martes, 19 de noviembre de 2019

Diferencias entre la Bolivia de Evo Morales y el chavomadurismo venezolano



Humberto Decarli



Los recientes acontecimientos acaecidos en Bolivia culminados con la renuncia y huida de Evo Morales al exterior, son específicos para el altiplano porque aunque puedan tener alguna repercusión en Venezuela dado su imprevisión, existen marcadas diferencias entre las situaciones políticas, históricas y económico-sociales reinantes en los dos países.




Las fuerzas armadas



El cuerpo armado venezolano presente fue fundado por Juan Vicente Gómez quien contrató a un chileno de mentalidad prusiana, Samuel Mc Gill, para profesionalizarlo y lo hizo. Las montoneras se transformaron en una entidad cuyo fin era la guerra y de esa manera resguardar al Estado que estaba iniciando el Benemérito concentrando los impuestos y el poder en su persona. Posteriormente, el componente castrense no ha variado esencialmente y los gobiernos postgomecistas, la dictadura perezjimenista, el puntofijismo y el actual régimen autoritario, no ha variado en su tratamiento y ubicación en la sociedad. Es de hacer notar que durante cierto tiempo fueron entrenados en la Escuela de las Américas, donde los enseñaron a torturar, lesionar, desaparecer y asesinar en el contexto de la pugna Este-oeste.



La presente administración es la más militarista de nuestra historia porque los oficiales de los administradores de la violencia del Estado ocupan un lugar estelar en los cuadros superiores de la gestión. Están dirigiendo la política energética, alimentaria, social, económicas y en todos los órdenes de la actividad pública.



Los uniformados en la actualidad están penetrados y dirigidos por la inteligencia cubana quien ha demostrado una excelente y eficaz actuación en la contención de cualquier disidencia a través de la detención y violación de los derechos humanos. Los casos del capitán de Corbeta Acosta Arévalo, muerto a golpes, la ejecución televisada de Oscar Pérez, el homicidio del concejal Fernando Albán consecuencia de malos tratos y las horrendas lesiones infligidasal capitán Caguaripano, son demostraciones notorias de esos eventos inhumanos.



El ente armado boliviano es distinto. En 1952 los campesinos, los mineros y la policía lograron derrotar al ejército regular en el proceso conocido como Revolución Boliviana, culminado con el linchamiento y colgada de un farol del presidente Villarroel. Además, tuvo la experiencia bélica en la guerra del Chaco y en la del Pacífico distinta a la venezolana cuya máxima actuación fue la represión de las escaramuzas de la izquierda.



Morales aparentaba controlar al ejército y la realidad fue otra. El comunicado de las fuerzas armadas lo instó a renunciar pero las policiales, aparte de estar insubordinadas en varias ciudades del interior, declararon la exigencia de la renuncia evidenciando un tono más enérgico.



Diferencia de liderazgos



El defenestrado presidente boliviano fue un dirigente social cuya envergadura había sido alcanzada mediante la lucha y el esfuerzo. Fueron años de movilizaciones que le otorgaron el rango de líder cocalero muy respetado cuyos logros electorales se mostraron a partir del nuevo siglo. Era la trayectoria de un personero social representativo de la etnia aymara cuya investidura nadie la había puesto en duda.



Evo Morales, cuyas dotes de intelectual no se conocen porque no existen, ha propuesto renovaciones étnicas y no ideológicas. Nunca hablaba de marxismo ni de leninismo pero se identificaba con los regímenes cubano y venezolanos. Se alineó con el Alba, Unasur y Celac.



El venezolano tiene otros atributos. Hugo Chávez nunca encabezó a entidades sociales porque era miembro del cuerpo prusiano venezolano. Se dio a conocer con la asonada fracasada del 4 de febrero de 1992 y llenó un vacío dirigencial emanado de la decadencia del puntofijismo. Nicolás Maduro tampoco tuvo relevancia sindical a pesar de promoverse como presidente obrero porque nunca ganó una elección en el Metro de Caracas donde laboraba.



El chavismo no tiene una clara identificación doctrinal puesto que se trata de una mixtura de posiciones que van desde el castrismo, guevarismo, nasserismo, maoísmo, trotskismo, neofascismo y marxismo-leninismo. Chávez idolatraba a Fidel Castro, al Che Guevara, Mao, Norberto Ceresole, Juan Domingo Perón, Moamar Gadafi, Sadam Hussein, Putin, los “carapintadas argentinos” (los gorilas Aldo Rico y Alí Sineidin), Lukashenko, Mugabe y compañía. Sin embargo, tenía un estigma de radicalismo mayor al indigenismo boliviano.



