miércoles, 31 de marzo de 2021

Chile: El Movimiento Solidario Vida Digna relata su experiencia de organización y lucha

 
M.S.V.D. (Santiago)
 
Somos  una  organización  territorial  de  carácter libertario que hace más de 10 años se despliega en las poblaciones La Bandera en la comuna  de  San  Ramón,  José  María  Caro  en  Lo  Espejo  y  La  Pincoya-El  Barrero  en Huechuraba.  Actualmente, se federan  iniciativas  sociales que agrupan  a vecines a través   de   Escuelas   Comunitarias, Redes  de  Abastecimiento,  Comités de     Allegadas     y     Asambleas     de Mujeres    y    Varones,    donde    se pretende trabajar de manera integral en nuestros barrios populares, la construcción de comunidades organizadas en resistencia. La  revuelta  popular  iniciada  el  18  de  octubre,  claramente  modificó  el  escenario político  en  el  cual  nos  desenvolvemos  como  organización.  Esto  ha  generado oportunidades para enraizarnos en el territorio, lo que ha exigido una readecuación del repertorio organizativo que estábamos desplegando antes de octubre. Así, nos vimos en la necesidad de actualizar la orgánica del Movimiento Solidario Vida Digna, ya  que  todo  esdiferente.  En   ese  sentido,  ante  las  áreas  que  ya  veníamos desarrollando en el territorio, como vivienda (comités de allegadas Quiero Mi Casa y Angelica Huly en La Bandera, comité de lucha por la  vida digna en la José Maria Caro y agrupación de allegadas de La Pincoya-El Barrero) y feminismo (Asamblea de Mujeres  de  La  Bandera  y Círculode  mujeres  de  La  Pincoya-El  Barrero),  se  han sumado  otras  inéditas  para  nuestra  organización,  como  abastecimiento  (Red  de Abastecimiento  La  Bandera  y  Red  de  La  Pincoya)  y  comunicación  (Agitación  y Propaganda La Bandera).

Este  crecimiento  y  adecuación  de  nuestra  organización  ha  permitido  que  nuestra estrategia movimientista de construcción libertaria a nivel territorial, se proyecte en la   creación,   fortalecimiento   y   multiplicación   de   comunidades   organizadas   en resistencia  bajo  la  capacidad  de  autogestionar  sus  territorios  de  manera  integral. Esta  estrategia  es  dual,  en  el  sentido  de  prefigurar  procesos  de  autoconstrucción que  doten  de  autonomía  a  los  territorios  y  generen  proyectos  alternativos  de organización,  a   la   par  de  experiencias  de  luchas   y  conflictos  reivindicativos, asociados  a  problemáticas  y  necesidades  concretas  y  puntuales  que  permitan garantizar derechos sociales.

En  ese  marco,  para  lograr  la  consolidación  de  las  organizaciones  a  partir  del desarrollo  de  capacidades  propias  a  nivel  de  autoconstrucción,  fortaleciendo  a  su vez  la  lucha  reivindicativa  por  derechos  sociales,  debemos  desarrollar  distintas dimensiones de lucha:

(a) Protagonismo Popular: Se debe reconstruir dicho protagonismo  no  sólo  en  las  luchas, sino  también  en  la  vida  cotidiana  de los   comités   de   allegadas  y toda organización  de  base  que  se  cree. Dicho protagonismo debe ir acompañado de la generación de una confianza  en  las  propias  fuerzas.  Las  familias de  los  comités,  socios  de  la  red  de abastecimiento,  mujeres  en  la  asamblea  de  mujeres,  deben  poder  mirarse  a  sí mismas y a su  organización con fe en sus posibilidades, saber de qué son capaces como grupo organizado, y qué se puede obtener con la fuerza queda la unión. La confianza  en  las  fuerzas  propias  se  genera  luchando,  obteniendo  victorias  y lecciones útiles para continuar la marcha. A su vez, las organizaciones deben:
(a.1) adecuarse según las necesidades y capacidades del territorio, en virtud de su fuerza propia y sus capacidades organizativas.
(a.2)  promover  la  participación  en  la  planificación  y  decisión  de  la  comunidad, haciendo partícipes a les vecines en el quehacer de la organización.

