Por Brunilde Isabel Palacios
El Ministerio del Poder Popular para la Cultura , es el ente
público encargado de estimular el desarrollo de la capacidad creadora de
quienes se encuentran en el área de la cultura, y de fomentar y garantizar
condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios, dentro de
una visión integradora que facilite el desarrollo de una visión de cambio distinta
que debe ir más allá de lo superficial y de las concepciones que fueron
impuestas a través de un proceso de transculturización que deshumanizó nuestra
memoria y que conllevó a la instauración de modelos fosilizados, que sólo ha
servido para diseñar procesos que solamente han permitido su fortalecimiento,
que no permiten desentrañarlos y crear alternativas en función del momento
histórico que estamos viviendo.
En este sentido, hemos visto con mucho pesimismo como el
Ministerio del Poder Popular Para la
Cultura se les olvidó que no existe su presencia en las
comunidades desde hace muchos años y que todavía no ha creado un vínculo que le
permita interactuar con los diferentes imaginarios que interactúan en el mundo
de la cultura, en el que se ha lesionado la estabilidad de quienes deambulamos
alrededor de sus predios, en vista que se ha caracterizado por tener una
conducta muy personaliza que se caracteriza solamente por el desarrollo de las
empresas culturales y la industria de boulevard, lo cual ha conllevado a crear
una atmósfera negativa que incita al escepticismo e intolerancia que pone en
peligro la paz, la salud, la convivencia pacífica que debe existir en el
imaginario colectivo que integra la cultura (se nota claramente que existen
recursos para sus megas proyectos, pero no para el desarrollo de las
comunidades y cuando existe…, se les exigen una cantidad inapropiada de
requisitos inter-institucionales que culminan en su no otorgación porque se
hace imposible su consecución)…, pero que hasta el momento se ha hecho sentir
como una Entidad Cultural aislada y con una marcada omisión, al sentir de
quienes nos encontramos en el área, puesto que dicho organismos institucional
se ha encargado de cultivar una acción
(nótese que solamente la Editorial el PERRO y LA RANA publican a quienes se
encuentran cercano del Poeta William Osuna y se veta a los venezolanos que
poseen una melanina negra, como fue el Caso de Juan Veroes o si no los incluyen
dentro una lista que se hace interminable, donde hay un número grande de
escritores que no se le han publicado sus trabajos porque no pertenecen a su
entorno elitesco) que sólo se toma en cuenta proyecto como el Obelisco que se
creó en la Plaza
el Venezolano de la
Ciudad Capital de Caracas, el Encuentro Internacional de
Filosofía, la
Feria Internacional del Libro, Encuentro Internacional de la Danzas , Encuentro
Internacional de Poesía, Encuentro Internacional de la Salsa o la construcción y
ampliación de nuevas galerías museos que no justifican su inversión (véase el
caso de la Nueva Galería
Nacional y el Museo Cruz Diez o el Museo Miquel Otero Silva), lo que quiere
decir, que solamente están interesados solamente en el desarrollo de la
empresas culturales y la Industria de boulevard,
puesto que detrás de este, se ha desarrollado una gran maquinaria que implica
la prestación de servicios para la realización de una serie de eventos locales,
nacionales e internacionales, es decir que se deja a un lado, el desarrollo de
las otras áreas de la cultura (por ejemplo, se han olvidado del fomento y los
estímulos a la creación, la investigación y al desarrollo de la actividad
artística y cultural) para darle cabida a esta gran maquinaria económica,
puesto que ella deja grandes dividendos económicos para quienes usufructúan su personalidad
jurídica, como para quienes los contratan.
