martes, 18 de septiembre de 2018

Entrevista a Jesús Arteaga sobre el papel ideológico de la TV en el capitalismo



J.M. Oterino (Addenda, suplemento cultural del periódico Rojo y Negro).

* Entrevistamos a Jesús Arteaga, multiactivista social (Asamblea de Paradas y Precarias de CGT Valencia, Proyecto AU, la Iniciativa Amnistía Social...), además de músico (Skaparapid) y escritor, sobre su libro Jóvenes y menores en la diana: embrutecimiento social y televisión, reflexiones para sacudirse la influencia televisiva.

- ¿De dónde surge la necesidad de escribir Jóvenes y menores en la diana?

Surge de la indignación y la impotencia por una parte, y por otra, de la necesidad de combatir los efectos frustrantes de ambas. Me explico, la mayoría de las televisiones, en sus “informativos” y programas de “entretenimiento”, en sus “programas estrella” se están ensañando con varios casos donde la juventud es el centro de su atención; una banda de “menores” aterrorizaba los barrios de Bilbao, unos alumnos de un colegio acosaban y agredían a una chica, los botellones, las peleas de hinchas futboleros violentos, jóvenes de centros de menores obligadas a prostituirse, niños que se cuelan en los camiones para pasar la frontera.
 
Todo esto son recursos constantes de las grandes cadenas sobre los que verter una imagen delirante y denigrante de personas jóvenes que no encajan.

Pero lo que me provocó ponerme a escribir fue el caso de Diana Quer, en concreto el momento en el que se encontró su cuerpo. La utilización mediática del ministro Zoido apuntándose, de manera ergonzosa, un tanto para salvar la imagen de su ineficacia y del hecho de que el asesino fuera un confidente de la Guardia Civil. Sí no hubiera sido por la actitud valiente de una joven que se resistió al asesino y de dos jóvenes que acudieron en su ayuda, estoy casi seguro que no lo habrían descubierto nunca. Pero luego pasó lo del niño Gabriel en Almería y la manipulación y falta de sensibilidad de los grandes canales de TV se volvió a exhibir sin ningún rubor.

En todos estos casos los comportamientos de los medios, sus consejos de redacción y su ejército de reporteros sin vergüenza y periodistas estridentes, demostraron su falta de ética y escrúpulos, alentaron el espectáculo y colaboraron en la creación de estados de ánimo social favorables al castigo por venganza y a la cadena perpetua.

Pero lo de Diana Quer fue determinante para escribir mis reflexiones sobre estos temas. Me trasladaba sin poder evitarlo al caso de las niñas de Alcàsser y al dolor que supuso para la gente de nuestra tierra.

- Tu libro presenta un formato nada convencional, mezclas tus textos con textos de otros autores y autoras, e incluso intercalas letras de canciones cada cierto número de páginas ¿Cuál es el objetivo de esto?

En realidad pretendo dejar constancia de que no descubro nada, que prácticamente se ha dicho casi todo sobre la televisión. Recurro a párrafos cortos de Lolo Rico, Noam Chomsky, Pasolini, Malcom X, o de grupos libertarios que trabajan en educación alternativa, para dejar constancia que se lleva mucho tiempo señalando el papel de la TV en la consolidación del sistema capitalista y sobre todo en su vertiente ideológica, de contaminación o enajenación de las conciencias y de los comportamientos sociales. También recojo letras de canciones de grupos que me gustan y con los que comparto muchas cosas. Son textos que podría haber escrito y cantado yo mismo. En la relación música/poesía me gusta leer una canción como si no tuviera música o una poesía con todosu ritmo. Son letras de Ángel Parra, Skaparapid, Maniática, La Raíz o Aspencat, grupos de distintas generaciones y estilos poniendo a los medios de comunicación y en particular a la TV en su sitio.

- En el libro denuncias tanto el uso de la caja tonta para alienar a la población joven, como el enfoque obsceno que adoptan las noticias sobrejóvenes por parte de los medios, ¿son dos caras del mismo fenómeno o no hay relación entre un asunto y el otro?

