jueves, 11 de diciembre de 2014

El seductor "milagro" de lo computacional


Marc Humbert (profesor de Economía Política en la Universidad de Rennes 1, en Francia)

[Nota de El Libertario: Este artículo, publicado originalmente el 10/12/2014 en el diario Ouest France, ha sido traducido y nos fue remitido por el compa Miguel Tauro, quien hizo dicho esfuerzo motivado por el interés global del texto, opinión que compartimos. Vaya nuestro agradecimiento al compañero.]

La “revolución” computacional alimenta nuestros sueños y, por lo general, facilita nuestras vidas. Pero ella parece un milagro tan fascinante, que nos impide tomar conciencia de las realidades y hacerles frente.

Para evitar la “fractura social” de lo computacional, nuestros gobernantes han multiplicado los esfuerzos a fin de que cada uno pueda acceder a esta “revolución”. Pronto, los escolares portarán, en lugar de la maleta cargada de cuadernos y libros, una "tablet", y serán en permanencia geo-localizados, es decir, puestos en ojos de la "seguridad", como lo serán también los ancianos y ancianas. Nuestros automóviles circularán sin choferes y sin accidentes, los drones vendrán, posiblemente, a aportar, a nuestro domicilio, los últimos libros o los productos alimentarios solicitados por nuestra refrigeradora … y un robot nos servirá la comida en la mesa, luego que ésta haya sido cocinada.

Ya el día de hoy, nosotros telecargamos innombrables aplicaciones a los celulares “inteligentes”, los smartfonos, que nos hacen navegar en las rutas y en la red. La música diversa, películas, escritos, juegos del mundo entero, pronto todo esto en traducción automática, se invitan a profusión en nuestras pantallas domésticas. Micro partículas radioactivas detectarán, en nuestras células, las amenazas de cáncer, para que en seguida, podamos eliminarlas. La ayuda de la medicina, también “revolucionaria”, permitirá prolongar nuestras vidas, todavía más. Y la calidad material de nuestra vida, antes y después de las enfermedades, será mejorada por nuevos y maravillosos medios.

Aquí no hablamos de las consecuencias inquietantes que plantean estos cambios tecnológicos, por ejemplo la delincuencia que también se adapta a la “modernidad”. Lo principal que aparece en escena, es el único deseo, nuestro deseo, de ofrecer la igualdad de acceso a estos servicios, considerados, a priori, como benéficos y deseables.

Pero, preguntémonos nosotros cual es el impacto de esta “revolución computacional” sobre la producción y el empleo. La revista The Economist afirmaba, en octubre de este año, algo absolutamente claro para que todos lo entendamos: “RIQUEZA SIN TRABAJADORES, TRABAJADORES SIN RIQUEZA”. He aquí el “milagro”, he aquí la realidad. El año pasado, dos investigadores de Oxford, Frey y Osborne, han calculado que 47% de los empleos actuales en los EEUU estaban amenazados por la “revolución” en los procesos de producción.

En los cambios operados en la época industrial del pasado, del vapor al acero, los empleos destruidos masivamente fueron reemplazados por otros empleos, aún más masivamente. Las firmas gigantes del pasado (tipo General Motors por ejemplo. NDT), ahora han “desengrasado” el Mamut, seguidas por el Estado (“desengrasar” se denomina al acto de despedir miles de trabajadores. NDT). Pero los nuevos líderes de lo computacional y de las Bolsas de Valores son verdaderos enanos en lo que a empleos se refiere. Con menos de 50 mil empleos cada uno, Google y Facebook son ridículos, en comparación con los varios cientos de miles, y hasta millones si consideramos su dimensión mundial, de empleos de las empresas gigantes del pasado reciente.

La corporación china más rica, que compite con las dos antes citadas, es Alibaba, la megaempresa de mercadeo asiática, y sólo emplea 20 mil personas. Además, R. Gordon ha mostrado lo que otros economistas, tales como el premio Nobel Robert Solow han confirmado: “hemos ingresado a una era de estagnación secular”. ¿Entonces?

ES URGENTE ORGANIZAR LA REDISTRIBUCIÓN DEL EMPLEO Y DE LO QUE SE PRODUCE, SIN ESPERAR UN CRECIMIENTO QUE NO VENDRÁ, QUE NO VOLVERÁ. SER RESPONSABLES SIGNIFICA ATACAR ESTA REALIDAD, EN LUGAR DE ABANDONARSE A LAS DELICIAS DE LOS PLACERES COMPUTACIONALES.


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