Laurent Esquerre
[Nota previa de El Libertario: Recordamos que en Venezuela tuvimos un caso similar con Salom Mesa Espinoza, quien en su juventud se formó en el anarquismo, luego fue militante de los partidos Acción Democrática y Movimiento Electoral del Pueblo, siendo repetidamente diputado al Congreso Nacional por ambas organizaciones, para al final de su vida volver a identificarse con el ideal ácrata, toma final de conciencia que describio en un libro autobiográfico.]
La historia de Isabelle Attard es una historia de reconstrucción. Integrante del partido Europe Écologie - Les Verts, y luego del partido Nouvelle Donne (Nuevo Acuerdo), diputado de 2012-2017, pensó que podía actuar desde dentro de las instituciones para servir a la democracia y al bien común. Incluso pensó que sería posible cambiar la forma en que funcionan las instituciones. Estuvo involucrada en causas como el software libre, la solidaridad con Rojava, contra el estado de urgencia y contra el aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes. También pudo sentir el desprecio de los diputados cuando una mujer habla en la Asamblea Nacional, el desinterés con el que muchos tratan a los asesores parlamentarios, los trabajos fantasmas al servicio del partido ... y, sin embargo, se presentó para un nuevo mandato en junio de 2017, pero los votantes en su circunscripción no la reelegieron.
[Nota previa de El Libertario: Recordamos que en Venezuela tuvimos un caso similar con Salom Mesa Espinoza, quien en su juventud se formó en el anarquismo, luego fue militante de los partidos Acción Democrática y Movimiento Electoral del Pueblo, siendo repetidamente diputado al Congreso Nacional por ambas organizaciones, para al final de su vida volver a identificarse con el ideal ácrata, toma final de conciencia que describio en un libro autobiográfico.]
La historia de Isabelle Attard es una historia de reconstrucción. Integrante del partido Europe Écologie - Les Verts, y luego del partido Nouvelle Donne (Nuevo Acuerdo), diputado de 2012-2017, pensó que podía actuar desde dentro de las instituciones para servir a la democracia y al bien común. Incluso pensó que sería posible cambiar la forma en que funcionan las instituciones. Estuvo involucrada en causas como el software libre, la solidaridad con Rojava, contra el estado de urgencia y contra el aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes. También pudo sentir el desprecio de los diputados cuando una mujer habla en la Asamblea Nacional, el desinterés con el que muchos tratan a los asesores parlamentarios, los trabajos fantasmas al servicio del partido ... y, sin embargo, se presentó para un nuevo mandato en junio de 2017, pero los votantes en su circunscripción no la reelegieron.
Después de
una derrota electoral, es común buscar reubicarse en alguna función
dentro del partido, en iniciativa privada o pública. Pero Isabele Attard
decidió detener todo y comenzar un examen interno real. Sus lecturas,
debates y reuniones la llevaron a descubrir otras direcciones, como la
anarquía (aunque usa más bien la expresión comunismo libertario) y la
autogestión, hasta el punto de encontrarse identificada con ellas.
Un momento de compartir
Esta fase de deconstrucción y reconstrucción duró dos años, dos años de profunda convulsión con la incómoda pregunta: ¿por qué me tomó tanto tiempo convertirme en anarquista? Para ella, como para la gran mayoría de la población, el anarquismo era nebuloso e inaccesible, porque interesadamente se descuida, en especial en los cursos de historia, que tratan sobre su origen, y quieren que el anarquismo sea isto como una conciencia republicana que extraviada que asume de manera extremista al lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad". sin embargo, ¿cómo conciliar las falsas promesas del republicanismo "sensato" y una verdad imponente?
