miércoles, 16 de julio de 2014

Opinión: Padrino López, en la AN invitado personal de Diosdado Cabello

Rafael Iribarren

Ir al fondo de la invitación a Padrino.

Todo lo que se diga de los sucesos de la sorda y oscura confrontación interna chavista actual, en principio, puede ser cierto. En el postchavismo en que estamos, en la lucha interna entre los chavismos por el Poder no hay límites ni medidas. Hay de todo La generalización, la referencia cuestionadora a lo procedimental, etcétera, a lo que sea; dan la comodidad de que cualquier enumeración o circunstanciación  puede ser cierta. Pero con la derivación, bien frecuente y constante, de que lo que se presenta “un análisis” de una situación; no pasa de ser una narrativa o una enumeración de hechos y actuaciones, superficial, banal.  Sin atisbos de  las estructuras y dinámicas de lo que causa lo que sucede; que se pretende analizar.

Con la “no muy común”, como él mismo la calificó en su discurso, injustificable y lamentable participación del general Padrino López como orador de orden en al AN el 5 de Julio sucede eso tal cual. El cuestionamiento y rechazo de que ha sido objeto, desde la oposición; no se conoce aún del que ha sido objeto desde los chavismos; que probablemente haya sido más fuerte; como generalidad, es válido. Pero no apunta a las circunstancias concretas, de fondo, de la confrontación interna entre chavismos; de las que resultó y fue expresión esa participación. 


A pesar de todo, un parlamento es la negación  de lo  militar.

Aunque el parlamento hoy no sea tal, y que esté tan devaluado como cualquiera de los otras estructuras político-institucionales del país. Es un  grotesco acto de militarización, que un militar, sin ton ni son, sin una razón concreta particular visible; haya sido impuesto como  orador de orden en una fecha histórica de contenido esencialmente civil y de confrontación con el Poder como fue el 5 de Julio de 1811. En el recinto en que está o debería de estar la representación absolutamente igualada de lo civil, para procesar mediante el debate las diferencias y confrontaciones  en la sociedad. Un recinto en que por definición, “Parlamento”, o sea: debate, está negado lo militar que, por el contrario y en esencia, se sustenta en la no-beligerancia, la  jerarquía, el mando, la orden, la obediencia. Además de que, ese orador, designado, según,  por ser el  jefe del CEOFAN;  sin más justificación; político-institucionalmente, no es sino uno más, otro oficial, que cada año es aleatoriamente designado para el cargo sustituyendo al anterior; independientemente y en igualdad de condiciones, según, en méritos y capacidad; que todos los anteriores y los futuros. Designado en su ocasión de entre los   varios cientos de  generales que hoy tiene la FANB; que se supone, en principio, todos con iguales méritos y capacidad; a los que Maduro, a todos, ascendió recientemente; tal como el presidente rutinariamente hace cada año con todos los oficiales; independiente o presumiblemente con base a sus méritos y capacidades concretas.  Incluso en el supuesto de que personalmente el general Padrino, tuviera méritos y capacidades profesionales destacables reconocidos, para tener ese rango y para ser el actual  jefe del CEOFAN. Ese solo hecho no  justifica haber sido impuesto como orador el 5J; ni siquiera ante el rebaño mediocre en que el chavismo tiene convertida la AN. 

Padrino fue como invitado personal de Diosdado Cabello.

Según la información de  prensa, el general Padrino López fue a la AN, de hecho y aparte formalismos, en condición de invitado de  Diosdado Cabello; de hecho, a título personal y/o a nombre de la “derecha endógena”. Invitarlo no fue propuesto, ni considerado ni, menos aprobado en plenaria; ni siquiera por la fracción mayoritaria psuvista. Durante  semanas  no hubo plenaria porque, sin explicación, simplemente, no fue convocada por Cabello.  Hasta que recién el 2 de julio, solo tres días antes, se informó a la prensa nacional que sería orador de orden el 5. La sesión solemne de ese día fue la primera en semanas. Según, entonces,  invitarlo, fue una decisión personal tomada por Cabello como presidente; o, en tal caso en Directiva junto a sus otros dos miembros. A espaldas de la plenaria, incluso, de los parlamentarios chavistas. Lo que, aparte de que sea o no legal y reglamentario; es algo de lo que el general Padrino, se supone estaba en cuenta. De que no fue invitado por el parlamento; ni siquiera por la mayoría chavista de sus miembros; sino personalmente por su presidente o por la Directiva de la AN que éste, como es sabido, maneja a discreción. En condiciones, digamos, normales; y en el marco de la institucionalidad y hasta de la jerarquía chavista, debía haberse inhibido de asistir. Vale recordar que uno de los temas más traídos y llevados en las conspiraciones de varios años del MBR-200 que remataron en el 4F; fue que la amante del presidente Lusinchi usaba vestimenta militar en actividades públicas, aunque no oficiales; en las que ella participaba, solo en razón de su vínculo personal con  el Presidente.

