viernes, 3 de octubre de 2014

Global Voices: Mientras la atención estaba en Ucrania, Rusia encarceló a izquierdistas «tóxicos»

Sergei Udalstov, en el centro, durante una protesta en Moscú 
el 23 de octubre de 2010. Foto de Evgeniy Isaev, CC 2.0.
Por Sean Guillory
Traducido por Lourdes Sada
GlobalVoices.org

Tras un largo juicio, un tribunal de Moscú sentenció a Sergei Udaltsov y Leonid Razvozzhayev, dos activistas de izquierda que protagonizaron las protestas de 2011-2012, a cuatro años y medio de prisión por organizar disturbios masivos en marzo de 2012, la víspera de la toma de posesión de Putin. Udaltsov, líder del Frente de Izquierdas, y Razvozzhayev, activista y asistente del parlamentario Ilya Ponomarev, se unieron a otros 12 prisioneros relacionados con el caso Bolotnoe. Amnistía Internacional ha declarado que varios de los encarcelados, Udaltsov entre ellos, son presos de conciencia. Entre los internautas rusos, hay una gran diversidad de opiniones sobre la política de Udaltsov y Razvozzhayev, pero casi todos coinciden en que AI tiene razón.

En principio, los cargos contra Udaltsov y Razvozzhayev incluían a un tercer acusado: Konstantin Lebedev, que se declaró culpable y llegó a un acuerdo con los investigadores. Udaltsov está en arresto domiciliario desde 2013, pero Razvozzhayev no ha tenido tanta suerte: lleva todo este tiempo en prisión preventiva. Cuando los investigadores lo acusaron por primera vez de incitar a disturbios en Moscú, Razvozzhayev huyó a Ucrania, donde agentes rusos de seguridad lo secuestraron en las calles de Kiev y lo devolvieron a Rusia. El tercer hombre, Lebedev, está en libertad vigilada.

Según el Kremlin, los enfrentamientos entre policías y manifestantes en las protestas de la plaza Bolotnaya en 2012 fueron el resultado de una conspiración para derrocar al gobierno ruso. Los investigadores federales basaron buena parte del caso en filmaciones de cámaras de vigilancia en las que se veía a los tres activistas reunidos con el político georgiano Givi Targamadze, que prometía enviar dinero a los activistas para financiar su complot. El vídeo formó parte de un denigrante documental sobre la oposición titulado «Anatomía de una protesta, 2», que se emitió en la cadena progubernamental NTV.


Durante el juicio, Udaltsov admitió haberse entrevistado con Targamadze para discutir el proyecto de un negocio de licores. Muchos consideran que la filmación es falsa y la conspiración, una artimaña del Kermlin, pero esas sospechas no han podido evitar la condena de Udaltsov y Razvozzhayev. Tanya Lokshina, de Human Rights Watch calificó el juicio de «farsa de la justicia», añadiendo:

Este juicio está destinado a intimidar a los manifestantes rusos. Las sentencias que se han impuesto, el hecho de que los inculpados pasen tanto tiempo detenidos antes del juicio, están pensados para mostrar lo alto que es el precio de tomar las calles.

Desde luego, el precio es alto, como han asegurado los fiscales. Las sentencias de Udaltsov y Razvozzhayev no podrían ser más inoportunas, cuando la atención del mundo se ha desviado de los asuntos doméstico rusos para concentrarse en la guerra de Ucrania. Además, como izquierdistas radicales, Udaltsov y Razvozzhayev despiertan desconfianza en muchos simpatizantes de la oposición rusa. Aparte de su neoestalinismo, Udaltsov rompió con muchos liberales por el tema de Ucrania, ya que apoya la anexión de Crimea y de la «república popular» del este de Ucrania. Sobre el referéndum de Crimea, declaró:

Soy un patriota soviético y considero que la destrucción de la Unión Soviética fue un gran error y un crimen. Por tanto, veo la absorción de Crimea como un paso pequeño pero importante hacia el renacimiento de una renovada Unión [Soviética].

A pesar de su izquierdismo y de sus opiniones sobre Ucrania, Udaltsov y Razozzhayev han recibido desde la Red muchas muestras de apoyo de los liberales rusos. Esto no significa que este apoyo no llegue sin advertencias: muchos inician sus comentarios dejando claro de que no respaldan las ideas políticas de Udaltsov, pero creen que su juicio fue una parodia, y que tanto él como Razozzhayev son presos de conciencia.

Por ejemplo, v_fedotov escribió en LiveJournal:

Yo no tengo opiniones comunistas en absoluto. Ni sobre el comunismo teórico ni sobre la forma en que lo experimentamos en la práctica. No quiero una revolución y desconfío de los revolucionarios profesionales con cazadoras de cuero (y pistolas en el bolsillo, debo añadir). No imagino unas elecciones libres en las que yo llegara a votar por un antiguo miembro del «Bloque Estalinista para la URSS» o por un portavoz de Zyuganov en su campaña presidencial.

No obstante, v_fedotov continúa,

Pero esto es irrelevante en este caso. A partir de este momento, Sergei Udaltsov y Leonid Razvozzhaev son 100% prisioneros políticos. Son personas que han sido condenadas a cuatro años y medio de prisión ÚNICAMENTE por sus actividades políticas.

Denis Bilunov se hizo eco de este sentir en Facebook:

Udaltsov y Razvozzhayev son definitivamente prisioneros políticos. Es nuestro deber apoyarles de todas las formas posibles.

Zoya Svetova, colaboradora de la revista liberal The New Times, escribió en Facebook que tiene la impresión de que la sentencia de cuatro años y medio deja claro que la fiscalía, que había pedido ocho años, no ha conseguido probar la culpabilidad de los acusados. Si no han sido condenados por el delito del que se les acusaba, se pregunta Svetova, ¿qué crimen han cometido?

¿Fue por emborracharse con georgianos sospechosos? ¿Por brindar por Stalin? ¿O ha sido porque Udaltsov era uno de los políticos más populares de la oposición?


Por desgracia, bajo un régimen autoritario, el único lugar donde cabe la oposición es en la cárcel. Solo que me gustaría saber por qué están en prisión. Está claro que se puede arrastrar a cualquiera por el lodo y denigrarlo. (…) O éramos demasiado ingenuos en 2011, o algo no nos ha salido bien.

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