea armonizar
dos principios antagónicos, como la libertad y el orden, y considera que
ninguna forma política basada en la unidad y en la fuerza había dado con la
solución para armonizarlas (La capacidad política de la clase obrera). Existe
cierta vinculación entre el ideal autoritario de unidad y la concepción
religiosa del universo, ya que ambos ofrecen un orden realizado de manera
definitiva y solo conducen al inmovilismo. Frente a esto, Proudhon ofrece una
alternativa basada en la inmensa complejidad de la vida, la pluralidad de
principios, la lucha de los elementos y la oposición de los contrarios (Théorie
de la propriété).
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