sábado, 11 de abril de 2020

Argentina: Historia reciente y actualidad sindical de la FORA



Federación Obrera Regional Argentina

Argentina ha sufrido un gran cambio con el paso de milenio, el 2001 funcionó como un parteaguas que expuso la crisis social que formó el modelo neoliberal impuesto desde la última dictadura militar de 1976 y profundizado por el gobierno de Menem en la década del 90. Luego del estallido social a fines del 2001, las dos décadas siguientes manifestaron una importante renovación en la actividad política de los sectores populares, incluida la sindical.

Es en este contexto donde la FORA comenzó un proceso de revitalización de sus actividades. La misma se había sostenido en su mínima expresión en las últimas décadas gracias a la permanencia de una camada de viejos militantes, pero que ya no estaban insertos dentro de la actividad laboral. Junto con la crisis social se produjo una búsqueda de alternativas políticas y económicas para poder enfrentar esa situación, revitalizando un interés general por las ideas anarquistas. Empero esto no significó que el anarquismo haya canalizado o dirigido este proceso social, pero sí que ha impregnada con sus valores solidarios y combativos, y su metodología organizativa horizontal, en una amplia gama de iniciativas populares impulsadas en la época (cooperativas, asambleas barriales, toma de fábricas y terrenos, organizaciones de desocupados, etc.).
 

Una camada de jóvenes libertarios con pretensiones de activar dentro del movimiento obrero se vieron atraídos por el legado de la FORA y se dieron a la tarea de revivir aquella referencia dentro del ámbito sindical. La brecha generacional entre los militantes más jóvenes y los más viejos puso de manifiesto la falta de herramientas para poder lograr una incidencia significativa en aquel ambiente sindical burocrático y complaciente. Para ello se procuró organizar núcleos intersindicales, las denominadas Sociedades de Resistencia de Oficios Varios, desde las cuales se pueda trabajar y discutir libremente sobre las estrategias a utilizar en cada ámbito laboral en el que estaban ocupados los y las militantes, prestando solidaridad inmediata ante la presencia de algún conflicto. Al mismo tiempo las sociedades de resistencias actuaron y actúan como grupos de propaganda que denuncian situaciones de abuso patronal (como las empresas tercerizadoras) y difunden la propuesta organizativa de la federación en todos los ámbitos posibles.

En los últimos quince años se han organizado Oficios Varios en distintas localidades del país, pero su radicación estable solo la hemos conseguido en torno a la ciudad de Buenos Aires y su conurbano, siendo más ambivalente el sostenimiento de los grupos en otras regiones del país. Actualmente contamos con cinco sociedades de resistencia, cuatro de ellas de Oficios Varios (Capital, La Plata, Lomas de Zamora y Zona Norte) y una específica de Trabajadores de la Educación (en Pilar). La inserción sindical de los militantes de los Oficios Varios se ubica mayoritariamente en los ámbitos de servicios, industria y educación, y las estrategias de actuación varían según la zona de actuación y el gremio al que pertenecen. El matiz se encuentra entre quienes tienen la posibilidad de participar en algún grado dentro de la vida de los sindicatos «representativos», generando una oposición a la burocracia que la conduce, y quienes no tienen la posibilidad de manifestar abiertamente su oposición a la conducción por el carácter mafioso y patotero que los caracteriza, por lo cual los compañeros deben desarrollar tácticas «clandestinas» dentro de sus ámbitos de trabajo, al margen de la estructura sindical.

En este sentido, el modelo sindical imperante en nuestro país dificulta en gran manera el desarrollo de una propuesta gremial alternativa, ni decir libertaria. Desde mediados del siglo XX, con el peronismo, se impuso una legislación que habilita solamente a un sindicato por rama de actividad a ser el legalmente reconocido para negociar los convenios colectivos de trabajo, basándose en la potestad teórica de que los mismos representan a la mayoría de los trabajadores. Los sindicatos «minoritarios» pueden existir legalmente pero cuentan con muchas menos facultades. Este modelo ha sido denunciado históricamente por la FORA, reclamando la libre asociación de los trabajadores para poder defenderse de las patronales, pero también del Estado.

Volviendo al presente de nuestra organización, en los últimos años se ha avanzado en saldar discusiones por medio de Plenarias y Reuniones Regionales de Delegados, las cuales ayudaron a afianzar nuestra orgánica. Al mismo tiempo, en el último tiempo se han organizado diferentes grupos de trabajo en relación a espacios o tareas más específicas, es así que un grupo de compañeros jubilados organizaron una comisión dentro del Oficios Varios de Capital para poder abordar y reclamar por su situación particular, ya que en Argentina las jubilaciones es un área donde recurrente se apela al recorte para achicar el gasto público en detrimento de las condiciones de vida de las personas mayores. También se han armado comisiones de género para trabajar en torno al problema de la opresión patriarcal y sus efectos en los ámbitos de trabajo, insertándose en un contexto de gran activismo feminista en nuestra sociedad. Por otro lado se ha formalizado la constitución de un grupo de estudios sindicales con el objetivo de analizar de forma más detenida las estructuras imperantes, su legislación y sus permeabilidades para poder dilucidar alternativas de acción. Por último, hace ya unos años que nuestra editorial —Ediciones FORA— se lanzó a la tarea de publicar una serie de libros, dando así un salto cualitativo en relación a la folletería habitual hasta ese entonces. Los títulos editados varían entre la reedición de textos clásicos de militantes foristas como Juana Rouco Buela, Emilio López Arango y Diego Abad de Santillán, junto algunos más cercanos como Eduardo Colombo, y la producción de un compañero contemporáneo como es Leonardo Eldorriaga.

La perspectiva internacionalista continuó siendo una preocupación constante para nuestra organización, ya que desde su formación estableció como norte la unión fraterna de los trabajadores de todo el globo más allá de las fronteras nacionales. En este sentido, como ya se sabe, hemos compartido el camino emprendido por la USI [de Italia], FAU [Alemania] y la misma CNT [Península Ibérica], debiendo desvincularnos de una entidad histórica como la AIT ya que no estaba cumpliendo con las expectativas ni objetivos mínimos que debería tener una internacional obrera, por lo cual, al igual que nuestras organizaciones hermanas de Europa, esperamos que con la fundación de la Confederación Internacional del Trabajo (CIT) podamos cumplir con nuestros objetivos.

¡Salud y revolución social!

[Artículo originalmente publicado en el periódico CNT # 423, abril-junio 2020. Número completo accesible en https://cloud.cnt.es/s/PBkXjTHjPKLwZQ2#pdfviewer.]


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