Margarita
López Maya
Febrero
de 2011
La República Bolivariana de Venezuela se encamina hacia una importante encrucijada
en 2012. Sumida en una larga y profunda polarización política, que en años
recientes converge con significativos desajustes económicos, sociales y
ambientales, para ese año las fuerzas políticas antagónicas volverán a
confrontarse en unas elecciones presidenciales, donde el presidente Chávez se
presentará a la competencia una vez más. Pese a su aún importante popularidad, asentada
en un exitoso populismo de izquierda, hoy el contexto venezolano pareciera
indicar que Chávez no las tiene todas consigo. En esta ponencia se revisan
características y data reciente del contexto general de Venezuela, así como un análisis de la coyuntura política que
se derivó del proceso electoral realizado el pasado 26 de septiembre, para
poner de relieve algunas tendencias políticas que incidirán en los próximos
procesos eleccionarios.
1.
Características
del escenario general: populismo, rentismo y transición al socialismo del siglo
XXI
Las elecciones presidenciales de 2012, se verán influidas por un
contexto político, económico, institucional, social e internacional muy
complejo, pero donde algunos factores que las condicionarán están ya presentes.
En lo político, las relaciones entre la
sociedad y el gobierno vienen pautándose en clave populista desde el inicio del
primer gobierno de Chávez. Es en ese contexto donde debemos evaluar otros desarrollos político-institucionales
más recientes, como el peso de las fuerzas de la oposición reunidas ahora en lo
que se conoce como la Mesa de la Unidad (MUD), y las limitaciones impuestas
tanto por nuevas leyes que conforman el marco institucional emergente de “socialismo
del siglo XXI”, como por las prácticas intimidatorias constantes del gobierno.
En lo económico, Venezuela mantiene su perfil de economía capitalista
rentista, y se encuentra en la actualidad inserta en un contexto económico
mundial con importantes incertidumbres. Éstas, si bien no presagian catástrofes
para la economía nacional a corto plazo, sí auguran inestabilidad y
dificultades. En lo social institucional, encontramos el avance conceptual y
jurídico de los llamados consejos comunales y las comunas, para ir
estableciendo un poder popular, base de un Estado
comunal. También son importantes de revisar las trayectorias de políticas
distributivas como las misiones, que han
venido ofreciendo importantes oportunidades de acceso a recursos públicos para
sectores con exclusión social y/o necesidades materiales, y los indicadores
socioeconómicos generales así como la magnitud de la protesta popular. Para
completar la caracterización del momento actual y sus tendencias, es necesario
plantear consideraciones sobre el rol que pudiera jugar el ámbito internacional
y las políticas que en ese campo desarrolla el chavismo antes de 2012.
A.
Lo político: Populismo ¿socialista?
Las tendencias políticas de los próximos años en Venezuela se mantienen
dentro del marco populista, que ha sido la forma determinante de las relaciones
entre la sociedad y el gobierno desde que Chávez llegara al poder. Por
populismo entendemos aquí, siguiendo a autores recientes, una forma de hacer
política, que emerge en sociedades con sectores o actores que impulsan aspiraciones
de inclusión social, siendo su eje definitorio un discurso dicotómico de gran
valor movilizador, que construye sujetos políticos antagónicos e
irreconciliables: el pueblo y la oligarquía (De la Torre, 2000). El
populismo puede considerarse una forma de democracia directa, que privilegia el
vínculo identitario entre líder y bases y rechaza las formas mediadas de la
política (Peruzzotti, 2009). Así mismo, tiende a prescindir de instituciones de
representación, concentrándose en la movilización tras el líder como el
instrumento político por antonomasia, con lo que terminan creando profundos
déficits de democracia en la sociedad donde se asienta (Ibíd.). Según Laclau
(2005), este enfoque no entraña una caracterización ideológica: lo fundamental
es la forma de construcción del sujeto político pueblo mediante el discurso
dicotómico. Un populismo de izquierda
(no necesariamente socialista) ha sido identificado con programas y políticas
que priorizan la búsqueda de igualdad e inclusión social, y por una forma de organizar
y movilizar a sus bases desde una dinámica direccionada “desde arriba”
(Levitsky y Roberts, inédito).
El presidente Chávez, puede ser hoy considerado una figura emblemática
del populismo latinoamericano. Desde su irrupción en la política venezolana, ha
privilegiado la relación directa entre líder y masas a través de una diversidad
de mecanismos. Aquí resaltaremos tres, por su mayor estructuración, permanencia
e impacto en el futuro próximo. Estos mecanismos explican de manera importante
el emotivo y sólido apoyo popular del que aún goza el Presidente, sus partidos
y sus propuestas pese a doce años en el poder[1].
La campaña permanente
En los once años que lleva Chávez como Presidente, se han realizado
quince procesos electorales, que tienen poco que ver con el significado que
éstos tienen en democracias representativas tradicionales. En todos ellos, bien
sean nacionales, regionales, locales o referendos, Chávez ha sido la figura
principal, bien porque se ha relegitimado en el cargo -como en el 2000 y en la
reelección de 2006- o porque su liderazgo ha servido como portaviones para los miembros de su elite política. En el caso de
los referendos (2000, 2007 y 2009), en todos ha operado la lógica de votar a
favor o en contra de Chávez. Así, se ha operado una relegitimación permanente
del líder, donde los partidos han sido apenas una parte de la plataforma que
moviliza a las bases. Desde 2006, en su segundo mandato, la tendencia a la
personalización que la lógica plebiscitaria ha ido imponiendo se ha exacerbado.
Esta dinámica convierte a Chávez en un Presidente en permanente campaña
política en la cual los partidos y otras mediaciones juegan un papel
secundario. El carácter plebiscitario de la Presidencia, moldeado por esta
campaña permanente, ha debilitado toda mediación institucional entre Estado y
sociedad, y ha erosionado la capacidad de otros poderes públicos y/o de la
sociedad organizada para ejercer contraloría sobre el Presidente.