(b) Territorialidad y arraigo: Una territorialización efectiva de la organizacióndebe permitir interactuar, incluir y organizar(nos)  con  los  diferentes  actores  que  existan,  porque  los  territorios  son nuestra trinchera de lucha, donde podemos tejer vínculosde autonomía. Así, una perspectiva   territorial   de   trabajo   debe   estar   orientada   al   asentamiento   de movimientos de base con arraigo comunitario y una perspectiva de inserción a nivel local, que supere tanto el tallerismo como el viviendismo.

En ese sentido, como las familias de nuestros comités de allegadas en su mayoría pertenecen a los territorios donde trabajamos, debemos apuntar a involucrarse en estas acciones de resistencia. Ahora bien, debemos sumar a más personas y familias de  nuestras  poblaciones  que  si  bien  no  pertenecen  a  nuestros  comités,  están interesades en organizarse. Para resistir en este contexto, debemos generar otras iniciativas  de  organización  de  base  para  resolver  problemas,  como  las  redes  de abastecimiento,  brigadas  de  agitación  y  propaganda,  lo  que  nos  permitirá  crear, fortalecer y multiplicar nuestro despliegue y capacidad de lucha a nivel territorial.

(c) Integralidad: Tanto en el estallido social como en la actual pandemia, nos hemos dado cuenta que el  desarrollo  de  la  lucha  reivindicativa  por  derechos  sociales,  como  la  vivienda,si bien  genera  protagonismo  popular,  por  sí  sola  no  es  capaz  de  fortalecer  la autogestión de los territorios y el desarrollo y construcción de comunidades organizadas  en  resistencia.  Insistimos:  este  escenario  de  agudización  de  la precarización, es una oportunidad para diversificar las áreas de autoconstrucción y ajustarlas a las necesidades y ritmos de las familias y los territorios, incorporando e invitando  a  más  gente  para  que  se  organice.  Con  ello,  podemos  perspectivar  un directa de las comunidades en el territorio, y conectando la autoconstrucción y la lucha reivindicativa con un horizonte político definido.

Teniendo  en  consideración  todo   esto,  creemos  necesario  mencionar  nuestra propuesta frente a la actual coyuntura, que aún se está construyendo en nuestros espacios  de  base  y  por  lo  tanto  no  es  definitiva.  Alejados  del  electoralismo  que muchas organizaciones sociales y políticas están calculando a propósito del proceso constituyente,  como  Movimiento  Solidario  Vida  Digna  quisiéramos  enfrentar  esta coyuntura de otra manera. En vez de llevar candidates al circo electoral, nosotres preferimos iniciar un proceso de Campaña de lucha por la vida digna, que aproveche el ánimo depolitización inaugurado el 18 de octubre, para hacernos lo más social posible, convocando a las organizaciones sociales a diseñar una campaña que tenga como norte la  construcción programática, por un lado, y la  coordinación  y unidad en la lucha y acción, por otro.

Para   finalizar, creemos   que   nos encontramos     en     un     momento donde la audacia, astucia, chispeza, viveza  de  las  organizaciones,  dado este contexto post estallido social y pandémico, debe desembocar en lacreación, fortalecimientoy multiplicación deorganizaciones de base de distinto tipo. Estas organizaciones debenresolver autogestivamente las múltiples y complejas necesidades que han ido surgiendo en los territorios, para potenciar la capacidad de la comunidad organizada de resistir la actual crisis civilizatoria, luchando en defensa de la vida. Si logramos coordinar este tejido social organizado en un Programa de lucha y la coordinación de acciones en un  paragua  común,  como  la  Campaña  de  Lucha  por  la  Vida  Digna,  podremos enfrentar de mejor manera la actual coyuntura que se avecina.

[Tomado del Boletín Intermitente Sedición # 8, Santiago de Chile, marzo 2021 Número completo accesible en https://lapeste.org/wp-content/uploads/2021/03/SEDICION8.pdf.]


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