En este sentido notamos que el Ministro Pedro Calzadilla no
ha logrado cambiar la estructura que dejo el Arquitecto Farruco, por el
contrario la ha reafirmado y eso se puede notar porque no ha hecho cambios a
profundidad y el programa que actualmente desarrollo es el mismo, el cual se ha
venido caracterizando por:
I. Mantener una
conducta excluyente, donde solamente predomina la imposición del ejecútese y en
el que no hemos visto preocupación alguna por crear un estilo de participación
que incorpore a los diferentes entes que la integran (como la de las
poblaciones negras venezolanas) al proceso de toma de decisiones. Actitud que
se caracteriza por la arbitrariedad en aras de evitar la reflexión crítica, la
acción, la capacidad creativa y eso se puede notar en la forma como remodeló su
arquitectura funcional (donde prevalece el criterio de la élite intelectual que
siempre han rodeado el área de la cultura en nuestro país que hoy son
socialistas, pero que ayer fueron liberales y que más de una vez, se sentaron a
degustar sus buenos vivo, buenas mujeres y buenos placeres, dejándose de lado, al poder popular), en el
perfil psicológico de sus autoridades (Véase el caso de UNEARTE, la Decana le niega a los
activadores de la Misión
Sucre que continúen estudiando en dichos espacios y ha sido
tanto las trabas impuestas, que han llegado al extremo de negarle el Título
Superior de Artes Plásticas, después de haber cumplido con todas las exigencias
académicas, como el de seguir estudiando para alcanzar el nivel de Licenciado
en Artes plástica y para ello inventaron un horario nocturno. Esto quiere
decir, que dicho Decanato de Artes Plástica se burla de las decisiones tomadas
por el Ejecutivo Nacional, en que se deja entrever que parecieran estar
recubiertos de un poder especial, que los pone por encima de las decisiones
establecidas por el Ejecutivo Nacional, en el que se ve al Presidente de la Republica como un
pelele, uno más del montón que ellos pueden manejar a su antojo y muestra de
ello, es que el Programa de Formación de
Grado de Artes plásticas – Hijo de la Revolución Bolivariana-
se encuentra desde hace tres años paralizados y hasta el momento el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria ,
Misión Sucre y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura no han hecho nada
por cambiar la actitud asumida por el Decanato que se encuentra establecido en
sus predios…, lo quiere decir, que no existe la voluntad de cambiar tal
actitud), posturas en lo personal que no permite definir con claridad los
límites de esa presencia que no permite concederle al estado un papel decisivo
y una presencia efectiva que lo caracterice como factor de apoyo, estímulo y de
principal gestor ante las demandas de participación por parte de la ciudadanía
que haga posible el seguimiento y desarrollo autónomo de sus expresiones
culturales (principalmente de aquellas que desencadenan procesos, acciones y
matrices que actúen como punto de partida para desarrollos espontáneos,
demostrándose que los cambios efectuados responden a una composición concepción
cerrada que se caracteriza por una serie de contenidos que niegan la
proporcionalidad y armonía que debe de existir en un espacio creador de
paradigmas que se encuentra definido para el desarrollo del proceso
sociocultural, negándoseles ese derecho de goce, disfrute y participación a las
poblaciones que se encuentran en circunstancia de fragilidad definida
(principalmente las originarias y aquellas que se caracterizan por poseer una
melanina negra, a la cual nos les han dirigido políticas, porque pareciera que
quienes tiene el derecho al goce, usufructo y disposición deja ver claramente
su posición de clase, que como dice el dicho popular ”POR MAS QUE TE TOGONEES,
SIEMPRE SE LE VE EL BOJOTE”), en vista que se está vulnerando una serie de
derechos y garantías que les competen, puesto que la atención debe centrarse
consesuadamente en resaltar los elementos en común que permitan construir una
Políticas Públicas en función de la búsqueda del bien común y no para lesionar
nuestros derechos en la forma como lo está haciendo dicho Ministerio, que de
forma irresponsable y discriminatoria niega la posibilita de que se estimulen
procesos inéditos de innovaciones que
permitan revitalizar y enriquecer la vida social, los cuales se dan a la tarea
de desconocer su propios procedimientos.
II. Ampararse con una conducta omisiva ante lo que está
sucediendo, sin darse cuenta que su desconocimiento implica sanción, puesto que
se están vulnerando (además de existir arbitrariedad, desviaciones de poder,
usufructo personal y colectivo y errores cometidos en la prestación de los
mismos, en el que no se ha entendido que la cultura es un servicio público y un
Derecho Humano, un derecho de derecho, legítimo, colectivo y difuso, en vista
que no pueden seguir imponiendo la postura que ven a los creadores e
innovadores como sujetos incapaces de pensar y discernir sobre el quehacer
artístico…, lo cual ha conllevado a que se imponga el imperio de la subestimación,
discriminación, dogmatismo, sectarismo,
en el que el irrespeto a la diferencia se transforman en barreras que nos consideran como personas
no capaces de construir nuestro propio destino (Percíbase el caso del Decanato
