Por: Miguel Angel
Hernández
Más allá del maratónico discurso que superó las 9 horas, de
las numerosas anécdotas y digresiones, o del show anticomunista de alguna
diputada de la MUD ,
la Memoria y
Cuenta presentada por el presidente Chávez es una joya política que retrata de
cuerpo entero el carácter procapitalista del actual gobierno. Este es el
verdadero contenido del discurso presidencial, más allá de las anécdotas que
dejó la alocución y del discurso seudosocialista gubernamental.
Los medios de comunicación se van por las ramas y se
enfrascan en los detalles, que si un discurso muy largo; que si el Presidente
se salió del protocolo; que la
Memoria y Cuenta no es un Aló Presidente; que se dedicó a
darle la palabra a los diputados de la oposición; que no dejó ver el juego de
beisbol, etc. Pero soslayan, interesadamente, lo realmente central de la
intervención de Chávez en la Asamblea Nacional.
Al principio decíamos que el discurso del Presidente fue una
“joya política”. Efectivamente, pero no por los logros de la Memoria o lo abultado de
las Cuentas, más bien por lo brutal del eje central de su alocución. El lomito
de la Memoria
y Cuenta quedó al descubierto con una frase proverbial del Presidente, en la
que pone en evidencia el verdadero carácter del actual gobierno y la naturaleza
burguesa de sus políticas económicas: “creo que todavía Hugo Chávez hace falta,
creo que a la misma derecha venezolana le conviene que Hugo Chávez sea el
presidente de Venezuela por un tiempo más; a la misma derecha, analicen bien y
sacarán sus propias conclusiones". Palabras textuales de Chávez.
Esta frase no llegó sola, si no acompañada de poses y gestos
que evidenciaban el claro interés del Presidente de congraciarse con los
diputados de la oposición.
Lo fundamental de la alocución presidencial en la Asamblea , a despecho de
las mentiras repetidas una y mil veces, de las lagunas, de las cifras
manipuladas y chucutas, fue el puente de plata que Chávez le tendió a los
grandes empresarios venezolanos, y a través de ellos y sus políticos, al
mismísimo imperialismo norteamericano. Vendiéndose como el garante de la
estabilidad y la paz nacional, siempre necesarias para que los negocios fluyan
sin contratiempos ni cortapisas.
Reivindicó el método Chaz y convocó en varias ocasiones a
los empresarios a trabajar en conjunto con el gobierno. Puso quizás el mejor
ejemplo que se podía colocar en el tapete, el de las enormes ganancias del
sector telecomunicaciones, favorecido precisamente por el nuevo presidente de la Asamblea Nacional ,
Diosdado Cabello, artífice de la
Ley de Telecomunicaciones que abrió el mercado del sector a
los capitales nacionales y transnacionales. Este sector tiene más de 30
trimestres creciendo vertiginosamente.
El Presidente incluso aplaudió a los capitalistas y les
pidió apoyo, y puso los recursos del Estado a su disposición. El método Chaz
mismo, pues. Se ufanó de pagar a los empresarios que vendieron la CANTV , los cuales incluso se
fueron “felices”, según el mismo Presidente. Curioso socialismo donde los
capitalistas cobran completo y terminan felices.
Bajó el volumen de su diatriba acostumbrada y le dijo a los
diputados que no era su enemigo, en todo caso, sólo su adversario político.
La intervención en la Asamblea fue una puesta en escena, cruzada por el
tema electoral. El presidente Chávez está consciente que por primera vez en 13
años existe una posibilidad cierta de ser derrotado en las elecciones
presidenciales del próximo 7 de octubre. Tiene muy claro que su gobierno se
desgasta en medio de promesas incumplidas, crisis y cambios cualitativos en el
seno del PSUV, y la conflictividad social que es respuesta a las políticas de
ajuste que el gobierno aplica en su afán de descargar la crisis en los hombros
de los trabajadores. De allí que su discurso tiende a edulcorarse, y coloca una
alfombra roja a la burguesía y a sus representantes en el parlamento,
presentándose como el mejor candidato para mantener la estabilidad política y
frenar la confrontación social, como llegó a afirmar en su alocución.
Además de presentarse como el mejor garante de los intereses
de los capitalistas nacionales y transnacionales, también intenta aproximarse a
los sectores de clase media del chavismo que se le han alejado en las más
recientes elecciones. Rechazando al comunismo y la guerrilla, diciendo que es
amigo del Presidente de Colombia y del rey de España, les tiende un puente
tratando de disputar por derecha aquellos votos perdidos que hicieron que su
caudal electoral descendiera de 7
a 5 millones.
Después de oír -y soportar estoicamente- la larga perorata
presidencial, no nos puede quedar duda de para quién gobierna Chávez,
independientemente de sus poses “socialistas” y dizque revolucionarias. Si bien
se apoya en algunos sectores como el financiero, telecomunicaciones y los
importadores, y presiona a otros para que se sometan a sus directrices
políticas, Chávez gobierna para el conjunto de la burguesía, y con ello –como
él mismo afirmó- es el garante del mantenimiento del capitalismo en nuestro
país. Ese fue el mensaje que envió, y su destinatario, sin ninguna duda, lo
recibió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.