miércoles, 1 de abril de 2020

Anarquismo en Venezuela del pasado al presente, una senda ardua y poco conocida



Nelson Méndez

[Nota previa de El Libertario: El siguiente artículo es la versión en castellano del texto escrito para la revista (en catalán) Humanitat Nova # 6, Mallorca, abril 2020. Agradecemos al compa N.M. por hacer posible su difusión en este blog. Por otra parte, recordamos que una compilación de imágenes sobre la trayectoria del anarquismo en Venezuela está disponible en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2020/02/un-arqueo-preliminar-de-imagenes-para.html]

Se presenta acá un apretado bosquejo de la huella libertaria en el proceso histórico de este país, donde la incidencia anarquista en lo social, político y cultural ha sido menos marcada que en otras regiones de Latinoamérica en las que se ha expresado vigorosamente a través de luchas colectivas, publicaciones, personajes y debate de ideas. Sin embargo, merece evocarse pues no ha dejado de tener influencia y manifestarse hasta el día de hoy.

Para visualizar la trayectoria del anarquismo en Venezuela, la referencia fundamental es sin duda el libro de Rodolfo Montes de Oca [2016], donde se recoge la más exhaustiva pesquisa hecha hasta ahora sobre la huella anarquista en Venezuela tanto antes como después de la implantación del capitalismo petrolero (lo que ocurrió alrededor de la década de 1920). A ese texto fundamental remitimos a quienes se interesen en los detalles del proceso histórico del anarquismo venezolano, así que acá solo apuntaremos lo que entendemos más relevante.

Hay el dato más bien entre sorprendente y anecdótico de aquel “Coto” Paul que llamó a seguir el rumbo de la anarquía en 1811, cuando apenas se iniciaba el proceso de luchas por romper el yugo colonial hispano, pero ciertamente el primero hito notable a mencionar sería destacar la influencia que tuvieron Proudhon y el socialismo francés en Ezequiel Zamora (1817-1860), “el General del Pueblo Soberano”, figura principalísima de la Guerra Federal (1858/1863) en especial teniendo en cuenta que esa contienda fue la mayor conmoción social en Venezuela entre la Independencia del poder imperial español y la era petrolera,. El programa del federalismo zamorista es claro: “...horror a la oligarquía, libertad de hombres y tierras, igualación social”, expresando una intención radical que sería truncada con su asesinato (Brito Figueroa 1981).

Posteriormente, algunos intelectuales locales fueron simpatizantes o lectores tolerantes del anarquismo, pero sin nada parecido a un Flores Magón, Barret, Oiticica, González Prada u otros de sus exponentes conocidos en el pensamiento continental [Cappelletti 1990]. Los pocos que exploraron la senda libertaria apenas dejaron referencia escrita y luego optaron por el positivismo o el marxismo, con dos excepciones que mencionar: Rafael Bolívar Coronado (1884-1924) y Carlos Brandt (1875-1964). Con una adscripción al anarquismo menos precisa, habría que aludir también a Pío Tamayo (1898-1935), que en las cárceles de la dictadura de Juan Vicente Gómez instruyó a jóvenes luchadores antigomecistas en el “socialismo de Bakunin y Marx”, hasta poco antes de morir en 1936.

A comienzos del Siglo XX, trabajadores inmgrantes anarcosindicalistas contribuyeron a que la organización obrera asomara pese al atraso económico, social y cultural [Rodríguez 1993]. Esos esfuerzos -formación de mutuales y gremios, huelgas, propaganda, etc.- fueron algo más notorios al iniciarse la industria petrolera, pero la dictadura de Gómez (que gobernó con mano de hierro entre 1908 y 1935) persiguió con saña toda actividad sindical, impidiéndole desarrollarse como en otras latitudes. Los escasos y acosados militantes sociales dentro del país intentaban con muchas dificultades hacerse de un pensamiento político, mientras la mayoría del exilio antigomecista era ajeno a influencias radicales. Entre la minoría, la propagandca y el maquillaje atractivo del bolchevismo ruso dificultaba mucho que el anarquismo ganase adeptos. Cuando la fracción marxista regresó tras la muerte del tirano, ocupó totalmente el campo de la izquierda, absorbiendo al puñado de lectores y bisoños simpatizantes clandestinos del ideal libertario [1], que estuvieron entre los fundadores tanto del Partido Comunista de Venezuela (1936) como de Acción Democrática (1941), partidos que controlaron el proceso de organización política de masas en el período posterior. Adicionalmente, la represión anti-anarquista tenía incluso rango constitucional y se instrumentó en la llamada “Ley Lara”, vigente entre 1936/ 1945.