de UNEARTE, con respecto a los Vencedores de la Misión Sucre y no
existe poder en Venezuela que les ponga freno), no entendiéndose que el derecho
a la libertad de creación ha constituido el
principio rector y fundamental de la cultura y del imaginario que
deambula entre los matices que se desprenden del amasijo de pigmentos que le ha
dado a nuestro país ese sentido de pertinencia, en vista que se ha convertido
en un derecho fundamental del imaginario colectivo que conforman la
venezolanidad, la cual deben ser considerados en condiciones de igualdad y
proporcionalidad por quienes rigen las Instituciones Culturales en nuestro país
(Adviértase que el trato que se le da al Movimiento Sinfónico Nacional e
Internacional, no es el mismo que se le da a otras instituciones culturales en
condiciones de igualdad), las cuales no gozan de una atención especial (como lo
sostiene el Art. 99 y 100 de la
CRBV. ) mediante una adecuada política de estímulos
consensuada, recurrente y oportuna que garantice su permanencia, producción,
conocimiento, uso, goce, disfrute y disposición
III. Observamos que pareciera que al Ministerio del Poder
Popular para la Cultura
se les olvidó profundizar los Lineamientos Generales que se encuentran
enmarcados en el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2.007-2011), el cual se
orienta hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Por ello, se nota
que no existe la inquietud en ahondar
las raíces que conllevaran a la fusión
de los valores y principios de los más avanzados de las corrientes humanistas y
en resaltar la herencia histórica del pensamiento del libertador Simón Bolívar,
porque no están interesados en que se refleje de forma expresa y escrita el
nuevo Proyecto Ético Socialista Bolivariano que parte de la constatación de una
realidad cuyos rasgos se visualizan en la confrontación entre un viejo sistema
que no ha terminador de fenecer (capitalismo) basado en el individualismo
egoísta, en la codicia personal y el afán de lucro desmedido y un nuevo sistema
(el Socialismo) que está naciendo y cuyos valores éticos promueven la
construcción de una nueva ética del hecho público, en donde se exhiba una
conducta moral donde el estado y sus Instituciones están llamados a ser el
espacio ético por excelencia (Esto representa que el estímulo que han recibido
ciertos sectores que no tienen nada que ver con la venezolanidad, responde a
una posición discriminatoria, segregacionista, prejuiciosa, clasista,
politiquera y violatoria de nuestros derechos que se encuentran garantizados
por la
Constitución Bolivariana por parte de quienes dirigen esa
institución e irrumpe contra la criollisidad).
IV. Por otro lado, quienes integran dicho organismo
cultural, no ha comprendido el papel que juega
la cultura como política de Estado, por lo tanto el enfoque que se le debe dar tiene que
responder a la necesidades de una gran cantidad de venezolanos que quieren y
necesitan continuar desarrollándose dentro un nivel que los conlleven a
construir un futuro mejor y digno. Ello implica poner el hecho cultural (como
política pública que debe satisfacer necesidades y crear las base para la mayor
suma de felicidad posible como lo plantea el Proyecto Simón Bolívar) al
servicio de las grandes mayorías para que se apropien hoy del mañana que les
pertenece, donde se debe establecer un diálogo autentico, donde a la cultura se
vea, como instrumento transformador, fundamental para el desarrollo del
Socialismo del Siglo XXI que debe jugar el papel que le corresponde dentro de
la sociedad venezolana con el propósito desmontar y superar las formas de
dominación que se reproducen en la dinámica capitalista liberal, para luego
extenderla y ser permeable a esta práctica liberadora. Pero notamos que no
existe una política cultural que se encause bajo estos parámetros, por el
contrario se continúa incentivando posturas ideológicas que se encuentran
dentro de los predios que acentúa el pos-colonialismo, no ha perdido su
vigencia, lo cual se puede notar en el carácter que se le imprime y en la
filosofía que se imponen en las diferentes escuelas de artes en el país.
V. Por otro lado, las actividades que desarrolla el
Ministerio, no fortalecen el momento histórico que estamos viviendo y no
permite que la población conciba la consolidación del nuevo ciudadano que se
quiere formar, porque pareciera que quienes están a la cabeza del Ministerio
del Poder Popular para la
Cultura no están interesados en crear las condiciones que
permita ubicar nuestras utopía ante los nuevos retos que forman parte del
devenir cultural, porque se nota que pareciera que no se quisiera revisar sus
cimientos epistémicos que se encuentra vagando dentro su ámbito, para no
incluir otras corrientes (Arte Negro, Caribeño, Árabe-Andaluz, Africano, etc.),
lo cual permitiría un mejor tratamiento y manejo de los factores en juego que
integran nuestra vida. En vista que el Ministerio se ha encargado de poner un
conjunto de trabas que demuestran que no tiene la intención de impulsar
procesos creativos e innovadores que conlleven a que su energía se expande en
función fortalecimiento del marco
intercultural, la convivencia pacífica y fundamentalmente (…) dentro de un
ambiente donde el Ideario Bolivariano y los conceptos de patria se robustezcan.