El Estado comunicador
Los medios de comunicación oficialistas han sido otra vía privilegiada
para la comunicación entre el líder y las masas, intrínsecamente vinculado con
la estrategia plebiscitaria. Luego del paro petrolero de diciembre de 2002 –que
se prologó hasta febrero de 2013- fue tomando cuerpo una política estatal
comunicacional, que ha sido conocida como del Estado comunicador (Bisbal 2009), donde la centralidad de Chávez se
reforzó, girando todo el andamiaje de propaganda oficial en torno de las
cadenas presidenciales de televisión y radio, y el programa dominical Aló
Presidente. Se calcula que en los primeros diez años de gobierno, las cadenas
presidenciales alcanzaron el equivalente a 1.038 horas de transmisión, es decir
unos 43 días. El promedio para Aló Presidente hasta junio de 2008, fue de 4
horas, 21 minutos, subiendo a 6,22 horas a partir de 2006 (Oropeza, 2009).
Esta estructura o plataforma comunicacional creada por el gobierno gira
sobre los propósitos de enfrentar al enemigo
-tanto interno como externo- y a la vez irradiar, a través de la cultura de
masas, los valores y orientaciones del proceso político-ideológico de su
proyecto. Cuenta con Venezolana de Televisión (VTV), canal de televisión
bandera del Estado venezolano, que ha modernizado y expandido su señal hasta
tener cobertura en todo el territorio nacional, además de Vive TV, Ávila TV y
Telesur. Ésta última fue concebida en 2005 como canal de varios Estados
latinoamericanos (Argentina, Cuba y Uruguay), pero ha terminado por ser otro
canal del gobierno venezolano, pues gracias a los petrodólares, Venezuela lo
financia casi íntegramente y lo usa a los propósitos de posicionar el liderazgo
de Chávez en la región. Además está la red radial estatal, donde Radio Nacional
de Venezuela (RNV), funge como el centro de un conglomerado de estaciones que
transmiten el Aló Presidente, así como información y propaganda oficial que
llega a toda la geografía urbana y rural del país. Adicionalmente, cuenta con la
Agencia Venezolana de Noticias (AVN), que tiene corresponsalías en Brasil,
Argentina, EEUU, España y Colombia, y varios periódicos. Toda esta plataforma
se ve reforzada por el impulso y financiamiento que el gobierno ha dado a
numerosas radios comunitarias, muchas de las cuales apoyan las políticas del
Presidente, y se movilizan en coyunturas electorales (Bisbal, 2006, Fernandes, 2007).
La expansión del aparato propagandístico oficialista se combina con un
creciente control gubernamental de la actividad de los medios privados de
comunicación. Mediante varias normativas, el gobierno se dotó de recursos a los
que puede acudir en caso de necesitar debilitar medios que considera contrario
a sus intereses. Estas normativas, si bien tienen aportes importantes para
regular este cuarto poder, también
mantienen ambigüedades que pueden ser objeto de interpretaciones de acuerdo a
la ocasión. Con la pérdida de autonomía de los poderes públicos, en particular
el Judicial, sirven para controlar o castigar a dueños de medios o periodistas
que el Presidente considere adversos[2].
El gobierno acude también a otros recursos intimidatorios. Se señalan entre
éstos: sanciones tributarias, confiscación de equipos, retiro de publicidad del
Estado, uso abusivo de las cadenas que representan cuantiosas pérdidas para los
medios privados, retiro de concesiones al espacio radioeléctrico, etc. (Bisbal,
2009).
Gracias a esta estrategia, el Presidente es una figura cotidiana en la
vida de todos los venezolanos. Sus seguidores lo ven permanentemente, se
sienten en contacto con él y se perciben participando de su gestión de
gobierno. A través de los medios Chávez avanza su agenda y al mismo tiempo
estigmatiza y obstaculiza cualquier iniciativa que se le opone.
Las
redes populares para la organización, participación, distribución de recursos y
movilización electoral
La construcción de un vasto tejido organizativo político-social para la
movilización frecuente, impulsado desde el gobierno y centrado en la figura de
Chávez es el tercer mecanismo clave en la vinculación del Presidente con sus
bases. Estas redes se han desarrollado desde el primer gobierno, pues ha sido
una preocupación central del chavismo encontrar alternativas a las formas de
representación convencionales del modelo
liberal. En el segundo mandato, las tendencias de sujeción y cooptación de
redes al Ejecutivo Nacional se intensificaron. Así mismo, desde 2007, el
Presidente impulsó la disolución de todos los partidos de la alianza
gubernamental para integrarlos en un sólo partido, el Partido Socialista de
Venezuela (PSUV), sobre el cual ejerce fuerte control. Este partido es hoy el
mayor y más importante del país, siendo los aliados que aún se mantienen por
fuera, electoral y políticamente irrelevantes. Desde 2006, bajo la figura de
los consejos comunales, y más
recientemente con la creación de comunas,
se viene adelantando también la uniformización del tejido social popular y su
adscripción al Estado, o más precisamente al Presidente. Este tejido sirve como
brazo gestor de políticas públicas, canal de distribución de recursos fiscales
e instrumento para movilización electoral a favor del Presidente (ver López
Maya, 2010).
La transición al régimen “socialista”
El
proceso de transformación institucional que tuvo lugar a inicios del primer gobierno
de Chávez, dirigido a reestructurar al aparato estatal conforme a los
principios y fundamentos de un régimen de democracia participativa y protagónica que se asentó en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV), sufrió a fines de ese período y en el segundo
gobierno de Chávez un viraje significativo. Desde entonces, el Presidente
avanza un proyecto político distinto, que ha llamado socialismo del siglo XXI.
