domingo, 6 de enero de 2019

Hay vida más allá de su política



Revista Libre Pensamiento

La sociedad civil no está paralizada, ni tampoco inerme. Hay tantas y tan variadas cosas por hacer, para mejorar y transformar el mundo, que no cabe el pesimismo ni la resignación, la inacción, la apatía, el desaliento o la tristeza del desánimo. Eso sí, cosas que requieren de nuestra creatividad, divergencia, imaginación, inteligencia, pensamiento crítico, intervención, compromiso, disidencia, del orgullo de sentirse una persona libre con ganas de vivir; cosas al margen de la realidad vigilada y homogénea que el sistema quiere construir en nuestras mentes con su potentes y persistentes medios de control mental, emocional, comportamental. Pero tenemos la posibilidad de sublevarnos, de subvertir esa realidad que nos pintan, y de proceder a la creación de nuestra realidad individual y colectivamente.
 
Y no solo cosas que se pueden hacer sino que se están haciendo de manera efervescente en todos los confines del planeta y desde siempre, con implicación de gentes pertenecientes a muy diferentes culturas y planteamientos. Peter Gelderloos, en su vitalista y optimista libro La anarquía funciona muestra prolijamente esta afirmación de que la verdadera vida existe más allá del Estado, más allá de la política partidista, mostrándonos la enormidad de experiencias y momentos históricos pasados y recientes en los que, en todos los rincones del planeta, se han llevado a cabo experiencias impregnadas de las señas de identidad del pensamiento anarquista, del movimiento libertario, en muchas ocasiones sin reconocerse como tales. La libertad, la justicia social, la razón, la vida creativa, la construcción colectiva para recrear la realidad y transformar el contexto, siempre se abren camino, siempre afloran, afortunadamente, envueltas en valores libertarios.

Las cúpulas dirigentes nos quieren hacer creer que sin ellos, sin el establishment actual, con arrogancia, sintiéndose imprescindibles, no hay vida más a allá de sus coordenadas programadas, que la sociedad civil los está esperando, ignorando que las ideas, planteamientos, proyectos, propuestas, realidades, que se realizan desde valores y actitudes alternativas, con barnices libertarios, anarquistas, brotan desde el mismo momento en que las personas asumen el protagonismo de su vida, confían en ellas mismas, portando las armas que poseen: dignidad, libertad, autonomía, solidaridad. La sociedad civil no sigue esperando las respuestas que no llegan, no siente miedo ni tiene desazón porque la clase política (vieja y nueva) esté paralizada. La vida sigue, demostrándose que la realidad la construye el pueblo y lo hace día a día, al margen de la pantomima de la política partidista, de la clase dirigente, de la corona, de la elección del gobierno, de la repetición de las elecciones.

Los modelos que nos ofrece el sistema no nos sirven, están construidos desde los principios del autoritarismo, sectarismo o explotación y sus propuestas reformistas insertas en el interior del sistema son siempre fraudulentas, terminando integradas y asumidas por el mismo tras provocar el desencanto, la frustración y la domesticación de quienes confiaron en ellas. En la realidad diferente y alternativa que la sociedad civil construye en su día a día, utiliza modelos organizativos en los que los medios se identifican con los fines. No es posible llegar a comunidades igualitarias y de justicia social desde organizaciones autoritarias, jerárquicas, burocráticas, centralistas, ejecutivistas, sino que deben ser el reflejo de la sociedad a la que aspiran construir, sociedades igualitarias, participativas, libres, autónomas y autogestionarias.

Este ha sido uno de los grandes debates que ha configurado la realidad de las diferentes organizaciones que han surgido, a lo largo de la historia, en relación a las ideologías sociales y políticas desde el siglo XIX. Para el anarquismo, sin duda, este debate ha tenido especial interés, siendo parte de su propia naturaleza y esencia, habiendo concluido que para las organizaciones que se inscriben en la órbita anarquista, los medios deben confundirse con los fines. No es posible conseguir unos fines determinados utilizando cualquier medio, no todos los medios llevan a los mismos fines.