En las décadas de 1940 y 1950 llegaron exilados anarquistas ibéricos, que afrontaron no sólo las cargas de la derrota en la Guerra Civil Española, sino un medio adoptivo donde sus ideas eran vistas como extrañas u obsoletas. La perentoria necesidad de subsistir y tener que adecuarse al ambiente de cerril autoritarismo fueron obstáculos adicionales para impedir la organización de potenciales simpatizantes criollos; sin embargo, se hicieron esfuerzos palpables, particularmente tras 1958 al finalizar 10 años de dictadura militar, cuando se estableció la Federación Obrera Regional Venezolana -afiliada a la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), agrupación mundial anarcosindicalista fundada en 1922-, se conformaron algunos grupos específicos, se editaron publicaciones periódicas, folletos y libros, pero muy poco de esta actividad trascendió fuera de los círculos más concientizados de emigrantes peninsulares [Montes De Oca 2016].

La oleada de impugnación sociopolítica que se vivió mundialmente a fines de los años 60 especialmente el mayo francés de 1968 con su inequívoco tinte libertario también llegó al país. Su huella fue evidente en la Renovación Universitaria que conmocionó a las principales instituciones de Educación Superior entre 1968 y 1970 (Méndez 2018), para mantenerse presente en movimientos estudiantiles y de cultura alternativa posteriores. Sin embargo, salvo la menguante presencia de los anarcosindicalistas españoles, pasarán años para que existan iniciativas organizadas que se identifiquen con el ideal y la práctica anarquista, pues en la década de 1970 el marxismo aún se consideraba soporte ideológico insustituible de cualquier propuesta revolucionaria en Venezuela.

Entre 1980 y 1995 emergieron intentos de organización anarquistas buscando conectarse con luchas y movimientos sociales, siendo el Colectivo Autogestionario Libertario (CAL) el más visible publicando El Libertario, 9 números entre 1985 y 1987. Luego aparecería Correo A -28 números entre 1987 y 1995-, periódico que fue referencia y punto de reunión para algunos activistas, donde hubo quienes venían del marxismo, exilados ácratas latinoamericanos, irreductibles veteranos ibéricos [2], y, principalmente, jóvenes que llegaban al anarquismo desde la escena punk. También está la actividad intelectual y divulgativa de Ángel Cappelletti (1927-1995), anarquista argentino de amplia obra académica en el área filosófica  que laboró en Venezuela por 26 años [Montes de Oca 2016]. Pese a las dificultades para hacer comprender e impulsar propuestas de autogestión y acción directa en un medio donde imperaba su desconocimiento o las posiciones hostiles, se iban despejando caminos para llegar a diversos ámbitos donde se expresaban iniciativas afines. Además, ocurrió el estallido popular del 27/02/1989, “El Caracazo”, que junto a otros eventos nacionales (en especial, la crisis del rentismo petrolero y del modelo de democracia representativa de partidos establecido en 1958) e internacionales (como el derrumbe de las burocracias del Este de Europa), abrieron espacios para propagar el ideal libertario.

El esfuerzo por asociar anarquismo y luchas colectivas concretas se hizo más patente al reaparecer El Libertario desde 1995, cuyo grupo responsable se identificó hasta 2007 como Comisión de Relaciones Anarquistas y luego como Colectivo Editor de El Libertario. Fue el vocero impreso más perdurable en la historia ácrata local, editando 76 números, entre cinco y tres cada año hasta 2015, con una difusión significativa al compararse con empeños semejantes del país o del continente. A su lado, han existido núcleos e iniciativas anarquistas con áreas de intervención varias, lapsos de existencia más o menos prolongados y ubicadas en diversas regiones, destacando el funcionamiento de locales específicos (como el desaparecido Centro de Estudios Sociales Libertarios en Caracas, y el Ateneo La Libertaria, primero en Biscucuy y después en el área rural al suroeste del estado Lara), la organización en enero de 2006 del Foro Social Alternativo en Caracas [3], la edición persistente de variados materiales de divulgación, y el impulso dado a distintos eventos de protesta social y agitación cultural. También se ampliaron y consolidaros en muchos modos los nexos con el movimiento anarquista internacional, destacando en dicho sentido la celebración de un concurrido Encuentro Internacional Anarquista en el marco del FSA Caracas 2006 y la asistencia de delegaciones venezolanas invitadas como observadores a los congresos de la Internacional de Federaciones Anarquistas en Besançon 2007, Carrara 2008, Saint-Imier 2012,  Frankfurt 2016  y Liubliana 2019.

