Boletín
Informativo CORREPI [Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional]
A pocas
semanas de que la presidenta anunciara su plan de emergencia económica y ajuste
dirigido al “endeudamiento de las provincias”, ya se empiezan a hacer visibles
los conflictos que genera el plan económico que se decide a implementar el
gobierno.
A sólo una
semana de estos anuncios, fue noticia cómo se reprimía en Río Gallegos a los
estatales por protestar contra un paquete de medidas de ajuste que atentan
contra el empleo, las condiciones laborales y el salario.
Luego, se anunciaron los despidos de, por lo menos, 4.000 empleados públicos en la provincia de Río Negro.
Pocos días después, en Trelew, una protesta de camioneros contra el despido de 170 trabajadores, por parte de la empresa de gas Camuzzi, fue reprimida por la policía, en cumplimiento de una orden judicial de desalojo. La represión, que concluyó con veinte trabajadores heridos, fue realizada por la Comisaría 2ª.
Al parecer, tan desprolijo fue el accionar de la policía y sumado a que se trataba de trabajadores agremiados al sindicato de Moyano, que el gobernador puso en disponibilidad al jefe del operativo, comisario Juan Carlos Contreras, por actuar con “demasiado celo” ante la orden de la justicia. Claramente la actitud no fue la misma ante la represión de los trabajadores estatales en Santa Cruz, dos semanas atrás.
Al margen de las internas en el partido de gobierno, lo cierto es que hay una política de ajuste real que provoca la reacción de los sectores de trabajadores que ven pesar sobre sus espaldas la crisis económica.
Acompañando estas medidas, que no son más que la implementación del plan económico nacional, desde el gobierno llaman a los gremios a “actuar con racionalidad” y callarse la boca o, de lo contrario, vendrán los palos para los menos obsecuentes e indisciplinados.
Así, mientras el ajuste va golpeando a los trabajadores en los distintos puntos del país, los funcionarios acercan planes de negociación a los sindicatos que prevén un congelamiento de las paritarias cerrando con un aumento del 18%, cifra muy por debajo de las necesidades, si se mira la inflación y la falta de reacomodamiento del salario al menos en el último año.
Parte del
plan, además, es cerrar una canasta básica acordada con los gremios y las
empresas de acuerdo a las cifras del INDEC. Lo que es bastante desalentador ya
que parte de esas cifras oficiales desprendidas de la “encuesta anual de
hogares”, contempla la situación de que un cuarto de la población, el 11,3% de
las personas, viven con $27 por día. ¿Esta será la canasta de subsistencia que
propondrán para los trabajadores?
Claramente, las condiciones a las que quieren someter al pueblo trabajador para garantizar las ganancias de los empresarios, no serán aceptadas por quienes se disponen a defender sus condiciones de dignidad y su trabajo.
Será tarea entonces, seguir enfrentando con la lucha el ajuste y la represión.
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