martes, 25 de noviembre de 2014

«Señor ministro, yo soy anarquista»


Emilia Moreno

Señor ministro del Interior, ante la respuesta que dio su equipo en la sesión de control de la pasada semana sobre su actuación en torno a la proliferación e incremento de la actividad de organizaciones nazis, en la que comparaba a estas organizaciones con los movimientos anarquistas, quiero dar un paso adelante y declararme anarquista. A pesar de militar desde hace muchos años en un sindicato anarcosindicalista, el declararme anarquista me ha resultado demasiado pretencioso por mi parte, y aunque considero el ideario libertario la mejor, si no la única forma, de constituirnos en una sociedad en la que quepan todos los seres humanos y se alcance la realización personal y social de todos y cada uno de ellos, solo me he considerado una aspirante.

Sin embargo, su declaración me ha hecho dar un paso adelante y le digo: yo soy anarquista, porque pienso que el apoyo mutuo y la solidaridad entre las personas debe sustituir al individualismo y la competencia feroz a la que nos están llevando. Soy anarquista porque creo que la información objetiva es imprescindible para desarrollar el espíritu crítico y que cada cual tenga la capacidad de tomar sus propias decisiones. Soy anarquista porque defiendo que cada persona ha de tomar las riendas de su vida y contribuir con sus ideas, sus propuestas y su trabajo a la toma de decisiones que hagan posible avanzar a su entorno. Soy anarquista y disfruto participando en ateneos, jornadas, radios… libres donde debatir y acordar en conjunto cuál es el mundo que queremos para quienes ahora estamos, pero también para quienes han de heredarlo. Soy anarquista y procuro consumir solo lo que necesito, y hacerlo favoreciendo a mi entorno y la economía local y sostenible frente al consumismo desmedido y antiecológico.



Soy anarquista, y me rodeo con anarquistas, gente generosa, altruista, coherente y desinteresada que cada día pone la fuerza de su trabajo, su tiempo, e incluso su dinero a disposición de quienes lo necesiten, sin pedir nada a cambio, de igual a igual. Gente que se equivoca, se enfada, se contradice… pero sigue luchando por un mundo mejor sin descanso; a pesar de las persecuciones, denuncias, desahucios, despidos.

Señor ministro, si leer, pensar, debatir y defender un mundo solidario en el que quepamos todas y todos es un delito, yo me declaro culpable. Pero antes de acusarnos le aconsejo algunas lecturas sencillas y muy ilustrativas, como El poder, de Leon Tolstoi, anarquista y pacifista, o La palabra como arma, reciente compendio de artículos de Emma Goldman.

Salud y anarquía.

[Tomado de http://www.levante-emv.com/opinion/2014/01/22/senor-ministro-anarquista/1070516.html.]

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