miércoles, 22 de abril de 2020

Opinión: ¿Desaparecerán los más vulnerables, a fuerza de ser protegidos por el Estado?



Acratosaurio rex

Estoicamente escucho estos días las declaraciones de la derecha y de la izquierda, de banqueros y curas, de filántropos y filósofos de toda laya. Ponen cara trascendente, y afirman, con absoluta contundencia, frunciendo el ceño, con el rostro de quien va a descuartizar a un pato, que "la prioridad en estos momentos es la de proteger a los más vulnerables, ayudar a los más desfavorecidos". Y a continuación se van a tomar el desayuno con churros, y pasan a otra cosa mariposa.

Desde luego, si cada vez que afirman lo de la protección, se sacase del pozo a una decena de vulnerables desfavorecidos, a día de hoy no existirían los dichosos vulnerables. Serían indestructibles.

¿Qué podemos esperar de esos discursos? De la derecha, el horror. Por supuesto. De la izquierda, buenas intenciones ético filosóficas, porque la izquierda es muy filosófica y muy ética. Lo que pasa es que tal vez tantas buenas intenciones de la izquierda, no sean suficientes para desarrollar ese cuidado a los vulnerables, mientras piensan el proyecto, se reúnen las comisiones, elaboran los borradores, los leen, los corrigen, salen en la tele, los pasan a los abogados, y estos dictaminan, hablan con los de Hacienda, vuelve aquí, va pallá, presupuestan esto, recortan lo otro, pactan con los agentes, más borradores, el ministro da la orden, se anuncia a bombo y platillo, pero no hay procedimiento, los gerentes establecen el procedimiento, de acuerdo con mil requisitos, que ordenan a los funcionarios, que descifran como pueden el papeleo, hacen una app, y te sale el mensaje de errrrrrorrrr, y te dan cita para rellenar la jodida petición dentro de un mes o dos, por internet o por teléfono, porque eso no lo entiende ni el que lo ha escrito, visitas a la Educadora, a la Trabajadora Social y a la Sicóloga, y después de eso te preparas una soga para ahorcarte.

O sea: que la renta vital, llegará cuando llegue, la recibirán los que les toque, esperarán mogollón mientras se las ven y se las desean... Me pregunto... ¿A quién creéis que votarán (si es que votan), cuando lleguen nuevas elecciones, esas personas cabreadísimas que dejaron de percibir ingresos, porque el Gobierno les cerró el paso a sus magros empleos?

Pero no hay problema, tras las elecciones la izquierda, ética y llena de buenas intenciones, saca mapas de colorines, por barrios, para explicar por qué perdió, y la culpa es de la abstención. La prensa comenta, la tele dice, el parlamento parlamenta, la oposición se opone, el gobierno gobierna, la policía multa, la OMS aplaude, por ahí van los tiros. No sé ya ni lo que digo.

Reflexión post-Semana Santa en el año del coronavirus: Señor de los Cielos. Vaya con la pandemia que extendieron aquellos que viajan de una parte a otra del mundo haciendo negocios. Todo el día en el avión, hablando por el móvil, haciendo negocios, ¡esos son tus auténticos vectores!, flap flap flap, los reservorios, los que la extienden por todo el mundo... ¡Seguro que fue un apasionado emprendedor suizo infectado por coronavirus, el que besó con frenesí a un sorprendido e inocente murciélago chino!

No amigos y amigas: los murciélagos, no fueron el problema. Amén.

[Tomado de https://www.alasbarricadas.org/noticias/node/43611.]


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