jueves, 16 de abril de 2020

Opinión: Reflexiones sobre "distanciamiento social" y otros males de Venezuela en tiemposs de pandemia



Humberto Decarli

El aislamiento provocado por la pandemia del covit-19 expresa algunas características propias de la sociedad venezolana. Una de ellas es que la cuarentena favorece la paz social porque obviamente las protestas se reducen. Dos, se aplica en los términos más policiales y militares en que uno se puede imaginar para demostrar la capacidad disciplinaria del Estado venezolano. Tres, La mayoría de la población activa, dedicada a la economía informal, se encuentra aterrorizada por el hambre tocándole las puertas y de allí la necesidad de salir a las calles para ejercer el buhonerismo o bachaquerismo dejando de ser “cívicos”. Cuatro, ha disminuido el tránsito público y privado por el aislamiento y la ausencia de gasolina. Cinco, con el estado de alarma se ha incrementado la oscurana informativa impuesta por el Estado pero las redes sociales son la válvula de escape de las personas esperando información aunque pulula el amarillismo y los fakenews. La persecución a los comunicadores sociales, médicos y enfermeras críticos, se ha elevado presentándolos ante los tribunales penales imputándoles los clásicos delitos para encarcelarlos.


Situación previa

El país, desde hace más de tres meses se encontraba en una fase de ruptura con el mundo exterior por los problemas suscitado por la venta de combustible a los aviones además de la carencia de condiciones para vacacionar. Muchas empresas de aviación dejaron de venir al país aparte de las sanciones económicas reductoras del intercambio comercial. Era un panorama difícil por una separación respecto la mayor parte del mundo, de encerramiento consecuencia de relaciones rotas y de iniciativas ideadas desde la comunidad internacional para sancionar al régimen madurista.

La imagen y realidad de la nación de distanciarse del mundo exterior indicaba que eran escasas las personas que ingresaban al país. Eran esencialmente funcionarios públicos que viajaban a China, Cuba, Rusia, Turquía y regímenes afines. Aparte, el flujo de turistas se redujo al mínimo gracias a la tipificación de ser un país sin garantía de seguridad personal y con una infraestructura decaída.

La circunstancia de haber poco tráfico de gente hacia Venezuela era ostensible y dibujaba la realidad inherente a ser un país sin nexos personales con el resto del mundo motivado a todas las condiciones existentes secuela de la profunda crisis padecida en todos los órdenes. Sin embargo, estos hechos favorecían internamente por la poca propagación del virus originario de China porque el contagio era menor y solo se reproducía ahora comunitariamente.

Trump simultáneo con la pandemia

La administración del republicano sorprendió con la acusación de la fiscalía americana contra el presidente venezolano y los funcionarios más importantes de su régimen, incluyendo el pago de una recompensa rememorando el salvaje oeste. Días después, ofreció un arreglo al mandatario venezolano a cambio de un exilio dorado. La respuesta del chavismo no se hizo esperar, rechazando el ofrecimiento de Washington. Ipso facto, se conformó y trasladó una escuadra integrada por barcos de avanzada de la armada americana acompañada luego por buques ingleses y franceses para, según la opinión de la Casa Blanca, impedir el tráfico de drogas vía Estados Unidos y Europa.

Posteriormente varios personeros del gobierno del Tío Sam han dado opiniones, amenazas y ultimátum para que haya iniciativa de avenimiento por parte de Maduro pero hasta ahora no se vislumbra nada de eso porque hay la convicción que el Pentágono no va a actuar y que en todo caso, busca presionar una salida negociada incluso con Rusia y China.

El extemporáneo macartismo

En las mentes de los dirigentes opositores y los de izquierda en ambos bandos, se atisba una visión anclada en la época de la Guerra Fría. A pesar de que el Muro de Berlín cayó en 1989 y los años subsiguientes se produjo la Perestroika y el Glasnot, hay gente que coloca el análisis bajo el prisma de la confrontación Este-oeste. Muchos líderes tradicionales de la oposición piensan en enfrentar a un régimen ideológicamente marxista-leninista y aprecian la ayuda china. Rusa y cubana como una referencia revolucionaria. Nada más ajeno a la realidad porque China tiene invertido alrededor del cuarenta por ciento de su excedente financiero para América Latina en Venezuela y esa es su preocupación; Rusia tiene importantes acreencias por venta esencialmente de armas y la posibilidad de ventajas militares frustradas por las limitaciones económicas de Moscú, todavía dependiente del excremento del diablo; y Cuba depende mucho de nuestra nación y esa es la razón de su presencia y eficaz asesoría. Son razones de real política y no de cuestiones principistas.
  