Sin embargo, en definitiva, la señora Ibañez, con disfrazarse de verde militar, no hacía propiamente daño a la FAN; quizás ni siquiera violaba ninguna norma en concreto. Meterse en un vestuario, sin más, para hacer el papel de Manuela Sanz, “la libertadora”, en ese caso, del Presidente Lusinchi; realmente no tenía ninguna incidencia concreta en la institución. Aparte lo teatral, aunque irritante que resultaba, y  lo indicativo que era del ya avanzado deterioro ético y  político-institucional del puntofijismo. Pero que el general Padrino en su condición de jefe del CEOFAN, haya aceptado realizar la actuación que no le corresponde de representante y vocero de la FANB; atendiendo una invitación  no institucional, de hecho, personal; a partir de la afinidad que haya con Cabello, aunque circunstancialmente sea presidente de la AN; sí es bien cuestionable institucionalmente. Y significativo y bien oscuro políticamente; por la motivación y propósito por la que se le hizo la invitación. Más aún y precisamente, porque, con el pretexto de la efeméride,  haya sido en la circunstancia del momento anual de ascensos, pases a retiro y designación de nuevo ministro y altos mandos de la Defensa.

La vocera de la FANB es la ministra Meléndez.

La máxima representación político-institucional y jerárquica de las FANB la tiene, hoy, la Ministra de Defensa Contralmirante en Jefe, Carmen Meléndez; ratificada en el cargo por el presidente Maduro. De forma que, aparte la no-pertinencia ya referida  de que un militar, el que sea, sea el orador de orden en la AN; y aparte la manipulación burocrática   hecha por Cabello para hacer pasar la invitación baipaseando hasta a los parlamentarios chavistas; si realmente se trataba de que los parlamentarios escucharan y que desde el parlamento el país oyera  la voz más representativa de los militares venezolanos; incluso de los militares chavistas; entonces era ella, la ministra Meléndez, quién tenía que haber estado en la tribuna de oradores de orden el 5J. No el jefe del CEOFAN que es un ente adscrito y/o de un rango inferior al Ministerio de la Defensa. Y que su titular es jerárquicamente inferior a  la ministro. Incluso, si al caso vamos; si de jerarquía y representatividad militar se trata; el actual titular del MIJP, Rodríguez Torres, para la fecha del 5J era, en funciones de gobierno, el general activo de más alto rango; que tenía y en este momento aún tiene, el de ministro; al mismo nivel que la ministro Meléndez. Ministro, o sea, también superior al de jefe del CEOFAN Luego, y en tal caso, él hubiera sido más representativo que el general Padrino. Y si del contenido y la calidad política del  discurso se trataba; del carácter chavista de las FANB, de la “unidad cívico-militar”, del “enemigo interno”, y demás temas de la retórica chavista. Entonces, precisamente por su carácter político; siendo militares activos; chavistas declarados ambos; por su jerarquía en el régimen chavista; los ministros de Defensa y de Interior y Justicia, eran los más adecuados. 

Dos escenarios explicativos de la invitación a Padrino.

En relación a la motivación real, al propósito concreto, de invitar específicamente al general Padrino; caben dos escenarios. Uno, que no estando decidida aún, digamos, en firme, la ratificación de Meléndez en Defensa; Cabello y la “derecha endógena” lo habría hecho para promoverlo, o imponerlo, como ministro; saliéndole al paso a otras posibles candidaturas; particularmente a la de Rodríguez Torres; que desde tiempo atrás es mencionado como candidato. Dos; que ya se supiera de la ratificación de la ministra; por lo que se trataba, entonces, era de descalificarla como la más capaz e indicada para la ocasión. Y de descalificarla, obviamente y en consecuencia, como ministra; descalificando de paso a Maduro en sus designaciones. Ambos escenarios, se formulan sobre la base concreta de la manipulación ostensible; de, siéndolo o no; que según algunos que lo conocen, no lo es; hacerlo aparecer, al general Padrino, como cabellista, como una ficha de Cabello; básicamente para reforzar la imagen que trata de proyectar, de que es la cabeza del “ala militar del chavismo”; verdadero y único sucesor 4febrerista de Chávez. Y que es a quién toca asumir la misión histórica de preservar su “legado”.

No es ministro, pero es el exponente de la “nueva doctrina militar”.

Cuarenta y ocho horas después de la sesión del 5J en la AN, la promoción del 84 a la que pertenecen, Padrino, Rodríguez Torres, Carmen Meléndez; y  también Ameliach; pasó a retiro. En el acto oficial, Maduro ratificó a Carmen Meléndez como ministro; mientras que al general Padrino expresamente le pidió que siguiera en el CEOFAN; y, hasta los momentos, aunque sin referirse expresamente a ello, mantiene a Rodríguez Torres en el MIJP. Ameliach, uno de las cabezas de la “derecha endógena”, antimadurista; en  Valencia le dedicó su programa radial semanal  inmediato siguiente, al discurso de Padrino. Aparte de varios clichés obligados  referidos a su contenido, a la historia y la coyuntura actual de la revolución; etcétera; a los elementos clave de la retórica chavista, la unidad cívico-militar, el carácter chavista de los militares, etcétera. Definió el contenido del discurso del jefe del CEOFAN, como “la nueva doctrina militar venezolana”; que, según, junto al “Plan de la Patria”, constituye la base del futuro y garantía de desarrollo de la revolución. Al menos hasta ahora; habrá que esperar. Pero, a todas luces, entre la proyección de Padrino como el exponente de esa “nueva doctrina militar”; por parte de un los principales jefes del  antimadurismo chavista. Y  su pase a retiro y no designación como ministro por Maduro; mientras mantiene a Meléndez en Defensa y a Rodríguez en Interior, parece haber un desfase bien  importante.


Caracas Julio de2014.-

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