Desde 2005, el Presidente anunció su abandono de una transformación societal
dentro de los parámetros del capitalismo y la democracia liberal. El nuevo proyecto político fue anunciado
en el discurso de la campaña presidencial de 2006, y luego fue sistematizado en
la propuesta de reforma constitucional de 2007, que fue rechazada por los
ciudadanos en referendo popular. El proyecto, sin embargo, ha continuado desarrollándose,
orientado por el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 ó
Primer Plan Socialista.
Este proyecto político “socialista”, ha sido difundido como una radicalización
del proyecto participativo protagónico. En realidad es un proyecto distinto del
aprobado en la CRBV, pues propende al declive de todas las instituciones de la
democracia liberal (separación y autonomía de poderes, pluralidad y alternancia
política, participación de los ciudadanos en decisiones políticas, sufragio
universal, directo y secreto), lo que no estuvo planteado ni en la Asamblea
Constituyente de 1999, ni en el texto constitucional. El nuevo proyecto apunta
a una casi absoluta concentración de poder político en las manos del Presidente
Chávez.
Por ejemplo, el nuevo marco
jurídico implica la construcción de un Poder
Popular, un poder que no existe en la CRBV, entendido como un conjunto de
instancias a partir de donde surgirá el Estado
Comunal del modelo socialista chavista . El Poder Popular según las nuevas
leyes, no surge de elecciones universales, directas ni secretas, sino de
decisiones y votaciones tomadas en asambleas, y articula un conjunto de
organizaciones sociales y políticas cuyos fines son asignados a priori y están orientados por la
construcción en Venezuela de una sociedad socialista
(ver entre otros, Ley Orgánica de los Consejos Comunales de 2009, la Ley
Orgánica del Consejo Federal de Gobierno de 2010, la Ley Orgánica del Poder
Popular de 2010 y Ley Orgánica de las Comunas de 2010)[3].
En la Ley Orgánica del Poder Popular y en la ley Orgánica de Las Comunas, el
Estado sólo reconoce como soberanas a las formas organizativas comunitarias consideradas
por él como socialistas, y les da prioridad en la transferencia de gestión de
servicios públicos y en la asignación de recursos, erosionando así la organización
político-administrativa de la CRBV, cuya orientación descentralizadora corre
por los cauces de las entidades federales, los municipios y las parroquias,
entes descentralizados del poder regional y local del Estado constitucional.
Estos entes, designan sus autoridades por sufragio universal, directo y secreto
y por tanto no están subordinadas al Presidente de la Republica.
En el nuevo esquema del Poder Popular, los consejos comunales, las
comunas y las ciudades comunales serían las unidades político administrativas
privilegiadas en una planificación que vuelve a ser fuertemente centralizada
(ver reforma a la Ley Orgánica de Planificación Pública y la reforma a la Ley
de Consejos Locales de Planificación Pública ambas de 2010, entre otros).
La transición a este nuevo modelo de régimen político y Estado, ha
venido acompañada por tendencias crecientes por parte del gobierno de cercenar
derechos civiles y políticos, bien echando mano de la intimidación y/o
represión, o bien modificando normativas para criminalizar cualquier forma de
disidencia u oposición política. En algunos casos, esto ha significado
retrocesos con relación a avances obtenidos durante el proyecto de democracia
participativa.
Lo ocurrido con el derecho a la manifestación pacífica es muy claro.
Según data de los informes anuales de PROVEA (diversos años), el número de
manifestaciones pacíficas reprimidas durante el segundo gobierno de CAP fue de
1 de cada 3 y durante el de Caldera 1 de cada 6. La situación era, y había sido
así durante todos los años de democracia representativa, de criminalizar a la
gente que ejercía ese derecho. La situación mejoró notablemente durante los
primeros cinco años de gobierno de Chávez. De 1 da cada 6, se pasó primero a 1
de cada 28 en el período 2000-2001, llegando a 1 de cada 79 en 2004-05. A
partir de entonces la situación ha venido revirtiéndose, registrándose el año
pasado una protesta reprimida por cada 22 y en el período anterior 1 de cada
16. A esto hay que añadir la criminalización de quienes protestan, un proceso
visible desde 2004, siendo imputados por la Fiscalía General de la República de
delitos tipificados por el Código Civil y otras leyes, como obstaculización de
vías, agavillamiento, daños a bienes del Estado, instigación a delinquir,
resistencia a la autoridad, daños y hurtos a locales comerciales. PROVEA
calcula que más de 2.200 personas han sido sometidos a procesos penales por el
derecho de manifestar en forma pacífica (PROVEA, 2009). Un caso emblemático de
la criminalización de la protesta en general es la prisión por más de un año
del sindicalista de Ferrominera, Rubén González, por liderar una huelga obrera.
González fue finalmente liberado, luego de una huelga de hambre promovida por
como protesta por el movimiento estudiantil.
Otro caso es la reducción extrema del derecho a la representación
proporcional que había sido una conquista del pueblo venezolano desde 1947, y
que está presente en la constitución de aquel año, en la de 1961 y de nuevo en
la de 1999. Con la aprobación por la AN de la Ley Orgánica de Procesos
Electorales en 2009, las minorías quedan prácticamente excluidas de los cuerpos
deliberantes. Otros derechos civiles debilitados hoy son por ejemplo, el de
acceso a la información pública y el de expresión y los derechos políticos
ejercidos a través de organizaciones, que el gobierno, sirviéndose de
definiciones confusas, puede tildar de desestabilizadoras por el sólo hecho de
recibir financiamiento internacional (ver Ley de la Soberanía Política y
Autodefensa Nacional de 2010).
