Meritxell Guàrdia
El colectivo editor de la revista de historia Sapiens [https://www.sapiens.cat/revista.html] ha puesto en marcha una campaña de reparación y dignificación de todas aquellas mujeres reprimidas y asesinadas bajo las acusaciones de brujería entre los S. XV y XVII en Catalunya. Bajo el nombre «No eran brujas, eran mujeres», la campaña ya lleva más de 10.000 adhesiones y se prevé realizar actos de desagravio en todo el territorio catalán, involucrando a administraciones e instituciones públicas para que la dignificación se haga al más alto nivel, tal como lo han hecho otros países de Europa como Escocia, Noruega o Suiza.
La campaña está apostando fuerte para que los ayuntamientos se involucren y organicen actos de desagravio a nivel oficial y para facilitarlo, se ha generado una moción genérica para poderla llevar a los plenos municipales. De momento, el primer acto agenda será el del 8 de abril en Reus, donde se recordarán y se dignificarán las mujeres que fueron juzgadas por brujería por el Consejo Municipal de Reus en el juicio de 1548.
No eran brujas: eran viudas, conocedoras de tratamientos curativos, mujeres independientes, mujeres migradas, comadronas, mujeres pobres, marginadas ... mujeres que no cumplían con su rol normativo de género y que sirvieron de chivo expiatorio para justificar desastres naturales, epidemias y toda clase de enfermedades. Fueron trescientos años de tortura y represión, uno de los mayores episodios de feminicidio de nuestra historia, el cual sirvió para controlar y usurpar la práctica reproductiva y el conocimiento medicinal ancestral de las mujeres. En la línea de investigaciones históricas como la de Silvia Federici o Mona Chollet, el reportaje también hace patente la desvalorización social del sujeto mujer y los intentos de monopolización masculina hacia los mencionados conocimiento. Cristina Masanés, autora de uno de los textos del reportaje, documenta cómo, paralelamente a la caza de brujas, se hizo fuerte la nueva Ciencia Médica Moderna y se enalteció al gremio de boticarios con la creación del Colegio de Farmacéuticos en Aragón y Catalunya, ambas con exclusividad masculina.
Importantes investigaciones historiográficas
Aunque se estima que la represión golpeó a en torno de un millar de mujeres, en el reportaje se han podido documentar y situar unos 700 procesos por brujería en más de 200 poblaciones (se puede consultar en la publicación del censo interactivo). Este listado inédito representa una novedad historiográfica, ya que es el censo más completo sobre los procesamientos por brujería que se ha publicado nunca en Catalunya entre los siglos XV y XVIII.
Otro aspecto relevante del estudio es la particularidad de las instancias que acusaban y juzgaban los crímenes de brujería en Catalunya, lo que explica la intensidad de la represión en esos siglos. Al contrario que en otros lugares europeos, la Santa Inquisición no abanderó la caza de brujas. En Catalunya, al tener una descentralización del poder con autonomía jurisdiccional de las élites locales, las autoridades seglares catalanas eran las que ordenaban y juzgaban en el marco de los procedimientos de excepción. Por tanto, es en el contexto civil donde se produce esta persecución con la implicación de la sociedad, sea por acción o por omisión, a lo largo de los siglos XV-XVIII. «También somos las nietas de aquellos hombres y mujeres que por miedo, por ignorancia, por mala fe ... señalaron a esas mujeres como brujas, testificaron en sus juicios y asistieron a sus ejecuciones con aplausos», afirma Claudia Pujol. En este sentido, como ya ha teorizado Federici, la demonización del sujeto bruja no generaba ninguna empatía ni solidaridad humana.
El reportaje también documenta el negocio que comportaba la «caza de brujas», detallando el papel de los cazadores de brujas o la creación de los tribunales con impuestos extraordinarios (para pagar jueces, asesores, verdugos, material de tortura, carceleros, notarios, escritores ...), tal y como relata el texto de Agnès Rotger.
Finalmente, hay que recordar, que actualmente en diversas partes del mundo como Arabia Saudita, o a instancia de las sectas evangelistas y pentecostales en América Latina o en varios estados africanos, se continúa estigmatizando y persiguiendo el "delito" de brujería. Un ejemplo claro lo encontramos en el documental "The Letter" de Maia Lekow y Christopher King, presentado en el DocsBarcelona y que actualmente se puede ver en varias salas de todo el estado español, un documental que narra el drama y los intereses que hay detrás de las acusaciones de brujería a las abuelas y mujeres mayores en Kenia. Una muestra más que la caza de brujas está a la orden del día en muchas partes del mundo. Un fenómeno que, como bien explica Masanés, «combina fundamentalismo religioso, intransigencia social y patriarcado», comportando el asesinato y represión brutal de muchas mujeres.
Fin de campaña con un gran acto de desagravio
La campaña se presentó el pasado 6 de marzo con un acto público y actualmente se encuentra en periodo de adhesiones, tanto individuales como colectivas. Se espera que para el otoño de este año, tanto administraciones como entidades quieran organizar charlas y actos de desagravio y de reparación de la memoria histórica en sus poblaciones. De este modo, las organizadoras se suman al movimiento europeo de recuperación de la memoria y dignificación. Países como Suiza, donde ya se han producido varias exoneraciones de asesinatos, Alemania o Noruega son ejemplos de reparación histórica. De hecho, la campaña podría encontrar muchas similitudes con la homóloga escocesa 'Witches of Scotland' que se propone indultar todas las condenadas y generar un proceso de dignificación histórica al máximo nivel institucional escocés. A escala estatal, sólo encontramos acciones similares en Euskal Herria, donde las Juntas Generales de Vizcaya, ayuntamientos de la comarca del Duranguesado o el Parlamento de Navarra también impulsaron acciones de disculpa y reparación histórica.
La campaña finalizará en otoño con la presentación de una resolución en el Parlamento de Catalunya y con un gran acto de desagravio en el ámbito catalán, «que sirva, aunque sea simbólicamente, para visibilizar y denunciar este feminicidio en toda regla y por dignificar la memoria de todas estas mujeres », explica Claudia Pujol. Porque no sólo somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar, sino de todas aquellas y aquellos que participaron en esta atrocidad. Porque hay que mirar al pasado, para no reproducir el mismo ni en el presente, ni en el futuro.
[Texto original en catalán en https://www.pikaramagazine.com/2021/03/no-eren-bruixes-eren-dones/. Traducido por la Redacción de El Libertario.]
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