A 7 meses de fallar el ataque
Carta a los corazones Indómitos
Difícil se me hace comenzar a escribir cuando sé que tengo mucho que comunicar y mas aún por callar, el silencio se ha vuelto un gran compañero y no en vano, pues mis enemigos desean eso, que me comunique, que me explaye con mis ideas, que justifique mi acción ilegal, para poder aplicar la ley antiterrorista y sepultarme incluso en la condición en la que me encuentro, desean ese trofeo de guerra, un joven con múltiples heridas, prisionero por no haberse autoengañado con la comodidad de una revolución enmarcada dentro de lo políticamente correcto. El poder ambiciona con mi juicio, que la señora en la casa le diga a su pequeño rebelde que así terminamos lxs idealistas, lxs que nos atrevemos a soñar, que ni lo piense, que se empieza con la rebeldía propia de la edad y que si no se frena puede terminar en terroríficas consecuencias, justificar a través de mi ejemplo, el sistema carcelario, la represión por el “bien de nuestrxs hijxs y el futuro”.
Sé que el poderoso desea eso, o al menos lo espera, que de alguna u otra forma me manifieste públicamente, por eso preferí el silencio; pienso que en estos momentos es muchísimo mejor que hablen por mi, mis compañeros, conocidos o no, da igual, tal como en interminables jornadas por la liberación animal, supe hablar por el que no podía, creo que ahora debe suceder lo mismo, porque sinceramente pienso que otrxs compañerxs, incluso de diferentes partes del globo, ya lo han hecho y han tenido esplendidos resultados, no sólo con todo lo que involucra a mí moral, sino con todo lo que involucra la solidaridad, la cual me atrevería a representarla como la primera pieza de una gran hilera de domino, en donde se empuja la primera y la segunda bota a la tercera y así sucesivamente, donde mi moral vendría a ser una pieza más del domino, en donde también está el daño al sistema al romper con sus lógicas autoritarias, la estima que genera la acción tanto a nivel individual como a nivel colectivo, además de representar un escaño más en el conflicto con la realidad y así podría pasar días enumerando los distintos efectos que puede llegar a tener una acción solidaria.
Sin embargo, tal como mis enemigos desean que me comunique, sé que muchísimos compañeros también los desean y sepan que lo sé y lo siento mucho, por que tuvieron que pasar varios meses en la incertidumbre para recibir alguna noticia, lamento profundamente comunicarme en estas circunstancias; fui yo el que siempre enfatizó que la solidaridad debía ser recíproca y créanme que yo más que nadie lamentaba no haberme pronunciado antes, sentí que me traicionaba a mi mismo al callar -¿le incomodará que solidaricemos con él?- especulaba que pensaban al interpretar mi silencio, pero tengo una pequeña y hermosa hija que necesita de su papá y tampoco puedo traicionarla a ella. Ella me motivó al silencio, mis ideales me motivan al diálogo y ustedes, mis compañerxs de siempre, me incitaron al punto de medio.
No me gusta escribir sin pensar lo que quiero transmitir y que se entienda a cabalidad, escribir algo en mi situación amerita una reflexión profunda -¿vale la pena?- ya que en mi caso, a diferencia de la mayoría de los procesos políticos, que suelen ser montajes, mi causa está acreditada, porque efectivamente yo portaba una bomba la madrugada del 1 de junio con destino a la sucursal bancaria ubicada en Av. Vicuña Mackenna con Victoria, punto centro de la capital.
Por mi parte deseaba comunicarlo todo ¿por qué falló el ataque?, ¿cómo podría pretender comunicarme haciendo caso omiso a algo tan relevante?, O incluso, ¿por qué ese banco?. Politizar un ataque anticapitalista no es solo hacer apología de la violencia, es también ponerme la soga al cuello y eso ¡Jamás!, porque mientras esté vivo yo planeo seguir luchando, no me importa si me faltan algunos dedos, una mano, el oído o la vista, seguiré adelante a como de lugar, eso lo tienen que saber tanto mis enemigxs como mis compañerxs.