Lo económico: El rentismo
El proceso llamado de transformación
socialista del Estado trancurre en un contexto económico interno signado desde
hace cuatro años por una pérdida de dinamismo de la economía. En los últimos
dos años se tornó en recesión, que se reflejó en un PIB negativo (-3,3% en 2009
y -1,9% en 2010), una inflación de dos dígitos (25,1% en 2009, 26,4% en 2010)[4],
un sistema de control de divisas rígido y engorroso, y dos devaluaciones del
bolívar fuerte en 2010, entre otros desajustes importantes (BCV, 2011). La
recesión tiene en la falta por parte del gobierno de un modelo económico que
trascienda la lógica rentista, su principal causa estructural. El rentismo condiciona
las políticas económicas y sociales del país desde hace casi un siglo, y
produce caídas abruptas de la economía, cuando se produce un contexto
internacional de inestabilidad de los precios del barril petrolero como a
finales de 2008 y 2009[5].
Pese al discurso oficial y los lineamientos en materia
económica del Primer Plan Socialista, que asegura estar creando un nuevo modelo productivo socialista, la
vulnerabilidad de la economía a los vaivenes de los precios petroleros en el
mercado internacional sigue intacta. Por ello, es apropiado caracterizar la
economía actual como de socialismo
rentista (López Maya y L. E. Lander, 2010)[6].
Más aún, las perversiones que introduce la lógica rentista –excesiva regulación
a la economía, ineficiencias y corrupción-
se han exacerbado en los últimos dos años dentro de la lógica estatista
que orienta al gobierno, expresándose en estatizaciones masivas a empresas
privadas y expropiaciones de tierras tanto ociosas como productivas, que han
pasado principalmente a manos estatales, muchas de las cuales están ahora
estancadas en su producción, y algunas en franca bancarrota (como Alcasa y la
Siderúrgica del Orinoco, Sidor). Las expropiaciones masivas de tierras, y las
inversiones públicas cuantiosas al agro
en los años de bonanza, no han dado frutos satisfactorios, pues salvo casos
puntuales de algunos cereales, la economía revela caída de la producción
agrícola, con un consecuente aumento de las importaciones de alimentos. La
población rural, además, sigue disminuyendo, el aporte de formas productivas
endógenes al PIB es irrelevante, contradiciendo los objetivos trazados por el Primer
Plan Socialista, y evidenciando el fracaso de la llamada de revolución agraria (Hernández, 2010,
López Maya y Lander, 2010).
En otra dirección, los casos de corrupción proliferan
al amparo de la ausencia de contrapesos al Ejecutivo Nacional en el resto de
los poderes públicos. Casos como la intervención de siete bancos realizada por
el gobierno a fines de 2009, donde fueron detenidos y acusados por corrupción
banqueros muy vinculados al alto gobierno; el descubrimiento de más de dos mil
contenedores de Pdval, contentivos de más de 130.000 toneladas de alimentos, que
se dejaron dañar en los almacenes de las aduanas, y la intervención de
dieciseis casas de bolsa de valores en 2010, son casos paradigmáticos, aunque
de ninguna manera únicos[7].
Así mismo, Petróleos de Venezuela SA
(Pdvsa), también viene reflejando una baja de su producción y exportación de
petróleo, dificultades en su flujo de caja y creciente endeudamiento externo.
El gobierno ha reconocido que la baja de la producción de derivados se debe a
paradas de las refinerías, imprevistas o planificadas. Otras fuentes atribuyen la
disminución de la producción a la diversificación de Pdvsa hacia actividades
sociales y económicas distintas a la petrolera, falta de inversión, pobreza en
la gestión, aumento de la burocracia y desvío de gasolina, que antes estaba
destinada a la exportación al mercado interno, para responder a una demanda
creciente y a las dificultades que confronta la energía hidroeléctrica[8].
Gestión pública e indicadores socioeeconómicos
Constituye parte intrínseca del
populismo venezolano y su lógica rentista, una gestión pública plagada de
debilidades, inconstancias y déficits, que privilegia la lealtad partidista a
valores como la honestidad y los méritos profesionales, desprecia criterios de
competividad y productividad, y no hace seguimiento ni evaluación de las
políticas públicas que impulsa. Luego de once años en el poder –que
coincidieron entre 2004 y 2008 con una descomunal bonanza petrolera- en el
actual contexto de la economía, los defectos se han hecho inocultables y
difíciles de superar en el corto plazo. Han reducido los recursos disponibles
para políticas sociales como las misiones, y han intensificado los
incumplimientos del gobierno en el pago de compromisos laborales, debilitando
la popularidad del Presidente. La superación de estas tendencias negativas
constituye el desafío más importante que tiene Chávez en sus aspiraciones de
reelegirse y legitimar su proyecto político en el 2012.
Entre los problemas de gestión con más impacto político
se señalan:
-
Algunas
misiones sociales padecen inestabilidad en sus recursos o éstos se han reducido
drásticamente. Misión Barrio Adentro, por ejemplo, ha tenido un desempeño
inestable, y luego de caídas en la prestación del servicio, ha sido relanzada
varias veces por Chávez desde su programa Aló Presidente[9].
Misión Ribas ha visto disminuir los recursos que le aportaba Pdvsa (Castillo,
2008). Otras misiones como Sucre, Milagro, Guaicaipuro, etc. salieron del
presupuesto nacional en 2009, por la penuria fiscal, pasando a depender de
ingresos extraordinarios (Figueroa, 2009; López Maya y L.E.Lander, 2010).
-
En
servicios eléctricos. La falta de planificación e inversiones de mediano y
largo aliento en el sector eléctrico, al combinarse en 2009 con una estación
seca particularmente aguda, reveló una crisis eléctrica en todo el país urbano,
afectando también el acceso a agua potable. Si bien las copiosas lluvias
posteriores disminuyeron el problema, su solución definitiva no es inmediata y
de hecho en las semanas recientes (mayo-junio de 2011) se ha vuelto a agudizar
el problema, ahora en un contexto de lluvias abundantes [10].