El militarismo siempre presente en América Latina



Uno de los rasgos identitario de los países de la región es un origen fáctico consecuencia del triunfo bélico en el proceso de secesión de España y desde allí se estableció al cuerpo armado como el principal factor de poder, no logrando desarrollar institucionalidad robusta y convertirlo en última instancia en el árbitro de los conflictos políticos, sociales y culturales en cada nación.



Evo Morales fue un líder de masas en el país fundado por Antonio José de Sucre. De eso no cabe ninguna duda. Sin embargo, abusó del poder y siguiendo al esquema cubano pretendió eternizarse en el mandato así fuese con fraude y ese fue el error que lo llevó a la derrota. La calle se movió a favor y en contra pero su salida se debió a la conducta castrense y policial. Cuando estas dos formaciones se pronunciaron no hubo ninguna discusión. La suerte del dirigente cocalero estaba echada por decisión de los aparatos armados bolivianos. No le quedó otra opción que renunciar e irse del altiplano.



Venezuela, en cambio, dicta cátedra en el tratamiento de los milicos. Son quienes mandan en la nación y se transformaron en el eje del poder nacional. Además de ocupar los cuadros superiores gubernamentales, tienen un banco, una televisora y finalmente, una empresa petrolera y minera (Camimpeg). Acá la calle fue de rechazo al chavomadurismo como lo demuestra las manifestaciones masivas del año 2014, los seis meses de rebelión civil en el 2017, el 23 de enero, el 30 de abril y el primero de mayo de 2019.



Sin embargo, esas expresiones en los espacios públicos al igual que Nicaragua, fue respondida con una represión implacable con cifras grandes de muertos, heridos, desaparecidos, detenidos y torturados. Fue una acción vehemente con violación de los derechos humanos, mientras los administradores de la violencia del Estado se restearon con el régimen y cualquier ruido de sables era respondido con detenciones y torturas y en el peor de los caos, causando la muerte del aprehendido.



Tanto en Bolivia como en nuestro país el factor determinante del poder reside en las formaciones armadas oficiales. Son quienes tienen la última palabra en el ejercicio de la gobernabilidad como efluvio de la carencia de institucionalidad democrática. Es la tragedia que azota la región donde la fuerza es el agente fundamental en la conducción de la nación.



Las democracias electorales



El PNUD hace escasos años llegó a la conclusión que en Latinoamérica había unas democracias electorales, es decir, regímenes con una relativa legitimidad de origen mas no de desempeño. Esta postura se inclinó hacia el control del ente electoral para garantizarse la victoria en comicios, en su mayor parte, amañados. Los actos comiciales, sean manuales o automatizados, son manipulables y pueden crear triunfos donde existen derrotas.



En el ámbito electoral hay plena coincidencia entre Bolivia y Venezuela. En ambos casos había fenómenos electorales en los caudillos Hugo Chávez y Evo Morales pero el desgaste y la ineficacia hizo orientarse al control del tribunal o la entidad organizadora del evento para no perder el poder. Acá las votaciones son una farsa y Evo lo quiso hacer en Bolivia pero no pudo.



Conclusiones



Hay sectores de la oposición venezolana que se han animado por los sucesos acaecidos en Bolivia pero la realidad es otra, independientemente de haber alguna resonancia por la sorpresa ocurrida en La Paz. Todos esos partidos sueñan con una invasión o una de las bufonadas de Donald Trump y recurrentemente se sientan a negociar un asunto que de antemano se sabe que los cubanos no van a acceder porque simplemente lo hacen para ganar más tiempo, todo en su beneficio.



Mientras tanto, Venezuela se sumerge más en la crisis económica y social más importante de su historia en la cual se ha producido el éxodo mayor de su existencia. Sin comida, medicinas, gas, electricidad, agua, empleo, seguridad social y sobre todo, sin existir una opción política alterna, la gente quiere hacer mutis del escenario. Se requieren nuevos liderazgos para salir del agujero negro en el cual nos han introducido gracias a un proyecto totalitario trasnochado resucitado de las ruinas del Muro de Berlín.




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