Por Sociedad Homoetnatura
El Fiscal Centésimo Sexto del Ministerio Público Abogado RAMÓN LISCANO introdujo una demanda contra la Sociedad Homo et Natura de ACCIÓN DE PROTECCIÓN por los intereses y resguardo de los derechos de 48 niños, niñas y adolescentes Yukpa.
El Fiscal Centésimo Sexto del Ministerio Público Abogado RAMÓN LISCANO introdujo una demanda contra la Sociedad Homo et Natura de ACCIÓN DE PROTECCIÓN por los intereses y resguardo de los derechos de 48 niños, niñas y adolescentes Yukpa.
La Boleta de Notificación aclara que en un término de diez días de su
notificación debe introducir un escrito con pruebas ante el Circuito
Judicial de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de
Adopción Internacional. Tribunal Octavo de Primera Instancia de
Medición, Sustanciación y Ejecución. Caracas, 18 de febrero de 2011. El
número de expediente es: AP51-V-2011-012603*.
El documento expresa el error de considerar al abogado Dr. Ricardo
Colmenares como nuestro representante. Aún no sabemos cual persona o
institución del Estado venezolano ha introducido tal demanda contra la
organización Sociedad Homo et Natura ante el Circuito Judicial de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional;
consideramos que esta demanda ha sido introducida por unos de los
organismos del Estado que durante los primeros tres días en horas de la
madrugada hacían levantar a todos los niños y adultos de las comunidades
indígenas Yukpa de la Sierra de Perijá Chaktapa, Kuse y Guamopamocha y
dirigentes sociales que acompañábamos la permanecían de los indígenas en
unas de las puertas del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) entre el 21 y
30 de julio de 2010 cuando exigían el pronunciamiento relacionado a si
el máximo tribunal admitía o no el Amparo Constitucional a favor de la
aplicación de la justicia indígena en Venezuela introducida hacía 4
meses.
Para aquel entonces más de 100 personas entre niños, niñas,
adolescentes y adultos indígenas y representantes de una decenas de
organizaciones sociales se agruparon en tres oportunidades en las
madrugadas alrededor de unos funcionarios de la Dirección del Consejo de
Protección del Niño, Niña y del Adolescente de la Alcaldía de Caracas
(CDENA), entre otros organismos afines, para discutir que esta no era la
manera ni la hora para manifestar su particular preocupación por los
niños indígenas ni para conocer los mandatos a que estaban obligados a
cumplir por la Ley Orgánica para la protección de Niños, Niñas y
Adolescentes.
Ante la testaruda posición de los funcionarios apoyados por policías y
Guardia Nacional Bolivariana de llevarse en la madrugada a los niños,
niñas y adolescentes a un lugar más apropiado, varias veces se les
explicó que los niños, niñas y adolescentes no se iban a enfermar porque
dormían bajo el cielo con sus padres en esteras de palma o cartones en
el suelo frente al TSJ, ya que desde siempre los Yukpa acostumbran a
dormir de tal manera, y que ya estaban acostumbrado al clima caraqueño
porque desde hace varias décadas acostumbraban vivir en la ciudad de
Caracas y en otras ciudades del interior del país donde sus padres se
trasladan por temporadas a vender artesanía. Sólo que muchas veces son
reprimidos y trasladados a la Sierra de Perijá porque afean la ciudad,
hoy bicentenaria.
Esta plan de llevarse a los menores de edad y separarlos del resto de
los familiares fue la primera fase del plan represivo coordinado por el
Ministro Tareck El Aissami paras romper la concentración de más de 100
indígenas Yukpa frente al TSJ por espacio de diez días.
Diez días de resistencia indígena y revolucionaria que superó
airosamente dicho cerco represivo militar policial que consistía en
fotografiar en horas de la madrugada cuando dormíamos en el suelo a
todos los dirigentes indígenas y sociales, niños, hombres y mujeres
indígenas por veloces funcionarios de la DIM y SEBIN con sofisticadas
cámaras de video y fotográficas, colocación de antenas capaces de grabar
todas las conversaciones telefónicas que entraban y salían de ese
espacio de protesta frente al TSJ, la negación de llevar agua potable y
un baño portátil, un cerco mediático por parte de los medios de
comunicación en manos del Estado gobierno, la prohibición a los
funcionarios de las instituciones y organismos principalmente de
cultura, educación, juvenil del Estado, a no acercarse por el lugar,
argumentaban que esta concentración mantenía vínculos con el
narcotráfico que se mueve en la frontera del Zulia, cerco permanente por
parte de todos los organismos represivos del Estado que en los últimos
días de la concentración ya mantenían una posición agresiva y
provocadora.
