jueves, 3 de marzo de 2016

Maryclen Stelling: el proceso revolucionario “perdió el norte”



Isabel Guerrero Villasmil
El Cambur


La socióloga Maryclen Stelling fue enfática en señalar que el proceso revolucionario “perdió el norte, se engolosinó, se embelesó con el poder”. Se autodefine como “crítica e independiente”, también cuestiona el momento actual, según dijo en una entrevista realizada por la periodista Shirley Varnagy, en Circuitos Éxitos.

Expone que posterior a la enfermedad de Hugo Chávez “se perdió el control” y es innegable la corrupción, el nepotismo. “El poder sobre el poder”, afirma.

Explica que “la polarización y radicalización te coloca en dos espacios distintos, algo de lo que digo es interpretado de formas diferentes”, dependiendo del sector que lo reciba. Por eso, puntualiza que su crítica la enmarca dentro de lo que cree, “el estado político permea las interpretaciones”.

Chavismo como categoría

En su diagnóstico señaló que “el chavismo es una categoría que hay que revisar”. Considera más pertinente hablar de proceso bolivariano y socialismo del siglo XXI, aunque rescata el “chavismo” como un movimiento político, cultural e ideológico que convocó “el amor irrestricto, así como el odio profundo”.

Precisa que el fallecido presidente Hugo Chávez llegó en un momento en que el país reclamaba un cambio intenso. “En los años 90 hubo un quiebre multidimensional que todos ya conocemos”, donde menciona El Caracazo (1989), la intentona golpista de Hugo Chávez (1992), la llegada al poder (1998) y la reforma constitucional (1999).

“Con la aparición de Chávez, Venezuela es nuestra”, dice la profesora Stelling refiriéndose al proceso que propuso, que catalogó de: inclusivo, fortalecimeinto del poder popular y económico, democracia participativa y protagónica. Dice que en el proyecto no se descarta al sector privado y empresas mixtas. Añade que el líder del proceso revolucionario era “un tipo dotado de carisma”, por lo que aclara que este fenónemo del carisma es global y bidireccional. Es decir, llegó en un momento de descontento social, donde las personas reclamaban cambios y a través del “por ahora”, diversos sectores “le atribuyen la construcción del liderazgo”.

Sostiene Stelling que, desde la perspectiva de sociología política, la figura de Hugo Chávez “convocaba al liderazgo tanto del oficialismo como de la oposición”, era la columna vertebral.

Se politizó la polarización económica

Una de las grandes fortalezas de Chávez fue “interpretar las necesidades que había en el país, donde las bases sociales fueron las protagonistas”. Para Stelling este proceso permitió que “todos nos sintieramos corresponsables”.

Señala que el fallecido presidente “no inventó la polarización, politizó la polarización económica en torno a la renta petrolera” diciéndole a los que tenían menos recursos “ahora tú vas a ser el protagonista” y los incorporó con sus planes. Sin embargo, considera que con “su verbo fue expulsando a los sectores sociales más favorecidos, se exacerbó la división social, la fractura”.

Señala como falla del proceso que “no hizo inclusión política y económica”. Aclara que “la gratuidad y clientelismo se volteó en contra”, porque ahora esos sectores menos favorecidos, que recibieron apoyo social, viven como clase media, ahora exigen.

La socióloga señala que “no sabemos como hubiese respondido Chávez vivo” ante la crisis económica. En la actualidad, nadie asume responsabilidades del fracaso.