Por Julio Cesar Castellanos
El pasado domingo 15 de enero de 2012, el canal Venevisión transmitió la película “V de Venganza”, un film extranjero muy conocido en la cual un héroe enmascarado lucha contra un dictador ultraconservador en un Reino Unido postapocalíptico; no lo niego, una de mis favoritas. La he visto infinidad de veces, no obstante, la censura ultraconservadora (no de la película, sino de la vida real en Venezuela) de CONATEL y del Gobierno Militar me permitió ver ese día una nueva “versión” edulcorada. En ella, el amor homosexual, que justifica en la trama fílmica la rebelión del héroe enmascarado se suprime, se borra… se censura.
El pasado domingo 15 de enero de 2012, el canal Venevisión transmitió la película “V de Venganza”, un film extranjero muy conocido en la cual un héroe enmascarado lucha contra un dictador ultraconservador en un Reino Unido postapocalíptico; no lo niego, una de mis favoritas. La he visto infinidad de veces, no obstante, la censura ultraconservadora (no de la película, sino de la vida real en Venezuela) de CONATEL y del Gobierno Militar me permitió ver ese día una nueva “versión” edulcorada. En ella, el amor homosexual, que justifica en la trama fílmica la rebelión del héroe enmascarado se suprime, se borra… se censura.
Vale la pena recordar que nuestra
constitución establece en sus artículos 57 y 58 lo siguiente:
Artículo 57. °
Toda persona tiene derecho a expresar
libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o
mediante cualquier otra forma de expresión y de hacer uso para ello de
cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura.
Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo
expresado. No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los
mensajes discriminatorios, ni los que promuevan la intolerancia religiosa.
Se prohíbe la censura a los funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades.
Se prohíbe la censura a los funcionarios públicos o funcionarias públicas para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades.
Artículo 58. °
La comunicación es libre y plural y
comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene
derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo
con los principios de esta Constitución, así como a la réplica y rectificación
cuando se vea afectada directamente por informaciones inexactas o agraviantes.
Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir información adecuada
para su desarrollo integral.
Podemos ver que nuestra constitución
establece una expresa e inequívoca prohibición a cualquier tipo de
censura. Si esto es así, ¿Quién le ha
dado el poder al Estado venezolano para propiciar la censura sobre una película
expuesta en canales privados de señal abierta plenamente autorizado?. Para
salir del paso, podríamos decir: que el culpable es Hugo Chávez, quien ha dado
muestras indiscutibles de su descontrolado deseo de imponer sus valores
personales al resto de los mortales al considerarse a sí mismo como el portador
de la verdad; el alfa y el omega de la auténtica venezolanidad.
Pero, para ser justos y al mismo tiempo
aprovechar ésta desafortunada analogía entre la película y la vida real, el
verdadero culpable de esta inconstitucional censura no está en Miraflores. En
realidad, lo podemos ver todos los días… en el espejo del baño. Nuestros miedos y cobardías personales
permitieron a unos militares, con muchas apetencias, encontrar un piso firme
para aplastarnos con sus botas.
La buena noticia es que podemos cambiar
éstas circunstancias, podemos ser una sociedad
distinta en la cual invisibilizar el amor homosexual en una película
(sea extranjera o nacional) no sea aceptable y se deje pasar impune ante
nuestra mirada. Para que un dictador alcance el poder total no solo requiere la
fuerza de las armas también necesita ciudadanos asustados y deseosos de que
“alguien, ponga orden”, eventualmente, ese “alguien” pondrá SU orden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.