-
El
déficit de viviendas, una situación endémica que alcanza a fines de 2010 niveles
de crisis, al combinarse el fracaso de las políticas del gobierno en esta
materia con los daños causados por la estación lluviosa de 2010 en los barrios
urbanos. En diciembre, las intensas lluvias y los deslaves en las colinas dejaron
en la calle a miles de familias, que ahora se encuentran en refugios, muchos
totalmente improvisados y con severos déficits para proporcionarles niveles
mínimos de dignidad.
-
Infraestructura
y transporte insuficientes y deteriorados. La falta de planificación e
inversiones ha deteriorado severamente servicios como el Metro de Caracas,
sucitando fuertes protestas. En noviembre 2010, una protesta espontánea en la
estación Propatria del Metro de Caracas, fue reprimida de manera desproporcionada
por el gobierno, empeorando la percepción de la gente común hacia el desempeño
gubernamental[11].
-
Desabastecimientos
de alimentos y alto costo de los mismos. Es el resultado de la inflación, las
fallas de las políticas agroalimentarias, y los procesos de expropiación y
estatización de tierras e industrias agroalimentarias (PROVEA, 2010). Aunque
gobierno y sector privado disienten en sus cifras, se calcula que en Venezuela
actualmente se importa cerca del 70% de los alimentos (Fedeagro en PROVEA,
2010: 59).
-
La
inoperancia de los servicios de seguridad ciudadana. Una combinación de
factores, entre los que destaca una muy alta impunidad, crisis institucional y
policial, y tráfico de drogas, ha llevado al país a ostentar niveles de
violencia e inseguridad, de las más altas de América Latina y el mundo (Briceño
León et al., 2009, Observatorio Venezolano de la Violencia, 2011). El gobierno nacional no proporciona cifras
oficiales, pero de acuerdo al informe anual de
Provea, la tasa de homicidios por 100.000 habitantes en el año 2008 fue de 52,
habiendo sido el año anterior de 48. En 2009 la tasa de homicidios se elevó a
60 por cien mil habitantes (Mármol García en El Impulso, 2010). Un estudio de
la organización civil mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la
Justicia Penal (2011), informó que la tasa de homicidios de Caracas en 2010 fue
de 118,6 por cada 100.000 habitantes haciéndola la cuarta urbe más peligrosa
del mundo después de Ciudad Juárez en México; Kandahar en Afganistán y San
Pedro Sula en Honduras[12].
La combinación de dificultades económicas y fiscales,
con ineficiencias de gestión, potencian malestares en la sociedad. Algunos
indicadores socioeconómicos refuerzan la tendencia. Según el Instituto Nacional
de Estadística (INE), la tasa de desocupación ha venido subiendo (INE, 2011).
En 2008 se ubicó en 7,4 pasando en 2009 a 7,9% y ubicándose en el primer
semestre de 2010 en 8,8%. Pese a estos datos recesivos, los indicadores de pobreza
siguen, según la misma fuente, con tendencia a la baja. En 2008, el número de
familias en situación de pobreza fue de 27,5%, mientras para 2009 bajó a 24,5%
(INE, 2010). Igual tendencia sostienen para el coeficiente de Gini (PNUD,
2010). Otras fuentes señalan que si bien la pobreza disminuye, no ocurre una
movilización social importante, las clases medias en Venezuela, en contraste
con Brasil, no han crecido significativamente en años recientes (Paramio, 2010)
Este conjunto de desarrollos viene abonando un creciente malestar
social, que donde mejor se expresa es en la data de un sostenido aumento de la
protesta de calle en estos años. Dicha protesta es, además, motivada
fundamentalmente por la percepción del deterioro que la gente percibe en sus
condiciones de vida, constituyendo las protestas por derechos económicas,
sociales y culturales las predominantes (ver PROVEA, 2009 y 2010). Para el
período octubre 2008- septiembre 2009, se registraron 2.893 protestas, un
aumento del 64% con relación al período anterior. En el período siguiente, la
cifra llegó a 3.315 protestas, casi 25% más que el año anterior. Estos dos años
han sido los de mayores protestas en los once años de la administración de Chávez.
Lo internacional: Hitos subregionales e internacionales
En los años recientes también ha cambiado el entorno
regional y mundial que durante el ciclo de bonanza petrolera sirvió al
Presidente para proyectarse como líder internacional. El Presidente ha venido
promoviendo desde su primer gobierno un orden mundial alternativo de concepción
multipolar, pero que en el discurso de los años de bonanza fue más bien
antiimperialista y polarizadora. Este proyecto se ha debilitado en virtud de
las penurias fiscales y políticas que viene confrontando el gobierno, además de
algunos desarrollos internacionales recientes:
-
El presidente Chávez
perdió a contrincantes privilegiados polarizadores en el ámbito internacional
con el cambio de gobierno en EEUU en 2009 y Colombia en 2010. Tanto Barack
Obama como Juan Manuel Santos han rehuido caer en el discurso ofensivo que
caracterizó las relaciones presidenciales previas, lo que junto con el hecho
real de la enorme dependencia y/o interdependencia comercial de Venezuela con
estos dos países, se viene manifestando en un clima de mayor convivencia,
aunque las tensiones se mantengan y reflotan de tiempo en tiempo.
-
La diplomacia de
los petrodólares de los años de bonanza no parece ahora sostenible. Son cientos
los convenios de cooperación que se encuentran estancados, y muchas ofertas
venezolanas de apoyo a países de la región se han disminuido o pospuesto, con
detrimento de los apoyos políticos que por ello se recibían (López Maya, y L.E.
