En el país mucha gente
desconoce los motivos del conflicto árabe-israelí y quizá por ello permanece
apático o toma partido por cualquiera de los bandos descalificando al otro. Es
obvio que todo se remonta a la creación del Estado de Israel en 1948 cuando los
ingleses (antes habían creado la enmienda Balfour para estimular la creación
del llamado Hogar Nacional Judío); Stalin que aprovechó para desterrar a muchos
judíos en un país con antisemitismo desde la época de los zares cuando crearon
un documento apócrifo llamado el Protocolo de los sabios de Sión; los
americanos presionados por el lobby sionista; y los franceses, quienes apoyaron
esta situación.
CREACIÓN
DEL ESTADO DE ISRAEL
Al crear a Israel desplazaron a los palestinos de su espacio natural y le entregaron al recién nacido poder una parte y la otra se la cedieron al rey Hussein, el representante de los británicos de la zona. La actual Cisjordania fue concedida a los hachemitas de Amán y también la parte este de Jerusalen además de colocar a Gaza bajo administración egipcia del rey Farouk. Los árabes fueron derrotados en el 48 y vino la hábil jugada de Gamal Abdel Nasser cuando en 1956 nacionalizó el Canal de Suez, seguido de una invasión anglonormanda e israelita, resuelto mediante una negociación donde Estados Unidos impuso un criterio pragmático para evitar el alejamiento del régimen nasserista, creando las bases del panarabismo encabezado por el presidente egipcio.
LAS
OTRAS GUERRAS ÁRABE-ISRAELÍ
No obstante, en la llamada guerra de los seis días en 1967, Nasser provocó esta confrontación para soslayar los graves problemas económicos internos y salió con las tablas en la cabeza porque Israel ganó el conflicto, se anexó la franja de Gaza, Cisjordania, toda Jeruslen, la península de Sinaí y las Alturas del Golán. El primer líder de la O.L.P., el profesor Achmed Sukhairi, habló de echar los judíos al mar con una postura agresiva y belicista pero fue frustrado por los resultados.
En 1973 de nuevo hubo guerra y Egipto cruzó Suez, paralizado a la sazón, e invadió el Sinaí con ayuda Siria que fue derrotada en la batalla de tanques. A la postre fue acordado en Camp Davis la neutralidad de Egipto y el regreso del Sinaí a la soberanía de este país, con base a la nueva postura de la nación de los faraones con Anwar Al Sadat a la cabeza como sucesor del fallecido Nasser.
LA
MANIPULACIÓN ÁRABE SOBRE LOS PALESTINOS
Los palestinos, sin embargo, fueron manipulados por los países árabes. Al emerger Yasser Arafat como representante de la O.L.P., formada por diversas organizaciones en su seno. Al Fatah, un entramado de corrupción alrededor del máximo exponente; el F.P.L.P. (Frente Popular de Liberación Palestina), de orientación marxista dirigida por, George Habash que luego se escindió y dio nacimiento al Frente Democrático para la Liberación Palestina encabezado por Nayef Hawatmeth; el Frente Popular Palestino-Comando General, dirigido por el capitán sirio Ahmad Jibril; y otras organizaciones donde subyacía el dominio libio e iraquí, fueron quienes controlaron y manipularon la lucha de los palestinos. También fueron masacrados cuando el llamado septiembre negro en Jordania por las tropas del rey Hussein; se fueron al Líbano donde fueron expulsados por la invasión israelí en 1982.
CAÍDA
DE LA O.L.P. Y SURGIMIENTO DE HAMAS
La O.L.P. se desmoronó por su desprestigio y cuando en la década de los noventa se produjo las dos intifadas surgieron dos organizaciones distintas, Hamas y Yihad Islámica, quienes promovieron esas revueltas contra la ocupación sionista.
Tanto Hamas como Yihad Islámica son entidades islámicas con una interpretación conservadora del Islam, con posturas ortodoxas en cuanto a la organización social, el rol femenino, la intolerancia religiosa y el autoritarismo como eje del poder rígido. No pueden catalogarse como movimientos transformadores por ser esencialmente reaccionarios.
Los acuerdos de Oslo en 1993 suscritos por Arafat y Rabin, desconocieron a la mayoría de los palestinos, ubicados en Siria, Irak, Jordania, Yemen y las monarquías medievales de la península arábiga. Edward Said, ese egregio intelectual palestino, manifestó siempre su oposición a estos acuerdos cupulares desconocedores de las grandes mayorías del pueblo sacrificado.
Israel ha intervenido en numerosas oportunidades tanto en Gaza como en el West Bank y se retiró junto a sus colonos de la primera zona por la extrema pobreza pero permanece con un ejército de ocupación en Cisjordania. La diferencia bélica es abismal porque el ejército israelí es profesional, mejor armado, con una dirigencia agresiva, un militarismo a ultranza y con delirios del Gran Israel.
Hasta el gobierno venezolano ha asumido posturas propias de la izquierda estalinista al respecto. Chávez maldijo a Israel mientras muchos empresarios sionistas hacen grandes negocios en el país a través de un conocido lobby bien establecido. Se ha inclinado a favor de los movimientos fundamentalistas palestinos e incluso Maduro recibió hace unos meses a un oscuro dirigente promovido por occidente, Mamoud Abbas, miembro de Al Fatah, quien funge de presidente en el embrión de Estado palestino gobernante en las dos áreas permitidas por Israel y Estados Unidos y Europa.
EL
BINOMIO FUNDAMENTALISTAS-SIONISTAS
Las posiciones de estos integristas hay que denunciarlas al igual que a los halcones sionistas capaces de cometer innumerables crímenes ante un pueblo indefenso. Es cierto que no es igual el sionismo que el judaísmo porque dentro del pueblo de Israel existen grupos quienes han criticado la política guerrerista del gobierno e incluso han actuado en contra del muro de la vergüenza erigido en Cisjordania. Adicionalmente en Jaffo, la ciudad gemela de Tel Aviv conviven en hermandad los árabes y judíos como muestra de tolerancia y respeto. Hombres de la talla de Albert Einstein y el cineasta Woody Allen, rechazaron cada uno en su época esta discriminación y racismo nacido por los fanáticos creadores del Estado de Israel. El recién fallecido historiador judío y británico, Eric Hawsbon, siempre estimó un absurdo la invocación de la expulsión por parte de los faraones como base de la fundación de un Estado judío.
De tal manera que no es
necesario caer en el maniqueísmo estatuido. Tanto Hamas como el sionismo
representan lo peor de los palestinos y los judíos. El máximo dirigente de
Hamas, Khadel Maashal, en su exilio en Damasco, y los herederos de Ben Gurión,
el fallecido Ariel Sharon provocador de la primera Intifada con su visita a los
templos en la explanada y el guerrerista Benjamín Netanyahu, son expresiones de
autoritarismo, militarismo y rigidez.
Se debe condenar a Israel
por las múltiples masacres incluido el actual genocidio, donde de acuerdo a
cifras de las Naciones Unidas el 80% de los muertos son civiles, por la
perversión y alevosía con la cual actúan. Hamas no ha podido actuar con la
misma intensidad por su irrelevancia militar porque de poder seguramente lo
hubiere hecho. Se debe comparar esta actuación como si Estados Unidos guerreara
con Haití. Es lamentable pero es la horrenda realidad que domina al mundo en
los actuales momentos.
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