jueves, 5 de marzo de 2020

Debate feminista: Ese sujeto del feminismo que las blancas occidentales no quieren ver



Periódico Todo por Hacer (Madrid)

El pasado mes de diciembre fue el “Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan” y en octubre tuvo lugar el “Encuentro Nacional de Mujeres: Abya Yala, la Asamblea de los Pueblos Indígenas Latinoamericanos.” Ambos encuentros manifiestan la necesidad de una lucha autónoma, fuera de cualquier lógica imperialista, democrática capitalista, cívica patriarcal y colonialista. Muy por el contrario, hablan de hacer propios nuestros derechos y libertades sin mediación ninguna, desde la acción directa, la determinación y la comunidad.

A ambos encuentros quisieron asistir las mujeres Kurdas, pero los ataques de Turquía a la población desde que se declarara el supuesto fin de la guerra al Estado Islámico, les han impedido asistir a ambos encuentros. Por eso hoy nos reclaman para este 8M que miremos a su pueblo, que las miremos a ellas. “En este 8 de marzo, transversal e internacionalista, la lucha de las mujeres de Rojava por una sociedad democrática, libre, pacífica y con profundo respeto a la naturaleza llama a la solidaridad y el apoyo activo a esta revolución.” ¿Qué vamos a hacer cuando el feminismo blanco está tan preocupado por imponer su idea de sujeto del feminismo cuando apenas es capaz de ver más allá de la blanquitud? ¿Cómo convertirnos todas en un sujeto político que barra fronteras y se ponga del lado de las que están poniendo el cuerpo y la vida? Porque se sigue ocupando, colonizando, expropiando, las tierras, los cuerpos, los recursos.

En los últimos tiempos de este periodo feminista, que parece encajar bastante bien en el marco de una nueva ola, en estas latitudes, el feminismo blanco se apresura con avaricia y ansia a encontrar, definir y mostrar lo que han determinado por llamar el sujeto del feminismo. El dilema planteado se centra en los discursos identitarios que manifiestan, por un lado, la necesidad de diversidad, esto es incluir a las mujeres trans, lesbianas, gay y otras disidencias sexuales, y por otro, quienes operan en un feminismo de corte meramente biologicista, señalando los órganos sexuales como la fórmula a definir la categoría “Mujer” sin más reflexión posible. La discusión de esta realidad obvia por completo otras realidades, y mientras el feminismo blanco se pierde en el escritorio de su cuarto propio, en formulaciones que no suman ni restan, en otras latitudes la urgencia de la lucha se hace experiencia.

Así nos lo han mostrado, por ejemplo, las mujeres Zapatistas que el pasado mes de diciembre hicieron el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan. Recordemos que en febrero del año pasado enviaron una carta dando el aviso de la no celebración del Segundo Encuentro por la urgencia de defender el territorio frente al gobierno invasor: “los malos gobiernos a hacer sus megaproyectos de los grandes capitalistas. De su Tren Maya, de su plan para el Istmo de Tehuantepec, de la siembra de árboles para mercancía de maderas y frutas. También dijo que entran las mineras y las grandes empresas de alimentos. Y además tiene un plan agrario que es que lleva hasta lo último la idea de destruirnos como pueblos originarios, de la manera de convertir nuestras tierras en mercancías, que así quieren completar lo que dejó pendiente el Carlos Salinas de Gortari que no pudo porque lo paramos con nuestro alzamiento.” [1] Así todo y contra viento y marea se logró hacer el Segundo Encuentro de Mujeres. Es curioso que el país de México sea para muchos el ejemplo perfecto de estudio para los feminicidios. No nos engañemos, las cifras de asesinatos machistas se suman por miles, pero lo que no se dice, lo que no se estudia, es la ausencia desde hace décadas de asesinatos machistas en el territorio Zapatista. Este logro se ha conseguido desde un trabajo a conciencia de las mujeres Zapatistas con determinación y autonomía bajo “La Ley Revolucionaria de las Mujeres”. Una mirada del mundo que de lejos parece idealista pero que en el territorio zapatista se ve materializada. El contraste de la vida autónoma, colectiva, comunitaria choca de frente con la realidad del capitalismo democrático, el civismo patriarcal.

Otro ejemplo lo encontramos con la organización de las Mujeres de Abya Yala que en octubre del año pasado hicieron el “Encuentro Nacional de Mujeres: Abya Yala, la Asamblea de los Pueblos Indígenas Latinoamericanos.” Un encuentro que puso el foco contra el capitalismo, el neoliberalismo, el extractivismo, el racismo, el colonialismo, el patriarcado y el machismo. “Protegemos nuestro cuerpo como nuestro primer territorio de defensa.” Tanto en el Segundo Encuentro de las mujeres Zapatistas como el Encuentro de Mujeres de Abya Yala, las mujeres Kurdas quisieron estar presentes a pesar del ataque que están sufriendo por parte de Turquía, y lo hicieron a modo de mensaje para las Zapatistas: “La lucha de las mujeres se ha convertido en el camino hacia la libertad de todos los pueblos. Aquí en Rojava, Kurdistan, hemos estado en medio de una lucha que lleva años. Hoy, querríamos haber estado junto a las mujeres zapatistas en el Encuentro de mujeres que se ha celebrado allá, pero está claro que en nuestra situación y con los ataques a nuestro pueblo, esto no ha sido posible. Pero podemos decir que nuestros corazones están allá y con todas las mujeres en lucha por su libertad y la de sus pueblos. Porque estamos luchando contra todo tipo de ocupación impuesta a los pueblos, todo tipo de esclavitud impuesta a las mujeres. Y estamos juntas en la lucha.” Y a viva voz junto a Abya Yala, Alessia Dro denunció ellabel:paj_car “genocidio” de su pueblo a manos del ejército turco, junto a otras voces de mujeres indígenas.

Estos son solo pequeños ejemplos de las luchas de mujeres. Lo que nos enseñan es autonomía, comunalismo, soberanía popular. Lo que nos muestran es la práctica de la acción directa, la negación de la autoridad del Estado y su modo violento de organizar las vidas. Desde sus propias capacidades hacen suyos los derechos y libertades, la batalla se libra contra un enemigo común, más allá de las diferencias. La autonomía y determinación es lo que nos hace poderosas, es lo que consigue hacer nuestro lo propio. Quizás las mujeres del supuesto “primer mundo” debamos ser un poco más honestas y señalar que el sujeto político, más allá del feminismo, hoy por hoy, no es blanco ni europeo ni estatista, y en absoluto lucha por la identidad del género sino por el contrario por la soberanía de los pueblos y la emancipación de las mujeres.

NOTA

[1] Carta de las zapatistas a las mujeres que luchan en el mundo. http://enlacezapatista.ezln.org.mx

[Tomado de https://www.todoporhacer.org/sujeto-feminismo-otros-8m.]

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