Lander, 2010). Sin embargo, con los aliados de la ALBA los vínculos y apoyos
materiales que da Venezuela siguen siendo importantes.
-
La relevancia
económica y política que ha adquirido Brasil como líder de la América del Sur y
potencial potencia mundial, debilita el protagonismo al que aspiró Venezuela en
instancias subregionales como Unasur.
-
Reveses
diplomáticos como el acaecido en 2009, cuando en torno al golpe de Estado de
Honduras, Chávez buscó protagonismo en Centroamérica, sin lograr reponer al
presidente Zelaya, y ataques como los que Chávez ha propinado a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y a la OEA debilitan su imagen en tiempos en
los cuales se está sucediendo una reorganización en América Latina que no
favorece la política beligerante que caracteriza al presidente de Venezuela
(noticias24, 26-2-2010).
La coyuntura política de fines de 2010:
elecciones parlamentarias, deslaves y paquetazo
socialista
Sobre este complejo escenario tiene lugar la coyuntura política de
septiembre 2010 a enero de 2011. A continuación describimos brevemente lo que
consideramos sus características y episodios más significativos.
La coyuntura fue abierta por el proceso electoral de 26 de septiembre
para diputados a la Asamblea Nacional, las cuales enmarcadas en unas condiciones
político institucionales que daban importantes ventajas al gobierno, tuvieron
como resultado la obtención de 98 diputados para el gobierno, 65 para la MUD y
2 para el partido Patria Para Todos (CNE, 2010). La votación a favor de los
candidatos chavistas fue superada por la votación de los candidatos no
chavistas. Los primeros sumaron 5.451.422 votos mientras los segundos 5.757.479. Estos números significaron una
pérdida por parte de las fuerzas gubernamentales de las mayorías calificadas
del parlamento para el próximo período legislativo 2011-2015. Pese a que el
Presidente y su partido obtuvieron el control de la mayoría absoluta de
diputados, dada la dinámica plebiscitaria que signó este proceso, como ha
sucedido en todos los quince realizados en la era de Chávez, la no obtención de
dichas mayorías calificadas, ni mayoría de votos fue interpretada por el
Presidente –como por algunos analistas- como una derrota política[13].
Conocido los resultados, Chávez no se asomó, como estaba previsto, al balcón del pueblo, no dio declaraciones
públicas, ni asistió a las celebraciones programadas esa noche por su partido.
Pasar de una situación de control total de la AN a otra con sólo la
mayoría absoluta, pareció ser inaceptable para un gobierno que en los últimos
cinco años había gobernado sin contrapesos, ni espacios plurales de
deliberación. En diciembre, aprovechando una situación de emergencia nacional
ocasionada por intensas lluvias y deslaves se desenvuelve un segundo episodio
dentro de la coyuntura. La vaguada ocurrida en toda la zona costero-montañosa
del norte del país, que dejó un saldo oficial de 40 muertos y alrededor de
130.000 personas sin vivienda, fue el argumento del Presidente para solicitarle
a una AN a punto de terminar su mandato, que le confiriera facultades
extraordinarias para legislar por decreto por un año[14].
La Ley Habilitante –como constitucionalmente se denomina la ley que delega
facultades legislativas al Ejecutivo- fue inmediatamente aprobada por la AN,
que aumentó el tiempo de su vigencia a dieciocho meses, y delegó al Ejecutivo
facultad para aprobar leyes en nueve materias de gobierno, redactadas de manera
amplia a fin de poder ir más allá de enfrentar la urgencia puntual argumentada[15].
De hecho, en unas declaraciones del vicepresidente Elías Jaua se reconoce: “La
solicitud la ha hecho el presidente …con la finalidad de dar el cuerpo de leyes
necesarias para atender una profunda crisis, sustentada sobre todo en las
causas estructurales que aún mantienen a la población venezolana en una
situación de pobreza” (Noticias24, 15-12-10). Adicionalmente, estos diputados
con su período a escasos días de vencer, se declararon en sesión permanente,
aprobaron convocar inmediatamente a sesiones extraordinarias, para
simultáneamente aprobar también un sorpresivo paquete de diecinueve leyes,
cuyos contenidos avanzan en la construcción de un nuevo Estado, el Estado
Comunal, con un ordenamiento territorial y un poder público, el poder popular,
que se sobreponen y debilitan a las instituciones liberales contempladas por la
CRBV (Reyna y D´Elía, 2010).
La dudosa legalidad del procedimiento utilizado para aprobar estas
leyes, que pasaron por alto la obligación de consulta que exige la CRBV, y que
contienen cambios en los principios y fundamentos constitucionales, desató en
el país denuncias, protestas y movilizaciones, entre otros, del movimiento
estudiantil y universitario. Los partidos de oposición, coordinados por la Mesa
de Unidad Democrática (MUD) enviaron a la OEA una carta denunciando la
violación por parte del gobierno de Chávez de la Carta Democrática, por
considerar que la Habilitante otorgada al Presidente por año y medio, aprobada
por una AN, cuyos diputados cesaban sus funciones unos pocos días después,
tenía visos inconstitucionales (El Universal, 18-12-10).
En esas últimas semanas del año 2010, el gobierno también procedió a la
toma provisional e inconsulta de hoteles, terrenos y fundos agrícolas para
poder alojar y atender a las familias damnificadas[16].
El Presidente anunció así mismo, una pronta modificación de la cota del Parque
Nacional El Ávila de Caracas, para levantar la prohibición de construir
viviendas. Como es usual por el gobierno, las medidas fueran poco consultadas y
en los casos de entidades regionales en manos de partidos de oposición, como
Miranda y Zulia, donde los daños ocasionados por las lluvias fueron muy severos,
el Ejecutivo actuaba sin informar ni coordinar acciones con autoridades
regionales o municipales (ver, entre otros, Tal Cual, 7-12-2010).
