Somos una organización territorial de carácter libertario que hace más de 10 años se despliega en las poblaciones La Bandera en la comuna de San Ramón, José María Caro en Lo Espejo y La Pincoya-El Barrero en Huechuraba. Actualmente, se federan iniciativas sociales que agrupan a vecines a través de Escuelas Comunitarias, Redes de Abastecimiento, Comités de Allegadas y Asambleas de Mujeres y Varones, donde se pretende trabajar de manera integral en nuestros barrios populares, la construcción de comunidades organizadas en resistencia. La revuelta popular iniciada el 18 de octubre, claramente modificó el escenario político en el cual nos desenvolvemos como organización. Esto ha generado oportunidades para enraizarnos en el territorio, lo que ha exigido una readecuación del repertorio organizativo que estábamos desplegando antes de octubre. Así, nos vimos en la necesidad de actualizar la orgánica del Movimiento Solidario Vida Digna, ya que todo esdiferente. En ese sentido, ante las áreas que ya veníamos desarrollando en el territorio, como vivienda (comités de allegadas Quiero Mi Casa y Angelica Huly en La Bandera, comité de lucha por la vida digna en la José Maria Caro y agrupación de allegadas de La Pincoya-El Barrero) y feminismo (Asamblea de Mujeres de La Bandera y Círculode mujeres de La Pincoya-El Barrero), se han sumado otras inéditas para nuestra organización, como abastecimiento (Red de Abastecimiento La Bandera y Red de La Pincoya) y comunicación (Agitación y Propaganda La Bandera).
Este crecimiento y adecuación de nuestra organización ha permitido que nuestra estrategia movimientista de construcción libertaria a nivel territorial, se proyecte en la creación, fortalecimiento y multiplicación de comunidades organizadas en resistencia bajo la capacidad de autogestionar sus territorios de manera integral. Esta estrategia es dual, en el sentido de prefigurar procesos de autoconstrucción que doten de autonomía a los territorios y generen proyectos alternativos de organización, a la par de experiencias de luchas y conflictos reivindicativos, asociados a problemáticas y necesidades concretas y puntuales que permitan garantizar derechos sociales.
En ese marco, para lograr la consolidación de las organizaciones a partir del desarrollo de capacidades propias a nivel de autoconstrucción, fortaleciendo a su vez la lucha reivindicativa por derechos sociales, debemos desarrollar distintas dimensiones de lucha:
(a) Protagonismo Popular: Se debe reconstruir dicho protagonismo no sólo en las luchas, sino también en la vida cotidiana de los comités de allegadas y toda organización de base que se cree. Dicho protagonismo debe ir acompañado de la generación de una confianza en las propias fuerzas. Las familias de los comités, socios de la red de abastecimiento, mujeres en la asamblea de mujeres, deben poder mirarse a sí mismas y a su organización con fe en sus posibilidades, saber de qué son capaces como grupo organizado, y qué se puede obtener con la fuerza queda la unión. La confianza en las fuerzas propias se genera luchando, obteniendo victorias y lecciones útiles para continuar la marcha. A su vez, las organizaciones deben:
(a.1) adecuarse según las necesidades y capacidades del territorio, en virtud de su fuerza propia y sus capacidades organizativas.
(a.2) promover la participación en la planificación y decisión de la comunidad, haciendo partícipes a les vecines en el quehacer de la organización.
(b) Territorialidad y arraigo: Una territorialización efectiva de la organizacióndebe permitir interactuar, incluir y organizar(nos) con los diferentes actores que existan, porque los territorios son nuestra trinchera de lucha, donde podemos tejer vínculosde autonomía. Así, una perspectiva territorial de trabajo debe estar orientada al asentamiento de movimientos de base con arraigo comunitario y una perspectiva de inserción a nivel local, que supere tanto el tallerismo como el viviendismo.
En ese sentido, como las familias de nuestros comités de allegadas en su mayoría pertenecen a los territorios donde trabajamos, debemos apuntar a involucrarse en estas acciones de resistencia. Ahora bien, debemos sumar a más personas y familias de nuestras poblaciones que si bien no pertenecen a nuestros comités, están interesades en organizarse. Para resistir en este contexto, debemos generar otras iniciativas de organización de base para resolver problemas, como las redes de abastecimiento, brigadas de agitación y propaganda, lo que nos permitirá crear, fortalecer y multiplicar nuestro despliegue y capacidad de lucha a nivel territorial.
(c) Integralidad: Tanto en el estallido social como en la actual pandemia, nos hemos dado cuenta que el desarrollo de la lucha reivindicativa por derechos sociales, como la vivienda,si bien genera protagonismo popular, por sí sola no es capaz de fortalecer la autogestión de los territorios y el desarrollo y construcción de comunidades organizadas en resistencia. Insistimos: este escenario de agudización de la precarización, es una oportunidad para diversificar las áreas de autoconstrucción y ajustarlas a las necesidades y ritmos de las familias y los territorios, incorporando e invitando a más gente para que se organice. Con ello, podemos perspectivar un directa de las comunidades en el territorio, y conectando la autoconstrucción y la lucha reivindicativa con un horizonte político definido.
Teniendo en consideración todo esto, creemos necesario mencionar nuestra propuesta frente a la actual coyuntura, que aún se está construyendo en nuestros espacios de base y por lo tanto no es definitiva. Alejados del electoralismo que muchas organizaciones sociales y políticas están calculando a propósito del proceso constituyente, como Movimiento Solidario Vida Digna quisiéramos enfrentar esta coyuntura de otra manera. En vez de llevar candidates al circo electoral, nosotres preferimos iniciar un proceso de Campaña de lucha por la vida digna, que aproveche el ánimo depolitización inaugurado el 18 de octubre, para hacernos lo más social posible, convocando a las organizaciones sociales a diseñar una campaña que tenga como norte la construcción programática, por un lado, y la coordinación y unidad en la lucha y acción, por otro.
Para finalizar, creemos que nos encontramos en un momento donde la audacia, astucia, chispeza, viveza de las organizaciones, dado este contexto post estallido social y pandémico, debe desembocar en lacreación, fortalecimientoy multiplicación deorganizaciones de base de distinto tipo. Estas organizaciones debenresolver autogestivamente las múltiples y complejas necesidades que han ido surgiendo en los territorios, para potenciar la capacidad de la comunidad organizada de resistir la actual crisis civilizatoria, luchando en defensa de la vida. Si logramos coordinar este tejido social organizado en un Programa de lucha y la coordinación de acciones en un paragua común, como la Campaña de Lucha por la Vida Digna, podremos enfrentar de mejor manera la actual coyuntura que se avecina.
[Tomado del Boletín Intermitente Sedición # 8, Santiago de Chile, marzo 2021 Número completo accesible en https://lapeste.org/wp-content/uploads/2021/03/SEDICION8.pdf.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.