¿Cómo podemos aprender a ser libres si no lo practicamos? ¿Cómo aprendemos a participar, a ser y sentirnos iguales si vivimos en sociedades desiguales o jerarquizadas? ¿Cómo desmontamos el principio de autoridad si nuestras organizaciones son autoritarias? La crítica fácil al anarquismo desde la inmensa mayoría de sectores que se dedican a la política, desde la derecha a la izquierda, es que no presenta alternativas, cuando ellos la único que ofrecen al pueblo es votar, delegar y olvidarse de decidir. Sin duda, el voto actúa en el inconsciente de la persona como un mecanismo de satisfacción que la desactiva, la inhibe de la participación directa, la desentiende de la autogestión.

Sin embargo, el gran reto que tenemos por delante es construir la anarquía global en estos tiempos de globalización. Ese proceso es el papel reservado a la participación de los pueblos y comunidades hasta llegar a hacer realidad la máxima del geógrafo Elisée Reclús: “La anarquía es la máxima expresión del orden, basado en cosas naturales, sin coacciones ni violencias”. En este caminar y construir la anarquía los escollos vendrán desde todo el espectro ideológico que plantee la sociedad gestionada de forma jerárquica, con autoridad, con delegación de poder, con sistema de representación. Con la cultura, la educación, la formación, la acción directa, caminaremos hacia adelante.

Prueba de ello, prueba de que las propuestas libertarias pasan de la teoría a los hechos, apuntar algunas actuaciones que vienen a confirmar que la semilla está sembrada y se recogen frutos. Un ejemplo, la enciclopedia libre Wilkipedia, el mayor esfuerzo realizado por disponer de acceso compartido y gratuito, de toda la población, a todo el conocimiento generado por el ser humano, sin restricciones ni limitaciones. Anonymous, otro ejemplo de modelo organizativo que propicia la difusión de la información de forma muy rápida por internet, sin líderes ni burocracias o ejecutivas que controlen la actividad colectiva fruto de la participación individual. La opción copyleft como otro práctico que pretende la libre circulación de las actividades y creaciones intelectuales regidas por el derecho de autor. El software libre y de dominio público puesto a disposición de uso y distribución libre para toda la colectividad. ¿Qué decir del proyecto WikiLeaks de Julian Assange encargado de divulgar informes anónimos y documentación filtrada que comprometen prácticas poco éticas de los gobiernos o de Edward Snowden denunciando libremente al gobierno de Estados Unidos al que acusa de vigilar de forma masiva a la población y así destruir derechos y libertades como la privacidad y uso de internet?

¿Cómo no reconocer el movimiento 15M [en España] como el mayor movimiento social ocurrido en las últimas décadas que está influyendo en nuevos movimientos de participación horizontal en el resto del mundo, sin líderes ni parafernalia partidista; o todas las propuestas emanadas desde los movimientos sociales relativas al ecologismo, decrecimiento, veganismo, animalismo, naturismo, deconstrucción de los géneros y la teoría queer, las cooperativas de consumo, los centros sociales, el movimiento okupa, la ocupación de viviendas, la lucha contra los desahucios, las empresas recuperadas y autogestionadas en Sudamérica, el posanarquismo, las redes de solidaridad y de economía social, el movimiento sin fronteras, los movimientos migratorios que ponen en jaque las fronteras, los estados y los nacionalismos...? todas ellas, corrientes que tienen resonancias u orígenes libertarios.

En este contexto de desarraigo actual de la política, con meses sin gobierno, las propuestas alternativas adquieren mayor vigor. Todo esto son grandes ejemplos de acciones al margen del poder que sí están contribuyendo a la transformación social y a la creación de conciencia crítica en la sociedad, y lo están haciendo desde postulados claramente libertarios, practicando el apoyo mutuo, la construcción cooperativa, aprendiendo a decir no, aprendiendo a actuar para no ser cómplices. La sociedad civil vive su día a día y el anarquismo está presente.

[Versión resumida del Editorial de la revista Libre Pensamiento # 86, Madrid, primavera 2016. Número completo accesible en http://librepensamiento.org/wp-content/uploads/2016/03/LP-86.pdf#new_tab.]


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