John Silva
Estoy viendo la emoción casi orgiástica que hay con la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo a la Secretaría ejecutiva de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y recuerdo lo que tanto pensamos en su momento.
Me disculparán, pero sería bien triste si aquí 43 personas fueron asesinadas, más de 2.000 encarceladas (decenas siguen en prisión), y cientos más fueron reprimidas y torturadas, sólo para que una élite política se reacomodara en la oposición.
Porque a mí la MUD me podrá parecer lo que sea, y ciertamente no comparto su satanización de la clase media, su simplismo electoralista, su desprecio por quienes piensan distinto. E incluso, me parece acertado que Ramón Guillermo Aveledo renuncie, en tanto toca una renovación del liderazgo de la MUD que, sin duda alguna, no ha estado a la altura de la crisis que hemos vivido en los últimos meses. Pero al mismo tiempo me pregunto si todo esto terminará en un simple reacomodo de élites políticas, si en unas semanas se definirá la agenda electoral de cara a las elecciones parlamentarias y veremos a quienes decían que la salida no era electoral llamándonos a votar por ellos.
Hoy cumple 21 años Sairam Rivas, la joven estudiante que le propinó una derrota al chavismo en la que era su escuela más emblemática dentro de la UCV. Una de las tantas jóvenes que han recibido tratos inhumanos y degradantes a manos de los esbirros del gobierno. Pienso en cómo los presos políticos se han quedado solos. Pienso en las familias que no han encontrado ni siquiera fiadores para sus fianzas, en el daño psicólógico propinado contra ellos por parte del gobierno, su represión y saña contra estudiantes civiles cuyo único delito fue protestar; y quisiera saber, en serio, si todo esto fue para provocar un cambio dentro de la MUD, si aquí el objetivo era cambiar al gobierno o simplemente cambiar al liderazgo opositor por meros intereses personales.
Creo que un movimiento que quería la renuncia del Presidente y que ni siquiera logró la renuncia del gobernador del Táchira, no debería estar celebrando como un triunfo la salida de Aveledo. ¿O es que la salida que se buscaba era la de él (y Capriles y el otro y el otro) y no la del gobierno?
Desde hace días hay algo que me viene dando vueltas en la cabeza: ¿A quién le importan las vidas perdidas? ¿A quién le preocupan los jóvenes que están en la cárcel? Nadie pretende culpar a los convocantes a la manifestaciones de esas muertes, torturas y encarcelamientos, pero… ¿No tienen una obligación moral para con ellos? Así como uno puede preguntarle a Henrique Capriles cómo se atrevió a denunciar un fraude un día y tres días después mandó a la gente a encerrarse en sus casas y poner salsa, toca preguntar: ¿Aquí a la gente se le mandó a las calles a protestar “hasta el final porque no hay posibilidades de una salida electoral” para que una élite política se reacomodara a lo interno y olvidara su sacrificio?
¡¿En serio, de eso se trataba todo esto?! ¿Y la gente? ¿Los muertos? ¿Los torturados?
Así como me opongo a la satanización de la clase media, también le exijo responsabilidades y me pregunto si #LaSalida fue sólo el delirio de unos niños de la clase media-alta caraqueña que querían jugar a la política y si para hacerlo no les importó mandar al matadero a decenas de personas que, no es casual, son humildes y precisamente por eso el gobierno los jodió, a diferencia de este pana[ver http://www.laverdad.com/politica/52102-detienen-por-protestar-a-hijo-de-rodriguez-chacin.html], o de este homofóbico neo-con [ver https://twitter.com/LORENT_SALEH], quienes no están, como la joven Rivas, sufriendo las secuelas de la irresponsabilidad de una gente que ahora fingirá demencia.
[Divulgado originalmente en http://www.panfletonegro.com/v/2014/07/30/cosas-que-piensa-uno.]
Estoy viendo la emoción casi orgiástica que hay con la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo a la Secretaría ejecutiva de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y recuerdo lo que tanto pensamos en su momento.
Me disculparán, pero sería bien triste si aquí 43 personas fueron asesinadas, más de 2.000 encarceladas (decenas siguen en prisión), y cientos más fueron reprimidas y torturadas, sólo para que una élite política se reacomodara en la oposición.
Porque a mí la MUD me podrá parecer lo que sea, y ciertamente no comparto su satanización de la clase media, su simplismo electoralista, su desprecio por quienes piensan distinto. E incluso, me parece acertado que Ramón Guillermo Aveledo renuncie, en tanto toca una renovación del liderazgo de la MUD que, sin duda alguna, no ha estado a la altura de la crisis que hemos vivido en los últimos meses. Pero al mismo tiempo me pregunto si todo esto terminará en un simple reacomodo de élites políticas, si en unas semanas se definirá la agenda electoral de cara a las elecciones parlamentarias y veremos a quienes decían que la salida no era electoral llamándonos a votar por ellos.
Hoy cumple 21 años Sairam Rivas, la joven estudiante que le propinó una derrota al chavismo en la que era su escuela más emblemática dentro de la UCV. Una de las tantas jóvenes que han recibido tratos inhumanos y degradantes a manos de los esbirros del gobierno. Pienso en cómo los presos políticos se han quedado solos. Pienso en las familias que no han encontrado ni siquiera fiadores para sus fianzas, en el daño psicólógico propinado contra ellos por parte del gobierno, su represión y saña contra estudiantes civiles cuyo único delito fue protestar; y quisiera saber, en serio, si todo esto fue para provocar un cambio dentro de la MUD, si aquí el objetivo era cambiar al gobierno o simplemente cambiar al liderazgo opositor por meros intereses personales.
Creo que un movimiento que quería la renuncia del Presidente y que ni siquiera logró la renuncia del gobernador del Táchira, no debería estar celebrando como un triunfo la salida de Aveledo. ¿O es que la salida que se buscaba era la de él (y Capriles y el otro y el otro) y no la del gobierno?
Desde hace días hay algo que me viene dando vueltas en la cabeza: ¿A quién le importan las vidas perdidas? ¿A quién le preocupan los jóvenes que están en la cárcel? Nadie pretende culpar a los convocantes a la manifestaciones de esas muertes, torturas y encarcelamientos, pero… ¿No tienen una obligación moral para con ellos? Así como uno puede preguntarle a Henrique Capriles cómo se atrevió a denunciar un fraude un día y tres días después mandó a la gente a encerrarse en sus casas y poner salsa, toca preguntar: ¿Aquí a la gente se le mandó a las calles a protestar “hasta el final porque no hay posibilidades de una salida electoral” para que una élite política se reacomodara a lo interno y olvidara su sacrificio?
¡¿En serio, de eso se trataba todo esto?! ¿Y la gente? ¿Los muertos? ¿Los torturados?
Así como me opongo a la satanización de la clase media, también le exijo responsabilidades y me pregunto si #LaSalida fue sólo el delirio de unos niños de la clase media-alta caraqueña que querían jugar a la política y si para hacerlo no les importó mandar al matadero a decenas de personas que, no es casual, son humildes y precisamente por eso el gobierno los jodió, a diferencia de este pana[ver http://www.laverdad.com/politica/52102-detienen-por-protestar-a-hijo-de-rodriguez-chacin.html], o de este homofóbico neo-con [ver https://twitter.com/LORENT_SALEH], quienes no están, como la joven Rivas, sufriendo las secuelas de la irresponsabilidad de una gente que ahora fingirá demencia.
[Divulgado originalmente en http://www.panfletonegro.com/v/2014/07/30/cosas-que-piensa-uno.]
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