Entonces me piden que rompa con el aislamiento, con el hermetismo que ronda mi persona, planteo que me avergonzaría comunicarme por hacerlo simplemente a lo que me responden con un golpe a mi conciencia -¿y tus compañeros?, ¿pienso que comunicarme con ellxs es algo banal y sin importancia?-. Es verdad, no necesito vomitar todo lo ocurrido esa noche, creo que en el futuro ya habrá tiempo para eso…
Entonces, ¿quieren saber de mi?, pues bien voy a luchar para vivir y vivir para luchar hasta ser libres y salvajes, no me entramparé en que soy menos salvaje si respiro de forma artificial o no, porque creo que es en situaciones como ésta donde aflora el instinto más salvaje del hombre, el de sobrevivir; no pretendo aludir a nadie en particular, porque sé que muchos compañerxs me desearon la muerte con los mejores deseos, pero quiero que de aquí salga una lección para todxs: no se puede desear la muerte de un compañerx así tan suelto de cuerpo, claro al menos que el compañerx lo manifieste, pero si ese fuera el caso, la persona buscaría los medios para ponerle fin a su vida, sin que con ello se genere una causa judicial (homicidio) a un tercero. Porque, ¿qué hubiese ocurrido si por “hacerme el favor” me hubiesen asesinado?, ¿quiénes son ellxs, que se dicen mis compañerxs, para juzgar si vale la pena o no que yo siga con vida?. El único capaz de tomar semejante decisión es el individuo, solo él sabe lo que realmente desea, y particularmente yo deseo seguir vivo, para continuar luchando. Por otra parte, quiero que sepan que agradezco todas y cada una de las acciones solidarias que han tenido conmigo, los lienzos colgados en distintas partes del mundo o aquellos mensajes que cargaban los mismos solidarios, llegaron hasta mis oídos de una u otra forma, cada panfleto, cada boletín contrainformativo, cada espacio de sus vidas que lo dedicaron a mi, lo guardo como un tesoro; sepan que me he enterado de todo y que en este mundo no existen las palabras para mis sentimientos de gratitud, porque cada bombazo, cada incendio organizado en mi nombre, están en mi mente, jamás podre olvidar lo valiente que fueron mis compañerxs mexicanos, la insubordinadxs que han sabido ser mis compañeros de Grecia, quisiera abrazar a lxs salvajes de Bolivia y EEUU, saludar afectuosamente a lxs rebeldes de España e Italia, a los libertarixs de Argentina ¡ánimo!, como dejar de mencionar a los iconoclastas de Indonesia ¡fuerza hermanxs!, A lxs anónimos del F.L.A y del F.L.T en Rusia y en el mundo. A lxs compañerxs presxs esparcidxs por el globo, les mando todo mi cariño en estas humildes letras, a la compañera Tamara, presa en México, a Gabriel Pombo Da Silva, preso en España, a Marco Camenisch preso en Suiza, a lxs compañerxs siempre dignos de la Conspiración Células del Fuego, como envidio su coraje y por supuesto, a mis compañerxs del territorio dominado por el estado de $hile, a ustedes que lxs conocí en persona, sepan que lxs llevo en mi corazón a todas partes, jamás me he separado de ustedes porque lxs llevo en mi sonrisa, sé que en una carta jamás podré agradecerles a todxs y cada una de las acciones, espero que se entienda que no pretendo excluir a nadie, las formas en las que han solidarizado conmigo son tantas y tan diversas como la lucha misma, desde acciones ilegales, hasta actividades, llamadas telefónicas, mensajes por internet, canciones y sonidos libertarios, en fin quiero que sepan todxs y cada unx que ustedes rebeldes solidarixs, que este loco por la libertad jamás, jamás lxs olvidará, supieron estar grandes como los rascacielos y golpear donde duele, y por sobre todo, hicieron brillar las estrellas con su arrojo y eso es digno de imitar.