Esto quiere decir, que han pasado doce años de gobierno y el
Ministerio del Poder Popular para La
Cultura no ha cambiado su postura (Percíbase qué imagen y
semejanza, es la continuación de la Políticas culturales Implementadas por el INCIBA
y CONAC, done la única diferencia es que este Ministerio ha manejado mucho más
presupuestos que los anteriores, pero ha sido poca su creatividad para crear
una política cultural que entronice con el imaginario colectivo venezolano y no
con el desarrollo de posturas que vienen a exacerbar la tópica de ciertos
venezolanos, latinoamericanos y gente del mundo, que tienen culturas distintas
y en el que se puede notar que muchas veces se imponen ante la venezolana.
Véase el ambiente que se percibe en el
Feria del Libro que hoy se realiza en el Teatro Teresa Carreño, donde el
gasto que se está haciendo es exorbitante y pudiera tener justificación, pero
en otro momento de madurez del proceso bolivariano, lo cual no sucede cuando
estas políticas se quieren implementar en la comunidad, a las cuales se les
niegan esas mismas posibilidades, gastos y madurez en la estética), en el que
no se ha notado la misma disposición por parte del Ministro Calzadilla y sus gestores
por realizar otro tipo de política cultural que este en consonancia con el
planteamiento socialista que se encuentra plasmado en el Proyecto Simón Bolívar
(como le dan rienda suelta al desarrollo de sus inquietudes personales y en el
que ponen todo porque sus utopías se concretice, aunque estas no están
consonancia con la del imaginario colectivo, porque el poder como los sostienen
algunos, permite que algunas cosas del súper ello se puedan bajar a la
realidad, aunque no con las mismas magnitudes que se producen en los sueños,
donde se encuentra los instintos desconocidos ), en el que el interés se
trasforme y convierta, en un cambio de actitud que conlleve al desarrollo
intelectual, espiritual y tecnológico de las grandes mayorías que integran esta
nación, tanto en lo personal, político, cultural, ideológico y tecnológico,
enmarcado dentro un proyecto de nación que se ha definido por el Socialismo del
Siglo XXI, que plantea la integración regional y caribeña a partir de nuestra
propia historia, problemáticas, necesidades, exigencias y sueños, con la
intención de cambiar la lógica de la depredación, a la cual sentimos que se le
alimenta de manera sublimar, en el que no se le quiere dar importancia a la cosas que lo ameritan y que
son importante para el enriquecimiento de este proceso, y eso lo podemos notar
en la política pública cultural que el Ministerio del Poder Popular Para la Cultura implementa (Nótese
que el personal que elabora en el Ministerio del poder Popular para la Cultura , como en los espacios
de UNEARTE, se dan a la tarea despotricar de manera grosera, pública y notoria
en contra del proceso bolivariano y darse a la tarea de imponer calificativos
impropios en contra del Presidente de la Republica , lo cual no pareciera interesarles a
los que tienen cargos de importancia) y es por ello que se hacen la vista gorda
y no se interesan por poner el énfasis en fortalecer nuestra geografía
espacial, si se considera que éstas son los chispazos que deben contribuir a
inducir profundas innovaciones que permitan revitalizar y estimular nuestro
aprendizaje en función de unos contenidos que correspondan con el segmento de
tiempo que estamos viviendo, consustanciados con los valores de una identidad
nacional, caribeña y universal.
Esto representa que hay que ir más allá de lo establecido
por dicho Ministerio, porque sentimos que no está claro o bien precisado los
paradigmas epistemológicos que deben permitir ubicar la propuestas culturales
en base a la diversidad y las
diferencias (por ello Bolivia es un país pluricultural) que hasta el momento
tiene carácter de imperium para alcanzar la mayor suma de felicidad posible,
donde no se ha logrado superar las concepciones fosilizadas que se han hecho
predominante en el discurso y menos, en la práctica que se ejerce, lo cual debe
conllevar a que dichos cambios deben pretender el desarrollo de las capacidades
individuales y colectivas, transformándose en una experiencia de aprendizaje
enriquecedora, provocadora de la modificación, consciente y autónomamente sobre
la práctica, como de las percepciones que actúa sobre nuestro roles y
responsabilidades y para ello se hace necesario, contar con lineamientos
estratégicos idóneos para enfrentar estos retos que se hacen visibles cuando se
ignoran las pequeñas cosas, los anónimos anhelos y los proyectos mímales para
seguir a paso apresurado, sin importarnos que silenciosamente la perdida
desvele nuestros sueños, al no darnos cuenta que se encuentra en silencio para
recordarnos que está allí, porque para olvidar lo perdido, se hace necesario
negarnos a olvidarlo, amarlo en su desaparición, llorarlo en su ausencia,
desbordarnos en su irrecuperabilidad y alguna vez el tiempo nos recordará la
serenidad de su ida.
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