Sin embargo, muchos dirigentes tradicionales, que obviamente no estudian ni están actualizados, sueñan con una invasión para ver coronados sus sueños. Una intervención militar, así sea una operación quirúrgica con armamentos de alta tecnología como la materializada con la muerte del general iraní Soleinamí, es un signo distinto al empleado por la administración de Donald Trump. Este está ahora empeñado en una retirada militar en muchas partes del orbe como lo pactó con los talibanes en Afganistán y el regreso pausado a Estados Unidos de las tropas del Oriente Próximo.

Como se puede apreciar del comportamiento estadounidense está predominando un equipo de gobierno aislacionista ya ocurrido en varias etapas históricas de ese país, renunciando eventualmente al liderazgo del mundo occidental. China tiene el empuje económico y financiero pero todavía no llega a niveles militares mundiales y Rusia tiene el arsenal atómico pero con una economía empequeñecida como lo demuestra el tamaño de su PIB, ligeramente mayor a España y menor que Italia (naciones con mucha menor población), no califica para reemplazar a nadie.

Con sobrada razón el futurólogo israelitaYuval Noah Harari ha señalado la inexistencia de un enemigo real desde la guerra fría ahora representado por el virus en toda su extensión. La carencia de una posición cimera en el mundo promueve estas simbologías ahora concretadas en una molécula proteica, esto es, por un ente sin vida.

Además, falta ver cómo se reacomoda el planeta después de la expansión del virus de la corona y la recesión provocada por la pandemia. Se pondrá a prueba las respuestas autoritarias denotativas de eficacia. China, Singapur, Irán, Turquía, Cuba y Nicaragua, son ejemplos de algunas panaceas y sería terrible que fuesen tomadas como referencias para la gobernabilidad. El mundo se convertiría en una distopía, en una pesadilla al perderse la libertad como el máximo valor de los seres humanos.

Mas tampoco los regímenes democráticos formales son digno de admirar porque si algo han evidenciado es la debilidad del sistema de salud motivado a los recortes en el gasto social. El estado del bienestar europeo recién concluida la segunda guerra es algo del pasado. Las orientaciones presupuestarias se dirigen al incremento de los gastos militares y en especial en las armas. Los países de desarrollo sostenido producen las herramientas ofensivas con el clásico ejemplo de los Estados Unidos percibiendo pingües ganancias gracias a las adquisiciones de un formidable cliente, Arabia Saudita la monarquía más retrógrada del Levante.

Se aprecian mucha incapacidad de los Estados Unidos y los europeos en su lucha contra la molécula que los ha colocado en serios apuros. Apenas si Alemania demuestra poseer un sistema de hospitalización y de terapia intensiva óptimo y le ha prestado sus servicios a España, Italia y Francia y presentado bajos dígitos de fallecimientos.

Si hubiese alguna enseñanza derivada de este terrible drama es la reorientación del modelo de civilización, por uno más humano, ecológico, tolerante, democrático, menos crematístico, promotor de energía limpia, menos bélico y de estímulo a las erogaciones en salud, educación y servicios. No obstante, no será así necesariamente porque los tentáculos de poder pretenderán mantener sus privilegios precisamente basados en las expresiones tanáticas negadoras de la idea de progreso.  
La antigua Cathay sería el paradigma autoritario predominante por su descomunal dimensión, su poderío militar en el mar de China, su inmensa economía y finanzas y la actitud de sumisión de la población ante el poder lograda, a juicio del pensador surcoreano ByungChul Han, por los planos de inmanencia penetrados por el confusionismo que los hace pasivos y sumisos.

Senda venezolana activada por la coyuntura
 

Como ya aseveramos, Venezuela estaba azotada por una hiperinflación desde noviembre de 2017 y una recesión desde hace más de seis años. Como si fuera poco, hay desabastecimiento y escasez en muchos rubros, inseguridad personal, violencia, desmantelamiento de los servicios, destrucción de la infraestructura, una pésima educación y una salud en el piso. La presencia de la pandemia nos hunde aún más pero ya teníamos un pésimo camino recorrido.

Estamos en un laberinto espantoso donde la gente prefiere salir y correr el riesgo de contagio antes que morirse de hambre al no poseer ahorros para financiar la suspensión de las actividades laborales sobre todo tomando en consideración que la mayoría del población activa ocupa la economía informal empujada a ese espacio por lo irrisorio de los salarios, las pensiones, las jubilaciones, los bonos y las prestaciones sociales.