Me gustaría que supieran lo que generaba en mi la solidaridad, aquellos días en donde nada tenía sentido, donde aprender a rehacer mi vida no tenia ni una pisca de lógica, porque sepan que estuve mal, lo que me sucedió a mí, se lo deseo a muy pocas personas, porque fue horrible y en donde más oscuridad había, aparecían ustedes, gestos pequeños que me empujaban a no renunciar. ¿Cómo traicionar a aquellxs que se juegan la vida por darme ánimos?. Y aprendí ha conquistar la vida de nuevo, se que ustedes jamás dimensionarán lo importante que han sido. Ahora me encuentro fuerte como nunca, la prisión lejos de amedrentarme me hace estar fuerte como en aquellos días, paradójica es la vida, porque siempre dije que tener compañeros en prisión no debía ser en ningún caso motivo de amedrentamiento, todo lo contrario debía ser la razón de la mecha en la botella con la bencina, del incinerador en la carga explosiva o incendiaria, de la sonrisa en los corazones insurrectos después de cada jornada de ataque, así lo creí antes y así lo sigo creyendo y ahora soy yo el que se encuentra prisionero, por lo tanto si mis enemigxs no logran intimidarme a mi, que me encuentro en sus garras, veo difícil que lo hagan con mis compañerxs.
La cárcel planeo enfrentarla de la misma forma con la que enfrenté a la sociedad: con dignidad y alegría, jamás de una forma sumisa-como se habló en una ocasión- hacer la cárcel combativa. Les cuento que me encuentro en la sección hospitalaria de la cárcel Santiago 1, aquí se vive un régimen similar al del Módulo de Máxima seguridad de la Cárcel de Alta Seguridad, pero sin patio, sin radio, sin televisión, con una visita semanal de dos personas máximo y con el riesgo de contagiarte las enfermedades de los otros presos, la pieza es compartida y es mas grande que una celda; por estos lados le llaman la cárcel de los locos, porque aguantar aquí mucho tiempo es para volverse loco, aunque yo soy de la idea de lo que no te mata te hace más fuerte, además como dicen por ahí: “lxs locxs somos lxs que tenemos los sueños más lindos”. Les cuento que hago mucho ejercicio para recuperar la musculatura que perdí, canto bastante -sobre todo esas canciones que a nadie le gustaban-, le escribo cartas a mi chiquitita todas las semanas, a veces, si es que tengo compañero de pieza, juego ajedrez o conversamos, por lo general los presos me toman mucho cariño y me ayudan bastante. Sigo rigurosamente mi tratamiento para la rehabilitación e intento darme ánimos yo mismo cuando la información del exterior escasea, les cuento también que me he propuesto muchísimos proyectos, en algunos ya estoy trabajando, otros son para cuando ya haya cumplido mi condena.
Pienso que así un/a rebelde se convierte en guerrerx, cuando es capaz de volver a levantarse por más fuerte que haya sido la caída, que es capaz de ver una realidad aunque tenga todas las de perder, un guerrerx no necesariamente tiene que saber confeccionar una bomba o manipularla, tampoco tiene técnicas de camuflaje, esas son cosas que se aprenden por añadidura, los guerrerxs son peligrosxs por sus ideas y principios, porque van hasta las últimas consecuencias, siempre firmes, inquebrantables, porque no se traicionan a si mismxs, ni a sus compañerxs, porque siempre están atentxs, porque no se dejan llevar por un cahuín o por la copucha, porque si tiene problemas los enfrentan, porque si tienen pena lloran, y si tienen alegría se ríen, porque saben transitar por una vida plena, no por eso tranquila, esos son lxs verdaderos guerrerxs; ahora, en esta guerra son muchas las ocasiones de gozo, pero también hay momentos de amargura, porque es una guerra, no una moda juvenil, y enfrentarse al sistema de dominación utilizando estos términos puede traer nefastas consecuencias y debemos saberlo de antemano, porque un error un pequeño descuido lo cambia todo, siempre se dijo y yo esto lo tenía entendido, por lo tanto actué acorde a los términos que solía utilizar. Respecto a mis heridas, han cicatrizado todas, lamentablemente las marcas siempre quedarán, pero las porto con el mismo orgullo que mis tatuajes, porque son la prueba mas fehaciente de que estoy convencido en mis ideales. ¿Cómo no estarlo?. Porte esa bomba con sueños y esperanzas y eso sigue intacto.