Este proceso ha debido superar desde 1999 la prueba de la “revolución bolivariana”, acaudillada inicialmente por Hugo Chávez y después de 2013 por Nicolás Maduro, que para los anarquistas consecuentes representa una tramoya demagógica, corrupta, militarista e ineficiente [4] ante la cual ha alucinado buena parte del marxismo venezolano y mundial, dificultando de manera abrumadora el desarrollo de movimientos sociales autónomos. La pretensión conciliadora con la verborrea chavista llegó a afectar el entorno anarquista local, cuando personas que anteriormente habían tenido cercanía o participado en los medios libertarios, intentaron organizarse como grupo en respaldo al sedicente proceso revolucionario, siendo su tema esencial el más virulenta antagonismo contra quienes mantuvieron la coherencia anarquista, motejados de servidores del imperialismo y la derecha fascista por esos “anarcochavistas” que llegarían a clamar por la participación electoral a favor de las candidaturas oficialistas y a propalar un dolido manifiesto público con motivo de la muerte de Chávez.

Ese peculiar grupo seudo ácrata contó con el aval de diversas expresiones de la corriente anarquista del plataformismo-especifismo, particularmente en América Latina, donde voceros tan reconocidos de dicha tendencia como la Federación Anarquista Uruguaya, la Federación Estudiantil Libertaria de Chile o el portal anarkismo.net los presentaron por algún tiempo como exponentes legítimos y confiables del “anarquismo organizado” en Venezuela. De ese grupo ya inexistente, que se hacía llamar “Federación Anarquista Revolucionaria de Venezuela” puede averiguarse más a través de su blog, aún accesible pero hace tiempo inactivo, en http://farvespecifistas.blogspot.com. Fuera de Latinoamérica, gente libertaria o afín (el caso más conocido fue Noam Chomsky, quien posteriormente ha enmendado esa postura) aplaudía y viajó a Venezuela a respaldar la “revolución” de Chávez, como si su hipotética excepcionalidad impidiese la actitud ácrata crítica que correspondía y cómo la ha reivindicado el anarquismo no oficialista en Venezuela. Ejemplos clave de la polémica sostenida contra quienes desde el exterior han pretendido expresar “apoyo crítico anarquista” o “solidaridad anti imperialista libertaria” con los gobiernos de Chávez y Maduro en http://www.nodo50.org/ellibertario/descargas/Cuando%20la%20incongruencia%20se%20disfraza%20de.doc, http://www.nodo50.org/ellibertario/libertarios/libertario57.html, http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/05/un-recordatorio-para-el-prof-chomsky.html, http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/05/funerales-de-estado-amnesia-y-anarquismo.html y http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/02/desde-chile-se-lanza-documento-para.html. Con el tiempo, y ante el modo en que se desarma la pantomima de la “revolución bolivariana”, las voces que desde el campo libertario daban abierta o relativa aprobación al régimen venezolano han tendido a silenciarse o ser más precavidas, pero lamentablemente sigue existiendo en ámbitos anarquistas fuera de Venezuela la tendencia a ignorar la resuelta postura de oposición y denuncia de los anarquistas locales  frente a un régimen cuyo claro tenor dictatorial se quiere dejar de lado para no reñir con quienes lo apoyan en esa izquierda marxista que pontifica sobre qué y quién es o no “revolucionario y progresista”. Por supuesto, esas posiciones dentro y fuera de Venezuela han servido de respaldo a los amagos represivos, calumnias y falsificaciones que desde el Estado venezolano se generan cada cierto tiempo contra el anarquismo que no le hace el juego deseado a sus trastadas demagógicas.

El anarquismo venezolano llega al siglo XXI esforzándose por afrontar el cuadro de circunstancias que le tocaba vivir y un aspecto clave para ello estaba en lo organizativo. Se hacía imperioso ampliar contactos y articular esfuerzos entre agrupaciones e individualidades dispersas por la amplia geografía nacional, lo que finalmente se concretó en el Encuentro Anarquista Caracas 2013 [5], evento a partir del cual se constituiría la Red Anarquista, instancia orgánica informal para articular el apoyo mutuo entre quienes integran la escena libertaria en el país [Red Anarquista 2013-2019]. Expresión destacada de la actividad de la Red Libertaria han sido los Encuentros Sociales Alternativos realizados en la sede del Ateneo La Libertaria en el estado Lara.

En la actualidad, el movimiento anarquista, como el conjunto de la sociedad venezolana, ha sido afectado por la severa crisis social y económica cuyos rasgos más estridentes han sido la descomunal hiperinflación –expresión de un colapso económico sin paralelo no solo para el país sino en el continente- y la masiva migración/huida que ha arrojado fuera del país en tiempos recientes a varios millones de personas. La catástrofe económica ha impuesto a la gran mayoría una lucha diaria por la mera subsistencia que deja muy poco o ningún recurso y tiempo como los que otrora se podía disponer para la acción y difusión en pro del anarquismo; por si fuera poco esa necesidad de supervivencia ha impuesto la emigración a un significativo porcentaje –en su mayoría jóvenes- de quienes llevaban adelante o eran susceptibles de acompañar las prácticas anarquistas, algo que ha pesado en una escena libertaria que apenas se venía manifestando desde la década de 1990 y tanto le ha costado desarrollarse cualitativa y cuantitativamente. Muestra patente de esas limitaciones de hoy es la Red Anarquista, muchos de cuyos animadores están ahora en el extranjero o sometidos a los embates de la crisis nacional, con el resultado de sufrir enormes dificultades para llevar a cabo en el año 2019 más eventos públicos o esfuerzos de agitación-difusión promovidos desde agrupaciones libertarias.