Este libro está escrito en primera persona y es tan instructivo como las autobiografías, que se alejan del narcisismo y el estigma de ser un ejemplo para ofrecer un momento de intercambio. No tiene la intención de reinventar las teorías anarquistas, pero nos presenta la aspiración cada vez mayor por una transformación profunda de la sociedad, como se ha sentido en el país galo con las manifestaciones de los schaleco amarillos y las movilizaciones contra el colapso climático al que el capitalismo nos está llevando. Y ese es el punto interesante. Podemos ver que la autora no se convirtió en anarquista por casualidad y que su aversión a los medios de dominación fue decisiva para tomar esa decisión. Por lo tanto, _Cómo me convertí en anarquista_ puede clasificarse como un trabajo de educación política popular.
De hecho, parte de su propia experiencia y revisita las contribuciones de las utopías revolucionarias de Ucrania y España, pero también la contribución menos conocida, con la experiencia federalista anarquista en Manchuria en 1929. Vincula estas luchas, que la ideología dominante intentó marginar o eliminar, con el actual "ZAD" - Zona a Defender), empresas autogestionadas en Grecia y Argentina y las revoluciones en Chiapas y Rojava.
El aporte de las utopías revolucionarias
Isabelle Attard también nos invita a la (re)contribución que es útil para cualquiera que piense que el comunismo libertario del siglo XXI no puede reducirse al aporte del anarquismo pues también hay puntos a considerar en las corrientes marxistas antiautoritarias y sin duda es inseparable de la ecología y el feminismo.
[Post en portugués publicado en https://noticiasanarquistas.noblogs.org/post/2020/03/11/franca-attard-como-eu-me-tornei-anarquista. Traducido al castellano por la Redacción de El Libertario.]
Un momento de compartir
Esta fase de deconstrucción y reconstrucción duró dos años, dos años de profunda convulsión con la incómoda pregunta: ¿por qué me tomó tanto tiempo convertirme en anarquista? Para ella, como para la gran mayoría de la población, el anarquismo era nebuloso e inaccesible, porque interesadamente se descuida, en especial en los cursos de historia, que tratan sobre su origen, y quieren que el anarquismo sea isto como una conciencia republicana que extraviada que asume de manera extremista al lema "Libertad, Igualdad, Fraternidad". sin embargo, ¿cómo conciliar las falsas promesas del republicanismo "sensato" y una verdad imponente?
Este libro está escrito en primera persona y es tan instructivo como las autobiografías, que se alejan del narcisismo y el estigma de ser un ejemplo para ofrecer un momento de intercambio. No tiene la intención de reinventar las teorías anarquistas, pero nos presenta la aspiración cada vez mayor por una transformación profunda de la sociedad, como se ha sentido en el país galo con las manifestaciones de los schaleco amarillos y las movilizaciones contra el colapso climático al que el capitalismo nos está llevando. Y ese es el punto interesante. Podemos ver que la autora no se convirtió en anarquista por casualidad y que su aversión a los medios de dominación fue decisiva para tomar esa decisión. Por lo tanto, _Cómo me convertí en anarquista_ puede clasificarse como un trabajo de educación política popular.
De hecho, parte de su propia experiencia y revisita las contribuciones de las utopías revolucionarias de Ucrania y España, pero también la contribución menos conocida, con la experiencia federalista anarquista en Manchuria en 1929. Vincula estas luchas, que la ideología dominante intentó marginar o eliminar, con el actual "ZAD" - Zona a Defender), empresas autogestionadas en Grecia y Argentina y las revoluciones en Chiapas y Rojava.
El aporte de las utopías revolucionarias
Isabelle Attard también nos invita a la (re)contribución que es útil para cualquiera que piense que el comunismo libertario del siglo XXI no puede reducirse al aporte del anarquismo pues también hay puntos a considerar en las corrientes marxistas antiautoritarias y sin duda es inseparable de la ecología y el feminismo.
[Post en portugués publicado en https://noticiasanarquistas.noblogs.org/post/2020/03/11/franca-attard-como-eu-me-tornei-anarquista. Traducido al castellano por la Redacción de El Libertario.]
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