¿Porque se le demanda a la organización Sociedad Homo et Natura?
¿Acaso por poner en riesgo a estos indígenas menores de edad? si ellos
fueron trasladados por sus propios padres y familiares, como tantas
veces a pleno pulmón lo manifestaron sus padres a dichos funcionarios ya
sean en Caracas cuando estaban frente al TSJ o frente a la Asamblea
Nacional cuando acompañaron desde el 18 al 25 de octubre de 2009 al
Hermano Jesuita José María Korta en su huelga de hambre exigiendo la
libertad de los yukpa, o frente al Circuito Judicial de Trujillo donde
la Sala Penal que presidía el Magistrado Eladio Aponte Aponte trasladó
el juicio que se le seguía a sus familiares Sabino Romero Izarra,
Alexander Fernández Fernández y Olegario Romero Romero.
Estaban allí no por culpa de la Sociedad Homo et Natura, estaban allí
porque sus caciques estaban presos, porque estaban exigiendo junto a
sus padres la libertad para sus caciques, por la defensa de su derecho a
ser juzgados por sus propias leyes, para que la Sala Constitucional
presidida por la propia Presidenta Magistrada Dra. Luisa Estella Morales
Lamuño se pronunciara a favor o en contra de la aplicación en Venezuela
de la jurisdicción indígena exigida en un recurso de Amparo
Constitucional introducido desde hacía cuatro meses por los abogados de
Sabino y Alexander, los Doctores Ricardo Colmenares y Leonel Galindo.
Porque se le acusa exclusivamente a la Sociedad Homo et Natura, si
nuestra organización era una más de tantas organizaciones presentes en
el apoyo activo y solidario a Sabino y a los otros presos Yukpa.
Será acaso que el Gobierno o sectores del Gobierno le está pasando
factura por haber estado y seguir presente junto con otras
organizaciones sociales y personalidades en apoyo a las comunidades
Yukpa, barí, japreria y wayuu que luchan por la defensa de sus
territorios, y demás derechos constitucionales, por haber conseguido el
retiro de las concesiones de carbón en los territorios barí y Yukpa por
parte del Corpozulia y demás empresas mineras multinacionales, por
seguir en resistencia con los wayuu de Mara contra la apertura de la
Mina Socuy de Carbozulia – Corpozulia y la de la compañía irlandesa Caño
Seco, por
acompañar a los pueblos Barí y Yukpa desde 1985 en su lucha por el reconocimiento por parte del Gobierno de su derecho a poseer un territorio único, amplio y suficiente para gozar de una vida buena, así como el pago de las bienhechurías de las haciendas y parcelas que han quedado dentro de sus territorios autodemarcados.
acompañar a los pueblos Barí y Yukpa desde 1985 en su lucha por el reconocimiento por parte del Gobierno de su derecho a poseer un territorio único, amplio y suficiente para gozar de una vida buena, así como el pago de las bienhechurías de las haciendas y parcelas que han quedado dentro de sus territorios autodemarcados.
O por haber sido un factor importante en la libertad de Sabino y
Alexander, y en cierta manera de Olegario. Será acaso que no les gusta a
ministras y ministros que denunciemos y al mismo tiempo busquemos
salida al deterioro de la salud de varias familias de comunidades de los
pueblos barí, Yukpa y wayuu del Socuy. Que sigamos denunciado los
planes imperiales de la IIRSA en los territorios de dichos pueblos
indígenas.
En septiembre cuando regresen los tribunales de vacaciones iremos a
Caracas a defendernos, y en caso que vayamos a juicio, lo derrotaremos
nuevamente.
No podrán comprobar que somos un factor etnocida, son ellos, el
Estado y factores del Gobierno, los únicos violadores de los derechos
humanos y de la vida de estos compatriotas, no podrán nunca demostrar
nada, así como no han podido demostrar que somos escuálidos,
representantes de empresas transnacionales mineras inglesas, agentes de
la CIA, paramilitares o narcotraficantes.
Somos, como muchos otros compañeros, activistas revolucionarios
practicantes ecologistas y defensores de los derechos humanos y
territoriales de los pueblos indígenas y de la ética de la solidaridad.
Somos muchos.
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