Estos desarrollos crearon una situación de intenso malestar en sectores
sociales y políticos adversos al gobierno, pero aparentemente también, aunque
menos visible, en organizaciones sociales chavistas, y personalidades del
chavismo. Esto fue particularmente significativo en el caso de dirigentes
chavistas vinculados a la vida universitaria, que no habían sido consultados
por la ley aprobada para ese sector, y contribuyó a que Chávez no promulgara la
Ley Orgánica de Educación Universitaria. Este hecho político y otros eventos,
como las declaraciones en enero de 2011 del secretario general de la OEA, Miguel
Insulsa, manifestando su opinión de que la Ley Habilitante aprobada era
contraria a la Carta Democrática; y el mensaje de Memoria y Cuenta del Presidente
presentada el 15 de enero ante la recién inaugurada AN, parecen cerrar la coyuntura,
enviando signos de una situación fluida, que refuerza las incertidumbres del
contexto más general de los dos últimos años.
En su mensaje de Memoria y Cuenta del 15 de enero Chávez, después de su
agresivo discurso y acción de diciembre, parece dar un giro táctico. En siete
horas y media que duró su intervención, hizo llamados al diálogo, a dejar atrás
“códigos de guerra amigo-enemigo” e insinuó devolver la Ley Habilitante a la
Asamblea Nacional para su reconsideración, pensando que podía recortar la
actuación de éste en cinco meses: “¿De dónde pueden sacar que eso es dictadura?
Yo soy capaz de solicitar a esta AN la derogatoria de esa Ley. Hasta en 5 meses
podemos hacer lo que tenemos que hacer, lo que necesito es 4 o 5 meses para
enfrentar una emergencia. El Gobierno somete eso a consideración de la AN. En 4
o 5 meses se pudiera haber terminado de acelerar las leyes que estamos haciendo
y que nadie vaya a sentirse aquí limitado. Te las devuelvo, no tengo problema.
Voy a trabajar más duro y más rápido” (en El Universal, 16-1-2011).[17]
Conclusiones
·
En lo político: Se
profundizan las tendencias hacia lo que el gobierno considera una democracia
revolucionaria, es decir, un régimen político personalista, concentrador de
poderes en la figura del Presidente, y con creciente debilitamiento de
instituciones liberales como la división y autonomía de los poderes públicos y
aún el sufragio universal, directo y secreto. En dirección contraria, los
resultados de las elecciones del 26S de 2010, abrieron un importante espacio
democrático institucional de resistencia a estas tendencias cuya evolución
apenas comienza. Como un complicado juego de ajedrez, Chávez y sus fuerzas
políticas, han respondido acelerando los cambios de régimen y del Estado
mediante la aprobación por la AN saliente de un paquete legislativo y una Ley
Habilitante que avanzan hacia la consolidación de un nuevo Estado Comunal, que
debilita la organización territorial del Estado constitucional, así como toda
organización de la sociedad. Estamos en un proceso de consolidación del Estado
socialista, centralizado y autoritario del siglo XXI.
·
En lo político:
también prosigue un proceso de resistencias desde la sociedad a las
imposiciones del gobierno, observándose un fortalecimiento de organizaciones
políticas de oposición, la mayoría de ellos reunidos bajo el paraguas de la
MUD. Adicionalmente ha emergido también una disidencia del chavismo, que se
expresó el 26S a través del partido PPT, un partido que se separó de la
coalición de gobierno en 2010. El PPT logró dos representantes en la Asamblea
Nacional y una votación de cerca de 320.00 votos. Hasta los momentos, este
partido se mantiene fuera de la dinámica polarizada PSUV y aliados versus
MUD, y si bien su base electoral es
pequeña, pudiera ser decisiva para alguna de estas dos tendencias polarizadas en
las elecciones del 2012. Por su parte, organizaciones de la sociedad civil, ya
débiles de por siempre, fueron fuertemente golpeadas en diciembre por la
aprobación de la Ley Orgánica de Soberanía y Autodeterminación Nacional. Hasta
la fecha han carecido de real capacidad de respuesta. Su comportamiento más
previsible es seguir denunciado el ahogo de las asociaciones autónomas de la
sociedad venezolana en el ámbito internacional.
·
En lo económico: se
profundiza el modelo socialista-rentista, expresado en la continuación
acentuada de las estatizaciones de empresas, expropiaciones de tierras y de
bienes como hoteles, terrenos urbanos, etc. Y la elaboración de leyes
conducentes a consolidar una economía fuertemente controlada por el Estado.
Venezuela es un caso del modelo de lo que llama Alberto Acosta neo-extractivismo del siglo XXI –similar
al primario exportador de minerales de los siglos previos- que sigue
reproduciendo pobreza, desigualdad, una inserción subordinada y funcional a la
globalización comercial y financiera, agravando los impactos ambientales y en
algunos casos buscando aplicar un desarrollismo senil (2010). Pese a estas
tendencias, los altos precios del barril petrolero que se avizoran para el 2011
permitirán una mejora de algunos indicadores económicos y seguramente recursos
suficientes para continuar en lo social estrategias distributivas concentradas
a que Chávez obtenga el voto popular en 2012 (Guerra, 2010).
·
En lo social:
continua tendencia de los indicadores sociales a estancarse (pobreza, informalidad)
o a decaer discretamente (desempleo). Habrán esfuerzos por relanzar una vez más
algunas misiones (como Mercal), o a darles mayor racionalidad como Barrio
Adentro, con escasos resultados[18].
La protesta popular seguirá alta y la represión continuará intermitente.
