Diego Márquez
En este 2017 se cumple el 140 aniversario del nacimiento del escritor y poeta alemán Hermann Hesse [!877-1962], autor de un conjunto de obras literarias de profundo trasfondo filosófico que influyeron en el pensamiento de varias generaciones durante el siglo XX y que en este complicado nuevo siglo tienen mucho que transmitir.
En este 2017 se cumple el 140 aniversario del nacimiento del escritor y poeta alemán Hermann Hesse [!877-1962], autor de un conjunto de obras literarias de profundo trasfondo filosófico que influyeron en el pensamiento de varias generaciones durante el siglo XX y que en este complicado nuevo siglo tienen mucho que transmitir.
De Hesse, los investigadores sostienen que fue el último escritor romántico de Alemania. Recibió en 1946 el Premio Nobel Literatura, por su obra realizada entre las dos grandes conflagraciones mundiales y luego por haber mantenido su dignidad, a riesgo de perder la vida, durante la irrupción y consolidación del totalitarismo nacional socialista, situación que le obligó a refugiarse en Suiza y adoptar la nacionalidad de ese país.
El hecho de haber expresado públicamente su desacuerdo con las tendencias belicistas que llevaron a Alemania a la devastación le hizo manifestar en sus escritos: “Desde entonces nunca me perdonaron el hecho de haber adoptado una actitud de crítica y, a pesar de que después de perdida la guerra una gran parte de la población se inclinaba al pacifismo, continué siendo objeto de desconfianza”. A lo cual agregó: “Mucho tiempo antes de los primeros éxitos del nacional socialismo, ya estaba yo considerado como un ente sospechoso e indeseable. Durante el lapso de su omnipotencia, Hitler se vengó contra mis libros, contra mi nombre y contra mi infortunado editor en Berlín”.
En 1946, concluido el conflicto bélico y destruido el sistema nazi, desde Suiza dirigió a sus conciudadanos alemanes un llamado a la conciencia que intituló Carta a Germania, en el que analizó la situación ética de los intelectuales que se plegaron al totalitarismo y de los que fueron indiferentes a la tragedia que este generó. En uno de sus fragmentos los interpeló con estas palabras: “¿Y por qué la gente de Alemania no se dio cuenta de Hitler antes de 1933? ¿No se percataron acaso de sus intenciones, en vez apoyar y dar vigor a la República Germana, la única consecuencia satisfactoria de la primera guerra mundial, se unieron para sabotearla al votar por Hitler, con lo que indudablemente se hizo muy peligroso comportarse como un decente ser humano?”.
Frente a los intelectuales que con su colaboracionismo o su silencio cómplice disfrutaron de los privilegios del régimen nazi, Hesse contrapuso los ejemplos de otros intelectuales que lo arriesgaron todo padeciendo los rigores de la tiranía: “Les hice ver los sufrimientos y la lucha de Romai Rolland, Stephan Zweig, Frans Maserel, Annette Kalb y los míos propios que soportamos esos años”.
Luego de haber vivido duras experiencias como producto de la guerra, avizoró nuevos caminos para la humanidad: “El hombre no debe perseguir grandezas o felicidad, heroísmo o una dulce paz. No debe desear otra cosa sino su limpieza de alma, una mente despierta, un bravo corazón y una fiel y comprensible paciencia que le ayuden a resistir la felicidad junto con el sufrimiento”.
[Tomado de http://www.correodelcaroni.com/index.php/opinion/item/52788-el-ano-de-hermann-hesse.]
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