Son dos caras complementarias, y no son las únicas. Hay una función doctrinaria y una función intoxicadora. Esos dos aspectos son potenciados por la confluencia de intereses de las empresas que controlan las grandes cadenas de TV. O sea, que al interés económico puro y duro del negocio de la información (beneficio por encima de todo) se añaden el de la manipulación de la realidad y la fabricación de estados de opinión o establecer roles de comportamiento que garanticen la continuidad del modelo ideológico dominante (machismos, individualismo, competición, violencia, etc.). La gente joven es un filón a explotar en ese sentido, a través del consumo de valores estupidizantes, además del interés crematístico. La moda, el amor romántico-tóxico, la pasividad o la superficialidad, la posesión, están al orden del día en las programaciones. En las supuestas informaciones sobre jóvenes, siempre se destacan o sus carencias o excesos, muy pocas veces sus aportaciones positivas o virtudes... que digo yo que alguna tienen, ¿no?

- ¿Cómo crees que podemos vacunarnos contra esta transmisión de valores e ideología que, personas jóvenes y adultas, absorbemosde forma inconsciente desde la televisión?

Los contenidos de la TV, tal y como funcionan hoy y estando en manos de quienes está, van en la dirección contraria de posibilitar conciencias librepensadoras. Y sí, es necesario encontrar antídotos para contrarrestar su influencia, si no a nivel social, podemos partir de nosotras, de nuestro entorno más cercano. La desconfianza, ante el pregón diario sobre lo que pasa a nuestro alrededor más cercano pero también a nivel global.

Mostrar escepticismo y dudar de la veracidad de lo que nos cuentan es necesario para no creer ni tragarse eso de “si lo dice la TV es verdad”. Tener en cuenta que en última instancia somos nosotras y nosotros quienes decidimos qué tragamos o qué no.

Me parece que vivir dentro de un sistema no tiene por qué crearte adicción al mismo. Es muy importante buscar o tener nuestros propios canales de información, tanto para recibir información como para emitirla. Eso supone romper el papel de objeto pasivo para pasar al de sujeto activo en esto de la comunicación.

Por lo tanto, debemos esforzarnos en crear dentro de nuestras cabezas esas desafecciones con el modelo televisivo, incluso aunque seamos consumidoras del producto. Es muy importante nutrirnos de medios sin la posible deformación de intermediarios en esto de la comunicación y la información, buscar que sean libres de la injerencia del negocio en esto del ocio y el entretenimiento. Es decir; que la publicidad sea secundaria y no el objetivo principal de un medio. Y por último, también está no verla y no contar con su presencia en nuestras vidas. Pero eso... ya que cada cual decida.

- ¿Puedes concebir una televisión no alienante? ¿Crees que sería posible darle un uso distinto al de control social a la televisión?

En estos momentos es muy difícil desbancar o deshacer la influencia de las grandes cadenas de TV generalistas, tanto privadas como públicas, pero no es imposible. Con la implantación de internet y la evolución de las redes sociales es más fácil extender la información y ofrecer visiones distintas sobre lo que sucede en el mundo. Cada vez más hay experimentos al margen de la comercialidad, proyectos modestos o locales que están sirviendo para hacer un recorrido distinto en cuanto a contenidos y prioridades, que se autogestionan y autoorganizan con recursos limitados pero efectivos.

Aunque es difícil deshacerse y superar el papel alienante de la imagen, se puede estimular conciencias críticas y disconformes si se saca todo el potencial que tiene el invento de la TV. La función educadora está más que demostrada, otra cosa es en que se nos está educando en la sumisión, el aborregamiento, el miedo y la impotencia, y no o en la creatividad, la sensibilidad personal o colectiva y el libre pensamiento. Como con la prensa, los libros, la radio, la música o el cine, no podemos dejar un invento con el potencial de la TV en manos de las elites privilegiadas, tan poderosas como insensibles.

Crear esos nuevos medios y espacios es cosa que tenemos que afrontar sin miedos ni complejos.Otra cosa es que la TV en estos momentos forma parte de las tecnologías duras, o sea, a las que tenemos poco acceso o ninguno y menos aún podemos controlarlas. Pero sí se puede invertir el sentido y el uso de esas tecnologías en favor de las pequeñas realidades colectivas, de la difusión directa de nuestras experiencias de lucha y creación. Como ya dije, la autogestión de nuestros propios medios es el terreno donde se libra la batalla por la libertad de expresión e información.

Y en eso, entre otras cosas, las personas jóvenes vienen arreando con decisión y eso no lo van a reconocer ni por casualidad las empresas que pretenden el monopolio de la desinformación.

[Publicado originalmente en Addenda # 61, Madrid, septiembre 2018. Número completo accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/addenda%2061%20septiembre.pdf.]


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