La siguiente información ha sido extraída de "Aportes para un diagnóstico de la problemática ambiental" de la red ARA, presentado recientemente en Caracas. Interesante como material informativo.
Por Red ARA
Al inicio de nuestra historia como país llegaron a nuestro territorio sucesivas oleadas de conquistadores obnubilados por el mito de El Dorado, años después éste sería substituido por el del país rico en petróleo. Esta acción humana ha marcado y marca nuestra historia, cultura, desarrollo como país moderno y más aún, nuestra relación con la naturaleza, la cual fue modelada según las palabras del dramaturgo José Ignacio Cabrujas a semejanza de un campamento minero. En ellos la gente no vive, se limita a utilizar el lugar.
Es así que Venezuela se describe como un país rico en petróleo, minerales (hierro, bauxita, oro, carbón, diamantes y magnesio) e importantes áreas de su territorio están marcadas social y ambientalmente por los procesos de explotación petrolera y minera.
En el caso de la explotación petrolera, sus impactos no sólo ocurren en la zona de producción, sino que se continúan a lo largo de los procesos de transporte, refinación y distribución. Adicionalmente, el acceso a extraordinarios recursos económicos por parte de los gobiernos venezolanos y la persistencia de una economía basada en la existencia de combustibles exageradamente baratos, han generado una cultura donde el derroche, el consumo incontrolado, la desvalorización de la naturaleza y la falta de previsión, generan impactos intensos en el país, incluyendo contaminación de aire, suelos y aguas, volúmenes inmensos de desechos sólidos, despilfarro de energía y recursos.
En los últimos años, diversas ONG han alertado sobre estos impactos y han realizado denuncias sobre los daños ambientales y sociales producto de una industria petrolera sin criterios ambientales.
En este tema, los problemas más importantes que se detectaron en el trabajo son los siguientes:
• Deterioro de ecosistemas sensibles en áreas de producción en la zona de la Faja Petrolífera del Orinoco, así como del ecosistema del Lago de Maracaibo producto de continuos derrames y fugas.
• Contaminación por metales pesados en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo.
• Pérdida de suelos y activación de procesos erosivos en las zonas en exploración y producción en la Faja Petrolífera del Orinoco.
• Presencia de pasivos ambientales, incluyendo fosas con residuos petroleros con riesgo de desborde y lixiviación.
• Fallas en el manejo de subproductos derivados del proceso de refinación (principalmente azufre y coque) generan contaminación de agua, aire y suelos.
• Altos valores en las emisiones de CO2, SO2 y NOx en procesos de refinación y mejoramiento.
• Vertido de productos petroleros y cuerpos de agua, producto de fallas en procesos de control, mantenimiento y prevención.
• Los continuos derrames y fugas de petróleo a lo largo de la historia de la industria petrolera en Venezuela han generado graves daños en el ecosistema del lago de Maracaibo y graves conflictos sociales.
• Contaminación y deterioro de los suelos debido a la presencia de desechos de la explotación petrolera, así como de la realización de obras de ingeniería asociados a esta actividad.
Adicionalmente, los entrevistados alertaron sobre los enormes riesgos ambientales y sociales asociados al desarrollo de megaproyectos petroleros y gasíferos, en los cuales no se tiene información pública suficiente sobre los criterios ambientales y socioculturales a ser aplicados. Los entrevistados pusieron énfasis en las siguientes situaciones:
• Expansión de los procesos de producción en la Faja Petrolera del Orinoco, la cual afectará un área de 55 mil Km2 al sur de los estados Monagas, Anzoátegui y Guárico, y en los cuales se tiene prevista la participación de empresas de 22 países distintos.
• Complejo gasífero Gran Mariscal de Ayacucho (Proyecto CIGMA) en Güiria, estado Sucre.
• Complejo Petroquímico de Paraguaná, estado Falcón.
• Proyecto Gasífero Rafael Urdaneta en las costas de los estados Zulia y Falcón.
Todos estos proyectos presuponen el desarrollo industrial en gran escala de áreas con graves déficit de servicios tales como agua potable y disposición de desechos y de aguas servidas. Algunos de ellos afectarán ABRAE, ecosistemas sensibles y cuencas importantes. No se tiene información clara sobre las medidas de mitigación y compensación, así como de los procesos de control y supervisión necesarios para evitar la generación de graves daños ambientales y sociales.
En relación con la situación planteada, los siguientes datos pueden avalar la apreciación de los expertos consultados:
• La actividad petrolera en Venezuela ha acumulado enormes pasivos ambientales, incluyendo: 10.269 fosas, 120 mil metros cúbicos de desechos peligrosos, 533 mil de lodos y 2.353 instalaciones abandonadas (Párraga, 2005).
• Petróleos de Venezuela (PDVSA) estima en más de 1.500 millones de dólares, las cantidades necesarias para el saneamiento de los pasivos ambientales acumulados por esta empresa a lo largo de su historia (PDVSA, 2008).
• El país tiene una importante experiencia en el desarrollo de técnicas para la recuperación de suelos contaminados con hidrocarburos (como ejemplo ver: Infante, 2001; 2003; Vásquez y col., 2010).
Causas
Los entrevistados indicaron las siguientes causas para estos problemas:
• Desactualización y falta de aplicación de las Normas Técnicas Ambientales.
• Insuficiente supervisión ambiental por parte de las empresas y del MPPA.
• Insuficiente capacitación del personal en empresas petroleras y el MPPA.
• Ausencia de Sistemas de Gestión Ambiental efectivos en muchas empresas que actualmente están ingresando a Venezuela.
• Desactualización de planes de adecuación ambiental.
• Debilitamiento de las exigencias técnicas para el desarrollo de Estudios de Impacto Ambiental.
Consecuencias
• Daños producto de la explotación petrolera a ecosistemas clave y áreas naturales protegidas, incluyendo contaminación de áreas costeras, zonas pesqueras, morichales, aguas subterráneas, suelos y otras áreas de importancia ecológica y social.
• Aumento de la contribución de Venezuela a la emisión de gases con efecto invernadero.
Recomendaciones
• El Ejecutivo Nacional debe fortalecer su actuación mejorando su capacidad operativa, financiera, técnica y humana para la realización de procesos de supervisión y control ambiental, acompañamiento a programas de adecuación y desarrollo de instrumentos legales y administrativos, para garantizar que las empresas tengan políticas y procesos ambientalmente responsables y el desarrollo de Sistemas de Gestión Ambiental debidamente certificados y continuos.
• Reforzar el Plan Nacional de Contingencia contra Derrames de Hidrocarburos.
• Actualizar la legislación y las Normas Técnicas Ambientales para superar los vacíos, anacronismos y conflictos entre instrumentos legales.
• Las empresas deben desarrollar inventarios y evaluaciones de pasivos ambientales, con sus respectivos planes de recuperación.
• Mejorar los procesos y operaciones de control ambiental en todas las áreas de la industria petrolera, desde la fase de exploración, hasta la distribución al consumidor final.
• Establecer una política de formación técnica y ética que permita elevar las capacidades profesionales de los funcionarios y empleados encargados de la supervisión y control ambiental, tanto en la industria petrolera, como en el MPPA.
• Se deben generar políticas de amplio alcance, para la administración de las actividades extractivas, sustentadas en aspectos ambientales y con miras a garantizar controles y recuperaciones de espacios afectados.
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