·
En gestión pública:
los esfuerzos por mejorar la calidad de servicios básicos como luz y agua
exhibirán algunos resultados, lo mismo que los que ahora se harán en viviendas,
infraestructura y transporte. El gobierno tiene conciencia de que este es su
talón de Aquiles e invertirá fuertemente buscando resultados. También buscará
mejorar desempeño en seguridad ciudadana. Por su inconstancia, ineficiencia,
alta rotación de personal y escasa valoración del profesionalismo burocrático,
los resultados seguirán siendo insuficientes. De lo que logre en estas materias
y en desempeño de misiones como Mercal, Barrio Adentro y Barrio Nuevo Tricolor,
y el más reciente, la Gran Misión Vivienda, dependerá en mucho sus posibilidades
electorales en 2012.
·
En lo
internacional: el gobierno mantiene su estrategia de construir y apoyar aliados
políticos ajenos a EEUU, pero pierde protagonismo interamericano e
internacional. Su vinculación fuerte con Cuba continúa, su modus vivendi inestable con Colombia y EEUU también, aunque es
probable que no se protagonicen en lo inmediato agresiones verbales y acciones
intempestivas como en el pasado. La ALBA tiende a estancarse por el cúmulo de
problemas y otras prioridades de Venezuela. El país ha venido disminuyendo su
influencia regional e internacional, y eso continuará a futuro.
·
También en lo
internacional: pese a que aumentarán las críticas a Venezuela por su deriva
antidemocrática, no se prevén importantes intervenciones de agencias
interamericanas o internacionales sobre la situación. Sin embargo, las
presiones sobre el gobierno arreciarán por las continuas denuncias de
organizaciones políticas y ONG de derechos humanos. Venezuela pierde relevancia
como caso de transformaciones creativas y exitosas en el siglo XXI.
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coordinación en Miranda”, http://www.talcualdigital.com/ index.html bajado el 7-12-2010.
[1] Un desarrollo más extenso
sobre estos lo hemos hecho en otro trabajo. Aquí nos apoyamos en él para hacer
una apretada síntesis (López Maya y Panzarelli 2009)
[2] Ejemplos de la subordinación
del Poder Judicial al Presidente pueden verse en López Maya y L. E. Lander
(2010)
[3] Puede verse una primera
evaluación de conjunto sobre las leyes del Estado Comunal aprobadas en 2010 en
Reyna y D´Elia (2011). Este documento nos ha servido como apoyo de algunas de
las ideas que aquí desarrollamos.
[4] La inflación de dos dígitos
es una tendencia anterior a los años más recientes. Ha sido constante en la
economía de los dos gobiernos del presidente Chávez.
[5] Sobre la economía
rentista petrolera existe una abundante bibliografía, véase entre otros
trabajos de Asdrúbal Baptista (1997) y
Bernard Mommer (2002). Para una visión de cómo moldea las relaciones entre
Estado y sociedad, Terry Karl (1997).
[6] Para datos y un
análisis más exhaustivo sobre el socialismo rentista, remítase al texto citado.
[7] Véase entre otros Petkoff,
“Pleito entre mafias”. Tal Cual,
30-11-2009; “Ortega Díaz de pronunció sobre casos de alimentos dañados”, Noticias24, 10-6-2010 y “Chávez en un
laberinto financiero”, El Universal, 15-5-2010.
[8] “Venezuela
reconoce la baja de su producción petrolera” en
http://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/venezuela-reconoce-la-baja-de-su-produccion-petrolera bajado el 30-7-2010; “Haber dejado de lado
los presupuestos para mantenimiento e inversiones está pesándole a la estatal”.
Tal Cual, 12-12-2010,
[9] En septiembre de 2009 el
Presidente, reconociendo las graves deficiencias de todo el sistema de salud
público, incluyendo Barrio Adentro, lo
declaró en “emergencia” (Tal Cual,
21-9-2009).
[10] Ver, entre otros,
Comunicado del Comité de Profesionales y Técnicos de Electrificación del Caroní
(Edelca) (en El Universal,
20-1-2010).
[11] Entre otros
véase: “Esperan que hoy presenten en tribunales a 33 detenidos por protestar en
el Metro”, El Nacional, 13-11-2010.
[12] “Caracas es la
capital más violenta del mundo”, El
Nacional, 14-1-11, “La violencia nos ha convertido en uno de los países más
peligrosos”. El Impulso, 29-8-2010.
[13] Para análisis de los
resultados electorales, véase entre otros, L. Lander (2010), Hernández (2010), E. Lander (2010)
[14] A continuación,
la información se apoya en prensa venezolana, recogida por mi en una base de
datos digitalizada. Se ha hecho un proceso de cotejo con varias fuentes y
sistematización de data.
[15] Las áreas en las
que el Presidente puede legislar: atención sistematizada de las víctimas de las
lluvias; infraestructura, transporte y servicios públicos; vivienda y hábitat;
ordenación territorial, desarrollo integral y uso de la tierra urbana y rural;
finanzas y tributos; seguridad ciudadana y jurídica; seguridad y defensa
integral; cooperación internacional y sistema socioeconómico (GO Extraordinaria
6.009 del 17-12-10)
[16] Verse, entre otros, Noticias24, 5-12-2010, El
Nacional, 3-12-2010, 9-12-2010 y
18-12-2010, que dan cuenta de desalojo de huéspedes en hoteles de Caracas, toma
de hoteles y terrenos en Maiquetía e Higuerote, y la toma con tres batallones
del Ejército de 47 fundos al sur del Lago de Maracaibo, para alojar a
damnificados o construir viviendas para ellos.
[17] Pese a estas declaraciones el
Presidente en mayo de 2011 no devolvió dicha ley que sigue vigente y que ha
servidos para aprobar múltiples leyes que poco tienen que ver con la situación
de emergencia de diciembre de 2010.
[18] Chávez anunció en enero 2011
que estudia relanzar las misiones (El Universal, 22-1-11)
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