Por otro lado lamento no poder seguir aportando en los proyectos que participaba, entiendan que para mi no había ninguno mas valioso que otro, todos y cada uno significa un aporte en la guerra social y ansío que esos proyecto no queden a la deriva porque no estoy, por el contrario, debiese ser una motivación más para seguir adelante, sé que no estoy absuelto de críticas, porque si formaba parte de tantos sueños debí haber actuado no al 100% de cuidado, sino al 150%.
Estoy seguro que mi ejemplo cerrará un capítulo más y que lxs nuevxs, y no tan nuevxs combatientes, sabrán rescatar lo positivo de todo esto, porque la lucha continúa y existen demasiados corazones que no caben en este mundo autoritario y desean abrirse paso, porque lo hicimos en el pasado, sabremos hacerlo en el presente; en lo personal hago un buen balance de las luchas antiautoritarias en el mundo, una que otra baja, pero en general veo un buen pronóstico.
Pero tal como la lucha avanza, la represión también lo hará y mi caso será utilizado para reinaugurar el patético montaje caso bombas, por lo tanto hago la sugerencia a estar alertas, nunca a la inacción pero si a la cautela, porque mi autocrítica se puede aplicar para todxs, es la idea de compartirla; lo que digo tampoco lo digo a ciencia cierta, es una especulación, quizás no intenten mas montajes por temor a hacer el ridículo de nuevo, o quizás se tiren a la piscina excusados en que mi hecho está acreditado, por lo tanto el llamado es a estar bien despiertxs , con los cinco sentidos en la calle.
Para terminar quiero dedicarle unas últimas líneas a esa persona que andaba conmigo en la madrugada del 1 de Junio. Hermanitx, sé que mi accidente te debe hacer marcado, quizás cuantas noches sin dormir, en la incertidumbre de la cotidianeidad -¿sabrán que soy yo?, ¿se notará?, ¿habrá despertado al día siguiente o se habrá muerto en el sueño?, ¿me habrá delatado?. Recuerdo que una vez te dije que a pesar del profundo odio que siento ante el miserable que apuñaló a su compañera, igual creía entenderlo, porque debía estar en algo similar para ver si somos tan fuertes como decimos, porque siempre he creído que la delación es un enemigo interno. Ahora te puedo decir con certeza que ese tipejo ¡no tiene cojones!. También recuerdo que antes de salir a la calle esa noche, te dije que andaba sin mi cábala -algo totalmente sin sentido, algo que yo sentía que me daba suerte-, tú me dijiste que era un loco por creer en esas cosas, por suerte traía mi otro amuleto y quedé vivo, ahora podemos reírnos de esas leseras. Hermanx, quiero que sepas que a pesar de sin siquiera imaginar las malas pasadas que te juega la mente o tu corazón, yo sigo siendo el mismo tortuguita con olor a patas que duerme en el suelo y jamás voy a tener que reprocharte nada, porque esa noche me tocó a mi, igual como en jornadas pasadas te habrá tocado a ti, si algo pasaba la segunda persona huye, así lo teníamos acordado y así tenia que ser, porque aunque muchas veces te puedas sentir un/x traidor/x , no lo eres; en esta guerra que decidimos emprender faltaran las palabras para que nos entiendan. Quizás no te vuelva a ver nunca más, si es así, suerte en todo lo que venga.
Una vez lo dije y hoy lo repito con orgullo ¡Nunca derrotadxs, nunca arrepentidxs!. Desde aquí les mando un caluroso abrazo a la gente que anda clandestina.
¡Con el Mauri presente en la memoria!
¡Presxs en guerra a la calle!
¡Contra toda autoridad!
¡Caminando hacia la nada creadora!
Luciano Pitronello Sch.
- Preso Político Insurreccionalista.
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