La situación es dramática y la aspiración general es que no se desarrolle el contagio porque la respuesta sanitaria no existe dada la precariedad de los hospitales donde no hay agua ni electricidad así como tampoco medicinas y material médico. Si no se expande saldremos bien pero nadie quiere imaginarse si ocurre lo contrario. Solo tenemos un punto a favor: el aislamiento internacional por vía aérea que pudo haber impedido el ingreso de gente proveniente de zonas donde el coronavirus se diseminó.

Sin embargo, hay algo diáfano. Es una oportunidad favorable al gobierno porque la gente está aislada y no funciona como sociedad, no obstante todas las dificultades existentes. Aparte, la forma de accionar el confinamiento, sobre todo en las zonas populares, es rígida y autoritaria, lo cual incide en intimidar a la gente. El régimen tiene el monopolio de la gasolina y con ella se inhibe más a la población al no circular muchas unidades de transporte colectivo por carencia de combustible. Las pocas acciones de protestas son reprimidas inmediatamente para impedir su propagación y lo han conseguido. Mención aparte es la determinación y vigencia del estado de alarma, en manos del gobierno madurista.

Una insurrección social es poco probable. No porque estén ausente sus causas sino por el proceso de intimidación y ablandamiento a la población ejercidos por el régimen con la exitosa asesoría cubana. Sin embargo, podría ser una posibilidad pero la decisión, como en todo país sin institucionalidad democrática, quedaría en manos de los uniformados.

Posibilidades gubernamentales


Ante la poca probabilidad de una intervención armada en el país la actual gestión gubernamental se envalentona y rechaza cualquier posibilidad de negociación. Solo una reacción de los administradores de la violencia del Estado, últimos árbitros de la dominación, podría modificar las actuales condiciones pero no se aprecia una conducta distinta de los militares que no sea el apoyo a la administración madurista, por múltiples razones.

En una entrevista digital del diario El Nacional a William Bloomfield, antiguo embajador americano en Caracas y veterano jefe de la DEA, afirmaba que la presión oculta en las amenazas del Departamento de Estado podría fructificar en un lapso de dos a seis meses. Este tiempo corre a favor de Maduro para practicar algunas políticas destinadas a su permanencia en el poder. Además, aspirarían a la derrota comicial de Trump porque un eventual triunfo demócrata los podría favorecer.

Adicionalmente el hecho del regreso de los venezolanos idos a Colombia, Ecuador y Perú, ante la recesión motivada al virus en estos últimos países, podría ser beneficioso para el régimen madurista en tanto sean utilizados para una elección parlamentaria. Para ello contribuirá a traerlos, los someterá a cuarentena y posteriormente hará uso electoral de los retornados y les dará bolsas clap y bonos. Es un escenario probable y se arriesgará a una elección parlamentaria con esa ventaja.

Las dictaduras pueden caer pero también eternizarse. Vemos el caso cubano sobreviviente de la guerra fría y el más lamentable, el de Myanmar donde los militares han ejercido una férrea dictadura desde el año 1962, han pervivido luchas como las del partido Aung San SuuKyi y la rebelión budista. Ha sido mantenido por China y las transnacionales del gas y para mantener su gobierno incorporaron a la mencionada premio Nobel al gobierno como segunda de los castrenses y actualmente han cometido un horrendo genocidio contra la etnia islámica rohingyas con gran estabilidad de gobierno.

Perspectivas mundiales

La recesión económica actual va camino de superar a la Gran Depresión del 29 y ha sido un golpe inmenso contra un mundo poblado de pobres, excluidos y vulnerables. Un modelo capitalista aparentemente sólido ha demostrado unas costuras endebles porque es insólito que una molécula, cuyo origen es muy discutido, haya puesto en jaque a todo el planeta sin tener una respuesta inmediata de los organismos de salud nacionales. Incluso, hubo respuestas muy parciales como el cierre de fronteras así como políticas inmediatistas y países poderosos como Estados Unidos, Francia, Italia y el Reino Unido, están atravesando por un pésimo momento delatándose la incapacidad de un poder cuyo cometido no es precisamente el ser humano.

América Latina no pasa de ser un productor de materias primas, con actuales precios irrisorios en los mercados internacionales, y al mismo tiempo recibe los arrases de la pandemia sin mecanismos sociales de defensa. Venezuela, como ya lo sostuvimos, está en un estado deplorable y no se avizora tiempos prometedores sino épocas aciagas. Solo pudiera ocurrir un evento tipo cisne negro que rompa los pronísticos.


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