Pese a todo, el anarquismo sigue estando presente y vivo en la sociedad venezolana, Pero como toda ella, padece hoy una situación de postración y debilitamiento que impone un redoblado esfuerzo para superar este presente de crisis, teniendo como norte los objetivos de libertad, igualdad y solidaridad que desde siempre señalan rumbos al ideal ácrata.

Referencias

* Blog El Libertario (2010-2020) http://periodicoellibertario.blogspot.com

* Blog de Correo A (selección de artículos de esa publicación, que se editó entre 1987 y 1995):  http://correoa.blogspot.com

* Brito Figueroa, F. (1981). Tiempo de Ezequiel Zamora, Caracas, UCV.

* Cappelletti, A. (1990). “Anarquismo Latinoamericano”, pp. IX-CCXVI, en A. Cappelletti y A. Rama (Recopiladores): El Anarquismo en América Latina, Caracas, Biblioteca Ayacucho.

* Méndez, N. (2018). “A 50 años de la Renovación en la UCV: ¿Fue un movimiento anarquista?”, en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2018/01/a-50-anos-de-la-renovacion-en-la-ucv.html

* Mesa, S. (1987). La vida me lo dijo: Elogio a la Anarquía. Valencia, Vadell Hnos.

* Montes De Oca, R. (2016).  Contracorriente: La historia del movimiento anarquista en Venezuela (1811-1998). Madrid, LaMalatesta-El Libertario, (En Internet en http://humanoderecho.com/2017/11/26/descarga-pdf-del-libro-contracorriente-la-historia-del-movimiento-anarquista-venezuela-1811-1999).

* Periódico El Libertario (1995-2015). Caracas (también en: www.nodo50.org/ellibertario.

* Red Anarquista (2013-2019) http://redanarquistavenezuela.blogspot.com

* Rodríguez, L. (1993). “Conociendo al Anarcosindicalismo Venezolano”. Correo A, Caracas, # 22, pp.16-17; también en http://correoa.blogspot.com/2010/10/origenes-del-anarcosindicalismo-en.html

* Uzcátegui, R. (2010). Venezuela: La revolución como espectáculo Caracas-Madrid, El Libertario, LaMalatesta y otros. También en http://www.mediafire.com/file/4oqc185cc6r8br9/revespectaculo_web.pdf/file

*Otras referencias no citadas en el artículo pero de gran validez en relación al tema:

- “Crónicas, ideas, hechos y testimonios para la historia del anarquismo en Venezuela” (post recogiendo los enlaces web de 57 posts sobre el tema difundidos en el blog de El Libertario entre 2010 y 2018) http://periodicoellibertario.blogspot.com/2018/03/cronicas-ideas-hechos-y-testimonios.html

- Méndez, N. (2016). “El Libertario: Una experiencia contemporánea de comunicación y divulgación anarquista en Venezuela y Latinoamérica”, Ponencia presentada al I Congreso Internacional de Investigadorxs sobre Anarquismo  -  Buenos Aires, 2016 (solicitarla a periodicoellibertario@gmail.com)

- Méndez, N. (2020). “Un arqueo preliminar de imágenes para atestiguar la historia del anarquismo en Venezuela” http://periodicoellibertario.blogspot.com/2020/02/un-arqueo-preliminar-de-imagenes-para.html

-Uzcátegui, R. (2001). Corazón de Tinta, Caracas, Naufrago de Ítaca. También en https://www.nodo50.org/ellibertario/PDF/corazontinta.pdf
Febrero 2020

Notas:

[1] Entre ellos rescataremos la figura de Salom Mesa (1919-1991, quien ya en la vejez reivindicaría otra vez los ideales ácratas de su juventud, Véase la autobiografía [Mesa 1987].

[2] Destacándose Emilio Tesoro (1907-2003) y Antonio Serrano (1919-2008), ambos posteriormente entre los animadores del periódico El Libertario, así como Germinal Gracia / “Víctor García” (1919-1991), de amplia obra como escritor y editor.

[3] La crónica del FSA de Caracas está en http://archivo-periodico.cnt.es/321mar2006/18 y en la edición impresa de El Libertario # 46,  marzo 2006.

[4] Esta perspectiva desde el anarquismo venezolano va a tener exposición completa en el libro de Rafael Uzcátegui [2010], difundido internacionalmente y con traducciones editadas en inglés y en francés.

[5] Ver reseña del evento en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/02/realizado-el-encuentro-anarquista.html

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